50. Intención Asesina
Ya fuera un mantra para purificar el corazón o los pulmones, todo fue hecho estallar por esta sentencia, dispersándose en cenizas.
El brasero fuera del Pabellón Cálido Oeste agregaría automáticamente carbón después de cada cierto periodo de tiempo. Los grandes engranajes del tamaño de un tazón estaban interconectados. Ya fuera cambiar el carbón o liberar vapor, todo era llevado a cabo de una manera ordenada, una corriente de vapor blanco se emitía por detrás, dejando salir ocasionalmente sonidos que parecían un suspiro.
Dentro del pabellón, el gobernante y el súbdito: un arrodillado, uno de pie; se enfrentaron en una tensa discusión. La mano de Li Feng sujetó el borde de la mesa de madera tallada con el diseño de un dragón, las líneas azules de sus venas se marcaron, diciendo cada palabra entre dientes: –Dígalo una vez más.
Gu Yun había terminado de decir todo lo que necesitaba, también entendió que no debía oponerse excesivamente al Emperador. Primero retrocedió un paso: –Su súbdito merece la muerte.
El rostro de Li Feng lucía ceniciento, girando el anillo de jade blanco entre sus dedos como loco, su estado mental extremadamente inestable.
Gu Yun susurró: –Es solo que, en cuanto al asunto concerniente a la Ruta de la Seda, el tirar de un solo cabello afectará a todo el cuerpo, Su Majestad, por favor considérelo cuidadosamente.
Li Feng preguntó solemnemente: –¿Piensa el Marqués del Orden que, además de usted, no hay otros generales disponibles en mis manos?
Si ya había llegado a esto, continuar solo terminaría en una pelea, Gu Yun simplemente permaneció en silencio, pretendiendo ya estar muerto.
En ese momento, Zhu Pie Pequeño caminó repentinamente dentro del Pabellón Cálido, reportando con una pequeña voz: –Su Majestad, el Tío Imperial ha llegado, en este momento se encuentra esperando su orden afuera…
En las ocasiones en las que el Emperador estaba furioso, si hubiera algún súbdito de visita, los sirvientes del palacio generalmente los persuadirían de esperar un poco más fuera del salón. Esta acción de Zhu Pie Pequeño tenía la intención de intentar brindarles una salida. Gu Yun lo miró y parpadeó, expresando su aprecio por esta acción.
Los parpados de Li Feng se contrajeron, un par de duras curvas tomaron forma en sus rasgos faciales. Bajó la mirada hacia Gu Yun y dijo fríamente –Entonces el Marqués debería ir a enfriarse afuera, ¡para evitar que su cabeza se embote con el humo, no comprendiendo lo que debe y no debe decir!
Gu Yun: –Su Majestad, cuide de su cuerpo.
Después de que terminó, rápidamente hizo una reverencia y fue a arrodillarse en medio de la nieve fuera del Pabellón Cálido, realmente yendo a “enfriarse”.
Li Feng contempló su espalda retirarse con una expresión seria y feroz, el Tío Imperial Wang Guo que entró después no se atrevió a exhalar, se quedó de pie a un lado silenciosamente y esperó. Un joven sirviente ignorante dio un paso al frente, con intención de limpiar el tintero regado en el suelo que se acababa de estrellar contra el Marqués del Orden, y fue súbitamente clavado en su lugar por la mirada de Zhu Pie Pequeño. Su cuerpo se rigidizó, después de un momento de silencio, finalmente fue capaz de huir a lo largo de las paredes y desaparecer.
Wang Guo evaluó el rostro del Emperador, bajando su voz para aconsejar: –Su Majestad, ese Marqués del Orden es joven y tienen ansias de ganar, además, también vivió entre esos crudos soldados en la frontera. A veces, es inevitable cruzar la línea, no hay necesidad de que Su Majestad esté enojado por culpa de él
Li Feng no hablo durante un largo rato.
Ese año, el Emperador Yuan He escogió a su hijo mayor para ser el Príncipe Heredero, porque era diligente, pero no le faltaban agallas. Tenía el potencial para ser un gobernante sabio, más que suficiente para ser un Emperador que pudiera preservar lo que las generaciones anteriores habían construido.
