Extra:
El Corazón Sincero de un Padre

Adicional al Extra 2 de JJWXC

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I

Después de entrar por el paso, uno se encontraría con los planos de miles de kilómetros, luego, continuando una corta distancia; una vez atravesando Changping, la estación de mensajería en el camino ya tenía izada la bandera del Campamento del Norte: esto era la ciudad capital.

Un grupo de soldados en Armaduras Negras Ligeras y Pesadas regresaban de la Frontera Norte con un enorme ejército detrás de ellos. Una tropa de avanzada era guiada personalmente por el Marqués del Orden, Gu Shen. Esta tropa de avanzada estaba compuesta por las élites entre los tres ejércitos del Campamento del Hierro Negro. Acompañaba a una gran cantidad de ziliujin, así como a importantes prisioneros de guerra, tales como el padre e hijo del Rey Lobo y la diosa de las Dieciocho Tribus.

A excepción de los pasos casi solemnes y el sonido de los cascos de los caballos, no había en absoluto platicas triviales privadas cuando el ejército pasaba. Todos se movían al unísono. A primera vista, era difícil distinguir si este era un grupo de humanos o marionetas de hierro.

Cuando entraron al Campamento del Norte, el jinete de Caballería Negra a la cabeza levantó su careta de hierro y levantó una mano para señalar el alto. Miles de soldados de élite se detuvieron al mismo tiempo detrás de él, sin moverse y congelados en su lugar. El inimaginable sentido de opresión era sobrecogedor. Los guardias en turno en el Campamento del Norte temblaron, sintiendo escalofríos elevándose por todo su cuerpo.

Uno de los soldados privados trotó hacia adelante, sosteniendo el emblema del Tigre de Hierro Negro en ambas manos y tendiéndoselo al guardia del Campamento del Norte.

Solo entonces supo el guardia que era el Mariscal Gu en persona quien venía. Con su mente explotando, corrió a reportar las noticias. Antes de irse, tuvo el coraje para mirar de reojo al Mariscal Gu, quien estaba vistiendo una Armadura Ligera sentado a espaldas de su caballo. Vio que el hombre era alto, no tenía tres cabezas ni seis brazos. Tenía cerca de treinta años de edad, su rostro teñido con un poco de viento y escarcha. Sus rasgos faciales eran apuestos. Su imagen era de alguna forma diferente de la del renombrado y talentoso general que lideró al ejército del remolino negro para arrasar a las Dieciocho Tribus.

Justo entonces, Gu Shen pareció sentir su línea de visión. Inclinó su cabeza para observarlo con un rostro inexpresivo. La mirada del guardia, que no había sido retirada a tiempo, súbitamente se encontró con la suya. Instantáneamente su pecho estaba helado. Había una especie de ilusión como si fuera atravesado. Salió corriendo sin mirar atrás.

Todas las personas decían que el Mariscal Gu nació con la estrella Po Yun[1]; en verdad no era un ser humano.

II

A pesar de que los bárbaros del norte que fueron enviados de vuelta a la capital eran solo prisioneros, el Emperador aun así ordenó que fueran tratados con cortesía y los envió la Casa de Mensajería Oficial del Templo Honglu donde fueron servidos con buena comida y bebida. Después de eso, hubo una Gran Reunión de la Corte seguida de la recompensa a los tres ejércitos. Era tarde por la noche cuando Gu Shen fue capaz de regresar a la mansión.

Cuando descargaba su armadura, también retiraba su aura sanguinaria que podía incluso afligir a los demonios. Observando solo a su espalda, no era diferente de la realeza y los nobles que andaban en carruajes por la capital.

Al entrar por la puerta, Gu Shen palmeó el hombro de la marioneta de hierro frente a su casa. Dejó salir un largo suspiro y mostró un poco de agotamiento. Su guardia privado, Huo Dan, solo tenía diecisiete ese año y todavía era un niño. Había estado siguiéndolo para comer arena en la Frontera Norte. Esta era la primera vez que venía a la ciudad capital, siguiendo a su comandante con ojos muy abiertos que se movían de aquí para allá, temiendo que sus ojos no fueran suficientes para usarse.

Todo en la mansión del Marqués, desde las mamparas a las ventanas, de la lámpara de vapor hasta la puerta, todo le parecía completamente nuevo al chico de campo.

Gu Shen señaló a Huo Dan y dijo al mayordomo, el tío Wang, que llegó a darle la bienvenida, –Busca un lugar para que este niño se quede. No le dejes morir de hambre.

–Si. –dijo el mayordomo.

Huo Dan dijo apresuradamente: –Mariscal, ¿no puedo seguirle?

Algunos de los sirvientes detrás del mayordomo rieron. Gu Shen lo palmeó en parte posterior de la cabeza: –Voy a donde se encuentra Su Alteza, ¿para qué vas a seguirme?

Había una tienda de la princesa en el Campamento del Hierro Negro, pero esta vez la princesa no fue con él. Huo Dan solo escuchó de su reputación y nunca la había visto. Para él, la princesa era casi como una diosa lejos de alcance. Cuando Huo Dan escuchó las palabras “Su Alteza”, su rostro se puso tan rojo como el trasero de un mono. Cuando volvió en sí, Gu Shen ya se había ido lejos.

