5. Xiu Niang

Pero, pensando respecto a momento atrás, mientras la preocupación lo quemaba, ¡ese hombre simplemente estaba eligiendo de manera casual pintura para labios! El fuego de la rabia que lo consumía en ese momento hacía que su pecho le doliera tanto que ya no podía seguir suprimiéndolo sin importar qué.

    Chang Geng luchó para pararse de puntillas. Miró sobre la muchedumbre con dificultad y gritó: –¡Shiliu!

     No hubo respuesta. La multitud persiguiendo al Cometa Gigante comenzó a emerger toda a la vez. Algunos lanzaban vítores, otros gritaban “¡Está aquí!”, algunos chillaban “¡Dejen de empujar!” con frustración.

     En ese punto, Chang Geng fue empujado al interior por varias personas, su irritación crecía más y más. Gritó lo más fuerte que pudo: –¡Yifu!

     El gentío comenzó a apresurarse a lo largo del borde del rio oscuro. Chang Geng, por un lado, tuvo que forcejear para mantenerse firme contra el flujo de gente y al mismo tiempo miraba de aquí para allá en busca de Shiliu. Comenzó a sudar. En ese momento, el asombro de haber visto el Cometa Gigante se había evaporado por completo.

     ¡Tener esta clase de yifu consumía años de vida!

      Chang Geng furioso, pensó para sí mismo; “Shen Shiliu en verdad solo anda tonteando. ¡En un día tan caluroso como este, sin tener nada más que hacer, tenía que correr para acá para ver a una multitud!”

     En ese momento, alguien gritó con fuerza: –¡Ya dejen de empujar, alguien cayó!

     Mientras Chang Geng estaba buscando a la izquierda y derecha, comenzó a mirar en la dirección de los gritos de forma involuntaria.

     Un pequeño grupo de personas al borde del rio estaba comenzando a caer en confusión.

     –¡Dios mío! ¿Cómo puede alguien realmente caer?

     –¡Vayan a encontrar a un oficial militar en servicio!

     –¡Abran paso! ¡Abran paso por favor! No puedo mover…

     Chang Geng estaba a punto de quitarse del camino de una persona que estaba tratando desesperadamente de salir cuando escuchó levemente: –¡Señor Shiliu, tenga cuidado!

      Chang Geng se quedó estupefacto. Sospechando que tal vez su nerviosismo estaba tomando lo mejor de él, se aproximó para sujetar a alguien que recién acababa de liberarse de la multitud: –¿Quién ha caído? ¿Es Shen Shiliu?

     El hombre podría o no haber entendido lo que Chang Geng estaba diciendo, él asintió distraídamente: –Parece ser… déjame ir primero.

     Hubo una explosión dentro de su cabeza. Estaba de pie frente al calor que manaba del Cometa Gigante pero una capa de sudor frio estalló en su espalda.

     En ese momento, él inmediatamente inhaló profundamente y se movió con rapidez contra el flujo de gente en dirección la orilla a máxima velocidad. Sus pies trastabillaron un poco antes de que pudiera sujetar el pasamanos para equilibrarse.

     Se apresuró a mirar abajo y ver que, en efecto, había una persona forcejeando en el agua.

     La superficie del agua del rio subterráneo se encontraba a una profundidad de entre dos y dos metros y medio desde el nivel del suelo, uno no podía hacerse una idea de cuán profundo era su fondo, frio y oscuro. Grandes olas blancas rompían continuamente. La persona dentro del rio no tenía nada de qué sujetarse, ni siquiera sus gritos podían escucharse desde donde estaba Chang Geng y no había forma de adivinar quién estaba ahí abajo.

     Chang Geng se quitó su capa: –¡Déjenme pasar! Por favor abran paso.

     Alguien gritó: –¡No puedes simplemente meterte de un salto! ¡Alguien consígale al chico una cuerda!

     No era claro quién había puesto rápidamente una cuerda en su mano. Chang Geng la sujetó. Alzó la vista y observó al Cometa Gigante que llegaría en cualquier momento, y saltó al rio sin titubear.

     –¡Estiren! ¡Rápido! ¡Serán arrastrados por la nave cuando el Cometa llegue aquí!

