79. Corazón a Corazón

…el cielo y la tierra habían desaparecido, sin importarle nada más.

Él era el prestigioso Yan Wang, al mando del Gran Consejo, pero cuando fuera que despertaba sobresaltado de la pesadilla que Xiu Niang había marcado en su médula, aquel en quién podía confiar y al que podía anhelar, al final, era solo un Gu Yun.

El peso de una persona resultaba excesivo cuando caía sobre él, a veces, encontraba que él era incapaz de cargarlo.

El Maestro Liao Ran le dijo una vez, “El dolor de una persona recae en su incapacidad parar dejar ir. Entre más te aferres, más llenas se volverán tus manos, más difícil será continuar caminando.” Chang Geng sintió esta emoción profundamente y admitió que el monje tenía razón. Pero, para él, a pesar de que Gu Yun era más pesado que miles de toneladas, aun así, no podía bajarlo: porque si él dejaba ir a esta persona, sus manos estarían vacías.

Si una persona vivía sin ningún peso en su corazón, ¿no se convertiría en una bandera fraudulenta para ser arrastrada por el viento?

Gu Yun llevó su mano hacia su hombro y le dio unos suaves toquecitos en su cuello y hombro. Chang Geng estaba sufriendo, pero continuaba observándolo cuidadosamente, sin evadirlo.

Gu Yun preguntó: –¿Por qué te haría caminar por un mar de llamas o una montaña de espadas?

–Deseo que un día el país sea próspero, las personas tendrán trabajos que hacer, el mundo entero estará estable, y mi general no tendrá que defender las puertas de la frontera con su vida. Quiero ser como el Maestro Feng Han, luchar por desatar el nudo entre el poder imperial y el ziliujin. Tengo la esperanza de que todas las máquinas corriendo sobre el suelo se encuentren en los campos, que los Cometas volando en el cielo estén llenos con viajeros ordinarios quienes llevan a sus familias a casa para visitar a sus parientes… todos pueden vivir con dignidad. –Chang Geng sujetó su mano fuertemente, entrelazando sus cinco dedos con los de Gu Yun, envolviéndolos juntos íntimamente.

Gu Yun estaba desconcertado. Esta era la primera vez que Chang Geng le confesaba sus pensamientos internos, provocando que fuera un tanto incapaz de controlar su corazón disparándose.

Era una lástima que después de pensarlo cuidadosamente, de cualquier manera, todo eso sonaba imposible.

–Puedo hacerlo Zi Xi, déjame intentarlo. –murmuró Chang Geng.

Puesto que él ya poseía el poder del “Dios del Mal”, ¿no podia intentar romper a través de los caminos del mundo manchados de sangre, abriendo un sendero nunca antes visto por un mortal?

Ese año en el pueblo de Yanhui, el adolescente de trece o catorce años de edad había expresado una vez su visión de no querer tener una vida desperdiciada al joven general. Gu Yun, quien todavía era frívolo en ese entonces, arrojó un balde de agua fría sobre su cara y le dijo indiferentemente “ningún héroe tiene un buen final”.

Ahora, después de varios encuentros en el desierto de arena dorada, habiendo ido de aquí para allá entre el Palacio y la Prisión Imperial. El mismo General Gu había experimentado en verdad lo que era llamado “los héroes no tienen un buen final”, pero ya no tuvo el corazón para decirle lo mismo a Chang Geng.

Usándose a sí mismo para medir a los demás, si alguien le apuntaba a la nariz y le decía: “Gu Yun, rápido, vuelve a la mansión para retirarte. Tienes suerte de haber sido capaz de vivir hasta ahora. Si no te retiras, tarde o temprano terminarás muerto sin un lugar para ser enterrado”.

¿Qué pensaría él?

Actualmente, en este mundo, con un pie estaba en agua fría y otro en el fango, la persona atrapada en medio tendría inevitablemente dificultades para caminar con ellos. Caminando por un largo tiempo, se enfriaría desde el interior hasta el exterior, solo existía el corazón que sangraría el espíritu ardiente. Continuar en un camino cuando se sabe perfectamente bien que es imposible no era sencillo. Si alguien más… especialmente familiares cercanos, también derramaran agua fría como un obstáculo, ¿no sería muy lamentable?

Se mantuvo en silencio por un largo rato. Cuando Chang Geng estaba sintiendo alguna tensión insensible, Gu Yun abrió de pronto su boca y dijo, –Ya nos hemos besado y abrazado, ¿qué más quieres que te diga? Los hombres que hablan demasiado no tendrán tiempo para hacer otras cosas, ¿entiendes?

