58. Cuchilla Suspendida
«Atiendan mi decreto… vayan a invitar al tío aquí.»
Todo el cuerpo de Li Feng se estremeció. Chang Geng lo observó caer sobre el trono con una expresión vacía. Súbitamente, en un área fuera de su sentido racional, un tipo de cruel satisfacción se estaba alzando dentro de él. Sin embargo, Chang Geng era muy estricto consigo mismo, pellizcó su palma en silencio e hizo retroceder el placer sediento de sangre: sabía que era el Hueso de la Impureza jugando con él, no era su verdadero ser.
Chang Geng abrió su boca y habló sin mucha sinceridad: –Su Majestad, por favor tenga cuidado.
Parecía como si la persona que dijo que quería asesinar a Li Feng no era él.
Yan Bei Wang acababa de hablar, el resto de los pasmados magistrados en el salón principal reaccionaron de inmediato y siguieron su guía: –Su Majestad, cuídese por favor.
Los ojos de Li Feng cayeron lentamente sobre Chang Geng. Éste era su hermano sólo en nombre, pero él rara vez lo notaba. Desde que Su Alteza Real Li Min heredó su título y entró a la corte, casi nunca habló, ni deliberadamente se dio a conocer con los otros magistrados. Ni siquiera usó el nombre de Gu Yun para entablar conversación con los oficiales militares. Sólo charlaba ocasionalmente con unos cuantos pobres académicos acerca de libros y poesía.
Chang Geng actuó como si no hubiera notado su mirada en lo absoluto, su rostro permaneció inalterable, –El General Zhao se ha sacrificado, ya no quedan barreras en el Mar del Este. Los occidentales podrán ser capaces presionar directamente en el Puerto Da Gu tan pronto cómo viren hacia el norte. Ya es muy tarde para decir cualquier cosa, Hermano Real, por favor deshágase de los pensamientos distractores y tome de inmediato una decisión.
Por supuesto, Li Feng sabía esto, pero su corazón era un desastre, por un momento no supo qué decir.
En este momento, el Tío Imperial Wang, quien se había vuelto ceniciento debido a los rumores que circulaban sobre él entre la gente común durante estos días, observó el rostro del Emperador y se atrevió a decir, –Su Majestad, sólo hay una gran guarnición que es el Campamento del Norte a las afueras de la capital, rodeado por nada más que planicies. Si fuéramos a enfrentarnos con ellos aquí, nuestras tropas seguramente serán insuficientes.
“–Además, el caso de la rebelión de Tan Hong Fei todavía está inconcluso. Prácticamente no hay líder en el Campamento del Norte en este momento. Si la totalidad de los Jiaos en Jiangnan fuera a ser destruida, ¿qué podría hacer el Campamento del Norte? ¿Quién podría proteger la seguridad de la capital? La mejor manera de proceder en este momento es… ¿qué tal si nosotros…? Ah…
Wang Guo no terminó su oración, debido a que los ojos del grupo de generales en el salón estaban clavados sobre él como flechas de Arcoíris Blanco.
Este viejo bastardo ni siquiera había limpiado aun su propio trasero. Una ligera brisa acababa de elevarse y él ya se atrevió a convencer a Su Majestad para mover la capital a cualquier otro lugar, si no fuera por esta situación en la que los enemigos estaban invadiendo desde el exterior y por el caótico estado de los asuntos internos, quizás todo el mundo lo habría cortado en pedazos.
Wang Guo tragó con dificultad y exhaló, inclinando su espalda, sin atreverse a levantar la mirada.
La expresión de Li Feng era insondable. Permaneció en silencio por un momento, luego ignoró por completo a Wang Guo y sólo dijo: –Permitamos que Tan Hong Fei que regrese a su posición, démosle una oportunidad para mitigar sus errores con méritos… Los he llamado a todos ustedes aquí para discutir, ¡cualquiera que continúe diciendo estupideces que salga ahora!
En esta emergencia, incluso el crudo lenguaje propio de la calle podía salir de la boca del Emperador. El salón cayó instantáneamente en un silencio mortal, rojo y blanco destellaron en el rostro de Wang Guo.
