6. Maldito
Nadie te amará, nadie te tratará con sinceridad.
Xiu Niang sonrió y retiró su mano.
Sus labios estaban cubiertos con el labial que compró Shen Shiliu. Su rostro pálido y digno se volvió aún más hermoso que antes, como el de una flor que había absorbido la sangre completamente.
–Sé que te has estado preguntando acerca de este asunto. Ya que hoy tenemos esta oportunidad, vamos a dejarlo claro: tú realmente no eres mi hijo. –dijo Xiu Niang. –¿Te sientes mejor por dentro después de escuchar esto?
Los ojos de Chang Geng se contrajeron un poco, todavía era joven y aún no había aprendido cómo ocultar sus emociones.
En este mundo, sin importar que tan bueno sea un amigo o un maestro, nadie puede reemplazar a una madre. Ni siquiera un padre puede: no es que Chang Geng nunca anhelara una madre, solo que a veces, sabiendo que tus deseos nunca se cumplirán, pero todavía negándote a aceptar tu destino; eso sería lo más doloroso de todo. Inclusive se tendría lástima.
Chang Geng lo había pensado en incontables ocasiones: nunca podría ser el hijo propio de Xiu Niang. En ese momento, obtuvo su respuesta súbitamente. Su corazón no sintió nada más que un vacío que él mismo no comprendió.
El mal presentimiento en el corazón de Chang Geng se fortaleció paulatinamente y se puso en alerta de inmediato: –¿Por qué de repente me está diciendo esto?
Xiu Niang miró su rostro en el espejo. Podría ser que demasiado polvo había hecho su rostro un tanto pálido, así que adhirió cuidadosamente un poco de pintura de labios y la aplicó uniformemente sobre sus mejillas.
–Chang Geng es el nombre de infancia que te he dado. –dijo Xiu Niang. –La gente los planos centrales tiene un proverbio: “Qi Ming en el este, Chang Geng en el oeste [1]长庚 Lit. El Excelente del Oeste. 东有启明, 西有长庚 «Qi Ming en el Este y Chang Geng en el Oeste». Es cómo la gente en la China Antigua se refería al planeta Venus, Qi Ming (Lit. Abridor de brillo) se refiere a Venus por la mañana, Chang Geng, cuando Venus se alzaba al anochecer; una estrella de mala suerte.”. Se alza con el ocaso, el señor de la matanza, ominoso. Fluyendo dentro tu cuerpo se encuentra la sangre más noble y, a la vez, la más inmunda del mundo. Nacido para ser una terrible monstruosidad, no hay otro nombre más adecuado que este.
Chang Geng respondió fríamente: –¿No fui el resultado de cuando usted se perdió en las montañas del este y fue capturada por los bandidos? Ni siquiera la totalidad de los diez dedos de la mano pueden contar el número de mis “padres”: el hijo de una prostituta y un bandido, ¿cuál es esta nobleza de la que habla?
Xiu Niang se sorprendió por un breve momento. No miró hacia atrás.
Un indicio de dolor destelló en sus expresivos ojos. Pero pronto dimitió y cayó en calma.
El recuerdo más antiguo de Chang Geng era dentro del escondite de los bandidos en la montaña. Xiu Niang siempre lo encerraba dentro de un armario que apestaba con el mohoso aroma de la madera vieja.
A través de las pequeñas grietas en la madera podrida, el joven y pequeño Chang Geng podía ver entrar a esos bandidos de montaña borrachos.
Esos hombres crueles y salvajes la golpeaban o la violaban justo frente a los ojos del pequeño Chang Geng.
Al principio, los bandidos eran muy estrictos con la vigilancia de Xiu Niang. Lentamente, viendo que era débil y frágil y no sabía cómo resistirse o defenderse, se volvieron más permisivos con ella. Más tarde, incluso le permitían salir y servirles como las otras viejas sirvientas en su campamento. Xiu Niang envenenó todos los pozos y los cientos de barriles de vino, que ni siquiera Dios sabía cómo es que ella tenía todo este veneno consigo.
Usó un pequeño tazón para llevarle agua envenenada del pozo a Chang Geng para beber. Sin embargo, después de que él en verdad se la hubiera tragado por completo, ella pareció arrepentirse y ahondó desesperadamente en su garganta para hacer que la vomitara.
Xiu Niang colocó al medio muerto Chang Geng dentro de una cesta de bambú y lo cargó en su espalda, un cuchillo de acero en mano. Si hubiera alguien que todavía no estuviera muerto, ella se acercaría para apuñalarlo.
Chang Geng recordaba que ella estaba usando un largo vestido rojo manchado con sangre. Ella empleó el aceite y el ziliujin que el líder de los bandidos había almacenado en secreto para quemar el lugar hasta la raíz y luego partió con él.
