59. De Frente a la Batalla

«…muera por esta tierra natal.»

Cuando Gu Yun salió del salón, sus ojos estaban ligeramente somnolientos. Permaneció inmóvil y jadeó en busca de aliento. Por primera vez en su vida, sintió que la Armadura Ligera de cinco kilogramos era así de pesada sobre su cuerpo.

En situaciones críticas, la fuerza de una persona tal vez podría llegar a ser infinita. Soportando el dolor de cabeza que era difícil de resistir incluso con acupuntura y una cama adecuada, ocupándose durante todo el día y la noche, antes de que pudiera sentir nada, ya había pasado.

Justo ahora, todavía había unos rayos de luz solar en el cielo, pero en ese momento fueron rápidamente cubiertos por nubes oscuras en un abrir y cerrar de ojos. La luz de la mañana se había desvanecido.

Chang Geng permanecía esperándolo en la puerta, su espalda de cara al salón dorado con muchas capas similar a un palacio de cuentos de hadas, las túnicas del atuendo formal del Yan Bei Wang ondeaban en el viento. Estaba mirando en dirección a la torre Qi Yuan desde la distancia, no había forma de saber qué estaba pensando.

Escuchando pasos, Chang Geng se dio la vuelta. Al contemplar el rostro de Gu Yun, frunció el ceño y dijo, –El carruaje está esperando afuera. Deberías ir a descansar un poco.

Gu Yun ya se encontraba demasiado agotado, solo haciendo un sonido en respuesta.

Chang Geng: –¿Para hablar de qué te retuvo esa persona?

Gu Yun replicó con indiferencia, –Tonterías… palabras innecesarias.

Temprano por la mañana, un sinnúmero de órdenes fueron enviadas, y todas las seis ramas locales tenían que hacer lo propio. Todos sabían que este podría ser el único tiempo que quedaba para realizar los ajustes y descansar.

Tan pronto como Gu Yun entró a la habitación, sus rodillas se volvieron suaves al instante, se tambaleó y se desplomó sobre la cama.

La armadura sobre su cuerpo todavía tenía que ser descargada, colapsando con un audible “bang”. La mitad de su cuerpo se sentía entumecida, el techo daba vueltas frente a sus ojos. Gu Yun tenía la impresión de que nunca podría levantarse de nuevo.

Chang Geng sujetó su mano para tomar su pulso, y las normalmente frías manos en ambos lados estaban terriblemente calientes, como si recién las hubiera sacado del brasero: –Yifu, ¿cuándo comenzaste a tener fiebre? ¿sabías de esto?

Gu Yun jadeó suavemente, el agotamiento se filtraba por las grietas en sus huesos, sus párpados eran demasiado pesados para mantenerse abiertos. Luchó para preguntar, –¿todavía se encuentra vivo mi pequeño hermano ratón?

Chang Geng: –… ¿quién?

Huo Dan lo siguió apresuradamente después, sacando al ratoncillo gris desde el interior de su pecho, la criatura se retorcía felizmente: –Mariscal, está vivo y bien.

–Entonces yo también estoy bien, –murmuró Gu Yun, recargándose sobre su codo para levantarse por sí mismo, dejando que la gente que lo rodeaba retirara su armadura. Sintiéndose ligeramente más cómodo, se quitó el cabello mojado en sudor que se le pegaba al rostro descuidadamente: –Ya sea un resfriado o una fiebre, pasará después de beber la medicina y sudarlo.

Huo Dan no conocía toda la historia, permaneciendo de pie a un lado preguntándose porqué su Marques había decidido vivir y morir junto con un ratón de pelaje gris. Pero Chang Geng lo entendió, sus ojos destellaron[1]. Empujó a Gu Yun sobre la cama, sin dejarlo moverse: –Déjame todo a mí.

Él le hizo señas a Huo Dan para que se retirara primero, y comenzó a quitarle la ropa a Gu Yun, que estaba lo suficientemente mojada como para escurrirla y sacar agua. El cuerpo de Gu Yun era suave, y se sentiría mareado tan pronto como abriera sus ojos. No tuvo opción más que cerrar sus ojos y recostarse a un lado, dejándolo hacer lo que sea. Su respiración era un poco errática, haciéndolo lucir débil de alguna manera.