El Mariscal Gu despidió a todos los sirvientes y caminó todo el camino hacia el patio trasero. En la puerta, primero ajustó sus prendas, luego dijo, –Gu Shen está solicitando una audiencia con Su Alteza.

La vieja nana en la puerta sonrió tan ampliamente que no se podían ver sus ojos, –El Marqués siempre es demasiado cortés. Por favor dese prisa y entre.

En la Dinastía de la Gran Liang, la Primera Princesa era más valiosa que una princesa normal, y la Primera Princesa con grandes habilidades era incluso más apreciada: mientras que la única línea de sangre del anterior Emperador, el portador del Emblema del Tigre de Hierro Negro, era el más valioso en el mundo. Incluso el Emperador debía llamarla respetuosamente “tía” siempre que la veía.

Gu Shen entró a la habitación y esperó pacientemente a que la nana y las doncellas se fueran, solo entonces cambió su cara a una completamente diferente.

Se desvaneció toda la solemnidad en su rostro que lucía imponente incluso cuando no estaba enojado, y no solo eso, parecía haber un elemento de indecencia tiñendo sus facciones. Envolvió sus brazos alrededor de la cintura de la princesa y murmuró: –Te extrañé mucho… honestamente, solo quiero lanzar para afuera a todas esas personas. Tong-er, la próxima vez, sígueme a la frontera, es mi territorio. Incluso si quiero abrazarte y montar sobre el mismo caballo, nadie se atreverá a decir una palabra.

La Primera Princesa dijo con una sonrisa, –Entonces seguramente todo el poder del Mariscal se habrá ido.

Gu Shen se quitó su túnica exterior, moviéndose detrás de la pantalla para bañarse. Al regresar, no se vistió adecuadamente e instantáneamente tiró de la mano de la princesa, pero fue apartado por su esposa.

La princesa bajó su voz y dijo, –No hagas ningún ruido, tu hijo está aquí.

Gu Shen instantáneamente ya no pudo seguir riendo. Levantó la cortina de la cama y vio a un pequeño bulto ocupando toda la cama, durmiendo, sus extremidades desparramadas por todos lados.

El rostro de Gu Shen se oscureció: –¿Cómo es que este niño apestoso se escabulló de nuevo dentro?

Gu Yun, el pequeño Marqués en la mansión del Marqués, por supuesto, tenía su propia niñera. No obstante, esta pequeñez nació con una excentricidad indescriptible. Normalmente, no era quisquilloso con los extraños, no le importaba quién lo estaba sosteniendo, no lloraba sin importar con quién estuviera jugando. Sin embargo, a temprana edad, ya tenía una idea de separación en su corazón. Hasta el punto que no aceptaba a ninguna niñera, solo a su madre.

En una ocasión, esquivó a un gran grupo de sirvientas, se escabulló en la habitación de la princesa y se ocultó bajo la cama. Esa noche, cuando la princesa regresó y lo encontró, ya era medianoche, la princesa no tenía corazón para despacharlo, por lo que le permitió quedarse.

Desde entonces, Gu Yun parecía tener sus meridianos ren y du[2] abiertos. Con el fin de echar raíces en la habitación de su madre, no había distancia que no cubriera, usando cada artimaña para subirse a la cama de la princesa.

Cuando sus padres estaban teniendo un momento de “una reunión incluso más dulce que una luna de miel debido a la momentánea separación”, tener a un mocoso bloqueando en medio era más que irritante, incluso si era su hijo de sangre.

Gu Shen se sentó al borde de la cama, extendió su mano y pinchó el regordete rostro de su hijo. Después de un rato, descubrió que era suave y tierno; sintiéndose un poco adicto, continúo pinchando. Al final, el niño fue molestado; el pequeño Gu Yun se encogió inconscientemente dentro de la cobija y su rostro se arrugó, su expresión lucía como si estuviera a punto de llorar.

La Princesa atrapó la malvada mano del Marqués Gu: –¿Qué clase de padre eres? Si se despierta y da problemas, ¿vas a calmarlo?

–Todavía llorando y haciendo problemas, ¿cuántos años tiene ya? ¿Aún necesita que alguien lo tranquilice? –Gu Shen levantó sus dos largas cejas, diciendo con insatisfacción, –Este niño es demasiado delicado.

A pesar de sus palabras, su mano cubrió muy suavemente la frente de Gu Yun, bloqueando sus ojos, de manera que no fuera molestado por la ligera luz de la lámpara de vapor. La mano del Marqués del Orden era ancha y estable, su palma cálida; Gu Yun pronto dejó de dar vueltas y durmió profundamente bajo su mano.

–¿Entonces qué estás haciendo? –rio la princesa.

–Simplemente no tengo mente para escuchar a este mocoso haciendo ruido. –explicó Gu Shen con una tos seca, exponiéndose a sí mismo sin astucia.