En su corta existencia de más de diez años, Xiu Niang había intentado matarlo varias veces: dándole vino envenenado, apuñalándolo con un cuchillo, atándolo a un caballo para que lo arrastrara e incluso innumerables noches, cuando se despertaba sobresaltado descubriendo que sus extremidades no tenían fuerzas, era Xiu Niang tratando de asfixiarlo con una manta…
Pero en cada ocasión, siempre se detendría justo en el borde del precipicio, manteniendo su insignificante vida.
Esto también lo dejó con una fantasía irreal.
Chang Geng dijo con tanta calma como pudo reunir: –Piensa demasiado, yo nunca he pensado en usted como mi madre. Pero siempre he creído que la razón por la que me odiaba era porque soy la mancha que los bandidos le dejaron.
Xiu Niang se sentó frente al espejo, su cara tornándose cada vez más pálida. Después de un largo tiempo, suspiró repentinamente: –Pequeño niño, he sido injusta contigo.
En ese momento, los miles de capas de defensa y resentimiento de Chang Geng casi colapsan: entonces se dio cuenta de que los agravios desde su infancia hasta ahora podían resolverse fácilmente tan solo por esta simple oración.
El chico de catorce años usó toda su fuerza para contener sus lágrimas, entonces preguntó cansinamente: –¿Qué es lo que desea conseguir diciéndome esto ahora? ¿Su conciencia le ha dicho que me desintoxicara? ¿O simplemente que me matara?
Xiu Niang lo miró con una extraña expresión, como si el muchacho fuera un artefacto valioso: –Tú sabías…
Chang Geng: –Sé con certeza que, desde el día en que llegamos al pueblo de Yanhui, no ha habido una sola ocasión en la que no tenga pesadillas. Incluso si es una siesta durante el día, indudablemente continuaré despertándome debido a los malos sueños.
La noche anterior fue la única excepción: los pensamientos de Chang Geng se corrieron descarriados por un breve momento. De pronto, se arrepintió de haberse enojado con Shiliu.
Chang Geng: –Yo nunca he obtenido ningún gran logro, pero tampoco he cometido nunca ningún acto inmoral, ¿cómo puede haber tantos fantasmas llamando a mi puerta durante la noche? ¿O es alguna extraña enfermedad que causa pesadillas cada noche?
Una inusual y perversa sonrisa se formó en sus brillantes labios rojos, sus ojos cayeron lentamente sobre la muñequera de hierro expuesta en la muñeca de Chang Geng. Había un agudo brillo en sus ojos, como un par de puntas de flecha venenosas: –¿Qué más sabes?
Chang Geng subconscientemente metió de vuelta la muñequera de hierro dentro de su manga, como si incluso una mirada de ella pudiera mancillar el objeto.
–También sé que, a las afueras del pueblo dos años atrás, los lobos que me persiguieron no llegaron ahí por si mismos: fueron convocados. Era usted advirtiéndome que ni siquiera podía huir, que tenía docenas de formas para acabar conmigo, ¿cierto?
Chang Geng dijo con voz queda: –Solo un bárbaro sabe cómo manipular a los lobos. Después de que llegamos al pueblo de Yanhui, ha estado en contacto con los bárbaros. Tengo la sospecha de también es una mujer bárbara. En ese entonces, cuando me encerró dentro del armario, vi a un hombre entrar y destrozar sus ropas. Había un símbolo de un lobo en su pecho.
Xiu Niang rio suavemente: –Bárbaros… en verdad nos llamas bárbaros…
Su risa continuó volviéndose cada vez más y más fuerte hasta que se eventualmente quedó sin aliento.
La risa aguda de Xiu Niang se detuvo de manera abrupta. Se sujetó el pecho y tosió con aspereza. Chang Geng alzó su mano instintivamente como si intentara ayudarla, pero la contrajo al darse cuenta de su acción, sus dedos enroscándose en un puño.
Un rastro de sangre fluyó a través de los dedos de Xiu Niang y aterrizó en su vestido amarillo suave con un impactante color púrpura negruzco.
Chang Geng estaba atónito. Al final, dio un paso hacia en frente: –Usted…
Xiu Niang agarró su brazo y trató de enderezar su espalda con todas sus fuerzas, sacudiéndose como una hoja marchita bajo el frio viento del invierno. Ella tomó media pieza de un pendiente de jade en el fondo de su caja de maquillaje y la forzó sobre la mano de Chang Geng, junto con toda su sangre.
Su rostro estaba blanco como la nieve, la sangre embadurnada en sus labios era más cegadora que el labial en sí, contempló a Chang Geng con un par de ojos inyectados de sangre:
–Mi nombre no es Xiu Niang, ese es el nombre tus mujeres de los planos centrales. Me llamo Hu Ge Er, significa “ziliujin en el corazón de la tierra” …
Ella se atragantó con sus propias palabras. Después de un doloroso ataque de tos, vomitó sangre, tiñendo el frente de la túnica de Chang Geng de rojo.
