52. Sin Límites
Gu Yun tomó la mitad restante de la botella de vino, probando la temperatura, luego bebió un trago: “Pequeño mocoso, ¿crees que no puedo lidiar contigo?”
El corazón de Gu Yun se contrajo, todo ocurrió más rápido de lo que él había imaginado, incluso innumerables veces más caótico de lo que imaginó.
La Región Occidental era muy similar a un pozo poco profundo con muchas ranas: los pequeños países parecían un conjunto de heces de cabra, una pila en el este, otra en el oeste, peleando cada tantos días, queriendo dominarse unos a otros. Sin embargo, en los últimos años, con el Campamento del Hierro Negro montando guardia a la entrada de la Ruta de la Seda, durante mucho tiempo, nadie se atrevió a crear problemas.
Ku Cha era del tamaño del ojo de un mosquito, incluso si vendieran todo su hierro, nunca serían capaces de comprar más de un centenar de Tigres de Arena. Detrás de esta acción inusual, por supuesto, habría lobos cazando, esto era tan claro como el día.
La pregunta era: ¿cuál era la intención de las fuerzas que permanecían detrás del Reino Ku Cha?
Gu Yun no creía que esto fuera obra de esa persona en el palacio. Li Feng tenía un fuerte deseo de control, le gustaba mucho llevar a cabo las cosas de una manera certera y segura. Nunca habría ejecutado una acción así de precipitada en tan poco tiempo, bajo una situación en la que ni siquiera él mismo había tenido todo planeado cuidadosamente.
Temía que esta vez, incluso Li Feng había sido atrapado con la guardia baja. Por un lado, no sabía cuál era la situación exacta en el noroeste. Por el otro, temía que el Campamento del Hierro Negro actuara sin ordenes, interrumpiendo el acuerdo de la corte. “El emblema del Mariscal se encuentra actualmente confiscado, no se concederá ninguna Orden de Percusión” se había convertido en su excusa para para retenerlos.
Gu Yun preguntó: –¿Cuántos soldados hay en cada guarnición defensiva de los otros países?
Águila Negra: –En la estación de los occidentales, hay al menos tres mil. Tian Zhu estaba un poco más alejado, sólo hay mil tropas, el resto pertenecen a otros países de la Región Occidental.
–Imposible. –Gu Yun se mordió la lengua ligeramente, y se tragó las palabras “investiga de nuevo” de regreso, sólo para recordar que en este momento él no era parte del ejército.
Había sido capturado en esta ciudad del tamaño de un pozo, completamente fuera de alcance.
–Dado que cientos de Tigres de Arena han aparecido, el otro lado debe querer una batalla sin cuartel. Si ellos no tienen unas cuantas decenas de miles de soldados de élite permaneciendo atrás, todo el ziliujin invertido en esas máquinas será en vano. Incluso si no hay muchas a plena luz del día, eso no significa que no haya tropas ocultas en la oscuridad. –Gu Yun entrecerró sus ojos, sus dedos dando ligeros toques sobre la mesa:
–Para lidiar con la pobre caballería de Lou Lan, un equipo de Armaduras Pesadas sería más que suficiente. Ellos reunieron un gran número de Tigres de Arena y decenas de miles de tropas en nuestra frontera, esto no puede ser una pelea trivial entre pequeños países en la Región Occidental.
El soldado estaba confundido: –Entonces… Entonces su subordinado regresará de inmediato…
Gu Yun lo interceptó: –No hay necesidad, y ya es demasiado tarde.
El Águila Negra se apresuró hasta la capital desde la estación en la Ruta de la Seda, en el mejor de los casos le tomó dos días, esto ya era una velocidad divina. La capital prohibía el viaje aéreo, sólo pudo aterrizar en el Campamento del Norte. Incluso si hubiera entrado a la capital esa misma noche, cuando llegó frente a Gu Yun, ya era el tercer día. Si fuera a regresar para mandar el mensaje, contando tanto su tiempo de partida como el de regreso, incluso si corría hasta morir, todavía le tomaría de cinco a seis días.
