92. A la Deriva
«Regresa con el General Zhong, dile que me preste algunas Armaduras de Águila, las regresaré cuando haya terminado. Deprisa.»
Ya fuera Gu Yun, Zhong Chan, o inclusive dentro la totalidad del Ejército de la Gran Liang, nadie tenía una absoluta confianza en una batalla marítima, por lo que ellos debían hacer su mejor esfuerzo para responder. Primero, siguieron al joven genio Ge Chen del Ling Shu para desmantelar al Dragón Occidental. En base a los aspectos de velocidad, defensa, artillería y capacidad de carga de ziliujin, analizaron los hábitos operacionales de la Marina Occidental de principio a fin y la posibilidad de cambios que podrían tener en el campo de batalla.
Cuando los dos ejércitos llegaran a una confrontación inevitable, habría miles de Dragones grandes y pequeños. Era muy diferente de cuándo huyeron en el río con veinte personas. Cualquier cosa era posible.
Cómo combatir en ciertas situaciones, muchas cosas parecían requerir solo una reacción flexible durante la batalla, pero en realidad, todo eso dependía de las innumerables experiencias y esfuerzos del comandante detrás. Además, también debían discutir la dirección del desarrollo de la Marina de la Gran Liang en el futuro, cómo prepararse, qué clase de buque de guerra deberían solicitar al Instituto Ling Shu, cómo entrenar a los soldados, cómo distribuir el ziliujin, y así sucesivamente.
La situación de Gu Yun aquí era un poco más complicada. A él se le ordenó el comandar las cuatro fronteras. Además del campo de batalla en Jiangnan, tenía que considerar muchos otros aspectos.
Todos los días, seguía a la estación de patrullaje alrededor de Liangjiang para sentir la situación del campo de batalla. Durante la noche, regresaba a discutir alternadamente ya fuera con el Viejo General Zhong o con el Alcalde Yao. Desde que Chang Geng se fue, siempre había estado en movimiento, ocupado hasta el punto de no tener un momento para beber agua.
Hoy, mientras Gu Yun se incorporaba para despedirse de Yao Zhen, sus piernas se entumecieron repentinamente, su cuerpo se tambaleó y su corazón latía como un tambor. Yao Zhen rápidamente le brindó soporte: –Mariscal, ¿qué ocurre?
–Estoy bien, solo estoy hambriento. –dijo Gu Yun con un toque de auto-burla, riéndose. –Al decir verdad, justo ahora si fueras a traerme un panqueque tan grande como un carro tirado por un burro, todavía podría devorarlo entero.
Yao Zhen frunció el ceño, Gu Yun no debería ser capaz de ver su propio rostro en ese momento. Todos describían a la gente joven como “rebosantes de vigor”. El espíritu de una persona estaba todo en su rostro. Si estaba o no saludable, uno podía saberlo mirando sus labios y mejillas.
Yao Zhen dijo, –El Mariscal debería venir a mi casa hoy. Mi esposa no tiene otros pasatiempos, ella solo ama cocinar. Permítame pedirle que prepare algo de sopa y unos platillos de vegetales para usted. No hay lujosos manjares, pero no carecemos de comidas caseras, calientes y deliciosas.
Si Gu Yun hubiera escuchado esto antes, instantáneamente lo habría seguido por una comida gratis, pero no sabía qué problemas tenía recientemente: entre más cansado estaba, menos podía comer, solo quería encontrar un lugar para caer dormido. Él replicó, –Gracias. ¿Qué tal si lo dejamos para otro día? Ya es muy tarde hoy. No es adecuado molestar a su esposa.
No era conveniente para Yao Zhen persuadirlo más, acompañó a Gu Yun todo el camino de regreso a la tienda, sin sentirse tranquilo. Al final, dijo: –Manteniendo la colina verde, no habrá que temer que falte leña. Mariscal, debe cuidar más de sí mismo.
–Es suficiente para pasar el invierno, no se preocupe. –Gu Yun agitó su mano, levantó su cabeza y movió su cuello tenso. De pronto, atisbó el río de estrellas en el cielo, fluyendo como satín. Dijo con emoción, –Recuerdo que ese año, a pesar de que el Hermano Chong Ze fue brillante, no fue ambicioso, sin querer tomar crédito por algo tan grande como apaciguar el levantamiento de Wei Wang. Prefirió vivir una vida estable en este único acre de su propia casa… pero ahora también ha sido empujado a este punto, el destino en verdad juega con las personas.