–Desafortunado… ziliujin. –La mujer dejó salir un extraño chillido, su respiración gradualmente se tornó errática. –Mi hermana mayor es la Diosa de la Longevidad, incluso el Rey Lobo la veneraba, tú…
“–Tú eres la pequeña monstruosidad que he criado con mis propias manos. –le brindó una risa agonizante. –Nadie te amará, nada te tratará con sinceridad…
Luchó por sujetar la muñeca de Chang Geng. Sus afiladas uñas perforaron su carne hasta la muñequera de hierro en el brazo del chico: –Esta es la muñequera de cierre de hierro, un pedazo de Armadura Negra: hecho especialmente por esos demonios oscuros del Campamento del Hierro Negro, ¿Quién te lo dio? ¿Huh?
Chang Geng inmediatamente la apartó de empujón como si acabara de quemarse.
La mujer cayó sobre la mesa del maquillaje y se hizo un ovillo, sus encantadores ojos de fénix se abrieron, el blanco de sus ojos golpeaba con terror en el corazón.
–Tú posees el “Hueso de la Impureza” que yo he lanzado personalmente sobre ti. Le he dado el nombre del dialecto chino, también llamado “Chang Geng”. ¿Suena… bien?
Su rostro se contorsionó violentamente, sangre y espuma blanca se mezclaron, chorreando desde sus labios, su voz era indistinta, pero eso no impedía que Chang Geng la escuchara.
–El “Hueso de la Impureza” no tiene igual, nadie puede detectarlo, nadie puede curarlo… Un día, crecerás para convertirte en el guerrero más poderoso del mundo y también serás incapaz de distinguir entre las pesadillas y la realidad… Te convertirás en un loco despiadado…
Chang Geng permaneció de pie en su sitio: sintió que esas incomprensibles palabras podían congelar todos los huesos de su cuerpo.
–La sangre de la Diosa también fluye en mi pecho. Te bendeciré con el poder infinito de la longevidad. Tú… en toda tu vida, solo tendrás odio y desconfianza en tu corazón. Debes ser violento y destructivo. El desastre caerá dondequiera que vayas… ninguna persona en tu vida encontrará… nunca… un buen…
La palabra “final” de deslizó fuera de sus labios y el cuerpo de la mujer sufrió un violento espasmo. Parecía como si hubiera sido golpeada con algo, giró su cabeza lentamente para mirar a la pequeña bolsa aromática colgada al lado de la cama. Había un tótem de paz en el interior. En una ocasión, cuando Xu Baihu volvía a casa después de terminar sus deberes, él había rezado en un templo fuera de la ciudad y se lo dio como un presente.
Las pestañas de la mujer temblaron suavemente y de pronto parecían estar llenas de lágrimas. Las lágrimas limpiaron la malevolencia en sus ojos, en ese momento estos lucían casi amables. Pero fue solo un momento de gentileza.
Sus pupilas contraídas eran como una lámpara a la que se le acabó el aceite. La muerte se suspendió en el aire. La mujer con espléndido maquillaje dio su último aliento junto con la más viciosa maldición en el mundo. Luego, con el último trazo de calidez, cayó pesadamente.
“Nadie te amará, nadie te tratará con sinceridad. En toda tu vida, solo tendrás odio y desconfianza en tu corazón. Serás violento y sanguinario. Traerás desastre por donde sea que camines. Estas destinado arrastrar a todas las personas que conozcas a su muerte.”
En las ardientes llamas de la noche de verano, Chang Geng contempló inexpresivamente al cuerpo magníficamente vestido sobre la mesa de maquillaje, aferrando su muñequera de hierro cubierta de sangre, aturdido.
¿Por qué tenía que suicidarse? ¿Por qué lo odiaba tanto? ¿Por qué lo había criado hasta ahora?… ¿Qué era la muñequera de hierro del Campamento del Hierro Negro?
Al final… ¿quién era Shen Shiliu?
La maldición de Xiu Niang parecía ya haber comenzado a tomar efecto. La confianza inicial de un niño hacia el mundo proviene del amor y cuidado de sus padres, pero esto era algo que Chang Geng nunca había experimentado.
Incluso si nació generoso y benevolente por naturaleza, pero siendo obligado a enfrentar la duda y la sospecha una y otra vez, solo podía parecerse a un perro herido huyendo con la cola entre las patas.
Incluso si ansiaba y anhelaba por esa clase de calidez familiar, todavía continuaría apartándolo con temor.
Chang Geng repentinamente fue golpeado por un fuerte impulso: tenía que encontrar a Shen Shiliu. Tenía que preguntarle a su yifu cara a cara: ¿qué clase de gran personaje era? ¿Qué intenciones albergaba?