El campo de batalla cambiaba rápidamente, cinco o seis días eran más que suficientes para que perdieran su país…
Gu Yun apretó sus dientes, ¿por qué debería estar detenido ahí en la capital justo en este momento?
–Ve a descansar primero. –murmuró Gu Yun, –Déjame pensarlo.
El soldado Águila Negra no se atrevió a ser hablador, retirándose obedientemente.
Gu Yun se volvió para calentarse una botella de vino, caminando de aquí para allá en su habitación. En ese pequeño espacio, su cabeza se había enfriado completamente, gradualmente encontró una pista y pensó: “Quizás lo peor no ha ocurrido.”
Él estaba detenido, Shen Yi no estaba aquí. En ese momento, el Campamento del Hierro Negro en el noroeste estaba siendo liderado por He Rong Hui: el Comandante de la facción de las Águilas Negras.
La personalidad de He Rong Hui, Gu Yun la entendía perfectamente: el hombre era notorio por ser la persona más difícil con la que tratar. Aparte de Gu Yun, ni siquiera Shen Yi podría ser capaz de soportarlo, él definitivamente no tendría en consideración al Gobernador del Noroeste. Si ese Meng Peng Fei se atrevía a exhibir su poder dentro de su campamento bajo el pretexto de la Orden de Percusión, He Rong Hui probablemente tomaría la delantera para oponerse, si no era cuidadoso… quizás incluso se haría cargo del Gobernador Meng.
Entonces, ¿cuál sería el siguiente paso?
De pronto, alguien llamó a la puerta desde afuera, Gu Yun fue abrirla y descubrió que Chang Geng estaba parado ahí.
La mano de Gu Yun estaba sosteniendo la puerta. Tan pronto como atisbó a Chang Geng, el corazón que acababa de calmarse comenzó agitarse de nuevo, su estómago se retorció en un nudo: – ¿Cómo es que estás aquí otra vez?
Chang Geng: –Creo que quizás yifu podría utilizarme en este momento.
Gu Yun: –…
Chang Geng permaneció en la puerta y preguntó: –¿Puedo entrar?
Después de solicitar su permiso, se giró de lado, en una postura de “completamente listo para irme”, mientras Gu Yun le dijera que se “marchara”, lo obedecería inmediatamente y se desvanecería en la nada.
Gu Yun pensó: “Debí haberle debido mucho dinero a este pequeño bastardo en mi vida anterior.”
Por tanto, no pudo hacer nada más que abrirle camino para decirle al pequeño bastardo que entrara a la habitación.
Un momento atrás, Gu Yun estaba profundamente inmerso en sus pensamientos, dejando accidentalmente que la botella de vino alcanzara su punto de ebullición sobre la estufa. El aroma del licor se esparció en la habitación. Gu Yun intentó hacer una conversación, levantó la botella y le preguntó a Chang Geng: –¿Quieres un trago?
Chang Geng no le prestó atención, sacando una botella de agua hervida ya enfriada, sentándose adecuadamente enseguida de un tablero de ajedrez: si se rapara la cabeza, esta imagen de él sería muy parecida a la de un monje misterioso, más allá del reino mortal.
Chang Geng preguntó: –El Águila Negra no correría todo el camino desde el Campamento Noroeste durante la noche sin ninguna razón, ¿hay algún cambio en la frontera?
Gu Yun no quería que él lo supiera del todo, diciendo vagamente: –Sólo un pequeño problema, no es nada.
Su prestigio personal en lo militar era extremadamente alto. La ventaja de ello era que él no decía las cosas dos veces, sus habilidades para controlar y su eficiencia, ambas eran excelentes. Sin embargo, como todo lo que era demasiado extremo, tiene la tendencia a volverse contraproducente, esto también tenía su lado malo. Por ejemplo, mientras Gu Yun mantuviera involuntariamente este prestigio, cuando se enfrentaba con ciertas cosas que incluso él no podía imaginarse, tampoco tomaría la iniciativa de hablar con los demás al respecto.
Con el tiempo, era fácil volverse terco.
