96. Peligro

“Zi Xi, me duele…”

Cuando Chang Geng abrió sus ojos, estaba oscuro a su alrededor, la única superficie cercana que reflejaba la luz era la cabeza calva del Maestro Liao Ran.

Tan pronto como se movió, Xu Ling, quien estaba en muy mal estado, se acercó deprisa y gritó: –¡Su Alteza! ¡Su Alteza! ¡Está despierto! ¿Aún me reconoce? Su Alteza…

Antes de que terminar de gritar, el Maestro Xu había comenzado a atragantarse. Parecía el hijo filial de Chang Geng, mirándolo y enjugándose las lágrimas. Inesperadamente, entre más se las limpiaba, más lágrimas comenzaban a salir. Al final, se sentó a un lado y comenzó a llorar ruidosamente.

Chang Geng: –…

Este sonido que taladraba los oídos tenía un efecto muy similar a la flauta de su General Gu zumbando alrededor de los oídos de Chang Geng. En este momento, se alegraba mucho de que el Maestro Liao Ran fuera un hombre mudo.

El mudo no solo no chillaba, sino que también consoló de forma muy considerada al Maestro Xu, a quién le escurrían los mocos de la nariz y tenía lágrimas por todos lados.

Él se acercó a Chang Geng y dijo a través del lenguaje de señas, «Este lugar está cerca del Campamento de Jiangbei, es muy seguro. El pájaro de madera ha sido liberado. El pequeño hermano bajo el mando del Hermano Sun también ha intentado encontrar una manera de contactar al Campamento de Jiangbei usando la insignia de Su Alteza. Si no hay accidentes, el General Zhong pronto será capaz de encontrar este lugar, Su Alteza esté tranquilo.»

A pesar de que el monje a menudo pretendía ser misterioso y no le gustaba bañarse, él era digno de ser un discípulo de alto rango en el Pabellón Lin Yuan. En la mayoría de los trescientos sesenta días del año, siempre habría dos días en los que se podía depender de él.

Chang Geng asintió cansadamente con su cabeza y entendió profundamente lo que era llamado “que se te vuelque el bote en un estanque[1], no pudo evitar el reír amargamente.

Ese día, Chang Geng dejó atrás a los guardias y se llevó solo al Maestro Xu Ling al grupo Sha Hai. Desafortunadamente, sin tener mucha suerte, su llegada fue muy inoportuna.

Ellos solo habían seguido al Jefe Sun a una rama secundaria del grupo. En el camino al cuartel principal, el movimiento rebelde ya había salido de su nido con toda su fuerza, justo a tiempo para encontrarse con ellos.

En realidad, esta vez, a pesar de que el corazón de Chang Geng se sorprendió, no estaba tan nervioso.

De acuerdo a su entendimiento de la situación de Jiangbei en este momento, la rebelión no fue una sorpresa para él. Un perro desesperado intentará saltar por encima de la barda, un conejo morderá a las personas cuando está asustado. Todos sabían que la rebelión era un grave crimen que se castigaba con la ejecución de nueve generaciones, pero incluso si todas las nueve generaciones estaban muertas, quedarían colgando de un hilo, luchando por su cuenta por un medio de supervivencia en esta precaria situación ¿cómo podía ser esto una forma de vivir? Morir como un cobarde o morir decapitado como un rebelde seguían siendo muertes de cualquier manera. Una persona no podía morir dos veces, entonces sería mejor levantarse en armas, al menos podían morir por un propósito significativo, dejando sus nombres atrás en los libros de historia.

Los refugiados que escaparon de Jiangbei se vieron obligados a rebelarse.

Sin embargo, Chang Geng no era un dios. Él podía deducir que ocurriría tal fenómeno entre los refugiados, pero era imposible saber cuándo y de qué manera iban a rebelarse. Pero en ese momento, Chang Geng solo sintió que había llegado en el momento equivocado: ¿qué tormentas no había experimentado Yan Wang? Él nunca había pensado que la situación fuera a salírsele de control.