Li Feng se volvió impacientemente hacia el Ministro de Guerra: –Súbdito Hu, usted está a cargo de los asuntos militares, sosteniendo las Órdenes de Percusión, ¿qué opina?
El Ministro de Guerra había nacido con una complexión pálida y verdosa nata combinada con un rostro largo. Su nombre era Hu Guang, que sonaba similar a “melón dulce”, por lo que algunas personas lo llamarían en secreto Ministro Melón en privado.
Cuando el Ministro Melón escuchó las palabras de Li Feng, su rostro se retorció en un melón amargo. En nombre, la Orden de Percusión era expedida por el Ministerio de Guerra, pero, ¿cómo podría el Ministro del Guerra atreverse a mandarla? Él no era más que una pincel en las manos del Emperador, ¿se atrevería una pincel a tener opinión?
Hu Guang se limpió el sudor frío, hablando con falta de confianza: –Oh… Su Majestad tiene razón, la capital es el cimiento de la Gran Liang. Este es el lugar hacia donde se vuelven los corazones de las personas, ¿cómo podríamos permitir a esos extranjeros irrumpir aquí? ¡Qué tipo de orden adecuado sería ese! Incluso si solo nos queda un peón, tenemos que pelear hasta el final. Si retrocediéramos ahora, solo desalentaría a las tropas.
Li Feng no tenía paciencia para escuchar sus tonterías repitiéndose como una rueda dando vueltas, lo interrumpió de inmediato: –¡Te pregunté cómo pelear!
Hu Guang: –…
Todo el mundo estaba observando a Wang Guo, pero el hombre tenía razón. Si el Comandante de la Marina de Jiangnan ya había muerto en batalla, ¿quién podría estar en cargo del Mar del Este? ¿Cómo se supone que movilizarían tropas?
En el caso de que los extranjeros fueran hacia el norte, ¿cuántas rondas de cañones podrían ser capaces de bloquear los Guardias Imperiales y el Campamento del Norte?
Hasta cierto nivel, Wang Guo también podía ser considerado como valiente, al menos él se había atrevido a decir la verdad que nadie más pudo.
Hu Guang se convirtió repentinamente en un melón amargo y podrido, el sudor frío goteaba como si fuera jugo escurriendo.
Justo entonces, Chang Geng habló súbitamente.
El joven Yan Bei Wang dio un paso al frente: –¿Estaría mi Hermano Real dispuesto a escuchar unas pocas palabras mías?
Hu Guang le dirigió una mirada agradecida, Chang Geng sonrío gentilmente: –Hermano Real, primero cese su ira, el agua que ha sido derramada no se puede recuperar, los muertos no pueden ser resucitados. La problemática de las fronteras en los cuatro lados se ha convertido en un hecho establecido, es inútil discutir y estar enojado. Más que una conmoción, es mejor que nosotros pensemos en qué más podemos hacer para salvar esta situación.
Quizás porque había seguido a un monje durante un largo tiempo, en su cuerpo no permanecían las llamas y el humo del mundo común. Estando de pie enfrente del salón, su tranquilidad se impregnó a través de su interior, incluso el fuego de la ira se había relajado inconscientemente junto con él.
Li Feng dejó escapar un suspiro en secreto y agitó su mano: –Adelante.
Chang Geng: –En este momento, los Planos Centrales han sido atrapados por el fuego, los soldados han sido movilizados, pero las raciones no han sido preparadas. Es inevitable presenciar un escenario con suministros insuficientes, por lo que pido a mi Hermano Real que por favor abra el tesoro nacional y mande todo el ziliujin. Ésta es la primera cuestión.
–Sí, me lo has recordado, –Li Feng se volvió hacia el Ministro de Hacienda. –Coordínese de inmediato con los demás…
–Hermano Real, –lo interrumpió Chang Geng. –su súbdito ha dicho mandar todo: en este periodo extraordinario, la Orden de Percusión ya se ha convertido en un obstáculo. Los generales todavía están cargándola como si fueran grilletes ¿desea mi Hermano Real atarlos para ir al campo de batalla?
Si alguien más fuera a decir esas palabras, hubieran sido extremadamente ofensivas, pero no había forma de decir porqué, viniendo de la boca de Yan Bei Wang, nadie podía sentirse enojado.