La Princesa palmeó a su hijo sobre la cobija y preguntó, –¿Cómo está la situación en la Frontera Norte?

–Conmigo y el Campamento del Hierro Negro ahí, ¿cómo más puede estar? No te preocupes. –Gu Shen mostró una especie de sonrisa orgullosa en su rostro. Estiró sus piernas y las dejó caer extendidas sobre la cama. Comparado con eso, descubrió que ese Gu Yun, que estaba acurrucado en la cobija, no era ni la mitad del largo de sus piernas.

Su tren de pensamientos se desvió: –Este niño, después de tanto tiempo de haber nacido y aún tan pequeño.

A juzgar por su apariencia, el pequeño Gu Yun era una réplica de la princesa. Gu Shen observó su rostro dormido, su expresión fue ligeramente conmovida, entonces sus ojos se suavizaron. Él dijo: –Si piensas que permanecer en la capital es problemático, puedes ir conmigo después del año nuevo. La Frontera Norte está muy lejos del Emperador, incluso comer salvado de arroz y vegetales es libre de preocupaciones.

Princesa: –En ese caso, ¿qué sería de Xiao Shiliu?

–Llévalo contigo, para evitar el no tener a nadie en la capital que tenga las agallas para encargarse de él. –Gu Shen acarició el cabello de su hijo y suspiró. –Este pequeño, realmente sabe cómo crecer. Cada parte de él se parece a ti, haciendo que sea reluctante y leniente cuando quiero disciplinarlo.

Princesa: –…

Ni siquiera ella realmente deseaba saber cuál era el estándar de indulgencia para el Mariscal Gu.

Gu Shen lo pensó, se estiró, luego se recargó en el borde de la cama y dijo a la princesa: –Los dieciséis reinos de la Región Occidental se han rendido, los invasores Dong Ying en el mar del este están fuera de forma, y ahora los bárbaros en la Frontera Norte han bajado sus cabezas. Actualmente, podría decirse que finalmente tendremos diez años de paz por delante. Quiero aprovechar esos diez años para recuperarnos, entrenar al ejército y expandir el Campamento del Hierro Negro. Diez años más tarde, nadie en el mundo se atreverá a desafiar la Caballería de la Gran Liang… Tong-er, cuando llegue ese momento, regresaremos el Emblema del Tigre Negro al Emperador, ¿qué opinas?

La Princesa lo miró sonriente: –¿Va a retirarse el Mariscal y ponerse a cultivar? No, yo no sé cómo tejer. Tendrás que desposar a una pequeña concubina que pueda tejer.

Gu Shen extendió su dedo y tocó su frente. Luego, su amable sonrisa convergió un poco. Dijo de nuevo: –Las personas de alto estatus no pueden mantener el poder mucho tiempo; si los enemigos extranjeros son eliminados y aun así conservamos el Emblema del Tigre Negro, no podremos evitar ser culpados fácilmente por cualquier cosa que hagamos. Creo que nuestro Xiao Shiliu no es ninguna clase de individuo con un talento extraordinario. Si tú y yo retrocedemos un paso, su camino será más espacioso en el futuro… ¿qué me estás viendo?

Princesa: –Estoy viendo el amoroso corazón de padre del Mariscal cuyo corazón se rumorea está hecho de hierro.

Gu Shen carraspeó avergonzado y levantó su mano para apagar la lámpara de vapor. –Se está haciendo tarde, vamos a dormir… mueve a esta bola de carne más al centro.

–Espera, no lo presiones.

–¡Vamos a arrojar a este niño por la ventana!

III

Gu Yun se estremeció violentamente y despertó de su sueño. Había una mano cubriendo sus ojos, bloqueando la tenue luz a su lado. Por un momento, Gu Yun se quedó desconcertado y no supo qué hora era.

En este momento, la persona enseguida de él se quejó en voz baja: –Finalmente despiertas, ya has dormido hasta brincarte la cena. Levántate y toma un tazón de sopa caliente, ¿qué te gustaría comer para el desayuno?

Gu Yun apenas regresó en sí, cerró sus ojos ligeramente, y respondió perezosamente: –Lo que sea está bien.

Este era el tercer año del reinado de Tai Shi. Gu Yun patrullaba el suroeste. Con el fin de regresar a tiempo para celebrar el año nuevo, no se había detenido en su cabalgata y voló de vuelta a la capital en el Gran Cometa durante toda la noche. Extremadamente agotado, después de que llegó a casa, cayó inmediatamente dormido. Ya era casi el atardecer cuando despertó. Por alguna razón, soñó con su padre. En su sueño, el Viejo Marqués incluso usaba su mano para cubrir la luz por él.

Solo cuando despertó descubrió que sólo era un sueño. Una persona tan considerada solo podía ser su Emperador. Ahora, él había estado manteniendo el Emblema del Tigre Negro durante muchos años. Sus manos estaban llenas de callos y cicatrices. Ya no era más el niño que hacía su mayor esfuerzo para entrar en la habitación de su madre.