Yao Zhen dijo con una risa amarga: –Hay demasiadas facciones luchando entre sí en la corte. Yo tan solo soy un académico sin poder ni influencia. ¿Por qué debería seguirlos para añadir más combustible al caos? ¿Qué tanto beneficio puede resultar de hacer esquemas y maquinaciones? Es mejor permanecer en este lugar, muy lejos del Emperador, donde tengo a toda mi familia alrededor, jóvenes y viejos, sin tener que preocuparme por la comida o la bebida, incluso mis palabras tienen algún valor en el área local, ¿no es eso buena suerte?
Yao Chong Ze era demasiado listo, era incluso más excepcional en obtener beneficios y evitar las desventajas. Tan pronto como cuando Wei Wang se rebeló, había reconocido con rapidez el camino al declive oculto bajo la falsa pretensión de prosperidad de la Dinastía de la Gran Liang, él no estaba dispuesto a vender su vida por la corte arruinada, solo portando sobre si una posición oficial que no era ni grande ni pequeña, queriendo morir con la panza llena.
Desafortunadamente, en el presente, no había huevos intactos bajo un nido volcado, ya no podía esconder más sus talentos.
Gu Yun se negó a dejarlo ir y preguntó, –¿Y después de que la guerra termine?
Yao Zhen respondió con vigor, –Si el país es pacífico, entonces, ya no habrá más un lugar donde pueda ser de utilidad. Si la corte continúa envuelta en un miasma espeso como en este momento, ¿por qué debería añadir más? El Mariscal Gu porta el Emblema del Tigre Negro en sus manos, ¿es en verdad más feliz que ese año cuando era joven, regresando victorioso del sur, disfrutando del vino de flores[1]Beber en compañía de prostitutas. con nosotros los ociosos?
Gu Yun: –…
Yao Zhen pareció haber recordado algo y rio: –Incluso ahora, todavía lo recuerdo con claridad, cuando el Mariscal Gu estaba ebrio, se paró sobre una delgada barandilla con un pie, balanceándose, sosteniendo una espada engarzada usada para bailar para esculpir letras bordadas sobre los pétalos que caían en el aire, haciendo que las bellezas se ruborizaran, incluso ahora, continúa siendo una gran historia…
Gu Yun estaba tan avergonzado que la lengua casi se le hace un nudo: –En ese entonces era un niño, no entendía nada. Estos asuntos sin sentido, por favor… no los saque de nuevo en el futuro.
Yao Zhen sonrió inconscientemente, entonces miró hacia el sur y dijo, –Un día, cuando Jiangnan esté recuperada, yo seré el anfitrión, invitando al General a emborracharse en la brisa de la primavera. Debe venir.
Gu Yun pensó, “No me atrevo. Tener a una persona así en la familia ya es suficiente.”
Sin embargo, era inconveniente confesar palabras tan embarazosas a la cara de un viejo amigo, Gu Yun solo podía mostrar una sonrisa insondable.
En medio de la noche, cuando los dos no estaban avergonzados para hablar sobre el entretenimiento, Ge Chen de pronto se acercó corriendo con el rostro pálido, sosteniendo una pieza de papel de grano de mar en su mano: –¡Marqués, esto no es bueno! ¡Yang Rong Gui va a rebelarse!
Esta carta venía del falso Yan Wang. Temiendo que el pájaro de madera fuera a ser atrapado por los chicos malos, él no se atrevió a mencionar el asunto del verdadero y el falso Yan Wang, ni a revelar que esta carta de tan solo unas cuantas palabras era para ser enviada al Campamento de Jiangbei, él solo estaba buscando ayuda. Diciendo que ellos habían estabilizado temporalmente a los traidores, pero no sabía qué les haría Yang Rong Gui a continuación.
