45. Detonante

Chang Geng reaccionó rápido y lo atrapó a tiempo. Descubrió que en realidad era una flauta de bambú elaborada con una manufactura muy simple y tosca.

En cuanto a Jing Xu, Gu Yun le dio un vistazo y descubrió que tenía cualidades redentoras, rápidamente agrupó a este líder principal de los bandidos con los demás y los arrojó a un lado. En ese momento, estaba más preocupado sobre cuándo se iría Chang Geng.

Resultó que Chang Geng había expresado muy oportunamente que iría a encontrarse con sus compañeros que estuvieron investigando los pasajes secretos de las montañas. Gu Yun se sintió enormemente aliviado por dentro. En la superficie, todavía le dio un puñado de soldados del Campamento del Hierro Negro, diciéndole que fuera cuidadoso con los bandidos que se habían escurrido a través de la red.

Al verlo partir, Gu Yun le dijo a un jinete de Caballería Negra a su lado: –Busca dos personas para montar guardia, si Su Alteza regresa muy rápido, dale algo que hacer, no lo dejes venir aquí.

El soldado acató su orden y se fue, Gu Yun finalmente retractó su mirada.

Echó un vistazo sobre la escuadra de bandidos capturados de principio fin, sus ojos contenían una severidad diferente de la habitual: –Sólo tengo una pregunta, ¿cuántas entradas y salidas tienen en estos nidos de ratas subterráneos? Por favor estén conscientes de su situación actual. Vamos a hacerlo de esta manera: comenzando desde la primera persona de lado oeste, será decapitado en el momento si no habla. Cuando la primera persona haya terminado, el siguiente puede añadir más detalles. Si alguien no es capaz de agregar algo más, entonces lo siento. Los que están en la línea del frente todavía pueden tener algo de ventaja: vamos a comenzar, contando hasta tres, al que no hable se le cortará la cabeza, al que diga tonterías también se le decapitará.

Los bandidos quedaron paralizados de terror hacia el Marqués del Orden quien era más salvaje que los mismos bandidos.

El soldado de Caballería Negra que fue instruido para interrogar comenzó a preguntar inexpresivamente a la primera persona. La primera persona miró instintivamente de aquí para allá, incapaz de decidirse.

Gu Yun no vaciló e hizo un ademán hacia abajo, el Cortavientos en manos del soldado de caballería comenzó a moverse.

El soldado de caballería normalmente sólo sabía cómo matar personas, no había criado monos y tampoco había estudiado el método para decapitar. Las hojas del Cortavientos dieron la vuelta alrededor del cuello del bandido, pero desafortunadamente, se atoraron en un hueso de la articulación del cuello. La cabeza del bandido estaba medio intacta, medio partida, su tráquea aún no había sido cortada y sus gritos espeluznantes asustaron a las bandadas aves cerca y lejos en las montañas.

El soldado de caballería entrecerró sus ojos y agregó más fuerza a su muñeca, terminando con la vida del desafortunado hombre.

La sangre brotó de sus venas como un manantial, salpicando a la persona enseguida de él. El segundo bandido temblaba demasiado, como una caja dorada sobrecargada, su mente completamente en blanco, señalando temblorosamente hacia atrás: –Ahí, hay uno ahí…

Gu Yun se burló: –Tonterías, ¿no puedo verlo yo mismo?

La segunda cabeza cayó sobre el suelo.

El tercer bandido estaba asustado por el horror de ser medio decapitado hasta el punto de orinarse encima, golpeó el suelo y sostuvo su cabeza con ambas manos. Con miedo de que el ejecutor vestido de negro lo cortara directamente, en un respiro había revelado diez salidas y entradas de los pasajes secretos, las miradas de las personas detrás de él estaban a punto de disparar a través de su espalda

Con este hombre sirviendo como apertura, el resto fue simple. En el camino entre la vida y la muerte, era inútil mantener secretos. La gente detrás inevitablemente los revelaría, la forma de actuar era hablar rápido para preservar sus vidas.

Gu Yun estaba tranquilo, pero en su corazón, en verdad estaba impresionado por las grandes raíces de los bandidos de la Frontera Sur. Algunas de las entradas y salidas de esas montañas ya habían sido descubiertas por el Pabellón Lin Yuan. De otra manera, ni siquiera el Campamento del Hierro Negro hubiera podido arreglárselas para bloquear fácilmente a esas ratas a medio camino, pero había incluso más de los que el Pabellón Lin Yuan no tenía conocimiento.