Gu Yun sujetó la mano de Chang Geng y la puso frente a sus ojos. Uno podía ver algunas características de un artista marcial en la mano de Su Majestad, había algunas marcas creadas por la cuerda del arco moliendo sus dedos. No obstante, en la vida diaria, pasaba más tiempo sosteniendo un pincel. Sus dedos eran largos, delgados, y agradables a la vista, pero su palma era un poco fría. Era diferente de la mano del hombre en su sueño. No entendía porqué le provocó un sueño tan extraño.

Chang Geng sostuvo el memorial en su mano, se inclinó para frotar su barbilla contra la cabeza de Gu Yun y preguntó en su susurró, –¿Qué ocurre?

–Nada, –Gu Yun respondió como si no hubiera nada mal. –no he tocado las garras de dragón de Su Majestad en un largo tiempo, las extrañé mucho.

¿El Viejo Marqués bloqueando la luz por él con su mano?

En verdad fue un sueño anhelante.

No obstante, este asunto siguió permaneciendo en su mente. Quizás era porque durmió demasiado en el día que Gu Yun no podía cerrar sus ojos en la noche. Sostuvo a Chang Geng en una mano y colocó una mano detrás de su cabeza. En el silencio de la noche, permitió que sus pensamientos corrieran sin dirección.

Sus padres fallecieron demasiado pronto; Gu Yun descubrió que ya no podía recordar la apariencia de la princesa con claridad, sin embargo, tenía una impresión más profunda del Viejo Marqués. Tal vez era porque siempre miraba a su padre furioso en ese entonces.

Durante un tiempo, el par de padre e hijo fueron como enemigos. El Viejo Marqués no mostraba piedad hacia él, mientras que él contenía su aliento y se rehusaba a suplicar en ningún caso, como si hacerlo fuera admitir una derrota.

–¿En qué estás pensando? –Chang Geng súbitamente se movió y le preguntó en voz baja con un sonido un poco nasal.

–¿Te desperté? –Gu Yun levantó su mano y la pasó sobre sus patillas, presionando su dedo en su sien.

El “Experto en Amor” Gu no podía decir “estaba pensando en mi padre” en la cama de su amante. Después de una pausa, murmuró: –Estaba pensando, Su Majestad, ¿no estás exhausto por las tareas diarias recientemente? ¿    Cómo es que puedes ser tan obediente esta noche?

Gu Yun, después de todo, ocupaba parcialmente el estatus de un mayor; a pesar de que su relación había cambiado, en el aspecto de sentimientos por Chang Geng, el amor y la protección siempre eran más significativos que cualquier otro. En algunos aspectos, como un yifu, sin importar cuán desvergonzado fuera, no le era conveniente iniciar activamente demasiado. Además de las provocaciones ocasionales, básicamente permitía a Chang Geng hacer lo que sea que quisiera.

Chang Geng reconoció la implicación de sus palabras e inmediatamente despertó. Dos ojos brillantes lo observaron por un rato, su rostro cambió gradualmente.

No obstante, de inmediato pensó en algo y se autorestringió, contuvo su aliento y revisó el pulso de Gu Yun por un momento, después hizo rechinar sus dientes, determinado a contenerse: –Te has estado cansando viajando desde tan lejana distancia y ya estas provocándome tan pronto como regresas, ¿estás tratando de enfermarte?

Gu Yun: –Te deseo.

La nuca de Chang Geng estaba un poco entumecida. Hizo su mejor esfuerzo por escurrir una oración: –No quiero.

–¿Oh? –Gu Yun pausó y preguntó inocentemente, –¿entonces qué estas frotando?

Chang Geng: –¡Silencio y a dormir!

IV

–¡Silencio y a dormir! –Gu Shen tenía dos tendones verdes en su frente, en verdad quería arrojar a la bola de carne fuera de su cama de inmediato.

Desde el nacimiento de Gu Yun, la Primera Princesa no había estado bien de salud. Siempre se enfermaba con la llegada de una nueva estación. No era una enfermedad grave, pero por miedo a que fuera a ser contagiosa para los niños pequeños, no permitía a Gu Yun quedarse en su habitación. Con el fin de dar un ejemplo justo para su hijo, incluso corrió al General Gu, quien estaba entrando para unirse a ella.

El niño que estaba bloqueando la puerta permanecía sobre la punta de sus pies contra la ventana, observando dentro de la habitación de la princesa con ojos muy abiertos. El corazón de Gu Shen se suavizó por un momento y lo llevó de regreso a su lugar… de lo cual se arrepentía en ese momento.

–¿Vas a dormir o no?

Gu Yun se arqueó de aquí para allá en la cobija, luego enseñó su cabeza y lo miró. Mostró sus pequeños dientes de leche y le sonrió. No estaba para nada asustado del temible Mariscal Gu.

–Muy bien. –Gu Shen presionó al carrocho de regreso y lo palmeó, –¿Cómo le hace tu madre para convencerte de dormir?

–¡Cantando! –dijo el pequeño Gu Yun.

Gu Shen: –No digas tonterías. Tu madre no puede cantar en lo absoluto.