Chang Geng alzó sus ojos y lo observó, pero rápidamente retiró su mirada, volviendo a evadir su línea de visión, porque tenía miedo de hundirse en ellos si los contemplaba durante mucho tiempo. Levantó una pieza de ajedrez de la caja enseguida de él, jugueteando con ella con las puntas de sus dedos. La pieza era negra y verde, una pizca de luz destelló cuando la lámpara de vapor brilló sobre ella.
Viendo que Gu Yun no estaba dispuesto a dar más detalles, Chang Geng continuó su pregunta: –Los generales de las tres facciones principales pueden manejar perfectamente las cosas por su propia cuenta, con un poco de fricción en la frontera, no vendrían a molestarte: mi suposición es que hay al menos decenas de miles de tropas inusuales reunidas o un problema diferente igual de grave, de otra manera, ese hermano Águila Negra no hubiera viajado de esta manera.
Gu Yun dio vueltas repetidamente a la vaporosa copa de vino caliente en su mano, entrecerrando ligeramente sus ojos con el aroma de licor: –El Viejo General Zhong te enseñado mucho.
–Aún hay cosas que el General Zhong nunca me enseñó, –dijo Chang Geng. –¿en qué está pensando yifu?
–El Campamento del Hierro Negro siempre pondrá el defender a nuestra patria como su frontera final.
Gu Yun explicó: –En el caso de que ocurran incidentes imprevistos bajo circunstancias poco claras, el Viejo He automáticamente considerará la frontera como el frente de batalla y cerrará la entrada de la Ruta de la Seda. Todos los caminos están bloqueados, y aquellos que entren deliberadamente serán ejecutados. Si un amistoso país vecino viene a buscar asistencia cuando el Mariscal no está ahí, el Campamento del Hierro Negro sólo proveerá protección a lo mucho, nunca dejarán el trabajo para movilizar tropas.
“–Cinco mil soldados del Campamento del Hierro Negro… a menos que fueran los mismísimos dioses quienes arribaran, de lo contrario, a quien sea que pudiera venir, jamás serían capaces de romper con facilidad la barrera de nuestra Frontera del Noroeste: de momento no estoy preocupado respecto a esto, sólo estoy pensando sobre qué acción tomarán enseguida.
Su voz era baja y suave, y parecía ser incluso más profunda que el aroma del licor suspendido en la habitación. Las orejas de Chang Geng no podían evitar sentir un hormigueo, mantuvo su cabeza gacha, tratando de mantener a raya los pensamientos distractores: –Si fuera yo, no escogería este momento para actuar en contra de la Gran Liang.
La mirada de Gu Yun hizo una pausa sobre la pieza negra de ajedrez en medio de sus contrastantes yemas blancas: –¿Por qué?
Chang Geng la colocó sobre el tablero de ajedrez, haciéndola resonar con claridad.
–Porque todavía no es suficiente, –dijo, –la contradicción entre yifu y Su Majestad no ha alcanzado el punto de ser como el fuego y el agua. A pesar de que te puso temporalmente bajo arresto domiciliario en la capital, el Campamento del Hierro Negro sigue sin dispersarse, todavía continúa siendo una sólida pieza de metal. En el caso de los enemigos extranjeros invadieran, el Emperador te pondrá de vuelta en acción en cualquier momento. El conflicto entre el régimen y el poder militar que ha sido intensificado en los últimos años se resolverá durante una noche, todo lo que han estado trazando durante años será destruido.
Desde el incidente ese día en el carruaje, Chang Geng se había agudizado súbitamente frente a Gu Yun. Ya fueran asuntos familiares o políticos, cuando provenían de su boca, todos daban directo en el blanco sin piedad.
Gu Yun fue apuñalado por las palabras “la contradicción entre el poder político y militar”, los dedos que habían enrojecido debido a la copa de vino caliente se detuvieron en el aire.
Ésta era una fisura oculta muy profundo bajo la pacífica fachada de la Gran Liang.
