83. Contraataque
“Zi Xi, lo que me has dado, no me lo quites.”
Gu Yun no sabía nada sobre la técnica de acupuntura, solo siguió las enseñanzas de la señorita Chen paso a paso. Había escuchado el rumor exagerado de que una aguja equivocada podía paralizar al paciente, por lo que no se atrevió a ser descuidado en lo más mínimo, abajo, penetrando profundamente cada aguja. En verdad resultaba bastante difícil para sus ojos ciegos.
Solo hasta que la última aguja estuvo colocada en su lugar fue que Gu Yun dejó salir un suspiro de alivio, una delgada capa de sudor había estallado sobre su cuerpo. Se limpió las manos con la toalla a su lado. Cuando se dio la vuelta, Chang Geng estaba observándolo sin parpadear, con su cabeza levantada de lado. El matiz sangriento y las dobles pupilas en sus ojos se habían ido, su mirada era tranquila y distante, reflejando el brillo de la lámpara de vapor, semejando a un par de llamas dentro de la lámpara de aceite encendida bajo el antiguo Buda.
Gu Yun: –¿Qué estás mirando?
Chang Geng elevó rígidamente la esquina de sus labios. Con las agujas plateadas sobre su cuerpo, su rostro estaba sellado en un estado de parálisis, incapaz de reír.
Los ojos de Gu Yun deambularon a través de su suave espalda con hermosas curvas. Aunque él en verdad quería “tomar venganza”, no se atrevió a violar las órdenes del doctor y tocarlo en este momento. Carraspeó y dijo, –Muy bien, basta de sonreír, date prisa y descansa, ¿no tienes que levantarte temprano mañana?
–Zi Xi, –la cara de Chang Geng no podía usar muchos músculos, sus palabras solo podían ser pronunciadas con el tono de un suave susurro, sonando incluso más como si actuara consentido, –¿puedes darme un beso?
Gu Yun le dio una mirada de advertencia: –¿Estás buscando problemas? Ya te has convertido en un erizo, y aun así continúas seduciéndome.
Chang Geng ya había visto a través de él, solo la palabra “yifu” era suficiente para hacerlo admitir derrota. El honesto caballero oculto bajo una capa de hombre indecente no tocaría ni siquiera su dedo mientras él estaba atrapado con todas esas agujas. Así que miró a Gu Yun sin miedo, solo sonriendo, las esquinas de su boca no podían levantarse, pero sus ojos estaban llenos de risa.
Gu Yun pensó: “Ya subió todo el camino hasta mi cabeza”.
Sin embargo, Gu Yun tampoco era un viejo monje después de todo. Cuando el vio los anchos hombros desnudos y la estrecha cintura del hombre joven, su cuerpo como jade, su cabello negro disperso como si fuera satín, negro y blanco en contraste, no pudo evitar sentirse movido, por lo que tuvo que sentarse con sus ojos cerrados para descansar.
Después de un breve momento, pudo escuchar un sonido susurrante proveniente del lado. Gu Yun abrió sus ojos y vio a Chan Geng trepar como un cadáver. Él primero tocó sus labios, luego sostuvo gentilmente sus labios entre los de él y los mordisqueó, sus espesas pestañas temblando ligeramente, en un agudo contraste con su rígida expresión al encontrarse sellado por las agujas.
Gu Yun quería empujarlo lejos, pero el cuerpo de Chang Geng estaba cubierto con agujas, no había lugar para hacerlo. Antes de que pudiera actuar, Chang Geng lo había empujado sobre la cama.
El hombre que amaba estaba sumergiéndose sobre él estando medio desnudo y con el cabello disperso por todos lados. La garganta de Gu Yun se movió. Sintió que estaba a punto de transformarse en hierro por abstenerse por cien años. Él palmeó furiosamente las nalgas reales de Su Alteza Yan Wang: –Todavía tienes las agujas puestas, ¿vas a volverte loco de nuevo?
Chang Geng se inclinó sobre él, su barbilla se colocó sobre el cuello de Gu Yun y murmuró, –Estoy bien. Ese día cuando pensé en ti estando en mis brazos, siempre sentí que todavía no había despertado. Nunca había tenido ningún buen sueño después de muchos años, siempre estuve asustado de que, como el comienzo es feliz, más tarde sería golpeado por los demonios. De alguna forma me asusté a mí mismo y provoqué pesadillas.