La mano de Chang Geng tembló tan pronto como su ropa exterior y las prendas intermedias fueron removidas.

La delgada ropa interior de Gu Yun ya se encontraba empapada de sudor, semejando una capa de piel de ajo. Nada podía ocultarse. Su pecho y la línea de su cintura que deberían haber estado cubiertos se volvieron los más expuestos. De alguna forma, Chang Geng sintió que esto era incluso más fatal que la última vez, cuando Gu Yun saltó directamente a las aguas termales frente a él.

El corazón de Chang Geng palpitó como un trueno por un momento. No se atrevió a quitar nada más. Tiró de una manta y la envolvió alrededor de Gu Yun, sacando un juego de ropa limpia y poniéndolo enseguida de él. Murmuró en tono suplicante: –Yifu, ¿te importaría cambiarte el resto por ti mismo?

Después de convertirse en un adulto, Gu Yun no caía enfermo a menudo, pero de vez en cuando, cuando ocurría, siempre parecía ser especialmente serio. El vapor manando de sus siete orificios, sus orejas estaban zumbando. Agitó su mano sin fuerza hacía Chang Geng, quejándose, –¿Cuándo es ya? Tú realmente…

Chang Geng permaneció a un lado, apartando su mirada. Su vergüenza provocó que el mismo Gu Yun se sintiera incómodo. Se quedaron en silencio por un momento, Chang Geng dijo con torpeza: –Iré a preparar medicina para ti.

Se dio la vuelta y se fue, brindándole eventualmente a ambos hombres un poco de alivio.

Después de que Gu Yun hubo estado recostado por un rato, sus pensamientos rápidamente se revolvieron debido a la alta fiebre en una olla de caldo, todo era añadido dentro de la mezcla. Por un lado, pensó: “¿Qué demonios debería hacer con este niño Chang Geng?”

Por el otro, meditó, “El Campamento del Hierro Negro ha retrocedido a la puerta Jiayu, los hermanos que han perdido sus vidas no tienen a nadie para recoger sus cuerpos incluso si estuvieran envueltos en tan solo un pedazo de piel de caballo.”

Después de estar pensando por un rato, su corazón parecía tener un agujero. Cada miserable soplo de viento y lluvia amarga perforaban en su interior. El dolor que fue suprimido de vuelta por las palabras de Jiang Chong durante su camino, regresó y se volvió peor, haciéndolo sentirse dolido hasta el punto de no querer vivir más.

La mitad de las cincuenta mil armaduras de hierro se perdió durante la noche.

Finalmente, la conciencia de Gu Yun se fue difuminando poco a poco. Más que caer dormido, de hecho, podría decirse que se había desmayado, cayendo en la inconciencia y recuperando la conciencia alternadamente. Varias cosas del pasado y del presente se convirtieron en un desastre, cayendo sobre él, viejos recuerdos parecían sombras cruzando que flotaban.

Recordó sus años de infancia, cuando no estaba ni ciego ni sordo, cuando era como una mosca que nunca podía estarse quieta independientemente de cuánto fuera disciplinado, y el Viejo Marqués siempre lo miraría enojado cuando fuera que lo viera.

En una rara ocasión, no obstante, el Viejo Marqués lo había conducido pacientemente para ver la puesta del sol fuera de la fortaleza.

El Viejo Marqués era alto y digno, incluso con un niño que era tan solo tan grande como un bollo, todavía lo trataba con igualdad. Se rehusó a cargarlo y sólo lo guio sosteniendo su mano: viniendo del Viejo Marqués, esto ya podía ser considerado como una rara muestra de afecto. De esta forma, el adulto tenía que inclinarse y el niño tenía que estirar su brazo, ninguno podía estar cómodo.

Sin embargo, Gu Yun no se quejó. Era la primera vez que veía la puesta de sol de color sangre en el desierto de la ciudad fronteriza. La figura de un Águila Negra volaba cada cierto tiempo, como un cuervo dorado, arrastrando un arcoíris blanco, donde fuera era una extensión de arena amarilla, matorrales planos y desierto, el joven Gu Yun estaba casi conmocionado.

