57. Desastre Nacional

Dos horas después, el ataque sorpresa al Campamento del Hierro Negro en la Región Occidental sorprendió al gobierno, asustando a la gente.

–Su Santidad, ahora puede estar tranquilo. –el Maestro Ja extendió su brazo y ayudó al hombre de cabello blanco a apoyarse. Resultaba que el hombre que había visitado la Gran Liang muchas veces antes, diciendo ser un mensajero, era en realidad el mismísimo Papa.

Maestro Ja: –A pesar de que hubo incontables desviaciones a lo largo del camino, al final, el resultado no ha desperdiciado el tiempo y la energía que ha invertido aquí.

El Papa contempló a los feroces monstruos marinos sobre la superficie azul del océano. Su rostro estaba tranquilo, sin felicidad ni tristeza. Parecía que no solo no estaba dichoso, incluso cargaba con él una clase de tristeza y melancolía indescriptibles.

–En este momento aún es muy temprano para hablar del resultado, –dijo el Papa. –El destino es una cosa bastante misteriosa. El destino de una persona no es predecible, ¿qué decir de todo un país? Esto es algo que solo Dios podría saber.

Maestro Ja: –¿Por ejemplo, cuando el imbécil de Jia Lai no fue capaz de contenerse y reveló ese asunto a Gu Yun por adelantado?

Jia Lai Ying Huo tenía un resentimiento demasiado inmenso hacia el último miembro de la familia Gu. En adición a este odio, no quedaba nada más en toda su existencia. Había dejado muy atrás la dignidad de un Rey Lobo para convertirse en un perro rabioso. Ya no podía ver la imagen más grande. Desde su perspectiva, mientras pudiera destruir a Gu Yun, no le importaba si destruía los planes de alguien más.

Sin embargo, debían cooperar con este perro rabioso. El odio enredándose durante generaciones entre las dieciocho tribus y los Planos Centrales era muy profundo, las fuerzas actualmente ocultas de las diosas fallecidas que quedaron en la capital también eran increíblemente importantes.

–En verdad admiro a ese Gu Yun, –suspiró el Maestro Ja. –si yo fuera él, quién sabe qué habría hecho ya, pero él manejó tranquilamente todas esas cosas. De otra forma, la verdad que revelamos hoy sería incluso una locura mucho mayor de lo que es ahora. Las guarniciones en los diferentes emplazamientos ya deberían estar… ¿cómo lo llaman? ¿“Qing Jun Bian[1]”?

El Papa: –Este efecto no es el ideal, pero no hay otra oportunidad. Una oportunidad es tan efímera como el tiempo, no tenemos opción.

“–Jacques, todos nosotros somos bestias encorraladas, todos estamos buscando una forma de sobrevivir. Si no devoramos a los demás, entonces seremos devorados. Incontables pares de ojos están observando a este enorme y apetitoso herbívoro, debemos dar un paso adelante primero, de lo contrario, no tendremos necesariamente el poder para ir a la batalla después de tres o cinco años en el futuro.

El Maestro Ja observó el mar, en todos lados había agua, el mar y el cielo compartían el mismo matiz. No pudo parcialmente comprender: –Su Santidad, si esto es solo un herbívoro, ¿por qué debemos invertir tanto esfuerzo para quitarle sus colmillos?

–Carnívoro o herbívoro, las diferencias no recaen ni en sus colmillos ni en su forma, –murmuró el Papa. –debes evaluar si es ambicioso, si tiene un corazón que ansía morder y tragar… ¿fuiste capaz de detectar ese aroma?

El Maestro Ja se quedó atónito. Cuando se quemaba el ziliujin con alta pureza casi no originaba olor, probablemente solo Gu Yun y los perros serían capaces de detectarlo. Intentó preguntar:  –Su Santidad se refiere a… ¿el aroma del agua de mar?

–Es la pestilencia, hijo mío. –musitó el Papa. –Si el demonio realmente existe en este mundo, entonces definitivamente sería este pequeño mineral con una flamas azules y púrpuras. Desde el día en que penetró en el suelo, ha encendido esta era maldita. Convirtió a los Hijos de Dios en los corazones de los monstruos de hierro.