Gu Yun miró arriba, a la cortina de la cama, pensó acerca de eso, y preguntó, –¿Qué es lo que verías normalmente en tus pesadillas?
No supo si Chang Geng lo escuchó o no. Él solo lo observó y no respondió, sus labios se cernieron sobre su mejilla, dándole un besito después de unos cuantos segundos.
Gu Yun estiró su mano para bloquearlo: –Deja de pegarte a mí, puedes encender el fuego, pero no te importa extinguirlo.
Chang Geng suspiró. Por primera vez, no quiso escuchar el consejo del doctor en lo absoluto.
Incluso así, él no dejó de molestarlo y dijo en voz baja, –Te ves tan bien en ropa formal.
Gu Yun escogió una zona libre de agujas para sostenerlo perezosamente. –¿Qué ropa visto que no se ve bien en mí?
Él ya se encontraba un poco somnoliento. Debido a que Chang Geng no dormía bien, en la habitación siempre se quemaba tranquilizante. Si podía relajar a Chang Geng o no, esto era difícil de decir, solo sabiendo que Gu Yun, el pescado que fue afectado por el estanque, se estaba sintiendo adormilado cada vez más temprano.
Él fue emboscado por las personas de la Región Occidental. Por un rato, las viejas heridas continuaron recurrentes. Después de medio año, a pesar de que habían mejorado, él podía sentir por sí mismo que su espíritu estaba mucho peor que antes.
Cuando estaba en el frente de batalla, todavía tenía una cuerda tensada en su corazón. Ahora que él había regresado a la corte y no necesitaba estar en un estado de alerta todos los días, la cuerda se aflojó lentamente, a menudo tenía una clase de agotamiento que era incapaz de disiparse. En esta ocasión, a pesar de no habló por mucho tiempo, sus ojos ya estaban cerrados en una neblina.
Chang Geng amaba inmensamente esta descarada falta de vergüenza de él, rio un par de veces en voz baja: –Sería bueno si fuera solo para que yo lo vea, ropa formal solo para que yo la vea, la armadura solo para que yo la vea, la ropa casual también fuera para mí, nadie tiene derecho para desearte…
Sus palabras eran mitad-verdad, mitad-bromeando. Gu Yun, quien tenía sus ojos cerrados, asumió que solo estaba siendo juguetón, palabras de coqueteo murmuradas en la cama. Rio y replicó: –Me temo que eso no es posible, pero sin llevar nada puesto, por otro lado, es solo para tu lo veas.
Los ojos de Chang Geng cambiaron al instante. Varias agujas plateadas se erigieron desde el dorso de su mano hacia la muñeca que no podía impedir que él moviera lentamente sus manos y comenzara a tocarlo por todas partes, al punto de despertar a Gu Yun.
Gu Yun tuvo que evitar las agujas plateadas sobre el dorso de su mano y la parte de atrás de su muñeca, empujó a Chang Geng hacia atrás y dijo adormilado, –No hagas ningún alboroto. ¿Quieres conseguir más agujas?
Justo entonces, la celosía de la ventana fue tocada suavemente desde el exterior.
Los ojos de Gu Yun estaban somnolientos. –¿Hn? Yo lo traeré.
Él alejó a Chang Geng ligeramente y abrió la ventana. Un sucio pájaro de madera voló al interior y cayó sobre su mano. El pájaro de madera era muy viejo. Una esencia de madera de sándalo lo empapó profundamente, penetrando ligeramente en la nariz de perro de Gu Yun.
Gu Yun regresó y le tendió el pájaro de madera a Chang Geng. –¿Es del burro calvo? ¿A dónde salió corriendo esta vez?
El Templo Hu Guo había sido depurado por Li Feng, pretendía dar la posición del monje líder a Liao Ran por su exitoso rescate, pero él se negó a aceptarla a toda costa, solo colgando este nombre en el templo y continuó viajando a través de todo el mundo, viviendo como un monje asceta.