Cuando Li Feng sucedió al trono por primera vez, en verdad quería cumplir con las expectativas del Emperador anterior. Sin embargo, una cosa era innegable: el Emperador Yuan He había dejado atrás para su hijo una situación muy problemática. Lo que la corte imperial de la Gran Liang necesitaba ahora era un gobernante con visión y resolución. El talento para preservar no sería suficiente.
Desde la ascensión del Emperador Long An, podría decirse que nada de lo que hizo había salido acorde al plan. Cuando se despertaba en la noche, a menudo se preguntaba: “¿Seré capaz de cargar con esta nación?”
Pero una persona, especialmente un individuo de posición alta, si siempre se hacía esta pregunta, generalmente sería incapaz de soportar cuando otros le cuestionaran lo mismo.
El rostro de Wang Guo se quedó tieso por sonreír: –Su Majestad…
Li Feng lo interrumpió de repente: –Tío Imperial, recientemente, hay un problema en mi corazón: el Emblema del Tigre Negro fue otorgado por el Emperador Wu ¿por qué tomó Gu Yun la iniciativa de regresármelo tan fácilmente?
Wang Guo fue tomado por sorpresa, mirando atrevidamente al Emperador Long An. Sintió que esta pregunta era en verdad superflua: ¿estaba el Emperador mirando hacia adelante y deseando que Gu Yun agitara el Cielo, o que simplemente se rebelara?
–Esto… –Wang Guo calculó rápidamente, sin saber cuáles podrían ser las palabras apropiadas para decir, no tuvo opción más que usar la adulación para mantenerse en guardia contra el impredecible corazón del monarca. –El Emperador es un sabio gobernante de la generación, nosotros, sus súbditos, debemos dedicarnos por completo a servir. Este es solo un mísero emblema, incluso si Su Majestad quiere nuestras vidas, ¿quién se quejaría?
Li Feng río ligeramente: –Me temo que no es así, Tío Imperial. Me tomó hasta hoy entenderlo. En realidad, si Gu Yun regresaba o no el emblema no hace diferencia, los principales comandantes en los cuatro lados, ¿cuántos de ellos pertenecen a la facción de la familia Gu? Justo ahora, para los asuntos militares, las palabras del Marqués son incluso más efectivas que las mías, el emblema era sólo un objeto simbólico, sin ninguna utilidad para él de cualquier manera.
Cuando Li Feng habló, su tono de voz era suave, muy parecido a una plática casual por la tarde. Pero Wang Guo tembló involuntariamente al escuchar estas palabras, sólo sintió que la intención en asesina en esta oración estaba casi desbordándose.
–Originalmente convoqué al Tío Imperial al palacio hoy para discutir negocios acerca de Lou Lan, pero olvídelo. –Li Feng agitó su mano cansinamente. –Puede retirarse, yo también me encuentro bastante fatigado.
Wang Guo respondió rápidamente y salió del Pabellón Cálido del Oeste.
Nadie sabía que ocurrió ese año, era claro que ya había terminado la temporada del Agua de Lluvia[1]El Agua de Lluvia 雨水, el segundo de los 24 términos solares, alrededor del 18-20 de febrero, pero las nevadas en la capital continuaban cayendo una tras otra, largas e interminables. Gu Yun sólo había estado arrodillado durante media hora, una delgada capa de escarcha ya se había formado sobre su atuendo formal, el hierro negro sobre sus hombros estaba cubierto por la fina la nieve se hizo aún más inimaginablemente frío.
Wang Guo pasó de largo apresuradamente, mirando de soslayo al apuesto y exangüe perfil del prestigioso Marqués del Orden, y suspiró secretamente en su interior. Le daba lástima, pero nada más que eso. Wang Guo era un hombre listo, entendía perfectamente bien quién le había otorgado su posición actual de estar de “estar bajo una persona, pero arriba de miles”. También comprendía qué era lo que debía hacer.
Justo así, la noche de la capital se volvió más y más profunda.
Esperando hasta después de que Li Feng se quedara dormido, Zhu Pie Pequeño reunió su coraje, abrió un paraguas y fue temblorosamente a ver a Gu Yun.
Gu Yun estaba a punto de ser enterrado en la nieve, Zhu Pie Pequeño reprendió a los sirvientes esperando en el pasillo: –¡Sirvientes inútiles! Bajo una nevada tan grande, ¿no saben dónde encontrar un paraguas para el Marqués? ¿Solo usan sus ojos como decoración?