Gu Yun y Yao Zhen quedaron estupefactos al mismo tiempo. Gu Yun en realidad asumió que cuando Yang Rong Gui no pudo sobornar a los enviados imperiales, él usaría este método. Pero había estado a cargo del Campamento del Hierro Negro por un largo tiempo, de alguna forma no se tomaba en serio a esas fuerzas locales. Pensó que los veinte guardias personales eran suficientes para arrasar con la Capital de Yangzhou. Chang Geng no era el tipo que se excedía con las cosas.
Gu Yun levantó su mano y tomó el papel de Ge Chen, solo viendo que la escritura sobre él no era la de Chang Geng, luciendo como si hubiera sido escrito en un apuro, pero sobre todo eso, el contenido provocaba que uno estuviera más aterrorizado entre más se leyera, especialmente al final: “el Emperador fue asesinado, es incierto si está vivo o muerto.”
Los pensamientos de Gu Yun giraron con rapidez, rompiendo en un sudor frío instantáneamente. Manteniendo a Yan Wang en el sur y asesinando al Emperador en la capital. Esto no era imposible de conseguir si había una calculación lo suficientemente meticulosa, mientras uno tuviera las agallas para hacerlo.
Si el Pabellón Lin Yuan no había sido involucrado en secreto, todavía habría pájaros de madera del Lin Yuan que pudieran salir volando. Actualmente, la Ciudad Yangzhou estaba aislada, todas las noticias prácticamente bloqueadas. Yang Rong Gui podía hacer que sus subordinados escoltaran a la fuerza a Yan Wang hacia el norte, ni siquiera molestarían al Campamento de Jiangbei.
Lo que es más, una vez que Li Feng hubiera muerto y el trono estuviera vacante, sería digno de considerar.
Yao Zhen: –¿Mariscal?
–Regresa con el General Zhong, dile que me preste algunas Armaduras de Águila, las regresaré cuando haya terminado. Deprisa. –Gu Yun ya había olvidado su agotamiento de un momento atrás. Él dijo rápidamente, –Xiao Ge, quédate aquí e intenta contactar con la capital para ver qué está ocurriendo. Levaré gente a Yangzhou.
En ese momento, el falso “Yan Wang” y “Xu Ling” fueron empacados por Yang Rong Gui, “invitándolos” para subir a su bote y dejar la Prefectura de Yangzhou con su ejército, moviéndose hacia el norte para obligar al Emperador a abdicar.
Su viaje fue muy en secreto. De la gran epidemia en Jiangnan que no causó ningún rumor, era claro cuánto control tenían Yang Rong Gui y su grupo de traidores sobre las estaciones a lo largo del canal.
En la noche, en la parada en una estación de mensajería, “Yan Wang” y “Xu Ling” debían quedarse en la misma habitación. Ya se habían encargado de los guardaespaldas a su lado. El exterior estaba repleto de los ojos y oídos de Yang Rong Gui, no podían escapar incluso si les crecían alas.
No fue hasta la medianoche que “Yan Wang” miró hacia fuera de la ventana. Cuando vio que los guardias se habían relajado un poco, tocó su rostro, bajó su voz hacia “Xu Ling” y dijo, –Si hubiera sabido que era un trabajo tan difícil, bien me hubiera quedado con los bárbaros. Esta vez, Yan Wang me debe muchos favores: ni siquiera sabemos si el pájaro de madera pudo llegar a las manos de Ge Pang Xiao, también envolvimos al joven maestro de esta forma. Si tu padre se entera, él debería estar muy preocupado.
“Xu Ling” estaba a punto de contestar cuando, de pronto, su rostro se tornó solemne. De alguna manera, todos los pocos guardias detrás de la puerta cayeron. Sin ningún sonido en lo absoluto, una sombra negra voló al interior.
Todas las armas de autodefensa sobre el cuerpo de “Xu Ling” habían sido confiscadas, él agarró una taza de porcelana sobre la mesa y la lanzó con gran fuerza. El visitante levantó su cara suavemente, evadiendo esta arma por un pelo, luego extendió su mano e hizo rodar la taza de porcelana dentro de su manga, después trepó silenciosamente por detrás de la ventana. Su cuerpo era increíblemente ágil, incluso después de esta serie de acciones, las campanillas de viento no habían hecho ni un solo sonido.
Cuando el visitante aterrizó, se quitó la máscara del rostro y señaló, «Soy yo.»
Era Gu Yun.