–Está ayudando a los refugiados a asentarse en Jiangbei. –Chang Geng no se levantó con mucha facilidad. –Algunas veces, entre la gente común, la plática de un monje es mejor que la de los oficiales.
Él abrió el pájaro de madera mientras hablaba, sacó la carta de Liao Ran y la observó una vez. La sonrisa que permanecía en su rostro desapareció gradualmente. Por un momento, él suspiró ligeramente y puso la carta a un lado.
Gu Yun la tomó y le dio un vistazo; –Jiangbei tuvo una epidemia, ¿cómo es que no he escuchado nada sobre eso?
–El clima por ahí es caluroso y húmedo, y hay muchas personas muertas. Si no podemos lidiar con esto a tiempo, no es anormal que ocurra una epidemia… El año pasado, el valle del canal fue renovado. Asigné a esas personas la tarea de asentar a los refugiados en un lugar basándome en sus logros. Bastardos, incluso aprendieron cómo ocultar las cosas. –murmuró Chang Geng mientras se sentaba al lado de la cama, su alma parecía estar fijada a su cuerpo por múltiples agujas plateadas, luciendo muy agotado y apagado. Sus ojos cayeron sobre la esquina de la cama. La lámpara a la cabeza de la cama arrojó una larga sombra sobre su nariz y se extendió sobre su rostro que se había vuelto mucho más delgado. –Pensé que después del ajuste, se mantendría limpio por dos años, entonces pensaría en algo después de combatir esos dos años, no esperé que fuera a ser de esta forma…
Si no se hubiera podrido hasta la raíz, se temía que eso no habría producido tan descarados y audaces oficiales locales que parecían rufianes.
Gu Yun vio que él no estaba para nada sorprendido, preguntó, –¿Ya sabías esto?
Chang Geng estuvo en silencio por un momento, –Zi Xi, ayúdame a quitarme las agujas. Ya estoy mejor.
Muchas personas estaban exhaustas, muchas personas estaban perdiendo sus vidas, pero la corte continuaba discutiendo.
Gu Yun removió las agujas plateadas de su cuerpo con fluidez, tomó una túnica delgada de al lado y la envolvió alrededor de Chang Geng. Él puso su mano alrededor de la cintura de Chang Geng y dijo, –No pienses en eso. Ten una buena noche de sueño. Si hay alguna dificultad, dímelo. No debes cargarlo solo.
Sin saber cuál nervio de Chang Geng fue provocado por esta declaración, repentinamente, se volvió hacia Gu Yun y dijo, –¿Me ayudarás con lo que sea?
Gu Yun lo pensó y dijo, –Excepto por las cosas que se encuentran por encima de las órdenes y leyes correctas. Si quieres las estrellas, no te daré la luna. Incluso si está lluvioso o nublado, aun así, erigiré una escalera hacia el cielo para tomarlas para ti, ¿está bien?
Al final de la oración, pareció tener un pequeño trazo bromista, pero esta vez Chang Geng no rio. Quizás el cuerpo que acababa de ser sellado no había estado completamente relajado, tal vez él era capaz de escuchar el significado oculto en las palabras de Gu Yun.
Gu Yun lo besó suavemente en la oreja: –Ven aquí, recuéstate.
Chang Geng, no obstante, se dio la vuelta y sujetó el mentón de Gu Yun. Su expresión que era una vez más tan tranquila como un mar de polvo de estrellas y repentinamente se desató en una tormenta, disipando la habitualmente gentil capa exterior. Sus mejillas estaban pálidas, sus ojos increíblemente oscuros, venas azules saltaban violentamente sobre el dorso de sus manos, ocultando el poder de los antiguos Dioses del Mal en la leyenda.
No fue sino hasta que Gu Yun frunció el ceño que la fuerza de las yemas de los dedos de Chang Geng se aflojó súbitamente. Miró a Gu Yun con una expresión indescriptible por un momento. –Zi Xi, lo que me has dado, no me lo quites.
Gu Yun estuvo de acuerdo y respondió con calma, –De acuerdo, el salario de la mansión se te da a ti, pero, ¿puedes darme una o dos piezas de plata como mesada cada mes?