Hu Guang quien acababa de ser dejado de lado, rápidamente lo siguió: –Su súbdito está de acuerdo.
Sin esperar que Li Feng abriera su boca, el grupo de la facción de Hacienda había burbujeado, el Ministro de Hacienda alzó su voz: –Su Majestad, no debemos en lo absoluto. En este momento, la distribución de ziliujin podría en verdad resolver la necesidad urgente, pero permita que su súbdito diga unas cuantas palabras desagradables. En caso de que la situación se prolongue, después de resolverlo hoy, ¿qué será mañana? ¿vamos a usar la porción del próximo año?
El Comandante del Ejército Imperial quizás en verdad quería cortar la cabeza del Ministro para escurrir el agua fuera de su cerebro, replicó instantáneamente: –Los enemigos ya han presionado a nuestra puerta, pero todo lo que hay en sus cabezas de caballeros, son cálculos cuidadosos para los míseros gastos diarios, este General en verdad ha abierto sus ojos.
“–Su Majestad, si nos extinguimos este fuego, ¿cómo podría haber un “mañana”? En el caso de que todos los frentes se encuentren atrapados en un punto muerto, apoyándonos simplemente en las pequeñas minas de ziliujin en el territorio de nuestro país, ¡incluso si volcamos un metro de tierra no seremos capaces de durar mucho!
Hu Guang parecía temer el no poder tener una aportación. Con su rostro rojo, gritó al tope de sus pulmones: –¡Su súbdito está de acuerdo!
Chang Geng sólo había dicho una cosa, no había tenido oportunidad de hablar sobre cómo suprimir al enemigo, pero una caótica discusión ya había comenzado. No habló y permaneció pacientemente de pie a un lado, esperando que ellos terminarán su batalla de palabras.
El cerebro de Li Feng parecía querer partirse. Súbitamente, llegó a una conclusión. Esos “pilares” de la corte sólo podían preocuparse acerca de los insignificantes asuntos pertenecientes al cuadrado de tierra sobre el que estaban parados. Si todos fueran despedidos a la cocina, quizás podrían discutir sobre una mesa llena de nuevos platillos tan vastos como una nación.
–¡Suficiente! –estalló Li Feng.
Su alrededor quedó en silencio, Chang Geng continuó sus palabras de manera oportuna: –Su súbdito aún no ha terminado, para la segunda cuestión: Su Majestad por favor esté listo para hacer retroceder nuestras fuerzas.
Tan pronto como salió esta declaración, los ministros hirvieron nuevamente. Ni siquiera la ira del Hijo del Cielo pudo contener la ruidosa conmoción en el salón. Varios ancianos parecían estar listos para estrellar sus cabezas contra las columnas.
Los ojos de Li Feng se contrajeron, la flama de la ira ascendió hasta su garganta. Apenas si pudo contenerse para no rebanar a Chang Geng. Frunció el ceño, tratando de suprimir su enojo y murmuró una advertencia: –A Min, hay ciertas cosas que debes pensar cuidadosamente antes de decir, los ancestros no han pasado esta nación a mis manos para que divida el territorio para criar a los tigres.
Chang Geng permaneció inmutable: –Su súbdito quisiera pedir al Hermano Real por favor palpar nuestros bolsillos. Usando todos los recursos de nuestra nación en este momento, ¿cuantos territorios seremos capaces de salvar? Esto no es “dividir el territorio para criar a los tigres”, sino un guerrero que corta su mano. Si no se amputa cuando debe ser cortada, esperando hasta que el veneno haya penetrado profundo, hasta después de que hayamos sido derrotados por completo por los occidentales, ¿solo entonces decidiremos cortarlo?
Su plano tono de voz que semejaba el recitar las Analectas de Confucio era como un balde de agua helada, derramándose sobre la cabeza de Li Feng sin piedad.
Chang Geng no alzó la vista para ver la expresión del Emperador, continuó: –En tercer lugar, el Maestro Wang lo ha dicho bien, justo ahora el noroeste todavía tiene al Campamento del Hierro Negro, incluso si han sufrido una gran pérdida, todavía pueden resistir. En lugar de más importancia en estos momentos es el Mar del Este, una vez que los extranjeros vaya al norte, el poder de combate del Campamento del Norte es bastante preocupante. Los refuerzos cerca y lejos han sido inmovilizados y podrían no ser capaces de arribar a tiempo, ¿qué planea hacer Su Majestad?