¿No era la máquina que quemaba ziliujin hecha por el hombre?

El Maestro Ja se encogió de hombros, no lo refutó, pero al mismo tiempo estaba en desacuerdo de alguna forma.

El Papa no explicó más, solo inclinó su cabeza y comenzó a besar el anillo en su mano con el símbolo de un cetro y repitió una simple plegaria.

–Perdóname, –susurró. –por favor, perdóname.

En este momento, un racimo de señales de fuego de un profundo color azul apareció de pronto en las dos naves en la cabeza, elevándose alto en el cielo.

La sombra de los ojos del Maestro Ja parecía haberse mezclado con el color de las llamas. Intentó contenerse a sí mismo, pero por un momento, todavía le fue difícil suprimir su entusiasmo: – ¡Su Santidad, comienza!

 

El séptimo año de Long An, el octavo día de abril.

Era el tercer día desde que el Marqués del Orden, Gu Yun, se movió desde las aguas termales hacia una celda en la prisión de la capital.

El calabozo era muy frío y siniestro. Afortunadamente, dado que la primavera entró a la capital, el frío se había dispersado gradualmente. Ya estaba cálido, el montón de pasto y paja en la celda era incluso más suave que su cama de marcha en el campamento militar. No era incómodo para vivir durante un par de días, Gu Yun lo vio como si estuviera yéndose de vacaciones.

Todo a su alrededor estaba en silencio. Ni siquiera había un compañero para conversar. El carcelero era una marioneta que no podía hablar. Esta era la celda más profunda en la prisión imperial, si uno no era alguien de linaje real, no se le permitiría entrar. Ni siquiera Tan Hong Fei, el Comandante del Campamento del Norte estaba calificado para quedarse.

La última persona que calificó para estar ahí fue Wei Wang, el hermano biológico del Emperador. Gu Yun disfrutó del trato de una habitación individual, no había otra opción más que permanecer solo.

Pero incluso si alguien charlaba con él, tampoco sería capaz de escucharlo. La medicina que se apresuró a beber antes de irse ya se había consumido. El color de las dos marcas de belleza en el lóbulo de su oreja y en la esquina de su ojo se había desvanecido al punto de ser casi invisible. Tampoco había traído el monóculo. Cuando abría sus ojos, apenas podía contar sus dedos. Los pasos de la marioneta entrando y saliendo también eran difusos.

Para matar el tiempo, atrapó a un ratón para criarlo, dejando unos pedacitos de cada comida para alimentarlo. Sin nada que hacer, jugaría con él.

Ese incidente fue desenterrado por alguien deliberadamente, Gu Yun lo podía decir. Cuando él investigó en secreto cinco años atrás, había limpiado unas cuantas evidencias mortales, pero no tocó a Wu He. Primero, sólo era un viejo perro aferrándose a la vida. Segundo… temía que, al final, no carecía de egoísmo. No estaba dispuesto a dejar que esta verdad imperdonable desapareciera para siempre.

Gu Yun admitió que este fue su error. Si pudiera poseer la mitad de la cantidad de calma que tuvo hoy, hubiera entendido que debió haber reunido esas cosas y esperado por el momento adecuado, exponiéndolas y rebelándose de una vez; o haber destruido todo lo que había ocurrido, enterrándolo en el pasado y nunca dejándolo ver de nuevo la luz.

Miles de errores, no debería haber titubeado cuando debió haber sido contundente.

Al igual que el Emperador Yuan He, si el anciano no hubiera vacilado, entonces nunca hubiera existido un Gu Yun, quizás el mundo podría haber tenido otra clase de paz.

Gu Yun no sabía que pasaría en el futuro, no sabía si Chang Geng quien acababa de entrar al mundo podría realmente ser capaz de estabilizar los corazones de las fuerzas militares en todos lados. Sin embargo, actualmente se encontraba en prisión, era inútil preocuparse, primero tenía que relajarse y recuperar su fuerza.

Más tarde, el ratón descubrió que las manos ansiosas de este hombre eran demasiado molestas. Era problemático, pero también era incapaz de escapar, por lo que directamente se hizo el muerto y ya no le presto más atención.