Observaron el enorme sol rojo hundirse en el suelo. Gu Yun pudo escuchar al Viejo Marqués expresando al General adjunto enseguida de él: –Para un General, ser capaz de morir por la patria, esa sería buena suerte.

Él no entendió en el momento, pero ahora, veinte años habían transcurrido.

“Mariscal,” pensó Gu Yun “quizás yo… realmente muera por esta tierra natal.”

…Como un potrillo en una brecha, el fuego en la piedra, un cuerpo en un sueño.

En este momento, alguien empujó la puerta para entrar, sostuvo a Gu Yun y lo alimentó con un cuenco de agua. La otra persona en verdad era increíblemente gentil, como si estuviera acostumbrado a cuidar de otras personas, no dejando que ni una gota se derramara.

Él bajó su voz y dijo de forma persuasiva al oído de Gu Yun: –Zi Xi, bebe la medicina, luego vuelve a dormir.

Gu Yun no abrió sus ojos, respondiendo vagamente: –Media hora… despiértame dentro de media hora, si no me puedo levantar, salpica un cuenco de agua helada sobre mí.

Chang Geng suspiró, alimentándolo silenciosamente con la medicina, luego cuidándolo a su lado.

Gu Yun parecía estar incómodo, revolviéndose en la cama, casi tiró la cobija a patadas. Chang Geng intentó arroparlo varias veces, después, al final, simplemente la envolvió a su alrededor y lo sostuvo en sus brazos.

Era extraño. Quizás debido a cómo Gu Yun nunca fue particularmente cercano con nadie desde su infancia, justo ahora, al poder sentirse a sí mismo recargándose contra alguien detrás de él, se quedó quieto instantáneamente. La persona sosteniéndolo cuidadosamente lo ajustó a la postura más cómoda.  El tranquilizante de la señorita Chen inundaba cada aliento suyo, una mano acarició su frente, los dedos presionaron la parte posterior de su cuello, su hombro y su frente repetidamente con la fuerza justa, ni muy fuerte ni muy suave.

Gu Yun no había dormido en una “cama” tan cómoda en toda su vida. En un abrir y cerrar de ojos, ya no podía decir qué noche era esta.

El tiempo pacifico fluía tan ligeramente como una corriente de agua. Rápidamente transcurrió media hora.

Chang Geng miró al reloj enseguida de él y se sentía muy renuente. No tenía corazón para dejarlo ir, ni para despertarlo.

Pero no había otra opción. El desastre de la guerra era inminente. Dando un vistazo a todo este mundo, ¿dónde más podría ser él capaz de tener un sueño pacifico?

Chang Geng hizo su mejor esfuerzo para conseguir voluntad y tocar a Gu Yun en uno de sus puntos de acupuntura, despertándolo a tiempo y yéndose a la cocina por su cuenta.

El corazón de Gu Yun estaba continuamente tenso, con un cuenco de medicina y su cuerpo lleno de sudor, había hecho retroceder a la enfermedad. Después de media hora de descanso, cuando despertó de nuevo, la fiebre casi había desaparecido. Permaneció en la cama por un rato y luego se vistió, sintiendo que había vuelto a la vida.

Su cuerpo se sentía mejor, su corazón también se relajó mucho más.

Gu Yun pensó: “¿No son sólo un grupo de extranjeros? Si son tan extraordinarios, ¿por qué deberían jugar con artimañas maliciosas?”

Incluso si fuera mucho peor, mientras él continuara estando vivo, mientras todavía quedara alguien de la familia Gu, aun no podía contar como si el Campamento del Hierro Negro hubiera sido destruido por completo.

Gu Yun dejó salir una exhalación prolongada. Sólo ahora se dio cuenta de que estaba muriendo de hambre. Presionó su estómago y pensó dolorosamente, “A quien sea que me de unos panecillos calientes en este momento, la convertiré en mi esposa[2] de inmediato.”