Chang Geng estaba atónito, pero Gu Yun ya había extendido su dedo hacia la lámpara de vapor medio muerta a la cabeza de la cama, apagándola de inmediato. El día aun no amanecía, la habitación se tornó oscura. La cortina de la cama, que normalmente estaba colgada, cayó como si pudiera cubrir el cielo y la tierra, ondeando ligeramente con el frio viento de la mañana que penetraba a través de la ventana.

Chang Geng no fue capaz de responder, pero su cintura ya se había aflojado, sin saber cuándo le quitó el cinturón. Antes de que pudiera recuperarse del juramento del “mar de llamas y la montaña de espadas”, su rostro se ruborizó instantáneamente.

–Zi, Zi Xi…

Gu Yun hizo un sonido casualmente en respuesta, arrojando impacientemente el paño de seda de su mano, recostándose perezosamente sobre la suave pila de cobijas, las puntas de sus dedos acariciando a través del dobladillo de las ropas de Chang Geng: –Esa vez en las aguas termales, dijiste que pensabas en hacer ciertas cosas que estaban fuera de las normas conmigo… ¿en qué era lo que pensabas?

Chang Geng: –…

–¿No eres muy bueno hablando? –dijo Gu Yun con una risa baja. –Vamos a escucharlo.

Chang Geng nunca había visto esta clase de coqueteo que era bromista al mismo tiempo, su lengua hecha un nudo: –Yo… yo…

–En este aspecto, no puedes simplemente pensarlo. –Gu Yun acarició la cintura de Chang Geng a través de la capa de ropa, tocando la raíz de sus muslos no muy fuerte pero tampoco demasiado suave. Chang Geng casi saltó, incapaz de respirar, agarrando la mano infame de Gu Yun que corría desenfrenadamente, un fuego abrasándolo desde su estómago hasta su garganta. Sintió que iba a arder hasta convertirse en cenizas.

Gu Yun abrió el dobladillo de su ropa.

Cuando su pecho sintió el frío, Chang Geng lo comprendió de súbito. Presionó hacia atrás la mano de Gu Yun, pero era demasiado tarde. Las cicatrices grandes y pequeñas bajo su cuello y su pecho quedaron descubiertas de improvisto. Por un lado, Chang Geng no tenía más remedio que evitarlo, por el otro, su boca estaba seca y sus oídos estaban zumbando, preguntándose si debería avanzar o retroceder.

Gu Yun había estado viajando por días, luego esperó durante la noche entera al lado de la cama. La última pizca de efectividad de la medicina desapareció en ese momento desafortunadamente, su visión se tornó borrosa. Sin embargo, la atmósfera era excelente y no podía ponerse el cristal liuli. Usándolo era como un mecánico preparándose para desarmar una armadura de acero, arruinando el ambiente.

En ese momento, él se apoyó únicamente en el tacto de sus manos y pasó rozando sobre las cicatrices abultadas en el cuerpo de Chang Geng. Era más doloroso que verlas con sus propios ojos.

Gu Yun: –¿Dolió?

Chang Geng bajó su cabeza y lo miró profundamente. Respondió la pregunta incorrecta, –Ya han cicatrizado desde hace mucho.

El corazón de Gu Yun se llenó con toda clase de emociones por un momento, incluso el deseo creciente remitió. Entrecerró sus gradualmente borrosos ojos y frotó sus dedos cuidadosamente sobre las cicatrices. Chang Geng en verdad no podia soportarlo. Sollozó suavemente y apretó la muñeca de Gu Yun.

–No tengas miedo, –lo persuadió Gu Yun. –déjame amarte.

Si en este medio-ciego pudiera ver la expresión de Chang Geng, probablemente él no habría dicho las palabras “no tengas miedo”,

Chang Geng se inclinó para besarlo. Gu Yun fue besado hasta que el fuego despertó, queriendo darse la vuelta y tomar a este hombre en el momento. Súbitamente, sin saber qué estaba mal con Chang Geng, él espetó: –Yifu…

Gu Yun: –…

Esta sentencia de Chang Geng provocó que se ablandara al instante. Sin importar qué tan grande fueran su pasión o deseo, fueron envueltos en una pelota y forzados dentro de una caja de hierro.

Gu Yun tomó aliento un par de veces y quiso gritarle a Chang Geng: “¿Cómo me estás llamando en esta ocasión?” Pero, en retrospectiva, el otro tampoco estaba mal.