Detrás de él, los soldados del Campamento del Hierro Negro fueron silenciosamente a verificar si esas entradas y salidas eran verdaderas, y para montar guardia en cada entrada a un pasaje secreto. En menos de la mitad del tiempo que toma quemar un incienso, como si jugaran el juego de “pasar la flor”[1], Los bandidos habían confesado todas las rutas subterráneas que se extendían en todas direcciones, hasta las más pequeñas.

En un parpadear, esta mortífera “flor” había sido pasada hasta aquel que lo comenzó todo: el líder Jing Xu.

En esta vida, Jing Xu había atravesado violentamente a través de pila de cadáveres para convertirse en el rey de la montaña. No había tal cosa como grandes talentos, pero ciertamente no le faltaban coraje ni métodos despiadados. Viendo que la punta de la cuchilla había llegado en frente a él y que la sangre en el suelo había corrido hasta convertirse en un río, respiró profundamente y enderezó su espalda, transformando toda la fuerza que había acumulado en esta vida para soportar su cuerpo, mirando a Gu Yun caminar casualmente hacia él con ambas manos detrás de su espalda.

Jing Xu dijo: –Solía escuchar a la gente decir que la elegancia del Mariscal Gu no tiene igual. No esperaba que incluso estuviera bien versado en métodos de tortura para interrogatorios, realmente entre más talentos, mejor.

–No hay necesidad de adulación. –dijo Gu Yun con una sonrisa divertida. –La principal actividad en las guerras es matar personas. No te encerré en una habitación oscura, ni te puse en una cama de clavos, tampoco te pedí sentarte en una silla de tigre. Las palabras “tortura para interrogatorio”: no me atrevo aceptarlas. Si no tienes nada que decir, puedes acompañarlos también.

Los párpados de Jing Xu se contrajeron violentamente: –Hay un total de sesenta y cuatro entradas y salidas aquí. Ellos lo han confesado todo de una vez. Los pocos primeros despreciables ya habían comenzado a hablar. Perdone mi imprudencia, no entiendo las intenciones del Mariscal Gu.

–Sólo por seguridad, no hay otras intenciones. –dijo Gu Yun con una sonrisa. –En caso de que hubiera alguien que todavía no hubiera confesado, ¿quieres persuadirme para que deje de matar? Hay una gran cantidad de ustedes, descansa tranquilo, no puedo darme el lujo de matarlos a todos.

Jing Xu: –…

Gu Yun: –Puesto que te han visto como su líder, presumiblemente, debe haber otras cosas sobre las que tú sepas, ¿por qué no hablas acerca de los asuntos sobre los que no he escuchado?

Jing Xu apretó sus dientes, recordando a Fu Zhi Cheng, el principal culpable de todo esto, no deseando otra cosa más que desollarlo. Habló a través de su mandíbula apretada: –Si dijera que Fu Zhi Cheng estaba contrabandeando ziliujin para rebelarse, ¿estaría el Mariscal interesado en escucharlo?

La fría sonrisa en el rostro Gu Yun desapareció gradualmente: –Si no supiera esto, ¿cómo habría adivinado que tendrías el coraje para correr al almacén del suroeste a entregar la comida? Te daré otra oportunidad, di de algo que no sepa.

El Cortavientos de hierro negro permanecía directamente enseguida de la oreja de Jing Xu. Incluso con el más ligero movimiento, podía sentir la inhumanidad del frío metal. También sabía que sólo un ligero toque de vapor era requerido y la cuchilla cortaría su cabeza como si estuviera picando vegetales. Ese Gu Yun era frío y despiadado, el continuar siendo obstinado sólo resultaría con su cabeza cayendo sobre el suelo al igual que la del resto de sus lacayos, cubierta en polvo, ni una sola diferencia.

Jing Xu finalmente se inclinó: –¿Qué quiere saber?

Gu Yun agitó su mano, la hoja del Cortavientos se alejó unos centímetros de Jing Xu: –Quiero saber quién servía como conexión para ti después de que el ziliujin era transportado desde el Mar del Sur tierra adentro en la Gran Liang. ¿Quién te ha dicho que almacenes en privado ziliujin y que acumules armamento? ¿a quién se le ocurrió esta estrategia, dejándote usar esos cometas para confundirme, para tomar esta oportunidad y ocupar el almacén del suroeste?

Jing Xu apretó fuertemente sus dientes.