A los ojos de los jóvenes sirvientes, Zhu Pie Pequeño, quien era la burla de miles de personas, ya era un oficial de alto rango. De pronto estaban muertos de miedo, temblando muchísimo.
Gu Yun parpadeó para quitarse la nieve que se acumulaba en sus pestañas, diciendo casualmente: –Eunuco, no asustes a los niños. Su Majestad me pidió que saliera aquí a enfriarme, ¿cómo se supone que lo haga con un paraguas?
Zhu Pie Pequeño corrió apresuradamente frente a Gu Yun, con la intención de ayudarlo a sacudir la nieve sobre su cuerpo. Inesperadamente, dejó salir un sonido de sorpresa mientras extendía su mano: el frío hierro negro en los hombros de Gu Yun casi le arrancó una capa de piel de su suave y regordeta mano. El viejo eunuco tembló mientras se quejaba:
–Mi Marqués, ¿por qué debe discutir con Su Majestad? Arrodillándose aquí durante toda la noche, será un milagro si sus piernas no se lastiman. Al final, solo significaría auto-someterse al sufrimiento, ¿por qué razón debe hacerlo?
Gu Yun sonrió: –Esto no es nada, las personas que practicamos artes marciales tenemos piel dura y carne robusta: fui un poco impulsivo antes, he dicho demasiado, causándole problemas al Eunuco al hacer que se preocupara en mi lugar.
Zhu Pie Pequeño lo pensó, y luego bajo su voz: –¿Qué tal si mandó a alguien para que llame a Yan Bei Wang, lo deje entrar en el palacio mañana por la mañana, e intercambie unas cuantas palabras a Su Majestad?
Gu Yun sacudió su cabeza de nuevo: –No lo involucres, estoy bien.
Zhu Pie Pequeño lo meditó por un momento, pero al final, no había nada que pudiera hacerse. También temía que el Emperador tuviera órdenes cuando despertara. Sin atreverse a dejar el lado del Emperador por mucho tiempo, dejó el paraguas abajo para Gu Yun.
–Eunuco Zhu, –Gu Yun lo detuvo repentinamente, susurró: –gracias, pero deberías llevarte el paraguas de vuelta.
Zhu Pie Pequeño fue tomado por sorpresa.
Gu Yun: –Me arrodillaré aquí un tiempo hasta que la ira de Su Majestad se haya apaciguado, tú eres aquel que sirve a su lado, no lo dejes pensar demasiado.
Dio una vaga pista, pero Zhu Pie Pequeño por supuesto la entendería. El viejo eunuco suspiró: –Cuando el Marqués discutió con Su Majestad, si hubiera recordado ser así de sensato, no tendría que recibir este viento del noroeste.
Con Zhu Pie Pequeño fuera, Gu Yun exhaló un vaho blanco. En un estado de aburrimiento, meditó cuidadosamente acerca de lo que Chang Geng le había dicho en el Templo Hu Guo: el desastre en el Mar del Este y la revuelta en el suroeste, quizás no fueron accidentales.
Lentamente, Gu Yun se las arregló para formar una ligera línea.
Wei Wang ubicó sus tropas en el Mar del Este y pretendía usar la guerra naval como un punto de ruptura.
Gu Yun capturó al ejército rebelde del Mar del Este en esa ocasión, sin costarle ni un solo soldado. Comparado con la ola que se levantó subsecuentemente, podría decirse que este asunto parecía “una cabeza pequeña, pero con pies pesados”.
La totalidad de la corte había hervido debido a esto, la Marina de Jiangnan fue meticulosamente limpiada de arriba a abajo. Una vez que el Emperador agotó los recursos del Instituto Ling Shu, intentando construir una rama de Jiaos, provocando que los gastos militares de las fuerzas en las cuatro direcciones se recortaran aún más.
El mayor impacto fue que el desastre en el Mar del Este dio a luz directamente a la Ley Zhang Ling, para restringir a los mecánicos de la gente común; y a la Orden de Percusión, para reunir el poder militar nacional: la última apuntaba directamente al mismo Gu Yun. Pensándolo ahora, en retrospectiva, el Emperador Long An no le planteó ningún problema sin razón; quizás sus acciones en Jiangnan esa vez no pasaron desapercibidas para el Emperador.