En un parpadeo, Li Feng había sido obligado a envejecer diez años a causa de sus palabras, después de sentirse abatido por un largo rato, finalmente dijo: –Atiendan mi decreto… vayan a invitar al Tío aquí.
Cuando Chang Geng escuchó esta orden, ni siquiera parpadeó. No hubo ni rabia ni júbilo, como si esto fuera lo que debiera ser hecho, todo acorde a la lógica y la razón.
Zhu Pie Pequeño ni siquiera se atrevió exhalar, justo cuando estaba a punto de partir, Chang Geng le recordó de pronto: –Su Majestad, escoltar alguien de la prisión imperial con tan sólo el eunuco Zhu parecería una broma.
Él había desconfiado instintivamente de cualquiera de los sirvientes alrededor de Li Feng, incluido este hombre quien había estado ayudando en secreto a Gu Yun.
Li Feng dijo con impotencia: –¿Qué hora es ya? Todavía prestándole atención a detalles tan triviales. Súbito Jiang, usted puede ir en mi lugar.
Zhu Pie Pequeño caminó detrás de Jiang Chong con pequeños pasos, no pudo evitar sino observar a Chang Geng desde lejos.
Él era un anciano dentro de este palacio. En la corte de la Gran Liang, incluso los miembros de alto rango de la nobleza y la realeza, no había ni una sola persona con la que no estuviera familiarizado, siendo Yan Bei Wang la única excepción.
Él fue cuidadosamente protegido dentro de la mansión del Marqués desde su infancia. Después de crecer, no “trabajo adecuadamente” sino que en su lugar casi siempre viajaba a cualquier lado y rara vez se mostraba. Además de mezclarse entre la multitud para escuchar de política en la corte, casi nunca entraba solo al palacio y sólo iba junto con Gu Yun en la época de Año Nuevo para presentar respeto. Nadie sabía nada de información sobre él.
No saber nada significaba que él mismo era una variable.
Jiang Chong y Zhu Pie Pequeño fueron rápidos en sus corceles, dirigiéndose directo a la prisión imperial. Cuando se acercaban a su destino, Zhu Pie Pequeño recordó repentinamente y dijo en voz baja: –No, Maestro Jiang, el Marqués estará entrando al palacio para encontrarse con el Emperador, sería inapropiado mientras todavía lleva puesta la ropa de prisión. ¿Qué tal si mando a alguien para revisar los atuendos formales de primer grado hechos este año y que busque uno de inmediato?
Jiang Chong actualmente estaba lleno de pesadumbre e indignación por el colapso de su tierra natal, su alma fue traída de vuelta por la voz del viejo eunuco, no sabía si reír o llorar: –¿Cuándo es “de inmediato”? Aún recuerda los pequeños detalles, yo…
Antes de que hubiera terminado de hablar, pudo ver a un hombre a caballo dirigiéndose hacia ellos, arribando en un parpadeo. Desmontó y se presentó sus respetos: era Huo Dan, el Comandante de los guardias de la mansión del Marqués.
Huo Dan juntó sus manos: –Maestro Jiang, eunuco Zhu, soy un sirviente de la residencia del Marqués, fui mandado por órdenes de Su Alteza Real para darle esto al Marqués.
Con eso, sacó con ambas manos un atuendo formal con un traje de armadura.
Jiang Chong estaba sorprendido: podía decir que ese Yan Bei Wang era una persona meticulosa a primera vista, pero ¿ser cuidadoso a este extremo?
¿Contra quién estaba en guardia el Príncipe?
Gu Yun estaba muerto de aburrimiento en el calabozo, balanceando el gordo ratón de su cola. Notando algo inusual en la corriente de viento detrás de él, miró hacia atrás algo sorprendido y pudo ver vagamente tres figuras entrando desde el exterior. La persona al frente caminaba tan ligeramente como el viento y parecía todavía estar vistiendo un atuendo formal.
Entonces, la puerta de la prisión fue abierta de par en par, y una fragancia especial del palacio penetró en la nariz de Gu Yun, teñida con el aroma especial de sándalo en el cuerpo de Li Feng.