–Si yo fuera tú, no daría mi vida para proteger a esa persona. –Gu Yun dio un paso hacia adelanta repentinamente y bajó su voz. –Mira a los pasajes secretos con sesenta y cuatro salidas detrás de ti. Tus bandidos sin nada que hacer podría penetrar ahí adentro en cualquier momento que quisieras, incluso los dioses no podrían revocar esta tierra que ustedes excavaron…

“–¿Quién te dio el coraje para reunir a las tres fuerzas principales de las montañas, para que nosotros los elimináramos a todos de una sola vez? ¿Huh?

Gu Yun era un experto en invertir arriba y abajo, blanco y negro. Había perfeccionado tres habilidades en su vida: excelso en las artes literarias, sobresaliente en las batallas, y asombroso para el engaño. Cosas ilógicas podrían volverse inmensamente reales viniendo de su boca. Es más, cuando se lo pensaba cuidadosamente, no había nada ilógico acerca de lo que él acababa de decir, provocando que Jing Xu estallara en un sudor frío.  

Al lado de Gu Yun le tomó más tiempo interrogar a los bandidos de lo que le tomó a Chang Geng encontrar a sus compañeros. No pasó mucho tiempo antes de que Chang Geng regresara, pero antes de que pudiera subir la montaña, ya había sido detenido por los soldados del Campamento del Hierro Negro. El joven soldado repitió seriamente lo que le habían instruido decir: –Su Alteza Real, el Mariscal le ha pedido que descanse primero aquí por un rato.

Chang Geng no pareció estar sorprendido. Tampoco preguntó nada más, esperando obedientemente en su lugar.

En esos años, a pesar de que Chang Geng no fue capaz de ver a Gu Yun con sus propios ojos, había estudiado cada batalla en la que Gu Yun había combatido con el viejo General Zhong, estudió los cambios en su posición en la política comenzando cuando heredó el título de un Marqués desde la dinastía anterior hasta el presente, e incluso su caligrafía: si Chang Geng fuera a ir al estudio de Gu Yun ahora y sacara cualquiera de sus viejas notas, podría decir en general a qué edad Gu Yun las había escrito.

Esto lo ayudó a entender a Gu Yun mucho más que estando cerca de él, oyéndolo enalteciéndose como una “flor del noroeste” todo el día.

Viendo el titubeo en los ojos de Gu Yun mientras daba un vistazo, Chang Geng fue capaz de saber que pretendía interrogar mediante la fuerza, y más que eso, no quería que Chang Geng lo presenciara. Incluso hasta hoy, Gu Yun continuaba queriendo preservar instintivamente su siempre tan frágil imagen de un padre amable frente a Chang Geng.

Chang Geng no tuvo ninguna objeción en cuanto a esto, en lugar de ello, atesoraría enormemente este pequeño trozo de amor que su yifu no decía en voz alta.

Chang Geng era seguido por dos personas, ellos eran Ge Pang Xiao y Cao Niang Zi, quienes habían venido con él desde el pueblo de Yanhui a la capital: ahora llamados Ge Chen y Cao Chun Hua.

Ge Chen era un adorable chico regordete en su infancia. Ahora que había crecido, su cuerpo redondo fue reemplazado por una apariencia alta y fuerte. Si uno lo viera del cuello hacia abajo, podría ser clasificado como un “hombre musculoso”.

Pero desafortunadamente, del cuello hacia arriba, la cabeza parecía haber sido colocada ahí error: había ahí un rostro tierno y blanco, dos suaves grasas de bebé en sus mejillas, muy parecidas al tofu, envueltas alrededor de su pequeña nariz, boca chica y ojos diminutos. No había un solo detalle que no denotara a alguien inocente e inofensivo.

El cambio en Cao Chun Hua fue mucho más drástico. Sin importar lo que pensara en su corazón, no pudo evitar que su cuerpo creciera en el marco de un hombre adulto. Era difícil retener la misma clase de apariencia neutra en su juventud. No tuvo elección más que admitir que en verdad era un “hombre podrido” y volver a vestirse con indumentaria masculina. Incluso así, continuaba vacilante a dejarlo ir y escogió el nombre de Cao Chun Hua: a excepción de él mismo, nadie podía decir cómo era diferente Chun Hua de Niang Zi[2].

–¿Cómo es que todavía no podemos pasar? –preguntó Cao Chun Hua, estirando su cuello. – No he visto al Marqués durante varios años, no he sido capaz de dormir estos últimos días.

Chang Geng lo miró sombríamente, dándole silenciosamente otro punto a Cao Chun Hua. Esperaría hasta juntar palabras tales como “el Marqués de mi familia” un total de cincuenta veces de la boca de esta persona, entonces le daría una paliza.