El Emperador Wu no tuvo un hijo, no tuvo otra opción más que adoptar a un niño dentro de su línea de sangre al cual otorgarle el título de Príncipe Heredero. No importa cuánto elogiara la gente al hombre por su intelecto, al final, sólo era humano. En su momento final, el anciano había tenido su propio deseo egoísta, dejando un poder militar que podía amenazar al Emperador y comandar a los magistrados a su más amada hija, separando así el poder militar del régimen de la corte.
Quizás éste haya sido el más grande error del Emperador Wu en toda su vida. Si el Mariscal era comprensivo y estaba contento con su posición, el Emperador tenía un gran corazón, el gobernante y el súbito podían vivir en armonía durante una generación, pero, ¿qué pasaría en dos generaciones? ¿tres generaciones?
En su interior, Gu Yun estaba completamente consciente de este asunto…
Un día, la contradicción entre el Emblema del Tigre Negro y el Sello del Emperador ya no sería capaz de reconciliarse. Al final, sólo podría haber dos salidas: “el gobernante incompetente abdicó” o “bajar el arco ya que no hay más pájaros”.
–Creo que esto es una prueba de “dos en uno”. –Chang Geng colocó varias piezas sobre el tablero. –Si esos extranjeros descubren de una vez que yifu está fuera del campamento, el Campamento del Hierro Negro se convertirá de inmediato en un montón de paja siendo comandado por la Orden de Percusión, entonces, las tropas masivas en sus manos que parecen tigres cazando fueron preparadas para nosotros.
“–No sólo la Región Occidental, sino también los bárbaros en el norte y el Mar del Este quienes han estado en silencio durante muchos años. Pero esta posibilidad es muy pequeña, el resultado más probable sería que el noroeste continúe impenetrable, el General He encarcelará al Gobernador Meng quien actualmente retiene la Orden de Percusión…
La mirada de Gu Yun sobre él finalmente se tiñó con una pizca de asombro.
Chang Geng recibió a sus ojos con una sonrisa mitad amarga, mitad triste: –Yifu, no te sorprendas tanto, todas las cosas relacionadas contigo, incluso volteando de cabeza a toda la Gran Liang, no hay una segunda persona que pueda ser tan meticulosa como yo.
Gu Yun: –…
Esta clase de joven que era inmune tanto a las tácticas duras como suaves, especialmente problemático, resultaba verdaderamente difícil de manejar; no podía reprenderlo, no podía pegarle, no podía persuadirlo ni convencerlo, pero después de ahogarse por un momento, súbitamente Gu Yun tuvo una idea, jugando decisivamente su movimiento “totalmente insensato, de piel increíblemente gruesa”, inclinando su cabeza y preguntando con una expresión seria: –¿Qué? ¿Estás provocando a tu yifu?
Chang Geng fue atrapado con la guardia baja, como lo esperaba, golpeado por este único movimiento. Su larga manga blanca volcó un tazón de agua sobre la mesa.
El “siempre victorioso” Mariscal Gu no le prestó atención a esta pequeña victoria. Agitó su mano con gran gracia: –Continúa.
Chang Geng volvió rápidamente a sus sentidos, a pesar de que Gu Yun le acababa de dar un susto de muerte, al mismo tiempo, se sintió aliviado: incluso si el cielo se caía, esta persona siempre podía permanecer animada.
–… si yo estuviera en sus zapatos, utilizaría tropas pesadas para continuar presionando la frontera de la Ruta de la Seda, especialmente Armaduras Pesadas y Carros de Guerra, –dijo Chang Geng –amenazando continuamente al Campamento del Hierro Negro, aparentando que van a atacar en cualquier momento.
“–Yifu no está en el ejército, el General He será a lo mucho un puente colgante que se queda suspendido en lo alto, definitivamente no tomará la iniciativa para movilizar las tropas. Por un lado, te mandará una carta; al mismo tiempo, buscará la asistencia de las áreas cercanas. Puede ser un ejército defensivo, o podría ser la guarnición de los Planos Centrales.
Gu Yun levantó sus cejas.