El pequeño Marqués que era odiado por los perros y gatos tuvo que recostarse ociosamente contra la pared. Sintió que la actitud de este ratón era similar a la de Chang Geng cuando era joven.

Gu Yun comenzó a pensar en Chang Geng, entonces no pudo evitar suspirar, quejándose con el ratón: –Hubiera preferido disgustarle por molestarlo todos los días como en su infancia.

El ratón le mostró en respuesta un trasero muy redondo.

Gu Yun respiró profundamente y expulsó con fuerza este último rastro de pensamiento. Sin escoger ni elegir, tiró de la mohosa manta sobre la paja, se recostó sobre su cuerpo y cerró sus ojos para descansar.

Sólo con un buen estado de ánimo puede uno enfrentarse a futuro difícil.

Nadie podía molestar a este medio sordo en la prisión. Gu Yun pronto cayó dormido, tuvo un sueño en el frío aroma mohoso.

Gu Yun soñó que estaba acostado sobre su espalda bajo un gran cuchillo de carnicero, la pesada cuchilla presionada sobre su pecho, cortando poco a poco a través de la carne y la piel hasta sus huesos, partiéndolo vivo en dos mitades, desconectando su cuerpo con todas sus extremidades. Sólo la herida que cruzaba su pecho le dolía de manera increíble. En sus oídos, persistían los sonidos del llanto, el fuego de la artillería y los alaridos, combinados con el sonido intermitente de un Hu Jia[2], vago y desentonado, como una telaraña…

Fue partido por el cuchillo, pero no había sangre en la herida. En lugar de eso, una señal con una flecha salió y se elevó hacia el cielo con un sonido que taladraba los oídos, explotando y sacudiendo a la nación.

Gu Yun despertó con un gemido ahogado. La vieja herida sobre su pecho le dolía de forma inexplicable. El sonido penetrante de la señal de la flecha de su sueño continuaba haciendo eco en sus oídos, convirtiéndose en una extraña clase de acúfeno[3].

Parecía haber una bizarra conexión entre él y su Campamento del Hierro Negro. Esa noche, la primera flecha con una señal ominosa explotó en el cielo nocturno en la guarnición de la Región Occidental.

El informe de batalla de emergencia llegó a la capital un día después. Al soldado Águila Negra que vino a entregar el mensaje sólo le quedaba una pierna. Con su último aliento agonizante, arribó al Campamento del Norte, actualmente en un estado de pánico, y murió antes de que pudiera decir una palabra.

Dos horas después, el ataque sorpresa al Campamento del Hierro Negro en la Región Occidental sorprendió al gobierno, asustando a la gente.

Cuando las noticias del incidente de la capital se difundieron, He Rong Hui lideró gente para asediar la residencia del Gobernador del Noroeste. Tan pronto como se fue, el Reino Ku Cha mandó ciento sesenta Tigres de Arena como vanguardia, penetrando a la fuerza a través del campamento de la patrulla de Caballería Negra, localizado a la entrada de la Región Occidental.

El tanque de guerra, el Tigre de Arena, era el más grande enemigo de la Caballería Ligera. Por un momento, el humo y el polvo cubrieron el aire, las llamas se elevaron como una cortina, los corceles de batalla chillaron y murieron, los jinetes de la caballería de hierro fueron cayendo uno tras otro.

Pero el Campamento del Hierro Negro seguía siendo Campamento del Hierro Negro al final. Después de un momento de confusión, reaccionaron de inmediato. Las Armaduras Negras no titubearon para presionar. He Rong Hui regresó de inmediato con Águilas Negras después de recibir las noticias, cortando de forma decisiva la línea de suministro de los Tigres de Arena directamente desde el aire. Los vehículos de combate gigantes consumían combustible de forma excesiva.  Una vez que su suministro era interrumpido, se convertirían instantáneamente en un montón de chatarra de hierro y cobre.

Pero los Tigres de Arena que vinieron a llamar a su puerta no eran sólo un engaño. Detrás de ellos, justo como todo el mundo había temido, había decenas de miles de tropas portando banderas.