     La fuerza del Cometa Gigante que se aproximaba provocó que una ola más alta que una persona adulta se elevada, golpeando contra el pecho de Chang Geng tan pronto como saltó. El agua se metió en su boca y casi fue barrido por la corriente. Rápidamente se sujetó de la cuerda que pendía de la orilla y trató de enjugar su rostro.

      El fuerte sonido del romper del agua y el ruido del Cometa Gigante disminuyendo su velocidad era ensordecedor, la visión de Chang Geng estaba repleta de nada más olas. Vagamente comprendió el gritó de alguien en la orilla: –¡Ya no suelten más la cuerda! ¡Ya viene el Cometa Gigante! ¡Jalen al chico hacia arriba rápido, antes de que sea demasiado tarde!

      Chang Geng: –¡Esperen!

     Pero todos los sonidos en el agua eran tan ruidosos que ni siquiera él podía escuchar sus gritos.

     Movió su mano para señalar a la gente en el borde que dejara de tirar la cuerda de regreso mientras luchaba por nadar hacia el lugar con las olas más intensas al mismo tiempo.

     En medio del caos, alguien se sujetó a su mano que estaba buscando frenéticamente alrededor, Chang Geng no podía pensar mucho en esta situación. Rápidamente agarró la muñeca de esa persona y la jaló hacia sus brazos. No tuvo oportunidad de ver quién era, el Cometa ya estaba retumbando mientras se movía hacia adelante.

     La gente en la orilla no se atrevió a retrasarse, de repente, la gruesa cuerda que estaba atada alrededor de su cintura dio un fuerte tirón, todo su cuerpo se sintió pesado mientras varios hombres en la orilla se unían para halarlo hacia arriba.

     Después de salir de la superficie del agua, sintió que el peso en su brazo era un poco extraño. Chang Geng parpadeó con rapidez para deshacerse de las gotas de agua en sus pestañas y súbitamente descubrió que la persona agarró todo ese tiempo no era Shen Shiliu. Era el niño de once años de edad: Cao Niang Zi.

      En ese momento, una prolongada señal procedente del cuerno en el Cometa Gigante penetró en sus oídos, ya no podía darse el lujo pensar. Gritó y ayudó al medio inconsciente Cao Niang Zi a subir primero.

      Las personas en la orilla gritaban y hacían su mejor esfuerzo para subir a los dos chicos, pero fueron ligeramente muy lentos. Los pies de Chang Geng continuaban fuera del margen del rio. La velocidad del Cometa Gigante no se había detenido y una aleta llameante estaba a punto de barrer sobre sus piernas. Aun se encontraba un poco distante, pero ya se podía sentir la ardiente e intensa onda de calor.

      –¡No puedes tocar las aletas llameantes!

      –¡Cuidado!

     En este momento, un par de manos pálidas se alargaron, pasando a través de todos los gritos y sujetaron el brazo de Chang Geng tirándolo directamente hacia arriba. El grupo de personas prorrumpió en gritos y retrocedió. Chang Geng sintió casi como si volara fuera de la multitud, pero terminó cayendo en los brazos de un hombre.

      Él tomó aire profundamente de forma involuntaria, un aroma medicinal se adentró de inmediato en sus fosas nasales. Chang Geng levantó su cabeza, la punta de su nariz casi rozaba la limpia línea de la mandíbula de Shen Shiliu.

      La expresión de Shen Shiliu era severa:  –¡Miro a otro lado por un segundo y tú ya estas causando problemas!

     Siendo regañado primero, se quedó repentinamente sin palabras.

     Shen Shiliu: –Hay muchos oficiales y hombres en la orilla, ¿necesita alguien que un niño como tu vaya al rescate?

     Chang Geng: –…

     Su corazón que estaba suspendido en el aire cayó de regreso a su lugar. La sangre que se había acumulado en su pecho fluyó a través de sus entumecidas extremidades como el agua desbordándose a través de una compuerta. En este punto, él finalmente pudo exhalar su primer aliento, había un sentimiento incomodo, como si sus órganos internos se hubieran volteado de arriba a abajo. Sus dos piernas estaban tan suaves que casi no podía ponerse de pie.