Incluso cuando habían visto a través de su mentira, el pequeño niño no parecía culpable. Él todavía estaba entusiasmado intentando liberarse de la mano de hierro del Mariscal Gu e intentando trepar por ahí.

Gu Shen estaba sorprendido. Estudió al joven niño por un momento. Antes de que todos sus dientes de leche hubieran crecido, ya se había atrevido a engañar a su padre, mintiendo sin sonrojarse, y él tampoco le tenía miedo; sus agallas eran tremendas.

Gu Shen lo convenció, –Sé bueno, y te contaré una historia.

Cuando Gu Yun escuchó esto, fue a la almohada para acostarse, permaneciendo muy obedientemente quieto.

Gu Shen vaciló por un momento con un rostro inexpresivo y dijo rígidamente, –Había una vez, un cachorro… un pequeño cachorrito…

¿Cómo podía el Mariscal Gu saber cómo contar una historia seria? Se devanó los sesos y creó una él mismo, relatándola en un tono desprovisto de vida, como un viejo monje cantando sutras. Su propio recital incluso lo arrulló a sí mismo para dormir, Gu Yun se aburrió después de un rato y comenzó a arrastrarse por ahí una vez más. Gu Shen levantó su mano y le dio una nalgada: –¡Quédate quieto!

Gu Yun se volvió enojado y se sentó, a punto de hacer temblar al cielo y la tierra con su llanto. Gu Shen lo miró sin reaccionar y se sorprendió al descubrir que la cosita era muy observadora. Notando que el truco que usaba habitualmente para tratar con su madre no funcionaba, inmediatamente retuvo sus lágrimas y no pretendió ni siquiera en lo más mínimo.

Gu Yun: –¡Le voy a decir a mamá!

Gu Shen levantó sus cejas y dijo, –Como sea, tu madre es mi esposa. Puedes intentar y ver del lado de quién se pone.

¿Qué significaba “esposa”? El pequeño Gu Yun no lo entendía muy bien, pero sentía que lo que el otro dijo era razonable. Su pequeño rostro se encogió ya sin decir más.

La intuición de Gu Shen le dijo que esa pequeña cosa no cesaría. Quizás era otra clase de “lazo mental” entre padre e hijo. Súbitamente le tomó interés y quiso saber cómo iba a lidiar el cachorro con él, usó la “fuerza” para envolver a Gu Yun en su cobija y lo sostuvo bajo su brazo. Luego cerró sus ojos y pretendió dormir.

Gu Yun estuvo bien durante un rato: más paciente de lo que Gu Shen imaginó. Luego intentó forcejear ligeramente un par de veces. Viendo que Gu Shen no respondió, se acercó a investigar si estaba dormido. El delgado y suave aliento del niño se roció sobre su cara, haciendo que le dieran ganas de reír. Pensó para sí, “Tan sigiloso, ¿vas a dibujar algo en mi cara?”

Gu Yun observó a su padre por un rato, luego lo llamó suavemente como un gatito, –¿Estás dormido?

Gu Shen mantuvo sus ojos cerrados y pretendió estar durmiendo.

Gu Yun esbozó una sonrisa astuta. Rápidamente salió de entre la cobija y reptó al borde de la cama. De pronto, puso sus garras e hizo cosquillas en los pies del Mariscal Gu. Gu Shen se levantó de golpe, él se deslizó fuera de la cama y se metió debajo.

Gu Shen: –…

Descubrió que había subestimado a esta redonda bola de carne. No hizo nada infantil como pintar sobre el rostro de alguien. De una mirada, vio que Gu Shen solo quería dormir, por lo que fue directo al punto principal: y no lo dejó dormir.

Esperó especialmente a que él cayera dormido para darle un “golpe fatal”, ¡incluso preparó una ruta de escape con anticipación!

Gu Shen se levantó la manga y saltó fuera de la cama, agachándose sobre el suelo: –¡Sal de ahí por mí!

¡Gu Yun se movió a un lugar más adentro bajo la cama y le hizo una mueca!

En medio de la noche, el comandante del Campamento del Hierro Negro se agachó en el suelo con una simple túnica, forcejeando de aquí para allá con su pequeño hijo, quien solo tenía unos años de edad, a través de base de la cama: –¿Vendrás o no?

Gu Yun negó con su cabeza felizmente.

Gu Shen quería reírse de rabia, le hizo un ademán a Gu Yun y lo intentó convencer con una voz suave: –Sal, papá te contará una historia.

Cuando Gu Yun escuchó esto, sacó su cabeza hacia adelante y casi es engatusado para salir. Inesperadamente, cambió de opinión y miró a Gu Shen con desconfianza: –¡Me vas a pegar!

Incluso sabía cómo negociar términos, Gu Shen dijo con una sonrisa, –No lo haré, ven aquí.

Gu Yun se sintió aliviado al escuchar esto y comenzó a reptar para salir. A medio camino, no había forma de decir qué fue lo que pensó, pero el chico se detuvo, –¡No te creo!

No era fácil de engañar.

Gu Shen colocó la palma que le picaba detrás de él y dijo como un lobo, –Prometo no golpearte, si lo hago, tu padre se convertirá en… en ese cachorro.