–Cuando el Campamento del Hierro Negro emita una solicitud de ayuda, debe ser una emergencia, nadie lo tomaría como un asunto cualquiera, a pesar de que la Orden de Percusión ha sido aprobada desde la Frontera Sur, pero solo en unos pocos meses, su prestigio no es suficiente para comandar a todo el país, por lo que es muy probable que el General a cargo se salte al Ministerio de Guerra y mande refuerzos.
Chang Geng contempló al tablero de ajedrez jaspeado. –Pero sí recuerdo correctamente, cuando los bárbaros del norte atacaron al pueblo Yanhui tiempo atrás, el ejército defensivo de la ciudad de la Frontera Norte también había sido limpiado personalmente por yifu. Puedes decir que no situaste deliberadamente a tus hombres dentro, pero me temo que aquellos que usan el corazón de un villano para medir las acciones de un héroe no creerían esto.
“–No obstante, el Comandante de las tropas cruciales de los Planos Centrales, Cai Feng, el Viejo General Cai, coincidentemente solía ser un subordinado del Viejo Marqués. De esta manera, en las cinco principales regiones militares de la Gran Liang, sin necesidad de mencionar el suroeste, el General Shen era tu hombre; la Región Occidental tiene al Campamento del Hierro Negro, completamente fuera de control, incluso atreviéndose a hacer prisionero al Gobernador del Noroeste; las guarniciones de la Frontera Norte y los Planos Centrales ignoraran la Orden de Percusión del Ministerio de Guerra, tan pronto como el Campamento del Hierro Negro solicite ayuda, ellos mandarán tropas inmediatamente a voluntad. –Chang Geng tomó un puñado de piezas de ajedrez, arrojándolas juntas sobre el tablero, resonando al dispersarse.
El resto era seguro…
El Emperador Li Feng probablemente se daría más y más cuenta de que el acto de Gu Yun sometiéndose a la Orden de Percusión fue una total “estafa”. Entonces se usaría a sí mismo para medir a los demás: asumiendo que la mitad de su nación ya estaba en las manos de Gu Yun.
El Emperador sería incapaz de respirar de rabia.
La mirada de Chang Geng era interminablemente profunda: –¿Escucharía yifu mis ideas?
Gu Yun: –Habla.
Chang Geng: –Primero, manda de inmediato al Águila Negra para enviar una carta al General Cai, informándole que no debe actuar arbitrariamente sin ninguna orden. Incluso si el General Cai decide movilizar tropas, primero tiene que ajustar la formación, preparando medicinas y raciones. Si mandáramos el mensaje justo ahora quizás todavía estemos a tiempo.
Gu Yun lo cuestionó de inmediato: –¿Por qué no mandar una carta al Ejército Defensivo de la Frontera Norte?
Chang Geng dijo, con su expresión inalterable: –Porque yifu sólo tiene un Águila Negra, sólo podemos hacer una apuesta en este juego de azar.
“–En vista del hecho de que incluso alguien como yo puede darse cuenta de que es muy probable que los bárbaros del norte asedien en esta oportunidad caótica para obtener ventaja, estoy seguro de que el General He también comprenderá esto, por lo que hay una gran probabilidad de que se salte la solución más cercana a su alcance por algo un poco más lejano y busque la asistencia de la guarnición de los Planos Centrales.
“–Después de regresar al noroeste, el Águila Negra debe avisar al General He el no ser impaciente, no hay necesidad de que él escuche el mandato de la Orden de Percusión, pero definitivamente no debe ofender demasiado al Gobernador del Noroeste.
Gu Yun: –¿Tercero?
–En tercer lugar, –dijo Chang Geng lentamente. –quisiera pedirle a yifu que aproveche este momento mientras las noticias de la Ruta de la Seda aún no han alcanzado la capital para encontrar una razón para regresar por completo la Insignia del Mariscal. Expresa claramente que ya no continuaras envuelto con los asuntos militares; al mismo tiempo, comunícate con el Emperador, sólo necesitas decir que la seguridad del noroeste es de gran importancia, antes de irte, ya tienes que haber explicado todo a tus subordinados: sin la Insignia del Mariscal, los tres comandantes de las tres fracciones no tienen permitido actuar precipitadamente ante ninguna situación. A las tropas del noroeste no les puede faltar su líder ni siquiera por un día, solicitando al Emperador encontrar a alguien para tomar el puesto tan pronto como sea posible.