     Cao Niang Zi había sido llevado a un lado, tosiendo un par de veces, luego despertó lentamente. Viendo que el niño ya no estaba enfrentándose a serios problemas, Shiliu remolcó a Chang Geng fuera de la muchedumbre, el profundo ceño fruncido visible en su rostro. Chang Geng, cuyas piernas aún estaban débiles y temblorosas, fue arrastrado lejos por Shiliu. Este lo reprendía mientras caminaban: –La temperatura de la aleta aun no disminuía. Si la tocas, puede acabar con la mitad de tus piernas, ¿quieres ser un inválido por el resto de tu vida? Pequeño niño que no conoce sus propios límites…

     Chang Geng todavía estaba intentando temblorosamente auto-estabilizarse, pero Shiliu, el “villano”, le había robado las palabras directamente antes de que pudiera decir nada primero. De repente, su furia burbujeó.

     Gritó al tope de sus pulmones: –¡Creí que tú caíste!

     Shen Shiliu alzó sus dos largas cejas: –¡Basta de buscar excusas! Yo ya soy un hombre adulto, ¿cómo podría caer en el rio sin razón?

     Chang Geng: –…

     Su corazón, que se exaltó fácilmente de preocupación, estaba siendo dejado de lado como si no fuera nada. Un calor ardiente ascendió desde su cuello hasta la raíz de su oreja. No podía saber si era por ira o vergüenza, solo que ni siquiera el agua era ya capaz de apagar esa llama.

     –Muy bien, no nos quedaremos más aquí. –Shen Shiliu extendió su mano y tocó el largo cabello húmedo de Chang Geng. Desató su propia túnica exterior y la envolvió alrededor de Chang Geng. –Este lugar es muy caótico. No discutiré contigo acerca de este asunto hoy. Apresúrate a llegar a casa y cámbiate de ropa, ten cuidado de no ir a atrapar un resfriado.

     ¡Él era bastante generoso también!

     Chang Geng alejó de un manotazo violento las manos de Shiliu, sus dedos accidentalmente golpearon contra algo duro dentro de la manga.

     Shen Shiliu: –Oh, esa es la pintura de labios que acabo de comprar, recuerda entregársela a tu madre… ¡Hey, Chang Geng! ¿A dónde vas?

    Chang Geng no esperó a que él terminara, salió corriendo sin decir una palabra.

     Chang Geng sabía perfectamente bien que estaba siendo terco. Él reaccionó meramente por impulso al escuchar las palabras de alguien más. Todavía no había visto quién había caído, pero ya había entrado en pánico y saltado después. Ser regañado por su yifu era completamente razonable.

     Pero, pensando respecto a momento atrás, mientras la preocupación lo quemaba, ¡ese hombre simplemente estaba eligiendo de manera casual pintura para labios! El fuego de la rabia que lo consumía en ese momento hacía que su pecho le doliera tanto que ya no podía seguir suprimiéndolo sin importar qué.

     De pronto, Chang Geng dejó atrás a Shen Shiliu, frotándose la nariz torpemente. Llegó a la conclusión de que cada adolescente debía atravesar un cierto periodo donde era impredecible y temperamental.

     El papá primerizo Shen Shiliu estaba bastante angustiado, pensó para sí: “Si hubiera sabido de antemano que algo como esto ocurriría… hubiera guardado el brazalete de hierro para esta situación. Definitivamente está enojado de verdad esta vez, ¿cómo voy a contentarlo ahora?”

     Permaneció cerca del rio con las manos detrás de su espalda. El Cometa Gigante se había movido, pasando a su lado, las luces en su cola estaban titilando. El rio oscuro se cerraba lentamente por detrás.

     Shen Shiliu solo estuvo preocupado por un breve momento, comenzó a mirar en la dirección de la luz trasera, pero su mirada no estaba tan dispersa como era habitual cuando veía a la distancia. Entonces, sus cejas se juntaron lentamente.

     Su figura desapareció súbitamente entre la multitud como un pez en el agua. Sus pasos eran silenciosos, sus movimientos extremadamente rápidos, a diferencia de los días en los que normalmente buscaría casi durante mediodía solo para encontrar el umbral de la puerta.

     Chang Geng se dirigió de vuelta a casa. El viento caliente del verano sopló a través del agua fría del rio sobre su cuerpo, volviéndolo más calmado, la irritación y su ceño fruncido se disiparon gradualmente.

     Sus ojos tenían una inmensa semejanza con los de Xiu Niang. El contorno de su rostro que apenas comenzaba a madurar eran muy profundo. Ellos no eran como la gente de los Planos Centrales… pero tampoco eran muy parecidos a los extranjeros. En resumen, era una clase muy especial de buena apariencia.