“Xu Ling” nunca antes había conocido a Gu Yun, estaba aturdido, solo “Yan Wang” tomó una bocanada de aire frío, la alegría mostrándose en su rostro.
Gu Yun en realidad pensó que había algo extraño. La taza que Xu Ling había lanzado llevaba demasiada fuerza, pero justo ahora no había tiempo para pensarlo. Miró cuidadosamente al exterior, frunció el ceño y señaló rápidamente, «¿Cómo llegó a este punto? ¿Dónde están los guardias personales?»
Antes de que hubiera terminado de hablar mediante el lenguaje de señas, “Yan Wang” se precipitó hacia él como una golondrina regresando al bosque, con hermosos pasos que inspirarían halagos en otros.
Los demás no sabían Gu Yun tenía una nariz aguda. A un metro de distancia del cuerpo de una persona, él podía detectar si había algo mal por el olor. En lugar de la perpetua fragancia relajante, el “Yan Wang” frente a él no tenía los largos años del aroma del tranquilizante, sino un imperceptible olor a polvo para maquillarse. De pronto, Gu Yun dio un paso hacia atrás y sujetó la garganta de “Yan Wang”: –¿Quién eres tú?
“Yan Wang” no esperaba haberse revelado a sí mismo tan pronto como estuvieron cara a cara. Frustrado con su enorme falla, él agitó sus manos y pies, y señaló con sus labios: «Tío Shiliu, soy yo.»
Las únicas personas que llamaban a Gu Yun “tío Shiliu” eran los dos niños, Ge Chen y Cao Chun Hua, que fueron traídos junto con Chang Geng desde el pueblo Yanhui, a pesar de que después de crecer, ellos ya no se referían a él de esa manera.
Gu Yun aflojó su mano y dijo con asombro, –¿Xiao Cao?
De este lado, ellos unieron esfuerzos en secreto unos con otros, no había información respecto al paradero del verdadero Yan Wang. Al mismo tiempo, en el tercer día de Julio, una carta secreta de la Ciudad Yangzhou pasó a través de la Novena Puerta de la Ciudad Imperial y arribó a las manos de Lu Chang.
Después de leer, Lu Chang no pudo contener su risa de júbilo, reuniéndose con su gente de confianza para discutir asuntos secretos mientras mandaban una invitación para Lord Fang Qin.
Las mansiones Lu y Fang no estaban muy lejos una de otra. El sirviente familiar regresó pronto, –Mi señor, la familia Fang dijo que el Maestro Fang contrajo recientemente una grave enfermedad. Él tiene sarpullido sobre todo su cuerpo y una fiebre alta. Está a punto de moverse a una casa a las afueras de la capital, no es conveniente para él recibir ninguna visita. Su sirviente vio que en el patio habían preparado los carruajes, iban a comenzar a quemar sus ropas de cama y prendas de vestir en el patio.
Lu Chang preguntó, –¿Tiene el Maestro Fang algunas palabras para mí?
–Sí, –respondió el sirviente de la familia respetuosamente. –el Maestro Fang me pidió transmitirle sus mejores deseos, para que consiga el éxito deseado.
Lu Chang sonrió burlonamente, agitó su mano para que se retirara y se volvió hacia el estudio. –Fang Qin, ese viejo zorro, tiene muchas ideas malvadas en su mente, todo poderoso cuando da instrucciones a las personas a su alrededor, como si dibujara los ríos y montañas. Tan pronto como ocurre algo, se revierte a su costumbre habitual y encoge su cuello hacia atrás como una tortuga. En esta vida, solo tiene la habilidad de un Comandante Cabeza de Perro[2]NTE. Literalmente, Maestro de Ejército Cabeza de Perro; en sentido figurativo se refiere a una persona que da malos consejos o a un consejero inepto.. Olvidémonos de él, ahora nuestro gran plan ya está completo en más de la mitad. Todo está listo, lo único que falta es el Viento del Este.
El “Comandante Cabeza de Perro” cubierto de ronchas a quien Lu Chang mencionó, solo quemó sus ropas y sábanas, yendo a los suburbios del norte en un pequeño y muy ordinario palanquín. Resultaba que Shen Yi, quien también se escabulló afuera en secreto como él, estaba en el Campamento del Norte. Cuando escuchó que el Maestro Fang, aquel que nadie sabe sobre qué lado ha colocado su precioso trasero, venía a hacer una visita, él estaba impactado.