Escuchó que a algunos hombres les gustaba esta clase de sentimiento tabú de recitar la virtud en privado, totalmente dispuestos a permitir que sus amantes los llamaran esto y aquello en la cama. Desafortunadamente, Gu Yun no tenía tales aficiones y no podía entenderlo por completo. Durante este año y medio, finalmente se había acostumbrado a que Chang Geng lo llamara directamente por su nombre y poco a poco dejó de verlo como a un hijo. Quién iba a saber que, en el momento crítico, encontrándose de pronto con la palabra “yifu”, en verdad se dio de golpe contra ella hasta que su cabeza se mareó.

Chang Geng parecía no darse cuenta de su incomodidad y no pudo contenerse de llamarlo un par de veces más, besándolo sin ningún orden adecuado. Había un trazo de respeto dentro de la intimidad, haciendo que este viejo rufián se sintiera como si estuviera sentado sobre agujas, junto con el título de “yifu”, tuvo un efecto más grande.

Gu Yun parecía tener hormigas trepando sobre todo su cuerpo. Finalmente, no pudo soportarlo más y ladeó su cabeza. –No me llames así.

Chang Geng se detuvo y lo miró en silencio por un momento. De pronto, descendió cerca de su oreja y dijo, –Yifu, si no puedes ver con claridad, cierra tus ojos, ¿sí?

Gu Yun podría escuchar esto incluso si estuviera más sordo, ni qué decir que él no se había vuelto completamente sordo: –…¿qué tan enérgico eres?

Los ojos de Chang Geng resplandecieron brillantemente en el interior de la oscura cortina de la cama. Desobedientemente, obligó a su voz a un matiz bajo y gentil, diciendo en su oído con el tono de actuar como un malcriado: –Yifu, esa vez dijiste que incluso después de arribar a la capital, continuarías protegiéndome. ¿Recuerdas yifu?

El rostro de Gu Yun cambió varias veces. No pudo resistir las nuevas tácticas de Chang Geng para usarlo como entretenimiento. Tuvo que planear una retirada estratégica empujándolo. Gu Yun dijo: –Bien, no seas desvergonzado. Haz lo que se suponía que… ¡Ah!

–¿Qué se supone que haga? –Chang Geng lo presionó hacia abajo de nuevo con ayuda de su postura anterior. Su mano había llegado detrás de la espalda de Gu Yun. Cuando arreglaba los huesos de alguien en la Puerta Jiayu, ya lo había tocado por completo. Esta vez, actuó repentinamente con la inalterable precisión de un doctor. Gu Yun tembló violentamente. Quiso encogerse instintivamente, pero varios de sus puntos de acupuntura fueron presionados por Chang Geng. La mitad de su cuerpo estaba estremeciéndose, solo en ese momento dijo Chang Geng casualmente la segunda mitad de la oración. –¿No acaba de pedir yifu una licencia por enfermedad para mí, queriendo amarme y consentirme?

Gu Yun: –… ¡Bastardo!

Chang Geng se hizo de oídos sordos, estirándose y acercándose más, usando determinadamente la posición evasiva para abrir las piernas de Gu Yun con su rodilla. Gu Yun sintió escalofríos por todo su ser, empujando lejos el hombro de Chang Geng con su palma. Sujetó la mano que lo estaba tocando e atrapó su brazo detrás de su espalda.

Chang Geng tampoco se resistió, su cuerpo tan suave como el algodón, permitiendo que Gu Yun lo doblegara como se le viniera la gana. Alzó ligeramente su cabeza, revelando su débil cuello, hablando con el tono de alguien que actúa como un consentido: –Yifu, ¿me quieres?

Gu Yun continuó titubeando, al final, no fue capaz de sobreponerse al muro emocional en su interior. Sus manos se aflojaron, permitiendo que Chang Geng se liberara como un pez, acercándose una vez más.

Chang Geng lo abrazó, acariciando más abajo a lo largo de su columna vertebral, murmurando en sus oídos: –Entonces déjame servirte yifu, ¿está bien?

Gu Yun: –…

Él se encontró a sí mismo en una situación desventajosa este año, con su bote volcándose continuamente en un estanque.

En un parpadeo, el cielo estaba brillante y el sol estaba colgando en lo alto.