Chang Geng lo escuchó contestar solo porque si, su expresión se apagó, pero Gu Yun rio y lo abrazó, haciéndolo rodar sobre la cama: –No te dejaré, lo juro por dios… ¿cómo es tan severa tu desconfianza? Duérmete rápido, yo ya siento muerto de sueño.
Chang Geng no lo dejó ir, –Incluso si yo realmente…
–Inclusive si estás loco, no te dejaré. –Gu Yun se acurrucó tomando su brazo como almohada, palmeando ligeramente el cuerpo de Chang Geng, consciente o inconscientemente, y cerró sus ojos. –Si te atrever a salir y herir personas, te romperé la pierna y te ataré a la casa, vigilándote todo el día y la noche, ¿satisfecho ahora? Ya estamos a mitad de la noche, y todavía quieres ser regañado…
Lo que él dijo no fueron ningunas buenas palabras, pero la respiración de Chang Geng se volvió errática, sus ojos se iluminaron repentinamente y deseó poder devorar a la persona frente a él. Pero de pronto recordó la advertencia del doctor. Todavía conociendo sus límites, no se atrevió a aventurarse más allá con el Hueso de la Impureza. Solo miró a Gu Yun por un momento, y finalmente se acostó reticentemente.
Chang Geng cerró sus ojos e imaginó la escena de lo que acababa de escuchar. Su cuerpo entero se tensó. Deseó que Gu Yun realmente pudiera romperle las piernas y encerrarlo en una habitación: incluso si era una pequeña habitación oscura, él nunca se quejaría.
Él dio vueltas sobre la cama por un momento y, finalmente, no pudo evitar extender su mano y sujetar la muñeca de Gu Yun. –Tú lo dijiste, si estoy loco, puedes encerrarme, o si tú quieres pasar de mí en el futuro, puedes darme una botella de Corona Roja de Grulla[1]He Ding Hong, un veneno similar al arsénico.. Después de despedirte, terminaré con mi propia vida… ¡Ah!
Gu Yun levantó su mano y le dio una nalgada. Esta vez no fue una caricia amorosa, sino con verdadera fuerza, ardiente y dolorosa.
Gu Yun: –Terminar mis pies. Cállate, si no te vas a dormir entonces vete.
Yan Wang, quien comenzó a decir tonterías tan pronto como le quitaron las agujas finalmente fue golpeado para que obedeciera y se callara. Cuando la consciencia de Gu Yun se deslizó lejos, él continuaba preocupándose. Temía que la sentencia de Chang Geng “terminando su propia vida” era algo en lo que podía mantener su palabra y llevar a cabo. No supo si era su naturaleza o si el Hueso de la Impureza estaba cambiándolo ligeramente. A pesar de que Chang Geng intentó ocultarlo fuertemente, Gu Yun podía sentir la obstinación y el intenso temperamento en su corazón día a día.
Sería peligroso continuar de esta forma.
La gran corte del Emperador Long An se celebraba una vez cada diez días. Pero en el reciente periodo extraordinario, muchas cosas no habían sido resueltas, por lo que tuvo que cambiar a todos los días. Los oficiales civiles y militares de la corte tenían que despertarse en el quinto periodo e irse a la cama a la media noche. Sin embargo, el Gran Consejo tuvo que llegar más de media hora antes que todos los demás oficiales.
Al día siguiente, cuando Gu Yun fue despertado por Huo Dan, Chang Geng ya se había ido primero, pero no despertó a Gu Yun para nada. No supo si sus movimientos eran demasiado ligeros o si Gu Yun durmió muy profundamente.
–Saca esa cosa, –Gu Yun se frotó las sienes y apuntó al incensario. –estoy a punto de ser ahumado al punto de ser incapaz de despertar por esa cosa.
Huo Dan sacó el incensario de acuerdo a sus palabras, dijo: –Mariscal, esto es solo una fragancia ordinaria para dormir y tranquilizarse. No hay problema para nadie más, pero, ¿cómo es que cuando se usa en usted es como si estuviera sedado? No puede culpar al incensario. Está cansado cada día, hay un evidente deficiente en tanto qi como sangre. Aun es joven, no es bueno que continúe así.