Justo mientras estaba pensando esto, Chang Geng entró con un tazón caliente de fideos. El vapor cálido y una deliciosa fragancia se apresuraron al interior sin vacilación. Los órganos de Gu Yun habían estado muriendo de hambre al punto de retorcerse juntos.

Se tragó sus propias palabras: “Excepto por esta persona, éste no cuenta…”

Inesperadamente, tan pronto como este pensamiento comenzó, se escuchó el repentino rugido de un trueno en el exterior.

Gu Yun: –…

Chang Geng alargó su brazo hacia su frente para revisar su temperatura y dijo, –Tu fiebre ha desaparecido, yifu come algo primero.

Gu Yun tomó silenciosamente los palillos, al escuchar la palabra “yifu”, pudo sentir vagamente que había algo extraño. Desafortunadamente, esta idea cruzó en un segundo, no fue capaz de atraparla.

Gu Yun: –¿Tu cocinaste esto?

–Con la prisa, sólo hubo tiempo para hacer un tazón de fideos. –replicó Chang Geng sin cambiar su expresión. –¿está bien?

Gu Yun estaba sintiéndose incómodo por todos lados, no entendía qué estaba haciendo Yan Bei Wang, volviéndose tan virtuoso[3].

Chang Geng parecía saber lo que estaba pensando, dijo tranquilamente, –Si el país está perdido, sólo haz a un lado a Li Feng, puedo ir a abrir un puesto de fideos en el noroeste, sería suficiente para ganarse la vida.

Gu Yun se atragantó con una bocanada de caldo de fideos, tosiendo al infierno y de regreso.

Chang Geng rio y dijo, –Sólo estaba bromeando.

Gu Yun tomó el vaso de té de hierbas frío y se lo bebió: –Buen chico, ya sabiendo cómo usarme para entretenimiento, realmente yendo de mal en peor.

Chang Geng dijo con una expresión seria, –Cuando de pronto quisiste traerme a la capital desde el pueblo Yanhui ese año, yo había querido huir, había pensado entre ser un cazador en lo profundo de las montañas o abrir una tiendita en una pequeña área de la frontera para ganar lo suficiente para pasar el día. Pero más tarde, cuando sentí que era poco probable el poder escapar de tus ojos, me tuve que volver obediente instantáneamente.

Gu Yun apartó los vegetales, escogió el puerco ahumado bajo el tazón y se lo comió todo. Antes de que pudiera masticarlo por completo, Chang Geng se reclinó de pronto en la silla y habló con un gran suspiro de alivio, –Yifu, tú no sabes, mientras haya un día que no aparezcas frente a mi sano y salvo, no me atreveré a cerrar mis ojos y descansar durante el día, y finalmente…

Gu Yun dijo con ligereza: –Todavía me encuentro a doscientos noventa mil kilómetros de estar sano y salvo… cuéntame todo.

Chang Geng entendió que se estaba refiriendo a las cosas que no había dicho enfrente de Li Feng.

Gu Yun: –El Campamento del Hierro Negro debió haberse retirado por causa tuya. De otra manera, He Rong Hui habría peleado hasta el último hombre.

–Imité tu escritura. –dijo Chang Geng, –Llevar al Campamento del Hierro Negro atrás, hacia la puerta Jiayu y dejar que el Generar Cai vaya al norte para asistir a la frontera. Calculando el tiempo, el General He ya debería haber recibido el suministro de ziliujin de emergencia. Esto no necesita ser del conocimiento de Li Feng, de cualquier manera, pretende abolir la Orden de Percusión.

Gu Yun parpadeó: –Tú imitaste…

–Todos son trucos sacados debajo de la manga. –Chang Geng sacudió su cabeza. –He mandado una carta al maestro al sur de Jiangnan, pero aún era demasiado tarde. Además, sospecho que hay espías dejados por los bárbaros veinte años atrás en el palacio, ya he pedido a alguien que lo investigue, y todavía no hay noticias del General Shen, me temo que no serán buenas noticias.

–Sin noticias, son las mejores noticias, –dijo Gu Yun después de un momento de silencio. –Esa vieja criada tiene mucha suerte, no morirá.