El brillante rayo de luz de principios de verano penetró a través de la cortina de la cama, los ojos de Chang Geng eran más brillantes que la luz del sol. Realmente entendió lo que era “delirante después de muchos años, enloqueciendo por un momento”. Las pesadillas eran más terribles que la realidad, pero la realidad era mucho más alocada que un sueño de primavera.

Pero después de esta locura, no se sintió vacío en lo absoluto. Se encontraba muy estable. Nunca había estado así de estable en su vida. Sus manos recorrieron a Gu Yun interminablemente, continuó llamando a Gu Yun a su oído. También pudo sentir que estaba comenzando a ser molesto, pero simplemente no pudo controlarse a sí mismo y detenerse.

Algunas veces lo llamaba “yifu”, otras “Zi Xi”, penetrando en su oído, obligando al hombre sordo cuya medicina se había agotado a escuchar. Gu Yun también sintió el calor sin fin en su oreja. Un momento atrás había perdido la oportunidad, siendo zarandeado por este niño. De momento, estaba adormilado y cansado pero el otro ni siquiera lo dejó dormir. No había espacio para hablar de lo correcto e incorrecto. Lo apartó, disgustado: –¡No hagas un alboroto!

Chang Geng echó un vistazo a su rostro cansado, cerrando su boca obedientemente y presionando suavemente su cintura. Su fuerza era justo la necesaria, no solo aliviando el agotamiento sino también sin tocar la mágica piel cosquilluda de Gu Yun.

Gu Yun: –…

¡Resultó que siempre había sido deliberado!

¿Le enseñó esa mujer apellidada Chen cómo curar enfermedades o artes heréticas?

Gu Yun estaba justo a punto de hacer combustión cuando, de pronto, Chang Geng frunció el ceño. Presionó suavemente con su palma en el hueso entre el pecho de Gu Yun y sus abdominales, luego revisó su pulso en su muñeca.

Gu Yun dijo con enojo: –¿No viste suficiente…?

Chang Geng: –¿Cuándo te hiciste estas nuevas heridas?

Gu Yun: –…

¡Oh, no, parecía que además de artes heréticas, la apellidada Chen también le enseñó verdadero conocimiento, incluso pudo sentir esto!

En ese momento de crisis, Gu Yun tuvo que usar el truco de “soy sordo, no puedo escuchar nada” girando inocentemente su espalda hacia Chang Geng, indicando que había caído dormido, los demás podían arrodillarse a un lado.

Chang Geng lo revisó de arriba a abajo, pero después de todo, ya había pasado un tiempo desde la aterradora herida. Primero que nada, las habilidades médicas de Chang Geng no eran tan divinas como las de Chen Qing Xu. En segundo, la herida de Gu Yun se había curado de un setenta a un ochenta por ciento. No pudo encontrar ninguna anormalidad, por lo que ambos continuaron engañando al otro.

Su Alteza Real tomó una licencia por enfermedad durante todo el día. El Gran Consejo, con varios importantes ministros, mandó a sus hombres y saludos. Todos fueron despachados por Huo Dan. Como alguien de la milicia, las palabras del comandante eran absolutas. Él ordenó que nadie debía molestar, por lo que él no se atrevería a permitir que nadie viniera a importunar. Permaneció de pie silenciosamente en entrada sirviendo como un “dios de la puerta”. Al mismo tiempo, continuaba intrigado sobre cómo entró el Mariscal. Sin nada que hacer, reforzó la deficiencia de los guardias de la mansión del Marqués.

Gu Yun se apresuró de vuelta dos días antes como si fuera a renacer, permaneciendo despierto durante toda la noche. Después de muchos problemas, finalmente se las arregló para comer algo de carne, pero la posición estaba completamente equivocada, casi sofocándolo hasta la muerte. Demasiado agotado, durmió hasta la tarde. Después de despertar, tanto su cuerpo como su mente todavía se sentían muy extraños, no supo quién era el que necesitaba la licencia de enfermedad aquí.

Estaba a punto de enfurecerse, pero sintiendo que el enojarse respecto a algo tan trivial era muy mezquino, tuvo que contenerse y pensó para sí: “La próxima vez, debo coserle la boca”.

Gu Yun tanteó alrededor en busca de su cristal liuli, pero no supo cuándo el pequeño objeto había desaparecido. Incapaz de encontrarlo incluso después de buscar por un rato, repentinamente fue sujetado por una mano cálida.

Chang Geng se inclinó sobre su oreja y dijo, –El General Shen y los demás aún no han llegado. No tienes que salir hoy. No uses la medicina, ¿sí? Déjame cuidar de ti.