Cao Chun Hua aún no estaba al tanto de esto, preguntó de nuevo: –Hermano mayor, esta vez, cuando regreses a la capital, ¿heredarás tu estatus real? Escuché que el anterior Emperador había preparado para ti la mansión Yanbei Wang. Entonces, ¿te mudarás o continuarás viviendo en la mansión del Marqués?

Chang Geng se sorprendió por un momento, luego sonrió amargamente: –Eso dependerá de si el Marqués aún me quiere ahí o no.

Mirando hacia atrás, Chang Geng no podía imaginarse como se las arregló ese año para reunir el coraje para dejar la mansión, para dejar a Gu Yun.

No encontrándose con él estaba bien, pero en esta ocasión que ya se había reunido con Gu Yun en Sichuan, sintió como si se hubiera encontrado cara a cara con su destino. Incluso si era golpeado hasta la muerte, todavía le sería difícil acumular la determinación que reunió ese año.

Chen Qing Xu le había dicho “permanezca en calma, no deje que sus pensamientos se desenfrenen”, por supuesto, esto tenía un papel restringiendo la actuación del Hueso de la Impureza. Pero las emociones humanas, alegría o enojo, felicidad o sufrimiento, estaban todas atadas unas con otras. Conteniendo el enojo y el resentimiento, la felicidad también se desvanecería naturalmente con el paso del tiempo.

Uno se convertiría en algo similar a un pasto sin sol: a pesar de que podía permanecer vivo, todos sus colores se habían desvanecido.

Chang Geng pensó que estaba a punto de convertirse en Buda.

Hasta que se encontró de nuevo con Gu Yun.

Sin mencionar el agotamiento de viajar junto con Gu Yun, si no estaban lidiando con rebeldes todo el día, entonces era combatiendo contra los bandidos. Pero el corazón de Chang Geng estaba siempre lleno con una felicidad irracional, ansioso y expectante: como si al abrir sus ojos en la mañana, ya pudiera saber que algo bueno ocurriría.

A pesar de que sabía que nada bueno ocurriría, el Hueso de la Impureza aún venía visitarlo cada noche.

Si heredaba su título, ¿Gu Yun todavía lo dejaría quedarse?

Pensando racionalmente, Gu Yun definitivamente le permitiría quedarse, la mansión estaría dispuesta a tenerlo al menos hasta que él se casara oficialmente. Si permanecía soltero, quizás podría continuar quedándose ahí para siempre.

Esta idea era demasiado buena, Chang Geng tuvo que reunir la fuerza de nueve bueyes y dos tigres para evitar que una sonrisa tonta se formara en su rostro.

Esperaron durante media hora hasta que Gu Yun salió.

Los pasajes secretos de la montaña se parecían a una enorme tela de araña, extendiéndose en todas direcciones, todos los lados estaban conectados. Gu Yun tuvo que cortar más de cuarenta cabezas en total, excluyendo algunas tonterías de los pocos que fueron asustados hasta las lágrimas, y finalmente encontró la entrada de los sesenta y cuatro pasajes secretos.

Ge Chen estaba impresionado después de que escuchar esto: –¿Qué? Nosotros dos, hermanos, hemos estado en esta montaña pretendiendo ser sus habitantes por más de medio año, sólo para encontrar más de treinta entradas, ¿cómo pudo el Marqués ingeniárselas para descubrir más de sesenta tan pronto como llegó?

–Si ustedes no hubieran llegado al fondo del asunto, no hubiera sido capaz de interceptarlos, ni qué decir de interrogarlos. –Gu Yun miró a Ge Chen, tratando de contenerse por un momento, al final, no fue capaz de controlarse, agitando su mano: –Ven aquí.

Ge Chen pensó que el Mariscal tenía que instruirle algo de importancia, acercándose ansiosamente. Inesperadamente, Gu Yun extendió su mano para pellizcar su mejilla.

Gu Yun había querido hacer esto durante largo tiempo, su mal hábito de que le picaran las manos pronto se había convertido en una enfermedad terminal. Cuando fuera que hubiera algo que pudiera sentir con su mano, no podía evitar querer pellizcarlo.

–Es tan divertido. –Gu Yun lo pellizcó por un rato, pensando mientras aún se sentía insatisfecho: “¿cómo puede ser esto posible?”

Ge Chen: –…

Los ojos de tigre de Cao Chun Hua estaban llenos de afecto y envidia. Murmuró: –El trato del Marqués es injusto, ¿por qué no pellizca mi cara?