Los extranjeros en las estaciones de un sinnúmero de países, incluso la gente de Tianzhu quien había tomado esta oportunidad para su propia ventaja… el número superaba lo que habían imaginado. A pesar de que sólo eran un pésimo grupo, seguían siendo una “multitud”. Con Tigres de Arena al lado, el Campamento del Hierro Negro sólo podía usar Armaduras Pesadas para resistir, y pronto ambos bandos comenzaron a caer en una batalla de ziliujin.

He Rong Hui abrió urgentemente el almacén de ziliujin del Campamento de la Región Occidental y fue impactado al darse cuenta de que no quedaba mucho. Cuando el Emperador Long An investigó minuciosamente el contrabando de ziliujin, Gu Yun no tuvo más opción que suspender la línea de suministro oculta en sus manos. La cantidad que les daba la corte era sólo suficiente para mantener la patrulla diaria, no podía sostener un repentino desencadenamiento de batallas a tan larga escala.

He Rong Hui mandó a la gente a desplegarse, pero el camino para desplegar ziliujin fue bloqueado de nuevo. Las noticias del encarcelamiento del Marqués del Orden se habían esparcido. Nadie podía decir la situación específica. En este momento, las personas entraron en pánico, había toda clase de rumores. En esta situación de vida o muerte, ¿quién se atrevería a suministrar ziliujin al Campamento del Hierro Negro sin una Orden de Percusión?

¿Y si ellos querían presionar la capital por una rebelión?

Por un lado, He Rong Hui mandó un Águila Negra a la capital; y por el otro, se acercó a las fuerzas de defensa de la ciudad la Frontera Norte en busca de ayuda. No obstante, el mensajero todavía no partía, pero los bárbaros del norte se sublevaron. Las noticias del Rey Lobo, Jia Lai Ying Huo, liderando personalmente esta expedición los aplastaron.

Cinco años de estabilidad, el muro de hierro se había volcado.

Jia Lai Ying Huo con decenas de miles de soldados de élite y miles de Armaduras Pesadas, incluso tenía un tipo de “Halcón” invencible cuyo tamaño era más grande e incluso más letal que el Águila Negra del Campamento del Hierro Negro, mordió en la defensa de la Frontera Norte que se extendía por miles de kilómetros.

El noroeste sufrió una derrota que ya no tenía salvación. Sin la orden del Mariscal, incluso si el último soldado moría, el Campamento del Hierro Negro no se atrevería a retroceder ni un solo paso. He Rong Hui luchó por mantenerlos alejados durante tres días y dos noches, las tropas habían sido golpeadas hasta el fondo, el ejército divino creado por la acumulación de tres generaciones estaba a punto de perder más de la mitad.

En ese momento, el mensajero de Chang Geng finalmente arribó.

Con el sello privado de Gu Yun, la Alteza Real que nunca se había hecho conocer o había mostrado sus talentos, desde la lejana capital había imitado la caligrafía de Gu Yun perfectamente.

Le dio al mensajero dos cartas en total: si la frontera continuaba estable, él le entregaría la primera carta, diciéndole a He Rong Hui que no se preocupara acerca de la corte, ya fuera por el mercado negro u otros medios, debía llenar inmediatamente y en secreto el almacén de ziliujin en las Regiones Occidentales, darles mantenimiento a las armaduras y estar listo para la batalla en cualquier momento.

En caso de que la situación en la frontera hubiera cambiado, la segunda carta le sería entregada a He Rong Hui, diciéndole que no debía auto-sacrificarse en la defensa, no debería estar ansioso por pelear y que debía retroceder sus fuerzas rápidamente al este de la puerta Jiayu y esperar los refuerzos.

El enemigo oculto en la oscuridad ya había comenzado a moverse, era indudablemente demasiado tarde ahora para que ellos actuarán. No había un Águila Negra en manos de Chang Geng. Había muy pocas personas con las que podía entrar en contacto por medio de los pájaros de madera en el Pabellón Lin Yuan. No importaba si se caía el cielo o si la tierra se sacudía, el mensajero apenas pudo llegar a tiempo. Además, él había visualizado el escenario en el peor de los casos, e intentó lo mejor para arreglar la jaula después de que los animales hubieran sido perdidos

Si la Región Occidental hubiera cambiado, sería difícil para la Frontera Norte el cuidarse por su cuenta. Además, el General Cai Feng, Comandante en jefe de la guarnición de los Planos Centrales, recibiría otra carta de Chang Geng al mismo tiempo que el Campamento del Hierro Negro retrocedía, pidiéndole aumentar sus tropas en el norte y mandar su porción de ziliujin y tropas pesadas a la puerta Jiayu tan pronto como fuera posible para aliviar esta urgencia ardiente.