Chang Geng sabía que esta clase de levantamiento rebelde no era difícil de resolver.

Primero que nada, tanto la corte como los rebeldes, todos sabían que en la era de combatir con ziliujin, uno no podía conseguir la victoria por tener dos o tres expertos en artes marciales, las máquinas y armaduras era de vital importancia, incluso los mejores y más famosos generales como Gu Yun no serían capaces de hacer mucho cuando se agotara la munición. El grupo Sha Hai, incluso si esta asociación del mundo pugilista fuera más grande, no era de ninguna forma un oponente para el Campamento de Jiangbei mientras no tuviera armamento, armaduras de hierro y su propia fuente de ziliujin.

No tenían opción más que rebelarse. Su razón no era otra más que pedir a la corte por un medio para sobrevivir.

Antes de que Chang Geng viniera, él había preparado este camino a la supervivencia para ellos. Las personas que eran valientes y no le temían a la muerte todavía se aferrarían a la oportunidad de sobrevivir. Si ellos pudieran, ¿quién estaría dispuesto a enfrentarse contra el Campamento de Jiangbei? ¿Quién querría ser un huevo yendo contra una roca?

A pesar de que el Jefe Sun, el que llevó a Chang Geng al grupo Sha Hai, hablaba duramente y tenía mala actitud, era un hombre inteligente y no actuó imprudentemente. Viendo el conflicto en el interior del grupo, él de inmediato ocultó la identidad de Chang Geng y Xu Ling. Es esta situación, en la que todos estaban al límite, con un Yan Wang caído del cielo, no solo eso era incapaz de estabilizar a la gente, sino que encendería el fuego en el ejército rebelde. Si en verdad hubiera sido un idiota corto de miras el que hubiera detenido a Yan Wang para amenazar al Campamento de Jiangbei, entonces los dos lados terminarían mal.

El mismo Jefe Sun y Chang Geng tuvieron coincidentemente la misma idea. No querían usar las vidas de esas pobres personas para llenar la boca del cañón del Campamento de Jiangbei, el cuál debería estar dirigido a los extranjeros: solo para hacer que la corte escuchara un ronco y profundo llanto.

Por lo tanto, Chang Geng y Xu Ling continuaron pretendiendo ser comerciantes voluntarios del sur, el Jefe Sun los ayudó, escondiéndolos. Al mismo tiempo, resultaba que Liao Ran, quien había estado mezclándose con los refugiados en Jiangbei para rezar por las personas, también estaba en el grupo Sha Hai. Gracias a las relaciones que Liao Ran había establecido de antemano, ellos fueron capaz de contactar sin problemas con los líderes de más alto rango del ejército rebelde.

Como todo mundo sabía, Yan Wang tenía una lengua persistente de ocho centímetros que podía adaptarse a con quien fuera que hablara. Excepto que siempre actuaba fuera de lugar cuando estaba de cara a Gu Yun, esta habilidad tenía un excelente poder de combate en otras ocasiones. Mientras él lo deseara, podía engañar a cualquiera. En el corto periodo de poco más de un mes, Chang Geng básicamente había controlado la situación. Originalmente, las personas en el grupo estaban sobrecalentadas, más tarde, todo el mundo estaba dispuesto a sentarse y sopesar las ventajas y desventajas.

A excepción de una terca espina que no quería respirar el mismo aire que la corte imperial, todos los “Cuatro Reyes” del grupo Sha Hai, incluyendo al Jefe Sun, fueron persuadidos por Chang Geng, dispuestos a enviar primero personas para intentar contactar con la corte.

Pero en este momento, el Campamento de Jiangbei, el cual había estado buscando el paradero de Yan Wang en silencio, súbitamente realizó movimientos. De pronto, la atmósfera se tensó una vez más.

Chang Geng sabía que el falso Yang Wang había arribado a la capital, el asunto había sido revelado y su desaparición en Yangzhou se había vuelto un asunto bien conocido. Involucrando a un príncipe, el Campamento de Jiangbei fue obligado a cambiar su actitud de actuar en secreto a hacerlo públicamente.