Chang Geng: –Yifu, los enemigos en el lado noroeste se acercan ferozmente, pero en este momento parece que nada estará mal por un rato. Según tu opinión, después del desastre en el Mar del Este, ¿seremos capaces de defender la capital?

Gu Yun levantó la mirada hacia él. Sus ojos eran como un par de pedernales: fríos, duros e indescriptibles; parecía como si pudieran encenderse en innumerables chispas con sólo un toque.

Ahí sólo estaban él y Chang Geng en la habitación, separados por un tazón de fideos. Gu Yun no habló palabras vacías y dijo francamente: –Depende si podemos aguantar por nosotros mismos hasta que lleguen los refuerzos. Viniendo desde miles de kilómetros de distancia para cargar un ataque sorpresa, los extranjeros también deben querer una victoria rápida, de otra manera, no harían una entrada tan grande. Entre más tiempo se prolongue, más ventajoso será para nosotros, pero…

Pero los recursos de la Gran Liang no podían sostener una guerra prolongada.

La razón por la que Li Feng se volvió loco y quiso poseer desesperadamente la mina de ziliujin en Lou Lan era porque en este lugar con la mayor abundancia de riqueza en el mundo, había muy pocas minas de ziliujin. La producción era insuficiente para la necesidad. Cerca del cuarenta por ciento del ziliujin en la Gran Liang provenía del tributo de las dieciocho tribus, otra gran parte era traído desde varias fuertes externas. El dinero fluyendo al interior por el comercio marítimo fluía de nuevo al exterior de la misma forma.

En el presente, las dieciocho tribus se habían revelado, se encontraban sitiados por todas direcciones. La única fuente que restaba de movilizar era su propia reserva. A la larga, ellos inevitablemente serían incapaces de hacerlo hasta el final.

Este era solo el asunto del ziliujin, qué decir del tesoro que era incluso más frágil que una flor silvestre, ¿dónde podrían encontrar tanto dinero?

Gu Yun: –Justo como dijiste, en caso de que no funcione al final, replegaremos nuestras fuerzas y elaboraremos un plan lentamente. Esa es la solución más racional. Pero podría no resultar de la forma que queremos.

“–Está bien que el Campamento del Hierro Negro retroceda a la puerta Jiayu. A pesar de que suele ser bullicioso al exterior de la puerta, la mayoría de la gente son comerciantes que se asentaron temporalmente. La Ruta de la Seda sólo ha estado abierta por varios años, no fue suficiente para que se asentaran de manera permanente, además, la situación se había tensado cerca del final del año, una vez que el pasaje se cierre, no podrán hacerse negocios. Me estimo que todos ellos ya se fueron.

“–Pero no es posible al interior de la puerta. Hay miles de villas y cientos de millones de civiles todavía dentro. Incluso si He Rong Hui fuera a perecer, no podría retroceder más.

El Campamento del Hierro Negro era la fe de la gente e incluso el pilar de la Gran Liang. Una vez que este pilar colapsara, no habría necesidad de combatir más. Sería más rápido para la nación directamente cambiar su nombre.

Chang Geng se quedó en silencio por un largo rato. –Lo que dije era un último recurso.

–No un último recurso. –Gu Yun sacudió su cabeza. –Tienes talento. Sabes cómo manejar el país, pero nunca has combatido en una guerra. Aparte de un clima favorable y las condiciones geográficas, hay dos puntos más: uno es el equipamiento de armaduras de hierro y la maquinaria, el otro es el valor del corazón humano.

“–En cuanto al equipamiento, ya ha llegado a esto, no hay más opción… Pero creo que, para los extranjeros, incluso si son fuertes, no son mucho mejores que nosotros, haciendo de lado esos bárbaros pueblerinos. Incluso si alguien les da un explosivo, todavía lo utilizarían como un palillo.

“–Los subordinados no son piezas de ajedrez, todos son seres humanos, pueden ser valientes, pero no hay nadie que no tema a la muerte. ¿Recuerdas lo que te dije la última vez cuando eliminamos a los bandidos en el suroeste?