–Shh, –le dijo Gu Yun con voz baja y señaló con sus ojos. –iré a pedirle a la señorita Chen una prescripción para mí. No hables demasiado sobre esto con los demás, ¿me escuchaste?
El Comandante Huo prestó atención a “órdenes militares que son tan pesadas como montañas”, e inmediatamente respondió: –¡Entendido!
Al mismo tiempo, él pensó en su corazón, “El Marqués me dijo que no hablara demasiado, pero no me dijo que no dejara mi boca correr o que me callara. Tengo que pensar respecto a ello cuidadosamente y distinguir la oportunidad correcta para reportarlo secreta y razonablemente”.
Ese día, ya había hostilidad tan pronto como la corte comenzó. Como se esperaba, varias familias unieron esfuerzos para presentar el documento que Jiang Chong había copiado y mostrado a Chang Geng la noche anterior. Entonces, el oficial del Ministerio de Hacienda, Lu Chang, dio un paso adelante, usando duras palabras para acusar al líder del Ministerio de Trabajo quien había recomendado a los trece comerciantes sumergir sus manos en el asunto del ziliujin como “mostrando su verdadera intención”. Los dos grupos de personas casi se destrozaron en pedazos los unos a los otros en el salón frente a todos, el Emperador gritó furioso para que se detuvieran.
Fang Qin permaneció en un lado para observar, evaluando la desagradable expresión del Emperador en su tiempo libre. Hizo una señal con sus ojos hacia su propio bando, sabiendo que había apuñalado al Emperador donde le dolía.
Efectivamente, Li Feng tomó un respiro, se apretó las sienes y dijo lentamente, –Démosle un vistazo a este asunto, creo que la venta privada de ziliujin todavía es muy inadecuada, ¿qué piensa el Gran Consejo?
Jiang Chong salió y dijo, –Su Majestad, todos los maestros del Gran Consejo vinieron aquí temprano esta mañana para discutir sobre este tema. Nuestras preocupaciones accidentalmente coinciden con el Oficial Lu. Todos creemos que no está bien vender ziliujin a los civiles y hombres de negocios.
Esas palabras dejaron a todos estupefactos. Fang Qin miró titubeantemente a Yan Wang. De pronto, no estaba seguro sobre de cuál lado estaba este misterioso príncipe, ni sabía qué clase de acto estaría interpretando hoy.
Li Feng tenía una buena impresión de Jiang Chong, un ministro puro que había sido promovido por sus propias manos. También sintió que lo que él había dicho era bastante acorde a su opinión. Agitó su mano para indicarle que podía continuar hablando.
Jiang Chong: –No obstante, el desastre de los refugiados es inminente. Hay bandidos en los Planos Centrales de Sichuan. Incluso si el Marqués del Orden mató a un Huo Long, todavía podría haber “Shui Long” y “Feng Long”[2]Como “Huo Long” es dragón de fuego, “Shui Long” y “Feng Long” son dragón de agua y viento respectivamente. ocultos entre la gente esperando para levantarse. Mientras sea redituable, continuaran emergiendo interminablemente. Los refugiados son buenos ciudadanos hoy. Pero si no pueden sobrevivir, caerán en las filas de los bandidos mañana. Actualmente, ya hay desastres militares en todas direcciones. Si continuamos peleando internamente, sin mencionar el descansar, ¿no haremos que esos enemigos extranjeros se rían cuando lo vean? Lo que es más, hace algún tiempo, su súbdito también escuchó del surgimiento de una plaga en Jiangbei. Si esto es verdad, será incluso peor…
Antes de que hubiera terminado, la corte estalló.
Los ojos de Li Feng se oscurecieron: –¿Plaga? ¿Qué plaga?
Fang Qin, quien estaba holgazaneando quedó perplejo al escuchar esto, miró al Oficial Lu con ojos incrédulos, quien justo un momento atrás continuaba amenazando agresivamente a las personas.