Sin embargo, el corazón de Chang Geng lo tenía claro. Si algo realmente ocurría, este despliegue no sería suficiente.

Los cientos y miles de montañas en el sudoeste estaban completamente fuera de su control. A pesar de que Shen Yi estaba en ese lado, era un comandante el nombre solamente y no tenía cimientos. Era imposible despachar tropas arbitrariamente si la Orden de Percusión.

La Marina del Mar del Este era incluso más preocupante, el General Zhao You Fang era un hombre de Li Feng, era imposible movilizar ese lado sólo con el sello privado de Gu Yun.

Coincidentemente, Chang Geng tuvo una corazonada, que incluso si él podía arreglárselas para apagar el fuego en otros lugares, oculto en el extenso océano del Mar del Este debería haber otro golpe fatal.

Las noticias traídas de vuelta por el Águila Negra realmente confirmaron el peor escenario que había imaginado. Chang Geng inhaló profundamente y liberó el último pájaro de madera. Se dio la vuelta y le habló a Huo Dan cuya sangre ya estaba burbujeando en su boca: –Prepare el caballo, quiero ir al palacio.

En la puerta del palacio, Chang Geng fue detenido por Liao Ran, el monje estaba curtido por el clima, pero su expresión continuaba siendo tranquila e inamovible, como sin importar qué tan urgente algo pudiera ser, todo podría ser dispersado por las marcas de incienso en su cabeza, volado en cenizas por las palabras “Amitabha”.

Liao Ran: «Amitabha, Su Alteza Real…»

Chang Geng lo interrumpió con indiferencia: –El Maestro no necesita decir más. Voy al palacio para esperar órdenes, no para obligar al Emperador a abdicar.

La expresión de Liao Ran cambio ligeramente, señalando: «El monje cree que Su Alteza Real tiene esta medida adecuada.»

–No tengo ningún sentido de propiedad. –el Cuarto Príncipe, quien estaba bien versado en conversaciones había hecho a un lado su comportamiento gentil y dijo con franqueza –Usando las montañas Qinling para dividir el norte y sur, el suroeste y el sureste están fuera de control. Incluso si puedo matar a Li Feng en el acto, no podría limpiar el desastroso estado actual de las cosas, por no mencionar que nadie puede heredar el trono en este momento. El hijo mayor del Emperador tiene nueve años de edad, la Emperatriz es simplemente una mujer inútil, plagada de enfermedades con sólo su apariencia, Zi Xi no está justificado para el puesto, y yo…

Se burló: –… yo soy el hijo de la mujer demoniaca de las tribus de Man.

Liao Ran lo observó con preocupación.

–Maestro, esté tranquilo, yo mismo soy veneno. Si hubiera actuado a voluntad, ya hubiera comenzado hacer daño al país y a la gente. Pero aún no he hecho nada, ¿o sí? –la expresión de Chang Geng se desvaneció nuevamente. –Ahora no es momento para hablar de este asunto, los enemigos extranjeros nos han invadido. Quizás hayan planeado esto durante un largo tiempo. Este asunto todavía no termina, pero ellos reaccionaron demasiado rápido. Sospecho que dentro del palacio… Incluso al lado de Li Feng, hay espías del enemigo. ¿Tiene el Pabellón Lin Yuan alguien que pueda ser de uso en el palacio?

Liao Ran lo miró con toda seriedad, suspiró: «Su Alteza quiere decir…»

Chang Geng: –Este incidente involucró el viejo caso de hace veinte años, los bárbaros del norte definitivamente están relacionados con este asunto. Investigue a todas las personas con quienes esas dos mujeres bárbaras estuvieron en contacto en el palacio en ese entonces: todos. La hechicería norteña es excelsa en el uso del veneno, tienen muchos trucos viles en la manga, no pasen por alto ni una sola pista, ni siquiera las más pequeñas.