Chang Geng: –Lo recuerdo. En el campo de batalla, quien no quiere morir, morirá primero.

Gu Yun hizo un sonido de “mm”. Incluso cuando el país estaba en peligro, esto todavía no podía retrasar su comida. En unas pocas palabras, un tazón de fideos había sido devorado hasta el fondo. Finalmente pellizcó su nariz, bebiéndose el resto de los malditos vegetales verdes mezclados en el caldo. No se molestó ni siquiera el masticar y puso el tazón sobre la mesa: –¿Hay más?

–No, sólo tenía lo suficiente para hacer un tazón. Acabas de recuperarte de tu enfermedad. El bazo y el estómago todavía están débiles. Es mejor estar sólo parcialmente lleno. –dijo Chang Geng. –El cómo pelear, tú tienes la palabra final. No hay necesidad de qué te preocupes sobre el futuro, ni sobre lo que los demás puedan pensar, sobre cómo hacer dinero, cómo encontrar ziliujin, cómo gestionar el plan, tú puedes dejarme todos esos asuntos a mí.

Gu Yun estaba un poco sorprendido. Rio y dijo, –¿Tengo la palabra final para todo? ¿Y si no puedo ganar?

Chang Geng rio, pero no dijo nada más. Sus ojos estaban fijos en él, semejando a un estanque de agua tranquila que repentinamente comenzaba a ondular. Si sus ojos pudieran hablar, entonces las palabras: “Si pierdes, te acompañaré cargando la desgracia durante miles de años. Si mueres, te seguiré a la tumba.” estaban claramente expresadas.

En ese momento, Huo Dan llamó de pronto a la puerta ligeramente: –Mariscal, el Maestro Feng Han ha venido con el General Tan, también han traído el reporte de batalla del Mar del Este.

Gu Yun dijo rápidamente: –¡Pasen por favor!

Chang Geng retiró su mirada y ordenó sus palillos. Mientras inclinaba su cabeza, dijo repentinamente, –Hace un momento, una de mis sentencias era una mentira.

Gu Yun estaba desconcertado.

–Dije que ese año, la razón por la que no me fui fue porque no podía escapar de tus ojos. –Chang Geng río, sin levantar su cabeza, –Ese año, sólo era un chico fronterizo que creció en un lugar pequeño, generalmente no podía pensar tanto…

Gu Yun estaba plenamente consciente de sus implicaciones, –Chang Geng, no digas nada más.

Chang Geng cerró su boca obedientemente, tragándose de vuelta sus siguientes palabras.

En ese entonces, él no podía pensar demasiado. La razón por la que no escapó, al final, era porque no fue capaz de desprenderse de una persona.

Tan Hong Fei y Zhang Fen Han entraron muy pronto. Cuando el reporte de la batalla del Mar del Este fue presentado a Gu Yun, las manos de Tan Hong Fei todavía estaban temblando ligeramente. El corazón de Gu Yun se hundió.

–Mariscal, el lado de Jiangnan ha venido a reportar, nuestra Marina en mil seiscientos kilómetros ha colapsado. Los occidentales han ido al norte, no hay forma de saber qué tipo de jiaos estaban usando, se mueven tan rápido como un relámpago, chocando con dos o tres de nuestros botes de la Marina, inclusive rodeando a un enorme Monstruo Marino en el medio. –dijo Tan Hong Fei, –Si esto es verdad, entonces ellos irán al norte, al Puerto Da Gu, ¡sólo les tomará dos o tres días más para arribar!

Referencias

Referencias
1 Tip: Para quien no pudo comprender, Gu Yun estaba alimentando al ratón para saber si lo estaban envenenando
2 “Me casaré con ella” El término que se emplea aquí se usa para cuando te casas con alguien, y esta persona es adoptada dentro de tu familia; puesto que en chino hay otro termino para referirse a “casarse” siendo adoptado por la familia de tu contraparte.
3 La palabra usada aquí era un término empleado para describir a mujeres o esposas quienes son hábiles en las labores del hogar como cocinar, coser, etc.

Anterior

índice de Contenidos

Siguiente