No se atrevía decir esto en frente de Gu Yun, por lo que sólo Chang Geng fue capaz de escucharlo. Chang Geng pensó, “De acuerdo, cuarenta y ocho veces”.

Cao Chun Hua sintió un escalofrío inexplicable. Miró alrededor por un momento, sintiendo repentinamente un presentimiento ominoso en su corazón.

Gu Yun siguió la confesión de Jing Xu para hacer un dibujo de esa zona. Después les ordenó a unas personas echar humo a través de las entradas y salidas secretas, ahumando durante tres días, convirtiendo la enorme montaña en una chimenea. Murciélagos, ratones, insectos venenosos… sin importar si eran grandes o pequeños, huyeron junto con sus familias, pero al final, la persona a la que Gu Yun quería capturar todavía no se veía por ninguna parte.

Varios soldados se ofrecieron voluntarios para atarse una cuerda y penetrar dentro de los pasajes secretos a explorar. Habían buscado desde el amanecer hasta la medianoche dentro de cada una de las sesenta y cuatro entradas y salidas, pero no fueron capaces de encontrar ni un solo cabello, sólo el juego de mesa que Jing Xu mencionó.

Durante el cuarto día, un subordinado fue a reportar, después de revisar en el lado de Kuai Lan Tu, en realidad descubrieron a una persona sospechosa: era un huésped a quien Kuai Lan Tu mantenían su casa, llamado Wang Bu Fan[3], un nombre que instantáneamente sonaba como un alias.

Este huésped normalmente no salía a ver a otras personas, pero unos pocos confidentes de Kuai Lan Tu sabían que le tenía mucha confianza a este hombre y era altamente respetado, le había dedicado un patio privado en su mansión, ordenándole a sus sirvientes de confianza y hermosas sirvientas acompañarlo.

Gu Yun: –¿Dónde se encuentra este “Bu Fan” ahora?

El subordinado respondió: –Ya huyó, los sirvientes murieron envenenados sin que nadie se diera cuenta. Cuando las personas en la residencia descubrieron esto, los huesos ya se habían enfriado.

–Mariscal, –en este momento, otro miembro de la caballería se acercó y dijo: –fuimos a revisar algunas de las locaciones para esconder el ziliujin transportado acorde a la confesión de Jing Xu, pero estaban completamente vacías, no dejaron atrás ni siquiera una pieza de papel.

Gu Yun giró silenciosamente las viejas cuentas budistas en su mano. El misterioso huésped al lado de Kuai Lan Tu, el “Maestro Ja” en la historia de Jing Xu… todo parecía ser accidental a la vista, pero Gu Yun podía sentir con un instinto inexplicable, que este asunto envolvía una conspiración extremadamente grande.

Esas personas habían estado agitando secretamente la Frontera Sur. Llegaron sin que nadie lo supiera y luego desaparecieron sin dejar rastro. Su identidad se volvió un misterio, su propósito también.

Parecían ser enemigos, pero al mismo tiempo, daban la impresión de haber asistido para exterminar a esos bandidos.

Gu Yun no podía imaginárselo, al final, ¿fue él quien estropeó su plan o se fue directo de cabeza en el de ellos?  

La persona por quien Gu Yun había volcado la tierra buscado se encontraba actualmente abordando una pequeña nave de carga en la superficie del Mar del Sur.

El Maestro Ja ya se había cambiado de vuelta a la complicada vestimenta occidental, inclinándose para mirar un mapa. La vasta extensión de la Gran Liang estaba en este pequeño dibujo de piel. Estaba sosteniendo una pluma, pintando un pequeño círculo rojo en la Frontera Sur.

Junto con ese, ya había otros tres círculos rojos sobre el viejo mapa: los otros dos estaban en la Frontera Norte y el Mar del Este.

La punta de la pluma del Maestro Ja vaciló por un momento sobre el mapa y finalmente aterrizó en la entrada de la Ruta de la Seda en el oeste.

–Por el día de hoy, nuestra trampa ha sido colocada perfectamente. –el Maestro Ja sonrió. –Sólo se necesita una mecha, tan pronto como haga ignición, explotará con un bang

Wang Bu Fan, cuya apariencia semejaba a la de la gente de los Planos Centrales, continuó sus palabras: –…envolviendo los Planos Centrales en un mar de llamas.

Los dos se miraron el uno al otro y sonrieron. Cada uno levantó su copa, haciéndolas tintinear juntas.