Por un lado, Chang Geng tranquilizó a los rebeldes del grupo Sha Hai. Por el otro, él escribió personalmente un documento, esperando que el Campamento de Jiangbei no actuara precipitadamente de momento, para evitar llevar todos sus esfuerzos hasta ese punto a la ruina.

Quién iba a saber que algo saldría mal en ese momento.

Cuando se es golpeado por la mala suerte, uno puede ahogarse incluso mientras bebe agua. Yan Wang nunca había conseguido que las cosas fueran a su manera desde que entró en la guarida de los bandidos. Después de que el grupo Sha Ha conspiró para rebelarse, ellos implementaron la estrategia de “los conejos astutos tiene tres madrigueras” por seguridad y cambiaban la ubicación de su cuartel general una vez cada diez días.

En este momento, el cuartel general acababa de ser movido a una pequeña colina en Jiangbei, apoyándose en una mina: a Jiangbei no le faltaban esta clase de minas. Si Chang Geng tuviera a un mecánico experto a su lado en ese momento, le habría recordado que, en esas pequeñas minas, los pájaros de madera no serían capaces de volar en lugares cerca de la montaña.

Algunas minas anularían a las brújulas y otros objetos. A pesar de que los pájaros de madera del Pabellón Lin Yuan estaban elaborados de manera exquisita, la mecánica de su núcleo se apoyaba en un imán especial en el abdomen, el cual podía establecer conexión con el imán que portaban los individuos del Pabellón Lin Yuan. Los pájaros de madera solo podían volar en el aire a través de las alturas para evitar la interferencia. Cuando no lo hacían, dando vueltas alrededor de las minas, los imanes en el abdomen de todos los pájaros de madera se arruinarían inmediatamente.

El pájaro no podía salir volando. Sin más opción, Chang Geng tuvo que emplear un método burdo: permitir que el mismo Liao Ran corriera a mandar el mensaje, era la carta que el guardia personal de Gu Yun había llevado a la capital.

Como resultado, algo salió mal.

Los cuatro líderes rebeldes por lo general no tenían buena educación. Su nivel de pasatiempo estaba muy cerca a los viejos campesinos que escuchaban las interpretaciones en el templo, refiriéndose a sí mismos como el “Rey del Cielo”, “Rey de la Tierra”, “Rey de los Fantasmas” y “Rey del Hombre”, provocando escalofríos

El Jefe Sun era el Rey del Hombre. El Rey del Cielo era la especialmente terca espina que era extremadamente malvada y albergaba profundo odio hacia la corte.

El obstinado hombre originalmente poseía gran influencia. Alguna vez todos quisieron seguirlo a la rebelión, pero ahora pasó repentinamente de ser un gran jefe a una minoría cabeza dura. Después de una cuidadosa consideración, sintió que todo esto comenzó a causa del Rey del Hombre quien siempre estaba indispuesto a enfrentar al Campamento de Jiangbei. Guardando rencor hacia el Jefe Sun quien “codiciaba la vida y temía a la muerte”, él sobornó a un subordinado de confianza del Jefe Sun, listo para atraparlo por su punto débil y eliminarlo.

El resultado fue mero azar. El hombre que había sido sobornado espió durante seis o siete días, sin ser capaz encontrar el punto débil del Jefe Sun, pero se las arregló para ver a Liao Ran dejando el cuartel general a altar horas de la noche, haciendo contacto con personas de la corte.

Cuando el Rey del Cielo vio que el hombre al que habían llamado “hermano” durante tanto tiempo era un sabueso de la corte, se enfureció al instante, su poca confianza en el hombre colapsó en un instante.

Chang Geng tomó una rápida decisión, tomando la iniciativa para invitar a todos los líderes y bandidos respetables a venir, admitiendo su estatus como enviado imperial antes de que el “Rey de los Cielos” llegara a cuestionarlo a su puerta. A pesar de que el tiempo aún no era el correcto, era mejor que ser expuesto por alguien más.