La introducción de la Orden de Percusión intensificó de inmediato la contradicción entre guarniciones de todos lados y la corte, y fue la fuente del caso de Fu Zhi Cheng.
Gu Yun estuvo presente en el suroeste, directamente dentro de esta trampa, por lo que tenía una sensación más clara de la mano que había agitado esta agua turbia: alguien había provocado deliberadamente la contradicción entre los bandidos de las montañas y Fu Zhi Cheng, luego hizo uso de ese imbécil de Kuai Lan Tu para intensificarlo, escogiendo el momento adecuado para encender el detonador, dejándolo explotar frente a Gu Yun. Atando a los bandidos de las montañas y a Fu Zhi Cheng juntos como un presente, a través de las manos del Campamento del Hierro Negro, empacado y entregado al Emperador en la capital.
¿Qué pensaría el Emperador de esto?
Estaría horrorizado al descubrir que, a pesar de que había restringido la circulación de ziliujin dentro del país, aún existían fuentes del extranjero.
Gu Yun recordó súbitamente, él y Shen Yi habían pasado mucho tiempo en Lou Lan, desde la investigación hasta reunir información, lo habían hecho todo, pero nunca fueron capaces de encontrar este legendario “Tesoro de Lou Lan”.
Pero el Emperador envió a un puñado de agentes secretos quienes no estaban familiarizados en lo absoluto con el territorio, en solo unos pocos días, ¿ellos se atrevieron a reportar que estaban “ochenta o noventa por ciento” seguros?
¿Eran esos agentes excepcionalmente habilidosos? ¿O había alguien guiando sus manos deliberadamente?
La nieve estaba cayendo cada vez con más y más fuerza, Gu Yun se estremeció. Detrás de él, la rama de un ciruelo, cargada por la pesada nieve, se quebró y cayó sobre el suelo, rompiéndose en pedazos.
Chang Geng fue despertado por el sonido de la rama de un árbol rompiéndose.
Gu Yun no retornó en toda la noche, él también lo había esperado durante la noche entera, recostado sobre la cama, todos sus sueños fueron extrañas pesadillas. Esta vez, el cielo estaba brillante, la noche todavía no terminaba, pero el alféizar de la ventana que reflejaba la luz de la nieve se había vuelto brillante. Chang Geng se incorporó de pronto y abrió la puerta, justo a tiempo para ver al tío Wang corriendo hacia él.
–Tío Wang, despacio, –Chang Geng lo detuvo. –¿qué ocurre?
Incluso con el frío viento, el viejo mayordomo estaba cubierto de sudor caliente: –Su Alteza, hay noticias provenientes del palacio, diciendo que ayer, no se sabe de qué discutió el Marqués con el Emperador, pero el Emperador estaba furioso…
Las pupilas de Chang Geng se contrajeron.
Después de un rato, un caballo dejó el patio de la mansión del Marqués durante la noche, montando la nieve, avanzando en dirección al Templo Hu Guo.
Al día siguiente, no hubo sesión principal de la corte, el Emperador Long An tampoco tenía que levantarse muy temprano, pero la flama en su interior estaba demasiado caliente, no fue capaz de tener una buena noche de sueño, despertando con mareos y dolor de cabeza.
Zhu Pie Pequeño se acercó y lo ayudó, presionando las sienes del Emperador Long An, hablando mientras lo hacía: –Su Majestad, el incienso de Tian Zhu mandado por el Maestro Liao Chi hace algún tiempo puede ayudar a aclarar el corazón y relajar los nervios, cuando lo usó la última vez también usted alabó su efectividad, ¿qué tal si enciendo un poco más para usted?
Li Feng hizo un sonido en respuesta, luego, después de pensarlo un rato, preguntó: –¿Todavía está el Maestro en el palacio?
A lo largo del primer mes, el monje principal del Templo Hu Guo, el Maestro Liao Chi, viviría en el palacio para rezar por las bendiciones de la Gran Liang, mientras le daba lecciones al fuerte creyente de Buda, el Emperador Long An.
Zhu Pie Pequeño respondió rápidamente: –Si, escuché que el Maestro ya se ha levantado desde temprano para su meditación matutina, independientemente del frío o la lluvia. Su sirviente puede ver que los parpados de Su Majestad se han vuelto rojos, quizás debido al fuego en su corazón, ¿debería decirle al Maestro que venga a leerle algunas escrituras para ayudarlo a tranquilizarse?