     Chang Geng acababa de poner pie en el interior de la casa cuando vio de inmediato a la vieja criada parada de puntillas, mirando hacia afuera. La anciana sirvienta estaba desconcertada al dar un primer vistazo de su desastrosa apariencia: –¡Oh, no! ¿Cómo ha terminado así?

     –No es nada. –dijo Chang Geng débilmente. –Alguien cayó en el rio, brinqué al interior para ayudarlo y terminé empapado.

     La vieja criada dio un pequeño paso atrás de él y susurró: –La señora dijo que aún no debíamos servir la comida, asumí que quería esperar al Alcalde… ah, sí, la señora también ha pedido que el joven maestro fuera a sus aposentos, dijo que había algunos asuntos privados entre madre e hijo.

     Mientras Chang Geng caminaba hacia adelante, sus hombros se tensaron involuntariamente y, después de un rato, asintió. Primero regresó a su propia habitación para ponerse ropa seca. Malhumorado y fastidiado, dobló cuidadosamente la túnica de Shen Shiliu, entonces tomó la caja de labial y fue a la habitación de Xiu Niang.

     La vieja criada tenía curiosidad respecto a la extraña relación madre-hijo entre Chang Geng y Xiu Niang, pero no se atrevía a preguntarles al respecto. Por lo tanto, lo siguió, planeando escuchar a escondidas.

     De pie frente a la puerta de Xiu Niang, Chang Geng arregló su atuendo, tan formal como si estuviera reuniéndose con huésped. Solo después de lució lo suficientemente propio y prolijo fue que bajó su cabeza y llamó a la puerta:

     –Madre.

     Una fría y clara voz de mujer salió desde el interior: –Adelante.

     Chang Geng extendió su brazo y abrió la puerta. Después de entrar, volvió la vista hacia atrás y vio a la anciana criada mirando a escondidas. Ella se sorprendió al encontrarse con su mirada y desvió la vista. Cuando miró de nuevo después de un rato las puertas habían sido cerradas y ya no se podía ver nada.

     La habitación de Xiu Niang estaba muy oscura y la ventana que estaba de cara al sol a un lado era cubierta por ella.

     Era como si ella no quisiera ver ninguna luz, estaba sentada sola en una esquina oscura, de cara a un espejo.

     Chang Geng contempló su figura desde atrás y frunció el ceño ligeramente.

     Él no sabía que había cruzado por la cabeza de Xiu Niang. Vestía un vestido amarillo suave y tenía su cabello arreglado al estilo de una mujer soltera. Los años la habían tratado bien, combinados con la oscuridad en la habitación que cubría con facilidad las arrugas alrededor de sus ojos, ella realmente parecía como una mujer en sus veintes.

     Cuando Chang Geng estaba a punto de llamarla, Xiu Niang tomó la iniciativa y habló primero: –Sin nadie más alrededor, no me llames madre… ¿trajiste el labial?

     Cuando Chang Geng escuchó esto se tragó de vuelta el segundo “madre” que estaba a punto de dejar su boca, luego se acercó caminando y dejó suavemente la caja que había sido calentada en su palma sobre la mesa de su maquillaje.

     –Oh, este color es muy adorable, muy brillante. –Xiu Niang finalmente mostró una extraña sonrisa.

     Ella frotó un poco con la punta de sus dedos, lo pasó a través de sus pálidos labios y se miró a sí misma en el espejo con entusiasmo. Preguntó: –¿Se ve bien?

     Chang Geng permaneció fríamente a un lado sin hacer un solo sonido. Su corazón se sentía extrañamente oscuro debido a que no comprendía porqué ella le pidió ir ahí.

     Mientras lo pensaba, un lado de su párpado repentinamente se contrajo dos veces sin advertencia. Chang Geng se sintió desconcertado, parecía haber una especie de premonición ominosa hinchándose en su corazón.

     En ese momento, Xiu Niang abrió su boca: –En el futuro, puedes dejar de llamarme “madre” en frente de los demás. Nuestro camino como madre e hijo termina hoy aquí.

     Ella levantó su rostro que había sido completamente renovado, alargando un par de manos frágiles como un trozo de hierba como si pretendiera acomodar el cuello de Chang Geng.

     Chang Geng retrocedió de sorpresa: –¿Qué quiere decir?

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