Gu Yun le dio vueltas con su joven e inexperto cerebro, luego finalmente aceptó esta condición y fue engañado por su padre. Gu Shen lo levantó como un águila atrapando a un pollo, diciendo con una sonrisa sombría, –Tú, mono sucio, papá no te está pegando, solo estoy sacudiéndote la suciedad de encima.

Un momento después, Gu Yun estaba llorando por culpa de las manos de su padre.

Gu Shen una vez más envolvió al niño en la cobija y lo puso a un lado, luego analizó todo el proceso de luchar por sabiduría y coraje. Súbitamente, pensó que este pequeño niño era un talento bastante digno de nutrir. Así que levantó su mano y palmeó a la redonda cabeza de la bola de carne que aún estaba gimoteando: –Te contaré una historia, ¿quieres escuchar?

Gu Yun sacó su cabeza, sus ojos llenos de lágrimas, observándolo con desconfianza.

Gu Shen detuvo sus palabras, luego dijo lentamente: –Te relataré la historia de la batalla de la Gran Liang en la Frontera Norte.

–¿Qué es la Gran Liang? –preguntó Gu Yun con un nudo en la garganta.

–En la Gran Liang, hay muchos pasos en el norte; en el oeste, hay cien mil montañas; el sur corre hacia una isla distante; en el este, hay un vasto mar azul. De este a oeste, toma largo tiempo viajar a caballo. Las costumbres son bastante diferentes. Los ciudadanos viven en lugares diferentes, de norte a sur, todos disfrutan de paz…

Ya no habló más en un tono seco. A pesar de que Gu Yun no entendía todo, todavía lo escuchó cuidadosamente y no hizo más jugarretas.

Gu Shen: –¿Sabes qué son los ciudadanos?

Gu Yun vaciló y sacudió su cabeza.

–Son miles de hombres como tu padre, mujeres como tu madre, niños como tú, y gente mayor como el tío Wang. –dijo Gu Shen. –El lugar donde nosotros vivimos juntos es llamado la Gran Liang. Tenemos un montón de cosas buenas aquí. La seda que vestimos, el carruaje de vapor en el que nos movemos cuando salimos, e incluso un plato lleno de… ¿qué te gusta comer?

Gu Yun dijo, –Carne.

Gu Shen: –…

“El niño no tiene ambición.”

–Pero hay un lugar donde existe un grupo de personas cuya apariencia es ligeramente diferente a la nuestra. Ellos son pobres. También hay carne, pero no lo suficiente para llenar el estómago, un montón de ella está secada al aire. –Gu Shen abrió la boca de Gu Yun, miró a su hilera de delicados dientes de leche y sacudió su cabeza desdeñosamente. –De cualquier forma, tu no podrías ser capaz de masticarla, y nunca es suficiente. No hay comida ni los bocadillos y dulces que comes a diario. Hace hambre todos los días. ¿Sabes lo que es el hambre?

La expresión de Gu Yun era de asombro; obviamente, no lo sabía.

–Así que a menudo intercambian comida con nosotros. –dijo Gu Shen. –Pero al continuar, no estaban satisfechos. Pensaban que lo que les dábamos era muy poco, así que enviaron personas a robar.

Los ojos de Gu Yun se abrieron, se hizo un ovillo y abrazó la esquina de su manta nerviosamente, como si tuviera miedo de que le robaran su carne y sus dulces.

Gu Shen dijo, –Ese es el porque la Gran Liang necesita armaduras de hierro y a alguien como tu padre para mantener un lado en paz.

Gu Yun parpadeó: –¿Paz?

Gu Shen lo recogió y lo colocó sobre su pecho. Su pecho era amplio y firme; los latidos de su corazón estables y lentos. Palmeó a Gu Yun en la espalda y le contó al niño qué era llamado “paz” y el “Campamento del Hierro Negro”.

Habló sobre la rugiente Armadura Pesada, el Águila que cortaba el cielo, la Armadura Ligera que cubría miles de kilómetros en un día y cómo los tres ejércitos del Campamento del Hierro Negro cruzaron las fronteras del norte para hacer que los lobos bajaran sus cabezas.

No había forma de saber cuándo había caído dormido Gu Yun. Gu Shen abrió sus ojos y lo miró. Vio que la esquina de sus ojos todavía estaba un poco enrojecida. Una garra sujetaba la tela sobre su pecho, como si quisiera ponerla dentro de su boca.

Gu Shen no pudo evitar pensar, “Si eres ambicioso, el mundo estará en paz por otra generación”.

Luego, sintió que había colocado una esperanza tan grande sobre esta redonda bola de carne, lo cual era un poco anhelante. Se rio de sí mismo, levantó su mano para apagar la lámpara de vapor y pensó para sí, “Bueno, vayamos con la corriente”.

Al menos por ese momento, Gu Shen de sangre de hierro estaba aún con un corazón consentidor e indulgente, y quería que su único hijo pequeño creciera libre de preocupaciones.