Cuando habló de las “dos mujeres bárbaras”, su voz se mantuvo sin cambios, como si se estuviera refiriendo a alguien que no tenía relación con él.

–Debería haber notado algo extraño. –murmuró Chang Geng. –Ese año, Li Feng liberó a Jia Lai Ying Huo fácilmente de la misma forma que se libera el tigre de vuelta a sus montañas. Como era de esperarse, lo que ocurrió detrás de todo no era para nada simple, pero desafortunadamente…

Era una lástima que en ese tiempo él era demasiado joven, su corazón era tan sólo del tamaño de un puño, sólo podía contener los pequeños problemas de un joven que ha dejado su pueblo natal.

–Si hubiera nacido diez años antes… –dijo repentinamente Chang Geng.

Los párpados de Liao Ran saltaron.

Chang Geng obligó a salir cada palabra: –El mundo no se habría vuelto de esta forma en lo absoluto.

Tampoco dejaría ir nunca a Gu Yun.

–Zi Xi lo ha dicho antes, los Jiaos de nuestra corte están diez años detrás a comparación de las otras facciones militares. Me preocupa que el Mar del Este no se encuentre en paz. El General Zhao tiene el talento para defender, pero no será necesariamente capaz de manejar una guerra. –dijo Chang Geng. –He escrito una carta a mi maestro[4]>, Lin Yuan tiene fuertes cimientos en Jiangnan, molestaré al Maestro para que vaya a proveerles apoyo, mis disculpas por no poder acompañarlos.

Liao Ran rara vez fruncía el ceño, pero no había forma de saber porque, el “Zi Xi” de Chang Geng había espantado su alma fuera de su cuerpo.

Sin embargo, en esta situación urgente, no era el momento para ponerse a meditar acerca de un pronombre. La figura del monje vestido con un atuendo hecho de tela áspera desapareció instantáneamente en la luz de la mañana, partiendo en el momento.

Chang Geng acababa de poner un pie en el palacio, pero las malas noticias ya habían caído sobre sus cabezas. Las intensas noticias de la situación militar de la vanguardia llegando una tras otra hicieron que el Emperador Long An y todos los magistrados de la corte estuvieran perdidos sobre cómo reaccionar…

El Campamento del Hierro Negro se había retirado a la puerta Jiayu.

La Frontera Norte perdió siete ciudades en una sola noche… Ni siquiera fue capaz de esperar a la llegada de los refuerzos de Cai Feng.

Los movimientos rebeldes en la Frontera Sur parecían ya haber sido discutidos de antemano, aliándose con los bandidos del Mar del Sur y explotando misteriosamente el almacén de suministro del suroeste…

–Reporte…

Todos los presentes en el salón principal empalidecieron, mirando hacia la entrada. Li Feng ni siquiera tuvo tiempo para permitir que Chang Geng lo saludara.

–Su Majestad, un reporte expedido de mil trescientos kilómetros, hay cien mil tropas de la marina occidental usando la ruta de la isla Dong Ying para invadir…

Los ojos de Li Feng parecían querer romperse: –¿Y qué hay de Zhao You Fang?

El mensajero hizo una reverencia sobre el suelo y estalló en lágrimas: –… El General Zhao ya se ha sacrificado por el país.

Referencias

Referencias
1 Eliminando a los traidores al lado del gobernante.
2 Un tipo de instrumento musical, como una flauta.
3 Tinnitus, es la percepción de un sonido que se produce internamente en el oído. normalmente se manifiesta en forma de pitido.
4 Este “Maestro” es diferente al que usa para referirse a Liao Ran [Master], es más bien en el sentido de un “profesor” que imparte conocimientos [Teacher].

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4 comentarios

  1. Esta muy interesante aunque aveces me confundo :c pero me esta encantando muchas gracias por tu trabajo ;3

  2. Por favor corregir en la última frase:
    «El General Zhao ya se ha sacrificado por el país». Capítulo 57.
    Gracias.

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