No obstante, antes de que pudiera dar un paso fuera de la habitación apestaba a sangre, ya se encontraba aterrorizado.
“Es cierto,” pensó de pronto Chang Geng, “del vasto conocimiento que el profesor Shen accidentalmente deja entrever, ¿cómo puede ser solo un estudiante desmotivado que nunca aprobó los exámenes?
A pesar de que Shen Shiliu se la pasaba día a día por ahí sin hacer nada, mantenía los modales de un descendiente de familia noble. Incluso si se alojaba bajo el techo de uno, no se vería en él ni la más ligera señal de pobreza… ¿Cómo podía ser solo un ordinario e impropio holgazán?
Esas cosas debieron estar claras como el día desde el inicio, pero cuando cerraba sus ojos, inevitablemente pensaba en la figura de Shen Shiliu alzando su cabeza con un brazo, cuidado de él cuando estaba enfermo.
“Si eso también era afecto falso…”
La vieja criada, quien estaba intentando espiarlo, vio que la puerta se había abierto. Ella inmediatamente se acercó con una sonrisa: –Joven maestro, hoy…
Chang Geng la miró, sus ojos rojos.
Sus ojos causaron temor a la vieja criada. Le tomó un poco tranquilizarse, ella se palmeó el pecho y reclamó: –¿Qué está hacien…?
Todavía no terminaba cuando notó la escena dentro de la habitación.
La vieja sirvienta se congeló en su lugar, después trastabilló tres pasos hacia atrás y cayó de bruces en el suelo. Inmediatamente, un chillido inhumano dejó de su garganta.
Al mismo tiempo, una sirena de advertencia que taladraba los oídos sonó en la ciudad.
Nadie sabía qué había activado el sonido de la alarma en la torre. El silbato de más de medio metro de alto trajo consigo humo blanco que había sido teñido con ziliujin y voló en el cielo, su sonido semejaba el murmullo del agua, expandiéndose hasta quince, veinte kilómetros, irrumpiendo la paz y tranquilidad del pueblo de Yanhui que había durado catorce años.
Shen Yi estaba sepultando su cabeza para reparar una armadura de acero cuando, repentinamente, escuchó la puerta de la familia Shen siendo abierta de golpe desde el exterior. Shen Yi alzó su cabeza e inmediatamente agarró la espada que había sido removida de la armadura de acero.
–Soy yo. –susurró Shen Shiliu.
Shen Yi bajó su voz: –¿Los barbaros han hecho su movimiento antes de que lo que pensábamos?
Esta sentencia era corta y baja, pero el “medio sordo” Shiliu la escuchó sin perderse una palabra: –Hay espías bárbaros a bordo. En la nave que regresó no estaba nuestra gente.
Shen Shiliu habló mientras se movía a su habitación sin retraso. Alzó su mano, levantó sus manos la mitad de la parte inferior de la cama, no había nada debajo.
Pero, en realidad, un juego de Armadura de Hierro Negro estaba oculto bajo las tablas de madera.
Las manos de Shen Shiliu abrieron con destreza el espacio oscuro oculto en el pecho de la armadura de acero y recuperaron un Emblema de Hierro Negro. Su frio material desprendía un fulgor azul frio sobre sus dedos.
Se dio la vuelta de inmediato, su espalda, que normalmente no tenía fuerza, en esos momentos parecía una lanza de hierro.
El viento soplando afuera de la puerta completamente abierta alzó sus blancas y delgadas prendas y solo pasó rozando su hombro como si hubiera sido intimidado por su instinto asesino.
Shiliu: –Ji Ping.
Ji Ping era el nombre por el cual Shen Yi nunca antes había sido llamado frente a los demás. En días normales, los dos ocasionalmente discutirían sobre cosas mundanas como los quehaceres de la casa como si fueran tan cercanos como verdaderos hermanos. Pero, en este momento, Shen Yi dio un paso atrás y rápidamente arrodilló:
–Su subordinado está presente.
–Puesto que vinieron tan rápido, podemos tomar ventaja de la confusión y tirar convenientemente de esta red: estoy confiándote a Su Alteza el Cuarto Príncipe a ti. Primero, escóltalo fuera de la ciudad.
Shen Yi: –Entendido.
Shen Shiliu rápidamente tomó una capa exterior y una espada del lado de su cama, inmediatamente después, se dio la vuelta para partir.
Referencias[+]
⇧1 | 长庚 Lit. El Excelente del Oeste. 东有启明, 西有长庚 "Qi Ming en el Este y Chang Geng en el Oeste". Es cómo la gente en la China Antigua se refería al planeta Venus, Qi Ming (Lit. Abridor de brillo) se refiere a Venus por la mañana, Chang Geng, cuando Venus se alzaba al anochecer; una estrella de mala suerte. |
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