V

Después de que la corte imperial fuera despedida, Gu Yun no fue ni al Campamento del Norte ni al Instituto Ling Shu, sino que regresó a la Mansión del Marqués y fue a la arena de su casa.

–¿Qué es lo que está buscando el Marqués? –preguntó el tío Wang.

–Un Cortavientos… en realidad, solo era un palo. –Gu Yun se movió a través del grupo de marionetas de hierro en el patio y caminó al interior.

La familia Gu había dado a luz a generales militares por décadas. En la generación de Gu Shen, había alcanzado el punto en el que podía sostener el Emblema de Hierro Negro, su estatus era igual al de la realeza. Su poder y reputación había llegado a lo más alto. En el arsenal, había armas legendarias acumuladas a lo largo de generaciones de sus ancestros. Al pasar la puerta, había una inexplicable aura imponente. En el interior, había muchas espadas y hojas simples y viejas, mientras que las de fuera estaban más o menos reforzadas con motores de fuego. Entre las armas coleccionadas ahí, algunas habían bebido inmensurable cantidad de sangre, y estaban aquellas que nunca habían sido usadas, todas estaban en exhibición silenciosamente, dignas y fieras.

El tío Wang llamó a varios sirvientes familiares para cargar una gran caja para Gu Yun. –¿Qué clase de Cortavientos está buscando? Tenemos todo aquí.

–Uno que de menos de treinta centímetros de largo. –Gu Yun pensó que como el tío Wang lo había visto crecer, no había nada de lo cual estar avergonzado, y se rio de nuevo. –En realidad, no es un verdadero Cortavientos, solo una imitación, estaba vacío por dentro, para que un niño juegue con él… ejem, solo lo recordé de pronto. Está bien si no podemos encontrarlo, quizás ya ha estado perdido durante un largo tiempo.

El tío Wang hizo un sonido de “ah” en respuesta y dijo lentamente: –Ese, por supuesto, sigue aquí, espere a que lo encuentre por usted.

Ordenó a alguien que moviera la escalera, la colocó contra el gabinete de madera con un montón de arcos en exhibición, luego intentó subir él mismo. Gu Yun apresuradamente detuvo al tembloroso anciano: –Permítame, por favor más lento.

–En lo alto del armario, hay una pequeña caja. –dijo el tío Wang. –Todos los juguetes del Marqués cuando era niño están ahí dentro.

Gu Yun subió la escalera acorde a sus palabras y encontró una caja de hierro en lo alto del gabinete de madera. Limpió la gruesa capa de polvo sobre él y lo abrió. Vio que ahí había un juego de pequeños juguetes como armaduras, cascos y muñequeras, los cuales no estaban hechos de hierro negro. Eran ligeros y delicados. Gu Yun nunca supo que tenía esos juguetes cuando era niño. Se quedó aturdido por un largo rato y no pudo recordar cuándo los tuvo.

Además de esos, había otros juguetes como hondas, ponys a base de vapor y otras cosas con las que los niños jugaban en la caja, así como un “Cortavientos” de menos de treinta centímetros de largo.

Gu Yun sacó cuidadosamente el Cortavientos hueco. Parecía demasiado delgado para él, podía ser sostenido por solo dos de sus dedos. Difícilmente podía sentir el peso en su mano. Limpió el polvo del extremo con sus dedos y los dos claros caracteres de “Gu Yun” aparecieron, seguidos por letras más pequeñas, la cuales decían “Xiao Shiliu”. No era la clase de escritura a la que estaba acostumbrado, la cual buscaba deliberadamente la elegancia. Estaban profundamente tallados, nada ostentosos, parecían incluso ligeramente hoscos.

Los soldados del Campamento del Hierro Negro, cada uno tenía su nombre grabado en el Cortavientos. Gu Yun pensaba que él era el único que no, pero su nombre estaba allí.

Se quedó anonadado. Esta era la verdadera evidencia, que probaba que sus ligeros y borrosos recuerdos eran todos verdad. Lo miró, y súbitamente una escena vino a su mente…

VI

El pequeño Gu Yun se paraba sobre las puntas de sus pies y sostenía el brazo de un hombre. La fuerza del hombre era inmensa, incluso mientras lo cargaba, su mano sosteniendo el cuchillo ni siquiera temblaba. Él talló las palabas “Gu Yun” en un trazo, luego se las mostró: –He grabado el nombre, esto ahora es tuyo.

El niño pequeño todavía no conocía los caracteres. Extendió sus dedos y contó los caracteres cuidadosamente: –Xiao… Shi… Liu, ¿ah?

Parecía que faltaba una palabra.

Gu Shen se rio y dijo, –Dice “Gu Yun”. Hijo, grabar “Xiao Shiliu” en el Cortavientos, ¿quieres que el enemigo se ría de ti en el campo de batalla?

Gu Yun no entendía de que se reía. Lo pensó y dijo: –Gu Yun está bien. Quiero tallar Xiao Shiliu también.

Ese día, la risa del Mariscal Gu pudo ser escuchar a través del patio.