Gu Yun no la usaba mucho de cualquier manera, no le importó mucho, él asintió: –No hay necesidad de que cuides de mí, estoy acostumbrado. No puedo encontrar mi monóculo. Ve y consígueme uno nuevo.

Chang Geng lo abrazó y dijo, –Fui yo quien tomó el cristal liuli.

La relación entre los dos pareció haber experimentado por un indescriptible y sutil cambio.

De hecho, desde su infancia, cuando ellos eran solo padre e hijo, la relación entre ambos ya era muy cercana, y hasta que el deseo interior de Chang Geng fue liberado, Gu Yun primero se suavizó y comprometió, e incluso cayó profundamente. Sus cartas familiares y reportes de guerra siempre iban de la mano, y no podía decirse que su afecto fuera superficial…

Sin embargo, no era lo mismo con el feroz éxtasis de este momento, parecía que incluso si el enemigo afuera rodeaba la capital una vez más, todo podía ser olvidado, el cielo y la tierra habían desaparecido, sin importarle nada más.

Gu Yun preguntó desconcertado, –¿Para qué tomaste mi cristal liuli?

Chang Geng rio y dijo, –Me gusta.

Después, ayudó a Gu Yun a vestirse y se inclinó cuidadosamente para ponerle los zapatos, todo fue muy delicado y atento.

Su Alteza Real vistiendo ropas sencillas durante todo el día, diciendo no al deseo, semejando a un monje, aquellos que no lo supieran pensarían “qué recto es”. No obstante, después de esta batalla, Gu Yun fue capaz de experimentarlo. Bajo la civilizada apariencia de esta persona estaba una montaña de deseo que una persona normal no podría entender.

¿Le gustaba qué? ¿Le gustaba él estando ciego?

Chang Geng no habló muy alto. Con el fin de permitir a Gu Yun escuchar, siempre murmuraba en su oído. Oraciones tales como “ten cuidado con el umbral” y similares se sentirían íntimas. Mientras caminaba hacia la puerta, el medio ciego Gu Yun extendió la mano instintivamente para alcanzar el marco de la puerta, pero fue interceptado la mano de Chang Geng. Chang Geng dijo casualmente, –No toques nada más, solo apóyate en mi.

Este sentido de control total sin precedentes había enloquecido a Chang Geng, estaba indispuesto a dejarlo ir siquiera por un momento. Después de un par de oraciones, se acercaría pidiendo un beso. Después de solo un breve momento, ya había provocado que Gu Yun sintiera la piel de gallina por todos lados.

Incluso si Gu Yun fuera a ser golpeado hasta la muerte, no podría entender: alguien que era originalmente tan alineado y contenido, incluso evitando mirarlo por cortesía mientras se cambiaba de ropa, ¿cómo demonios es que se volvió así de loco después de pasar solo una vez en la cama?

Gu Yun: –Incluso si no puedo ver, no estoy discapacitado. No tienes que sostenerme todo el tiempo. ¿No estás ocupado durante todo el día?

Chang Geng: –Entonces ven conmigo a mi estudio.

Después de que Gu Yun se fue, su estudio básicamente era el territorio de Chang Geng. Gu Yun, quien había estado fluctuando alrededor de la frontera por muchos años, de alguna forma, no estaba familiarizado. Chang Geng lo soportó y se sentó. La luz del sol golpeó el rostro de las personas en el estudio desde un ángulo muy familiar. Gu Yun sintió algo de repente y estiró su pie. Como resultado, se encontró con un pequeño banco bajo la mesa: –Esta cosa todavía está aquí.

Chang Geng se inclinó y recogió el taburete. Vio un par de vívidas y pequeñas tortugas pintadas en el taburete de madera, mordiendo la cola una de la otra, formando un círculo. La caligrafía infantil al lado estaba inscrita con las palabras “A pesar de que la vida de las tortugas es larga[1], si nuestras fuerzas son diez y las del enemigo uno, rodéalo[2]”.

…ni siquiera tenía sentido.

Chang Geng sonrió por un largo tiempo, tomó la mano de Gu Yun y la presionó sobre la marca, preguntó, –¿Tú tallaste esto?