Con una situación a tan gran escala ocurriendo en la Frontera Sur, en el palacio, el Emperador estaba, por supuesto, muy enojado, urgiendo a Gu Yun para que escoltara rápidamente a los líderes bandidos y al general traidor de vuelta a la capital.

Gu Yun tuvo que dejar de lado temporalmente sus dudas y partir hacia el norte.

Pero recordando que esta vez su preciado hijo estaba dispuesto a regresar con él, la mansión estaría animada una vez más y pudo sentirse un tanto ansioso con respecto a este viaje de regreso a la capital.

–Se ha vuelto mucho más adorable después de crecer, –el “viejo” Gu Yun se sentía muy reconfortado, elogiándolo secretamente con Shen Yi. –es sólo que de pronto se volvió tan sensible, que todavía no me he acostumbrado por completo a eso.

–Despreciable. –comentó Shen Yi en una forma simple y concisa. Luego, como resultado, se encontró tragándose un latigazo como deseaba.

Shen Yi preguntó: –Por cierto, después de capturar a Fu Zhi Cheng, ¿qué planeas hacer?

Gu Yun dejó de bromear y se quedó en silencio por un momento. Entonces habló con toda seriedad: –Ji Ping, la verdad es que siempre pensado acerca de todos estos años, el que me sigas de esta forma, ¿no es un desperdicio de talento?

Shen Yi le dirigió una mirada silenciosa.

Gu Yun: –Posees vastos conocimientos. Tus habilidades literarias podrían entrar a Han Lin, tus artes marciales pueden traer paz al territorio, escondiéndote en el Instituto Ling Shu y en el Campamento del Hierro Negro durante tantos años, es momento de que te muestres…

A pesar de que ya había escuchado a Chang Geng analizarlo, pero al escuchar a Gu Yun diciéndolo, Shen Yi no pudo evitar sentirse conmovido por dentro.

Los dos hombres eran compañeros y amigos. A pesar de que compartían una relación muy unida: a través de la vida y la muerte, se tenían la suficiente confianza incluso para dejar a su esposa e hijos en las manos del otro si algo fuera ocurrir; pero con la boca de perro de Gu Yun que no podía escupir marfil, éste nunca antes había expresado su apreciación hacia él directamente.

Shen Yi podía sentir tus ojos punzar: –Zi Xi, en verdad no tienes que…

–Además, también lo siento mucho. –añadió Gu Yun con seriedad. –Tú ves, con un hombre tan hermoso como yo, nacido de los cielos, criado por parientes; estando siempre cerca y bloqueando tus capullos de durazno, provocándote soltería durante todos estos años. En verdad es… tch, todo es mi culpa.

Shen Yi: –…

Este “hermoso hombre nacido de los cielos, criado por parientes” marcó el final de su máximo de dos oraciones sensibles al día, a punto de ir directo al contenido sin sentido. Shen Yi fue forzado a hacer retroceder una bocanada con todas las cosas que quería decir atoradas en su garganta, tosiendo, luego dio marcha a su caballo y huyó.

Chang Geng vio esto desde no muy lejos, tomando rápidamente la oportunidad para acercarse, ocupando la posición de Shen Yi, cabalgando al lado de Gu Yun: –¿Cómo es que el General Shen huyó de nuevo?

Gu Yun sonrió, frotándose la nariz.

Chang Geng vio que había una hoja sobre su Armadura Ligera, extendió el brazo para quitársela de encima y dijo cuidadosamente: –Yifu, incluso las armaduras más ligeras pesan al menos veinte kilos, ¿vamos a quitarla para aliviar tu cuerpo?

Gu Yun no se opuso, dejando que Chang Geng extendiera su brazo para desmantelar la Armadura Ligera pieza por pieza. Estaban muy cerca, los dos caballos de alguna manera se habían gustado entre sí y comenzaron a ponerse íntimos.

Gu Yun usó una mano para empujar la cabeza de su caballo a un lado, y lo reprendió: –No seas impropio.

La armadura en su brazo estaba desmantelada a la mitad. Con este movimiento, casi sale volando desde su muñeca incluso llevándose con ella algo más dentro de su manga.

Chang Geng reaccionó rápido y lo atrapó a tiempo. Descubrió que en realidad era una flauta de bambú elaborada con una manufactura muy simple y tosca.

Referencias

Referencias
1 Un juego en el cual los jugadores se sientan en un círculo pasándose una flor mientras se toca un tambor.
2 Chun Hua significa “Flores de Primavera” y Niang Zi “dama”.
3 Bu Fan significa “fuera de lo ordinario”.

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