Gu Yun entrecerró sus ojos y reconoció que el hombre alto era Zhu Pie Pequeño.
Si fuera a ser interrogado, no habría razón en lo absoluto para mandar directamente a Zhu Pie Pequeño. El tipo de personas como Li Feng no se abofetearían a sí mismas en la cara así: arrestando y luego liberando, liberando y luego arrestado; por lo que esto sólo podía significar una cosa…
La sonrisa en el rostro de Gu Yun desapareció, pensó para sí mismo: “¿qué ha ocurrido?”
Jiang Chong dijo algo rápidamente, Gu Yun no fue capaz de escucharlo para nada. Sólo pudo atrapar unas cuantas palabras: “Ataque enemigo…Zhao…”. Sin entender nada, no tuvo opción más que pretender mantenerse firme ciegamente mientras una montaña colapsa. Permaneciendo inalterable, asintió.
Jiang Chong fue afectado por su calma inamovible, por un momento, él también pudo sentirse muy estable. Su ansiedad, a veces caliente y a veces fría, cayó toda en su abdomen, sus lágrimas casi caen. –Es en verdad una bendición para toda la gente que haya pilares como el Marqués en la Gran Liang.
Gu Yun estaba confundido, pensando para sí mismo: “Madre mía, ¿qué está diciendo de nuevo?”
En apariencia, sólo dio una palmadita sobre el hombro del Maestro Jiang y dijo, –Muéstreme el camino.
Afortunadamente, Huo Dan dio un paso adelante y le tendió el atuendo formal, luego tomó el envase de vino de su cintura: –Su Alteza me pidió traer esto para el Marqués, para dispersar el frío.
Gu Yun abrió la tapa y pudo decir instantáneamente por el aroma que era medicina. Se sintió aliviado de inmediato como si le acabaron de dar amnistía y lo bebió de una sola vez.
Huo Dan lo ayudó a cambiarse de ropa. Para bien o para mal, esto era mucho más pulcro y ordenado. El cegado Marqués no tuvo opción más que ir con el grupo al palacio. Por primera vez, estaba extremadamente ansioso por el rápido efecto de la medicina.
No fue hasta que llegaron a la parte inferior del muro del palacio que los oídos de Gu Yun se sintieron como si estuviera siendo pinchados por agujas y se recuperaron lentamente.
Hizo un gesto silencioso a Huo Dan. Huo Dan entendió al instante. Se acercó a su oído y repitió las palabras exactas de Jiang Chong en el calabozo.
Gu Yun todavía no había escuchado todo, pero su cabeza que le dolía lo suficiente como para romperse ya se había partido como la cuerda tensa de un arco. Frente a sus ojos había miles de estrellas, sus pasos tropezaron en un estado de pánico. Huo Dan sujetó rápidamente su brazo: –¡Mariscal!
Jiang Chong estaba aterrorizado. No sabía qué le acababa de ocurrir al Marqués del Orden quien justo un momento atrás todavía estaba tan tranquilo como siempre. Viendo que la complexión de Gu Yun era tan desagradable como la de un hombre muerto, preguntó nerviosamente: – Marqués, señor, ¿qué ocurre?
“El Campamento del Hierro Negro fue dañado más de la mitad.”, “Las puertas principales consecutivas de la Frontera Norte fueron derrotadas.”, “El General Zhao se ha sacrificado por el país.” y “El almacén de suministro del suroeste fue bombardeado fuertemente” … Esas pocas sentencias se convirtieron en un grupo de cuchillas mortales y cayeron dentro de todo el cuerpo y las extremidades de Gu Yun, su pecho palpitó dolorosamente, una bocanada de un fluido amargo subió por su garganta.
Las venas azules eran visibles en su sien, el sudor frío goteaba, a pesar de que Jiang Chong sabía que incluso en prisión, nadie se atrevería a torturar al Marqués, aún estaba asustado: –¿Qué ocurre? ¿Necesita que llame a un carruaje para usted? ¿Dónde está el doctor?
El cuerpo de Gu Yun se estremeció ligeramente.
Jiang Chong: –Justo ahora, la seguridad de toda la Gran Liang recae en los hombros del Marqués, ¡usted debe ser fuerte!