VII

–Esto es lo que el Viejo Marqués ordenó del Instituto Ling Shu. –el tío Wang entrecerró sus ojos al ver la barra de hierro vacía en las manos de Gu Yun. –Excepto por que no tiene núcleo interno, la carcasa fue minimizada acorde a un verdadero Cortavientos.

Gu Yun acarició el vejestorio cuidadosamente, sin decir una sola palabra.

Todo lo que obtuvo de su padre fueron insensibilidad y falta de compasión. La espada que fue puesta en su mano desde la infancia había sido usada para matar personas. Las marionetas de hierro que lo acompañaron a practicar con la espada realmente podían romperle los huesos o incluso matarlo.

El tío Wang murmuró: –El mundo lo maniató, el Viejo Marqués no pudo evitarlo. Por favor no lo culpe.

Si esto hubiera sido dicho a Gu Yun veinte años atrás, no habría sido capaz de entenderlo, incluso si se descomponía cada palabra para explicárselo. Ahora, ya que había crecido hasta la edad de su padre, incluso solo escuchando un suspiro, él podía entender la causa.

Gu Shen quería ayudar a hacer el mundo pacífico y retirarse del poder en su punto más alto. No obstante, el Emperador Yuan He estaba hechizado por la belleza de la consorte de Man y estaba lleno de sospechas respecto al dueño del emblema del Tigre de Hierro Negro.

La palabra “amor” era profundamente conmovedora: podía hacer que el corazón de una bestia se suavizara, que el dios de la ferocidad se inclinara para oler flores, que miles de personas caminaran hacia adelante sin temor, y volver a los cobardes mucho más extremos e insanos.

El Emperador Yuan He estaba tan impaciente que ni siquiera quiso esperar hasta que el país estuviera en paz como lo que soñó Gu Shen. Desde que ignoró todas las tradiciones ancestrales para convertir a la diosa bárbara una consorte real, todo se volvió anormal. Inmediatamente después, el Emperador había intentado retomar la autoridad militar varias veces. Todos los cobardes en la corte pudieron detectar sus intenciones y lo siguieron…

Hasta el incidente del Campamento del Hierro Negro.

Gu Shen se había vuelto a ser duro de corazón con su hijo mimado de nuevo, porque había predicho el caos en el futuro cercano, o quizás había previsto su propio fin. Debía forzar un camino de sobrevivencia para Gu Yun, para el Campamento del Hierro Negro, para la familia Gu y para la misma Gran Liang.

Si él fuera a cambiar de lugar con el Viejo Marqués… Gu Yun sacudió su cabeza, incapaz de imaginarse si hubiera tenido el corazón para ser tan despiadado. Colocó cuidadosamente el Cortavientos de vuelta en la caja, súbitamente recordando una charla que tuvo con Chang Geng.

VIII

–¿Yo? Cuando era niño, no le tenía miedo a mi padre. Lo único que temía era no ser capaz de ganarle. –Gu Yun frunció el ceño en confusión y dijo a Chang Geng. –Una pequeña mujer como Hu Ge Er, incluso si era un poco viciosa, tú ya eras más alto que ella cuando tenías doce o trece, ¿de qué tenías miedo?

Chang Geng lo pensó y dijo, –¿Quizás soy diferente a ti?

–Bueno, cuando eras niño, siempre pensabas de más y tenías un temperamento suave. –Gu Yun lo recordó repentinamente y preguntó. –¿Te doy miedo?

–¿Qué? –Chang Geng estaba sorprendido al inicio, luego rio. –¿Cómo podría tenerte miedo?

“Ni siquiera puedo pasar suficiente tiempo pensando en cómo cuidar de ti.”

Gu Yun dijo con descontento, –Comparado con Hu Ge Er, podría ser considerado un padre estricto, ¿no? En tus ojos, ¿este Mariscal no es tan poderoso como una mujer bárbara tan pequeña como una palma?

Chang Geng dijo con una sonrisa, –Incluso si tienes la habilidad de volar por el cielo y ocultarte en la tierra, no lastimarías ni siquiera una hebra de mi cabello. ¿Qué tan poderoso puedes ser? Ningún niño le teme a quienes lo aman.

Ningún niño le teme a quienes lo aman.

Gu Yun pensó en las palabras de Chang Geng, y algo en su corazón se rompió súbitamente.

Él solía pensar que cuando se enfrentaba a alguien fuerte, él se volvería más fuerte, y ese era por qué nunca había temido a su padre. Pero resultaba que, en un lugar donde sus recuerdos más profundos habían quedado borrosos, permanecía un Cortavientos sin núcleo, soportando el cielo y la tierra para protegerlo.

Tch, –Gu Yun bajó de un salto de la escalera casi sombrío. –lo sé. En el festival Qingming de este año, encenderé personalmente dinero fantasma para él.

Referencias

Referencias
1 Por Yun, el “rebelde” en la numerología Zi Wei, recomiendo leer “Acerca del título” para entender mejor a qué se refiere.
2 NTE. Dos de los “Ocho Extraordinarios Meridianos”; se consideran como “almacenes” de la energía interna.

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