Ciertamente Chang Geng podía matar al Rey del Cielo, pero las personas del mundo pugilista tenían su propia forma de vivir. Esas personas que se ganaban la vida por medios despreciables no eran tan prácticas como los oficiales de la corte. Una falla al tratar con ellos podría desatar una reacción violenta.

Al principio, el nido de los bandidos estalló a causa de la provocación intencional del Rey del Cielo, una docena de bocas discutieron ruidosamente. Yan Wang entonces sacó valientemente un cuchillo para cortar madera y lo clavó en la mesa, diciendo fríamente, –Entonces, vamos a seguir las reglas, tres cuchillos y seis agujeros[2].

Este movimiento fue capaz de suprimir a la mayoría de las personas, pero no podía engañar al verdadero bandido. La sangre feroz del “Rey del Cielo” fue incitada por él. Sin decir una palabra más, apuñaló a Chang Geng con el cuchillo. Chang Geng sabía que esta ordalía[3] no podría terminar si él no recibía esta puñalada, por lo que se mantuvo de pie sin ocultarse.

Los rebeldes estaban atónitos. Tan pronto como vieron la sangre, especialmente los grandes líderes, supieron que Yan Wang no podía morir en el grupo Sha Hai de esta manera turbia. De otra forma, en ese punto, serían forzados a rebelarse sin quererlo, no habría otro camino más que morir, toda la esperanza para volver atrás se desvanecería. Por lo tanto, se apresuraron a intentar hacer la paz y se detuvieron unos a otros. El Rey del Cielo se enfureció incluso más, anunciando en el acto que tomaría a sus hombres para separarse del grupo Sha Hai.

Con las peleas internas en el grupo, el asunto de la rebelión tuvo que dejarse de lado. El Jefe Sun mandó personas a escoltar a Chang Geng para que partiera durante la noche. En el camino, fueron interceptados por varias oleadas de los hombres del Rey del Cielo viniendo por sus vidas, casi todos los subordinados dejados por el Jefe Sun se perdieron.

Sin embargo, del tipo que se encerraría a sí mismo en una Armadura Pesada como el Maestro Liao Ran era media carga, mientras que Xu Ling era una carga completa. Para un experto en artes marciales, incluso si estaba solo en la guarida del tigre, seguía siendo más cómodo que huir por su vida con un par de lastres.

Chang Geng estaba herido. Él no había batallado tanto desde hacía muchos años. Con el fin de proteger al Maestro Xu, su área vital en el pecho recibió otra herida de cuchillo que había removido su piel y carne. Afortunadamente, él aún era medio-aprendiz de la señorita Chen, para bien o para mal, todavía pudo detener el sangrado de alguna forma.

Liao Ran usó una hoja para reunir agua y dársela a Chang Geng, luego encontró la medicina que cargaba con él para volver a vendar las heridas. Chang Geng bebió el agua, dejando salir un suspiro y reuniendo algo de fuerza para hablar. Él intentó recuperar su espíritu y palmeó a un lado, bromeando con Xu Ling, –Venga, siéntese aquí Ming Yu. El que un hombre pierda su caballo puede ser una bendición… Antes de que se me acabe el aliento, primero debe dejar de lamentarse.

Xu Ling se enjugó las lágrimas con su manga, después de repetir las palabras “qué embarazoso” varias veces, se atragantó de nuevo, –Fue este humilde oficial quien ha sido una carga para Su Alteza.

Chang Geng rio suavemente cuando escuchó esas palabras: –La última vez, cuando los extranjeros sitiaron la ciudad, el hermano Ming Yu se decidió personalmente a trabajar duro y aprender un lenguaje extranjero. ¿Qué pretende hacer después de esto? ¿Quiere regresar y aprender artes marciales para poder romper enormes piedras con su pecho?