El año pasado, un gran número de oficiales a lo largo del canal fueron destituidos por Yan Wang. Cada gran familia estaba ocupada plantando a sus propias personas en el interior. El Gobernador de Liangjiang era el cuñado del Oficial Lu. Esta generación de la familia Lu no era muy sobresaliente, pero tenían la ventaja de estar emparentados con toda la corte. La Consorte Lu era la madre biológica del primer hijo del Emperador, ellos tenían una base profunda. ¡Pero Fang Qin nunca esperó que fueran así de atrevidos!
En la Dinastía de la Gran Liang, cuando el Emperador estaba muy lejos, era común ocultar o exagerar la situación de desastre en caso de catástrofe. La primera razón era por el bien de la propia reputación y méritos del oficial; la segunda era por el bien de engañar al país y tomar un poco más de recursos mandados para aliviar los desastres.
En el presente, el país se encontraba pobre y débil, asumiendo que no se las arreglarían para conseguir ni un pedacito y temiendo que la epidemia fuera lo suficientemente seria para implicarlos; en adición, en la familia Lu se estimaban a sí mismo como personas inteligentes, temiendo que el Emperador fuera a estar demasiado preocupado sobre la subsistencia de las personas y terminara siguiendo los deseos de los hombres de negocios, por lo que las noticias de la plaga fueron retenidas deliberadamente.
Fang Qin entendió todo de inmediato en este lio. Él observó molesto al apellidado Lu, deseando poder hacer rechinar sus dientes hasta que sangraran. ¿Por qué no pensaron que el papel no podía contener fuego? Yan Wang patrulló inesperadamente la costa del canal el año pasado, ¿solo habían sido unos cuantos meses desde entonces? ¡La cabeza del último hombre a cargo aún no se había descompuesto en un esqueleto!
El mismo Emperador Long An era industrioso, ahorrativo y trabajaba duro. Lo que él más detestaba era la corrupción. Yan Wang también era un bicho raro que no formaba parte de ningún grupo o albergaba intenciones egoístas. La familia Lu en verdad estaba intentando buscar la muerte bajo los ojos de esas dos personas.
Si la falla estaba solo a unos centímetros de distancia, ¡sería todo a causa de los impedimentos de esas personas que se creían inteligentes!
Li Feng dijo furioso, –Súbdito Jiang, ¡explique esto rápidamente!
Chang Geng salió sin prisa de la línea y dijo, –Su Majestad, a su hermano le gustaba copiar sutras y rituales de Buda en su tiempo libre, he tenido una muy buena relación personal con el Maestro Liao Ran. Cuando el Maestro Liao Ran renunció al puesto del Templo Hu Guo, él fue al sur, a Jiangbei, para ayudar a asentar a los refugiados. Debido a que él no posee estatus ni posición, le era inconveniente molestar a los oficiales locales, por lo que solo anduvo por ahí, predicando las enseñanzas y consiguiendo algún dinero de las donaciones de las familias adineradas locales para aliviar las necesidades urgentes.
“–Recientemente, el Maestro me mandó una carta personal, diciéndome que el desastre era serio, pidiéndome pensar en una solución lo más pronto posible. Sin embargo, de la grave epidemia de Jiangbei mencionada en la carta, su súbdito nunca había escuchado de eso antes. La carta acaba de ser recibida, la situación actual aún no ha sido verificada. El Maestro Jiang fue rápido al mencionarlo debido a que se sentía intranquilo, Hermano Real por favor perdónelo.
Mientras Yan Wang hablaba, dirigió una mirada sin mancha del polvo del mundo mortal hacia el Oficial Lu, luego, ya fuera intencionalmente o no, sus ojos observaron sobre el Ministro Fang cuya expresión se había tornado verde.
Li Feng inhaló profundamente y dijo, –Seis departamentos y nueve ministros, un crucial Gran Consejo, pero nadie había escuchado ninguna noticia… fue gracias a un monje asceta en ropas andrajosas que se filtraron las noticias, si es verdad…
Estuvo en silencio por un largo tiempo y apretó sus dientes: –¡Yo, por otro lado, no sé quién es el que pretende cubrir el cielo con una mano!
Todos los oficiales en el salón se arrodillaron de golpe.
Li Feng y su carácter… me dan ganas de matarlo pero a la vez no… Chang Geng todo un genio, estratega, lo amo