Li Feng sonrió y dijo: –Qué irrespetuoso, el Maestro Liao Chi es un monje altamente educado de nuestros tiempos, ¿piensas en él como si fuera un artista callejero?
Zhu Pie Pequeño sonrió apologéticamente y se golpeó el rostro: –Mire a la boca de este viejo sirviente, mi falta conocimiento me ha convertido de nuevo en una broma… A pesar de que no entiendo mucho, cada vez que escucho el sonido del pez de madera[2]木鱼 Pez de madera. es un instrumento musical de percusión. En la mayoría de las tradiciones budistas, el pez de madera sirve para mantener el ritmo mientras se cantan las sutras. del Maestro, también siento que todos los problemas en mi corazón se desvanecen.
Al escucharle mencionarlo así, Li Feng tuvo un cambio de opinión, después de pensarlo, accedió: –Entonces inoportuna al Maestro para que venga aquí.
Zhu Pie Pequeño respondió, rápidamente le pidió a alguien que mandara el mensaje, luego asistió silenciosamente al Emperador para que se lavara la cara y cambiara de ropa. Li Feng preguntó repentinamente: –¿Dónde está Gu Yun?
Zhu Pie Pequeño había estado muriéndose por mencionar esto, pero no se atrevía a preguntar. Al escuchar su pregunta, respondió de inmediato: –Su Majestad, el Marqués todavía está arrodillado afuera del Pabellón.
Li Feng pareció dejar salir un bufido, su expresión indiferente, Zhu Pie Pequeño no se atrevió a mencionar este asunto demasiadas veces, solo pudo esperar en secreto que el viejo monje, el rescatista poco confiable, pudiera ser de alguna utilidad.
No pasó mucho tiempo antes de que el Maestro Liao Chi arribara al Pabellón Cálido. Solo dio un vistazo, pasando casualmente, como si nunca hubiera visto al hombre de nieve afuera.
Sin embargo, nadie sabe qué hechizo había lanzado el viejo monje del Templo Hu Guo sobre el Emperador. Entró por un momento y Zhu Pie Pequeño ya había salido corriendo rápidamente al exterior. Primero, leyó el decreto con entusiasmo: –Orden del Emperador: el Marqués se comportó de manera irrespetuosa frente al Hijo de los Cielos, sin prestarle atención al monarca, se le confiscará temporalmente el sello del Mariscal, ordenándosele regresar a la mansión para reflexionar sobre sus acciones, recortándosele tres meses de salario.
Gu Yun estaba sorprendido.
Zhu Pie Pequeño le hizo una señal con los ojos.
Gu Yun: –… su súbdito acata el decreto…
Zhu Pie Pequeño se dio una palmada sobre el muslo, alzando su voz para llamar a los sirvientes al otro lado: –¡Miren a este montón de monos sin ojos! ¿Porqué siguen ahí parados? ¡Apresúrense y ayuden al Marques a levantarse!
Todavía ni siquiera terminaba de dar órdenes, pero Gu Yun ya se había puesto de pie, sus extremidades se sentían como si agujas se clavasen a través de todo su atuendo formal y armadura de acero, el agua de la nieve había empapado todo su cuerpo, y un inexplicable escalofrío estaba carcomiéndole hasta los huesos. Gu Yun juntó sus manos para saludar a Zhu Pie Pequeño, después, con su corazón lleno de preocupación, salió del palacio. Al mismo tiempo, se preguntaba: “¿Ha sido poseído el burro calvo? ¿Por qué me salvaría?”
…hasta que vio a su Chang Geng esperándolo afuera de la puerta del palacio.
Gu Yun: –Resultó que el Templo Hu Guo fue arrastrado aquí por ti, todavía estaba pensando en cómo podía ser tan amable ese burro calvo.
Comenzando desde que Chang Geng escuchó por primera vez cómo Gu Yun había estado arrodillándose toda la noche durante una gran nevada, el Hueso de la Impureza en su cuerpo había comenzado a actuar independientemente de lo que estaba bien o mal. Sin embargo, su corazón no podía darse el lujo de sumirse en caos, había recitado un mantra tranquilizante una y otra vez, caminando de aquí para allá en la puerta del palacio, como una bestia enjaulada.