Xu Ling: –…

Chang Geng: –Mire, el Maestro Liao Ran no llora, él está muy tranquilo.

El monje gesticuló desvergonzadamente, «Este pobre monje no fue capaz de ser de ninguna utilidad y tuvo que apoyarse en la protección de Su Alteza. Definitivamente encenderé una lámpara de la longevidad para Su Alteza y cantaré sutras cada día por usted después de su regreso.»

–Gracias, Maestro, pero con su dignificada imagen, si fuera a abrir la boca, me temo que tendré que morir joven.

Chang Geng ajustó su postura con dificultad. Un sudor frío se escurrió de inmediato por detrás de su oreja. El jadeó en busca de aliento y le dijo a Xu Ling, –Estos días, se ha suscitado mucho revuelo sobre… ese asunto, los bandidos del grupo Sha Hai también han comenzado a hablar sobre eso. Yang Rong Gui usó mi nombre para rebelarse. Incluso si somos inocentes, ellos definitivamente no pueden atrapar nuestro punto débil, pero… en una parcela de melón o bajo un ciruelo[4]… ¡Ah!… Maestro, usted no puede hablar, ¿pero también es ciego?

Liao Ran, quien tenía una visión pobre, junto con Xu Ling, se acercaron para darle apoyo a Chang Geng a la izquierda y derecha, evitando cuidadosamente sus heridas para girarlo.

Mn, en una parcela de melón o bajo un ciruelo… no seríamos capaces de aclararlo por nosotros mismos. –Chang Geng entonces soportó el dolor para llenar la última parte de la oración, –La situación de los refugiados en Jiangbei había llegado a esta etapa, no podemos darnos por vencidos a medio camino… En lugar de apresurarnos en regresar para buscar al Emperador y defendernos, preferiría quedarme aquí para arreglar el asunto por completo, después podré tomar ventaja de esta pequeña herida carnal para pedir un permiso y evitar sospechas.

Xu Ling vio que sus vendas recién puestas comenzaban a empaparse de sangre de nuevo, escuchando la descuidada frase “pequeña herida carnal”, su admiración por Yan Wang estaba más allá del reproche. No era mucho menor comprada con la del Maestro Feng Han en la capital.

Él estaba a punto de expresar su sentir sinceramente cuando el rostro del monje cambió repentinamente. Él agitó su mano para detener al Maestro Xu y ladeó su cabeza para colocar su oído sobre el suelo. Un momento después, señaló a Chang Geng, «Hay no menos de una docena de personas aproximándose, poderosas monturas, ¿a qué lado pueden pertenecer?»

Nadie podía decir si la gente que se acercaba era del General Zhong o si eran los perros rabiosos del Rey del Cielo.

Chang Geng presionó el hombro de Xu Ling con una mano y a duras penas pudo incorporarse. Xu Ling estaba sorprendido. Estaba a punto de abrir su boca para detenerlo cuando Chang Geng extendió su mano y lo interrumpió: –Shh.

La expresión relajada que su rostro mostraba deliberadamente un momento atrás se desvaneció, sus ojos resplandecieron, su atención se concentró, como un rey de las bestias herido. Incluso si estaba sangrando por todos lados, todavía podía mostrar sus colmillos y propinar un golpe fatal.

Chang Geng sostuvo un cuchillo que había robado a un bandido desconocido. El pálido dorso de su mano estaba cubierto de venas azuladas y, aun así, él no lucía débil debido a heridas serias. Al contrario, solo hacía que la gente se sintiera horrorizada.

Xu Ling no pudo evitar contener su aliento.

Repentinamente, Chang Geng inclinó ligeramente su cabeza, sus labios secos y partidos mostraron una ligera sonrisa. Alargó su mano para enderezar su desastrosa vestimenta, tiró su cuchillo y dijo a Xu Ling con firmeza, –Vaya a ver cuál general es el que viene, dele la bienvenida, dígale que yo lo invito a entrar.

Xu Ling estaba anonadado: –Su Alteza, ¿cómo sabe…?