El nuevo comandante del Campamento del Norte era uno de los generales adjuntos de Tan Hong Fei. Sabiendo que este no era un asunto trivial, inmediatamente murmuró aconsejando, –General Shen, por favor evítelo de momento. Permítame encontrarme con este hombre.
Ese día, Fang Qin permaneció en el Campamento del Norte por más de una hora. Nadie supo qué había dicho. Solo hasta que oscureció fue que él se fue silenciosamente en su pequeño palanquín.
A finales de Julio, el cumpleaños del Emperador Long An estaba justo a la vuelta de la esquina.
Desde que Li Feng ascendió al trono, él nunca había celebrado un gran banquete por su cumpleaños, la viuda emperatriz murió temprano en el palacio y, después de la muerte del anterior Emperador, a él ya no le quedaba ningún mayor que se hiciera cargo de esto.
Sin embargo, para su cumpleaños de este año, Li Feng finalmente tuvo algo de movimiento.
La Torre Qi Yuan que colapsó durante la guerra fue reconstruida en su ubicación original. Li Feng creyó que la apariencia de la “Plataforma Zhai Xing” era demasiado ominosa y el lujo derrochador de la “Gran Vista de Yunmeng” afectaba la buena voluntad de los cielos. Por lo tanto, él ordenó una reestructuración para transformar la “Torre Qi Yuan” en el “Altar Qi Ming”, aboliendo la función original de comer, beber y entretenimiento; y convirtiéndolo en un altar sagrado para orarle a los cielos. También se trasladó aquí al Departamento Imperial de Astronomía.
Nadie sabía si el Emperador Long An no tenía nada más que hacer o si había sido persuadido por los tipos malos, pero él decidió ir al recientemente construido Altar Qi Ming para rezarle a los cielos y a sus ancestros, confesando todos sus pecados para celebrar su cumpleaños.
…hablando de eso, los subordinados de Li Feng consistían solo en oficiales corruptos y ministros que se dedicaban a roer a su sociedad y corroer su nación. Él mismo estaba destinado a una vida de dificultades sin nadie que lo amara, ni siquiera había alguien que le preparara un tazón de fideos en su cumpleaños, incluso habiendo puesto en exhibición todos sus errores gobernando para que todo el mundo lo viera.
Esto era triste y depresivo, pero aparte del grupo de gusanos podridos de barba blanca en la corte, no había nadie atrás que reconociera su trabajo: en verdad era una tragedia humana.
Cuando el Emperador dejó el palacio, todos los oficiales naturalmente lo acompañarían. El Ejército Imperial abría su camino y marchaba hacia el Altar Qi Ming. El Astrónomo Imperial estaba esperando, vestido con el atuendo formal apropiado, el sonido de las campanas resonaba por toda la ciudad.
Había mil escalones de piedra que conducían a lo alto del Altar Qi Ming, y un estrecho camino en el medio era el “Camino Imperial”, solo para que el Hijo de los Cielos caminara sobre él. A ambos lados estaba el “Camino Real” acompañado por los oficiales, que solo subía quinientos escalones y se detenía a medio camino del altar.
El Emperador Long An levantó sus pies del Camino Real, los rangos más bajos de los cientos de oficiales civiles y militares lo vieron desde abajo. Acompañándolo a lo más alto estaban dos ministros, uno marcial y uno civil. Tanto Gu Yun como Yan Wang no estaban en la capital en este momento, los puestos de los acompañantes tuvieron que ser reemplazados por Jiang Chong del Gran Consejo y Shen Yi, el Gobernador del Suroeste, quien resultaba que estaba en la capital.
Li Feng siempre estaba ocupado, descuidando el montar a caballo y la arquería, vistiendo el increíblemente pesado atuendo del Emperador, fue bastante difícil subir esos mil escalones. Mientras avanzaba a lo largo del camino, repentinamente su mente anduvo en las nubes, recordando algo de su infancia.
Fue la primera vez que Gu Yun iba con la facción del Viejo Marqués al sur para eliminar a los bandidos y regresaba victorioso. Li Feng siguió al anterior Emperador como el Príncipe Heredero y le dio la bienvenida de vuelta a la corte al ejército.