–No te rías, no tenía muchos días en los que leía libros seriamente cuando era niño. –Gu Yun miró ligeramente hacia arriba. –Todos los libros eran leídos en el palacio con el Emperador y Wei Wang. La propia educación del Viejo Marqués era muy ordinaria, solo era un poco más diligente con los libros militares. Encontró a un viejo y horripilante profesor confuciano aquí para que leyera por mí, comenzaría a sentirse adormilado después de un momento, solo podia buscar entretenimiento para mí mismo… bueno, puedes ir a hacer tus cosas, no he estado en casa por mucho tiempo, déjame caminar por ahí un rato.

–No, –dijo Chang Geng apresuradamente. –me gusta escucharte contar la historia, ¿y después?

Gu Yun estaba un poco indeciso. No era ningún gran logro, pero Chang Geng rara vez se divertía de esta forma. Gu Yun pausó por un momento, luego finalmente decidió sacar este hecho embarazoso para entretenerlo, –Yo era muy problemático en ese entonces, incluso el profesor me tenía miedo por todas las artimañas que saqué para atormentarlo. No se atrevía a reprenderme cara a cara, pero corría de vuelta con el viejo para decírselas. Además de golpear gente, el Viejo Marqués me castigó para que tomara una postura sobre el taburete, cayendo solo con un ligero temblor. No parecía como un maldito padre conectado por sangre sin importar cómo lo veas. Más tarde, pensé que el viejo barbas de chivo corriendo continuamente para decirle cosas mías día tras día era simplemente demasiado molesto. Tuve que idear un plan con Shen Ji Ping, robamos algunos laxantes y los vertimos en el té del profesor.

“–El laxante no es nada, pero ambos éramos jóvenes, sin saber la medida adecuada. El profesor ya era viejo y frágil, casi muere a causa de eso. A lo largo de doscientos años, la familia Gu no había tenido un niño loco y destroza-hogares como este, el Viejo Marqués estaba iracundo, queriendo darme una paliza de muerte, afortunadamente la princesa lo detuvo.

“–Bueno, más tarde mi madre admitió que ella también quería golpearme en ese momento, pero era difícil para ella dar a luz debido a su frío cuerpo. Temía que después de matarme, no quedara nadie más en la familia Gu.

Chang Geng imaginó que, si él tuviera un hijo tan desobediente, lo tendría que golpear a muerte. No obstante, al recordar de inmediato que el desafortunado niño era Gu Yun, pensó que, si fuera el Viejo Marqués, incluso si la jugarreta de Gu Yun costaba la vida de alguien, él iría a pagar con su vida en persona y nunca tendría el corazón para tocarle si siquiera un solo cabello.

No pudo evitar reírse por un largo rato y luego preguntó: –¿Qué pasó después?

Gu Yun hizo una leve pausa, la sonrisa en su rostro no podía mantenerse, él lucía ligeramente contenido. Después de estar en silencio por un momento, dijo: –Más tarde, ambos sintieron que sería incontrolable si continuaba así, por lo que simplemente me llevaron al Campamento del Hierro Negro en la Frontera Norte.

Y su infancia de ser despreciado tanto por perros como gatos llegó a un final abrupto.

 

 

El autor tiene algo que decir:

Apaga la lámpara (⊙▽⊙)

Referencias

Referencias
1 Una línea de una canción de Cao Cao.
2 Una línea del “Arte de la Guerra”.

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9 comentarios

  1. Ayyy ya sabía que no habían escenas explícitas en las historias de Priest, pero igual me dolió 💔

  2. No tengo palabras para describir lo que me emociona esta novela, ES SIMPLEMENTE ARTE. Amo la manera en la que conectan tan bien GY y CG, además que su jugueteo me parece tan … malditamente sexy. (¬‿¬) Jajajaja ES QUE SON PRECIOSOS. LOS AMO. LOS AMO. LOS AMO.
    Y ni hablar cuando GY actúa super atrevido dejando anonadado a CG. ME ENCANTA. (≧ω≦)

  3. ¡Pero que capitulo! El capítulo es erótico y el juego de roles entre Gu Yun y Chang Geng es lo mejor… es emocionante.
    Me encanta que haya ese coqueteo intenso y las palabras entre los dos. Casi grito de emoción al leer el capítulo.
    ¡Apoyo a la autora! ¡Hay que apagar la lámpara!

  4. Se supone q ya pasó lo q tenía q pasar ? O sea hubo sexo ?
    Será q vuelvo a leer ? Quien es el gong aquí ?
    No logro definir , siento q los dos son activos .
    Iluminenme x fis ?

    1. Estoy en el mismo conflicto, por lo general la frase «dejame servirte» se refiere al pasivo, pero tengo una gran duda

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