A pesar de que se había preparado a sí mismo, Gu Yun lucía incluso más miserable de lo que había imaginado. El cerebro de Chang Geng explotó, sintiendo la sangre alzándose casi hasta alcanzar su garganta.
Sin ninguna explicación, primero cubrió a Gu Yun con una gruesa piel de zorro, luego extendió su mano para tocar su rostro de un azul pálido. Gu Yun se había estado congelando durante una noche, incluso si su piel era gruesa, su velocidad de reacción no podía evitar ser más lenta, fue tocado por él.
Pero este gesto suyo fue en verdad embarazoso, incapaz de ocultarse, Gu Yun tuvo que bromear: –¿Ya puedes sentir cuanto pesan mis huesos?
No había formar de decir si el corazón de esta persona podía contener montañas o si en verdad no tenía corazón, ¡ya había terminado así, pero aún estaba contando chistes!
Chang Geng arrastró a Gu Yun al carruaje sin decir una palabra, sus ojos rojos por el dolor que sentía por dentro.
Tan pronto como entró, el calor golpeó el rostro de Gu Yun, él frotó sus manos y se volvió para preguntarle a Chang Geng: –¿Hay vino? Dame un tazón.
Chang Geng no habló.
Gu Yun inclinó su cabeza para mirarlo y vio que sus ojos estaban rojos como si sangraran, no pudo evitar sonreír: –Dios mío, nunca te he visto llorar desde que eras niño, en verdad me has abierto los ojos hoy. Démonos prisa y llama al tío Wang para que saque la palangana. Justo a tiempo, el Emperador me multó con tres meses de salario, podremos apoyarnos en nuestros frijoles dorados para comer.
Por supuesto, Chang Geng no estaba llorando. Estaba reprimiendo sus intenciones asesinas y a varias ilusiones en su interior, parecía como si todo su cuerpo fuera a explotar.
Gu Yun finalmente notó que sus ojos eran anormales: –¿Chang Geng?
Chang Geng se forzó de vuelta a la realidad, diciendo rígidamente: –Yifu, primero cámbiate de ropa.
Su voz era ronca, como si dos hierros viejos y oxidados se estuvieran frotando uno contra el otro. Gu Yun frunció el ceño, rápidamente desató su cabello mojado, tomó las prendas secas del carruaje y comenzó a cambiarse.
Chang Geng no se atrevió a mirarlo. Se sentó a un lado, bajó sus ojos, y respiró, inhalando y exhalando, acorde al método que la señorita Chen le enseñó. Pero el susurro de la ropa, que era claramente tan bajo y fácil de suprimir por el traqueteo del carruaje, esta vez parecía haber mutado, penetrando continuamente en sus oídos. Entre más intentaba respirar, más inestable se volvía.
Gu Yun colocó la corona de su cabello sobre la pequeña mesa en el carruaje, el sonido despertó a Chang Geng: –Preparé un poco de medicina para dispersar el frío, primero…
Su voz se silenció, los fríos dedos de Gu Yun habían sujetado su muñeca.
Chang Geng se agitó un momento, quiso retirar su mano, pero Gu Yun lo estaba sosteniendo fuertemente, solo pudo llamarlo en voz baja: –Yifu…
–Yo no sé mucho de cómo tomar el pulso, –la expresión de Gu Yun era increíblemente seria. –pero sé que cuando lo que se practica sale mal puede causar locura.
Chang Geng retiró apresuradamente su mirada con pánico.
–Chang Geng, dime la verdad, ¿tú has…? –Gu Yun, al llegar a esta parte, hizo una pausa sintiéndose autoconsciente, incluso si su corazón era tan vasto como el mar y su piel era gruesa como los muros del palacio, también sentía que las siguientes palabras no eran adecuadas para hablarse en voz alta.
Chang Geng pareció haber sentido algo, y levantó lentamente sus ojos rojos.
Gu Yun se quedó en silencio por un rato, reuniendo incluso más valor que cuando se opuso al Emperador: –¿Tienes algún asunto del que no puedas hablar?
Después un par de jadeos en busca de aire, Chang Geng murmuró: –¿A qué asunto se refiere yifu?
Gu Yun: –…hombres y mujeres.
Ya fuera un mantra para purificar el corazón o despejar los pulmones, todo fue hecho estallar por esta sentencia, dispersándose en cenizas.
Referencias[+]