Dando un paso hacia atrás, esquivando el borde afilado mientras evitaba que He Rong Hui cometiera una ofensa.
De hecho, Chang Geng todavía quería decir: “Este no es el mejor plan, sólo puede ser usado para tratar la rama, pero no para curar la raíz”. Sin embargo, su instinto le dijo que Gu Yun no quería escuchar esas palabras, por lo que tuvo que tragárselas de vuelta.
Gu Yun se quedó en silencio durante un largo rato después escuchar esto.
De pronto, sus pensamientos corrieron muy lejos, y no pudo evitar pensar en el niño al que había recogido de entre las fauces del lobo en medio de una ventisca tan blanca como plumas ese año.
En aquel entonces, Shen Yi le había mentido a Chang Geng diciéndole que todo fue sólo una coincidencia. Pero en realidad no lo era.
En ese entonces, ellos ya tenían sus propios hombres en la Frontera Norte. Después de que Gu Yun aceptó el decreto real, en realidad encontró primero a Xiu Niang. Después de descubrir su conexión con los bárbaros, decidió no actuar con el fin de evitar afectar el gran esquema de las cosas.
Gu Yun todavía era joven en ese tiempo, sus formas de manejar las cosas eran más o menos inmaduras. Únicamente poniendo los bárbaros en su mira, había olvidado la orden del anterior Emperador de regresar rápidamente a la capital después de encontrar al pequeño príncipe, permitiendo descuidadamente que Chang Geng corriera fuera de las puertas de la ciudad. Sólo entonces se apresuró a perseguirlo junto con Shen Yi en un estado de pánico.
Incluso mientras Gu Yun cerraba sus ojos ahora, todavía podía ver claramente la imagen de la apariencia de Chang Geng en ese entonces: una cosita cubierta con heridas, flaco y hecho puros huesos, en medio de la nieve y los lobos, de alguna manera milagrosa había resistido hasta que ellos llegaron.
Gu Yun lo habían envuelto en su túnica exterior, era lo suficientemente ligero para cargarlo con un solo brazo. Podía sentir como si estuviera sosteniendo a una avecilla moribunda, temiendo sofocarlo con ejercer incluso la más ligera fuerza.
El tiempo fluye como el agua, tan pronto como miró hacia otro lado durante un instante, el chico ya había crecido tanto.
Chang Geng vio que se quedó en silencio durante mucho tiempo sin responder, no pudo evitar preguntar: –¿Yifu?
Gu Yun inclinó ligeramente su cabeza, su expresión bajo la luz de la lámpara casi pareció ser gentil durante un breve momento, El corazón de Chang Geng latió con fuerza.
Quizás fue la sangre que había vomitado Chang Geng cuando su ira estaba desatada o debido al desastre que había pasado en los días siguientes, en resumen, a pesar de que Gu Yun sentía que el asunto era ridículo, irremediable y problemático al mismo tiempo, pero contrario a lo que imaginó, no se enfureció tanto como se lo esperaba.
Gu Yun: –Lo sé, deberías irte a descansar primero.
Chang Geng escuchó su orden despachándolo, levantándose de inmediato para salir.
Gu Yun: –… Espera.
Bajó sus ojos y pareció titubear un poco: –Tú me dijiste en esa ocasión, que puedes hacer lo que sea que yo quiera, ¿es correcto?
Los dedos de Chang Geng que originalmente se dirigían a abrir la puerta se quedaron suspendidos en el aire, enroscándose ligeramente.
Gu Yun: –No quiero que te vayas lejos, tampoco quiero que te fuerces a ti mismo. Yifu sólo quiere que seas feliz y estés bien.
Chang Geng se quedó como muerto por un momento, luego huyó sin decir una palabra.
Gu Yun tomó la mitad restante de la botella de vino, probando la temperatura, luego bebió un trago: “Pequeño mocoso, ¿crees que no puedo lidiar contigo?”