Li Feng recordaba el vigor del joven general cuando se fue, su rostro luciendo una arrogancia de alguna forma infantil. Cuando regresó del campo de batalla, toda su apariencia parecía haber envejecido hasta diez años. Los rasgos faciales que aún no habían sido agudizados por los años, pero los ojos que parecían estar en un sueño debido a que eran incapaces de ver bien habían comenzado a hundirse, semejando a un verdadero Cortavientos, cerniéndose ligeramente con un aura imponente.
Él desmontó de su caballo, gritando “¡Larga vida al Emperador!” junto con todos los oficiales y generales. La armadura sobre su cuerpo estaba brillando como las escamas de un pez bajo la luz del sol. Li Feng rara vez conseguía acompañar al anterior Emperador fuera del Palacio. Él miró a Gu Yun en su armadura con admiración. Tomando ventaja de cuando el comandante del ejército de ese tiempo estaba conversando con el Emperador, Gu Yun levantó su cabeza de improvisto, guiñando un ojo en dirección al Príncipe Heredero quien todavía no había llegado a los veinte, sonriéndose el uno al otro mientras intercambiaban una mirada.
Ahora, Li Feng estaba en el Altar Qi Ming, recordando este viejo evento del pasado, sus labios no pudieron evitar levantarse en una sonrisa. Él regresó a sus sentidos, miró hacia atrás y vio a numerosas personas arrodilladas debajo de los escalones de piedra. Solo había cabeza a donde fuera que mirara, los dos que lo acompañaban también eran de buen comportamiento, nadie se atrevía a alzar su cabeza para ofenderlo…
Quizás ya no existía más en este mundo el joven que le guiñaría un ojo. El corazón de Li Feng súbitamente dio a luz a la soledad de un gobernante en la cima.
El Departamento Imperial de Astronomía estaba listo para el ritual de veneración a los cielos. Él se estaba aclarando la garganta para abrir la boca. De pronto, hubo un disturbio debajo del altar.
Li Feng quería exhibir sus propios pecados, pero también quería hacerse un nombre para sí mismo como alguien diligente y humanitario. En este día, la capital no reforzó por completo la ley marcial, solo usó al Ejército Imperial para separar a la gente a ambos lados del camino. Había incontables personas que vinieron a unirse a la diversión. Tan pronto como una conmoción estalló, algo ocurrió.
Un grupo de hombres enmascarados salieron repentinamente de entre la muchedumbre de espectadores, sus movimientos como el viento, abriendo un hueco en la línea de defensa del Ejército Imperial en un parpadeo y precipitándose directamente hacia el altar de plegarias.
–¡Cuidado!
–¡Es la gente de Dong Ying!
Cientos de oficiales estaban en desorden. Liu Chong Shan, el comandante del Ejército Imperial, gritó “¡Protejan al Emperador!” y se apresuró directamente al Camino Imperial del altar con rapidez. Se arrodilló al lado de Li Feng y dijo rápidamente, –Su Majestad, este lugar es peligroso, lo escoltaré lejos de inmediato.
Li Feng no podía respirar de ira, pateando el hombro de Liu Chong Shan: –¡Incompetente!
Liu Chong Shan levantó su cabeza súbitamente y en sus ojos brilló una intención asesina. Varios de los guardias imperiales que seguían a Liu Chong Shan sacaron sus espadas al mismo tiempo. Li Feng estaba conmocionado, llegando a comprenderlo súbitamente: en primer lugar, no había asesinos. Básicamente era una rebelión. Esta táctica era similar a la del anterior Emperador en esa ocasión, ¡permitiendo que la consorte bárbara dañara al Campamento del Hierro Negro!
Li Feng estaba asustado y furioso, señaló a Liu Chong Shan y dijo, –¡Qué coraje! ¡Te atreverás!
Liu Chong Shan, con una risa baja, se incorporó y se quitó el polvo de los hombros, acercándose a Li Feng. –Su Majestad, por su seguridad, tiene que ser escoltado fuera de este caótico lugar.
Mi amado Shen Yi está ahí por favor que no le pase nada ?
Shen yi en ti confío
Ahh marditos buitres traidores… ?
Oh …