–¿Cómo pueden esas personas en el grupo Sha Hai tener una cabalgata y una marcha tan ordenada? Debe ser uno de los generales del Campamento Jiangbei. –Chang Geng se dio tiempo para cubrir las espantosas heridas sobre su pecho y abdomen con su desgarrada túnica exterior. Dijo con gracia, –Perdone a este príncipe por esta ligera indisposición, qué grosero de mi parte.

Liao Ran: –…

Podría decirse que la habilidad para fingir de Yan Wang le fue heredada por Mariscal Gu.

Xu Ling lo respetaba y admiraba desde el fondo de su corazón. En este momento, incluso si Yan Wang se tiraba un pedo, él continuaría admirándolo y creyéndole incondicionalmente. Salió de inmediato a recibirlos.

Chang Geng extendió la mano hacia su morral y tanteó el interior. Había algunas medicinas de emergencia dentro además del tranquilizante. Sacó una pieza de hoja anestésica con dedos temblorosos y la estrechó en su mano en secreto. Planeaba masticar un trozo en una emergencia más tarde si el dolor era demasiado insoportable. Luego rechazó la ayuda de Liao Ran y se apoyó a sí mismo con el cuchillo para ponerse de pie.

Justo entonces, él escuchó a Xu Ling gritar, –¡Su Alteza, es…!

Sin decir nada, el visitante ya había entrado caminando en medio de los agudos relinchos de los caballos.

Chang Geng: –…

Gu Yun, quien se suponía había regresado a la capital, entró a contraluz.

Chang Geng ya no fue capaz de mantenerse más sobre sus pies. El cuchillo hizo un fuerte ruido al caer sobre el suelo. Se lanzó hacia adelante y fue atrapado por Gu Yun.

El Yan Wang quien todavía estaba “caminando tranquilamente bajo una lluvia sangrienta” súbitamente “colapsó de dolor”, el calmo y complaciente “Rey de las Bestias” se convirtió en un frágil gato enfermo, una mano cayó débilmente desde el hombro de Gu Yun. Él exhaló un susurró sedoso: –Zi Xi, me duele…

Referencias

Referencias
1 NTE. Refrán. Significa “fallar miserablemente en cada tarea” o “encontrarse con un fracaso inesperado”.
2 Una regla entre los bandidos, cuando alguien comete un error irreparable y pide perdón, debe ser apuñalado 3 veces. El método general es atravesar el muslo 3 veces con un cuchillo afilado para formar “6 agujeros”.
3 NTE. Prueba ritual usada en la Europa medieval y en ciertas sociedades para averiguar la culpabilidad o inocencia de una persona acusada, y una de cuyas formas es el juicio de Dios.
4 NTE. 瓜田李下. Es usado para advertirle a las personas de no hacer nada que pueda causar sospechas. Viene de una pequeña historia en la que un estudiante, de camino a visitar a un amigo, se sentó a descansar bajo un ciruelo. Su sombrero se atoró en una de las ramas del ciruelo y mientras intentaba desatorarlo, el dueño del árbol lo vio y pensó que estaba robando. A pesar de que el estudiante lo negó, el dueño no le creyó y el estudiante terminó huyendo. Más adelante le pasó algo similar cuando cruzaba por una parcela de melones: se tropezó con las plantas y perdió su zapato, poniéndose a buscarlo entre los melones. Nuevamente fue encontrado en esta situación por el dueño de la parcela, y la situación se repite.

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6 comentarios

  1. me dio mucha risa lo de «si chang geng se tirara un pedo» super random jajajaja. btw te amo gu yun. tambien, se me interesante como aunque la historia no esté precisamente centrada en el romance de ellos dos, su relación es muy tierna y es lo más realista posible dentro de lo que cabe (de guyun el niño rico que se volvio mariscal siendo padre adoptivo de chan traumado geng)

  2. Ay pobre mi bebe Chang Geng :’c me encanto lo del final jaja quiere que lo mimen x2 :3

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