Esta oración golpeó los oídos de Gu Yun como si fuera un trueno. Su alma que se había dispersado en pedazos a lo largo de todo el país fue reunida de vuelta dentro de su columna, cerró sus ojos y se obligó a sí mismo a tragarse de vuelta una bocanada de sangre.
Después de una pausa, bajo la intensa mirada llena de terror e inquietud de Jiang Chong, rio roncamente como si nada hubiera pasado. –No he visto la luz del sol durante unos días, mi cabeza duele un poco: no es nada, sólo un viejo problema.
Con eso, Gu Yun bajó su cabeza y ajustó ligeramente su Armadura Ligera. Tiró su brazo fuera de la mano de Huo Dan, le arrojó el pequeño ratón de pelaje gris que había estado protegido en su mano, y le dio instrucciones, –Este es mi hermano ratón. Encuéntrale algo de comer. No lo dejes morir de hambre.
Huo Dan: –…
Cuando Gu Yun terminó, se dio la vuelta y caminó al interior del palacio.
En ese momento, en el salón Jin Luan, las pocas palabras de Chang Geng habían llevado a una caótica batalla de palabras hasta que Zhu Pie Pequeño alzó su voz para anunciar: –El Marqués ha entrado al palacio para saludar al Emperador. –todo el mundo se calló instantáneamente. Por un momento, el salón principal estuvo envuelto en un silencio mortal.
Gu Yun atrapó los ojos de Chang Geng tan pronto como levantó cabeza. En el instante en el que sus miradas encontraron, ya podía ver en los ojos de Chang Geng la feroz tormenta que ni una entre miles de palabras podía describir.
Como si no hubiera nadie más a su alrededor, Gu Yun dio un paso adelante para presentar sus respetos, luciendo tan casual como si no hubiera llegado desde la prisión sino como si acabara de tomar una siesta en su casa.
Li Feng de inmediato anunció a la corte que se retirara y echó fuera a los gritones y al grupo de buenos para nada que peleaban, quedándose solo con Gu Yun, Chang Geng y un grupo de generales para discutir el ajuste para la defensa de la capital durante la noche.
El Maestro Feng Han, quien estaba reflexionando sobre sus acciones a puertas cerradas, no pudo evitar soportar no mostrarse. El Instituto Ling Shu estaba encendido con luces, trabajando tiempo extra para mantener el equipamiento de guerra que habían dejado en la capital.
Durante todo el día y toda la noche hasta que hubo pasado el cuarto periodo de la guardia nocturna[1]Desde la 1:00a.m. hasta las 3:00a.m., el horizonte estaba fundido de blanco, sólo entonces Li Feng, quien tenía profundos círculos negros bajo sus ojos, los dejó regresar.
Antes de irse, Li Feng llamó a Gu Yun a solas.
En el salón, todos los sirvientes a la izquierda y a la derecha fueron despedidos. Sólo un gobernante y un súbdito se enfrentaron uno al otro. Li Feng permaneció en silencio durante un largo rato. Hasta que la lámpara del palacio pareció sentir la luz del sol y se apagó automáticamente con un chasquido, Li Feng volvió a sus sentidos, mirando a Gu Yun con una expresión complicada, dijo vagamente: –… Tío ha tenido que soportar la injusticia.
Gu Yun ya tenía la cabeza llena de palabras corteses vacías, incluso sin pensar, podían ser liberadas con practicada facilidad.
Mentiras tales como “La lluvia y la tormenta, todas son gracia del gobernante” y “Para ser capaz de sacrificarse por el país, no debería haber agravios” se habían alineado en una fila, uniéndose cercanamente bajo su boca flexible.
Sin embargo, de pronto su lengua parecía haberse agarrotado. No importaba cuánto lo intentó, ninguna palabra pudo salir. Sólo pudo alzar sus labios en una sonrisa hacia el Emperador Long An.
Fue indescriptiblemente rígida y de alguna forma antinatural.
Durante un largo rato, los dos en verdad no tenían nada que decir. Li Feng suspiró y agitó su mano.
Gu Yun bajó sus ojos y se dio la vuelta para partir.
Ese emperador pedorro es bueno para andar de bocon pero sin Gu y Chang el no es nada
Gracias por la traducción :3?