44. Contienda
Con esta ave divina en sus manos, ¿quién demonios era el Marqués del Orden?
Esta única sentencia del explorador Águila Negra había despertado por completo a Gu Yun.
–Águila, –preguntó de nuevo en voz baja. –¿en verdad no te estás equivocando?
Explorador Águila Negra: –Su subordinado puede garantizárselo con su propia cabeza: esto es cierto.
El “Águila” era el más único de todos los servicios militares. A pesar de que no era el que consumía más combustible, era extremadamente difícil de mantener y cuidar, requerían ser reparadas por los expertos del Instituto Ling Shu cada año, el costo total seguramente no sería más económico que el de las Armaduras Pesadas.
En contraste, las Armaduras Pesadas eran vistas con mucha más frecuencia. En varias tropas militares, incluso los guardias de Kuai Lan Tu, tenían varios juegos de armaduras que habían sobrepasado el nivel autorizado. No obstante, viendo a la totalidad de la Gran Liang, solo la facción de las Águilas: el Águila Negra, podía estar completamente desarrollada.
¿De dónde provenían las Águilas de esos bandidos?
¿Robadas del Campamento del Hierro Negro?
Gu Yun se incorporó y salió con grandes zancadas. Las personas en la guarida de Xing Zi Lin estaban tensas. Fu Zhi Cheng, a quien habían despojado de su arma, estaba arrodillado en el medio, cuando vio a Gu Yun gritó con fuerza: –¡Mariscal! ¡Mariscal, he sido tratado injustamente!
Gu Yun alzó su pierna y lo pateó en medio del pecho. Fu Zhi Cheng, un hombre fuerte y robusto, fue mandado a volar. Escupió una bocanada de sangre, tosiendo y rodando sobre el suelo, incapaz de hablar.
–¿Has sido tratado injustamente? –dijo fríamente Gu Yun. –Bastardo, ha criado a un grupo de rebeldes bajo sus narices, Armaduras Ligeras y Pesadas, flechas de Arcoíris Blanco montadas a tres kilómetros, incluso pudieron obtener el Águila. Comparado con la Marina de Jiangnan, esto es mucho más pródigo. ¡Tiene bastantes habilidades Fu Zhi Cheng!
Fu Zhi Cheng forcejeó sobre el suelo, su expresión de sorpresa no parecía ser fingida. Suplicó continuamente: –Mariscal, lo juro por los cielos, no sé de dónde vienen sus Águilas de hierro, ¡ni siquiera mi guarnición en la Frontera Sur tiene Águilas!
Shen Yi murmuró: –Mariscal, he intentado investigarlo durante la noche, incluso el mismo General Fu no puede decir de dónde proviene todo el ziliujin. Solo admitió decirle a Jing Xu que fuera a contactar gente.
–Este idiota, conspirando con un tigre y todavía cree que crio a un gato. –Gu Yun observó a Fu Zhi Cheng por un momento. –Continúa investigando, toma el mapa: todas las tropas prepárense, prepárense para rodear a los rebeldes, la guarnición de la Frontera Sur estará temporalmente bajo mis órdenes de momento, ¡cualquier transgresor será castigado por la ley militar!
Habló mientras extendía su brazo y equipaba su armadura, pero no pudo encontrar su arco cuando lo buscó alrededor. Solo entonces recordó que su arco y flechas habían sido regalados a Chang Geng.
Gu Yun estaba ligeramente sorprendido, preguntó: –¿Dónde está Chang Geng?
En este momento, Jing Xu se encontraba cruzando rápidamente a través del largo e interminable pasaje secreto dentro de la montaña, donde un individuo ya se encontraba esperándolo.
Él era un hombre alto. Sus rasgos faciales bajo la lámpara de vapor eran agudos como un cuchillo. Había una profunda arruga en la esquina de su boca. Su edad exacta no podía visualizarse y no había forma de decir de qué país extranjero provenía. En resumen, no era de los Planos Centrales.
Su rostro estaba bronceado por el sol y la piel que había sido expuesta al exterior estaba envuelta en una capa de color, curtida por el clima. Sus ojos ligeramente azules estaban contemplando una enorme “mesa de arena”[1]NTE. Mesa de Arena. En lo militar un uso común para una mesa de arena es hacer modelos de terreno para planificación militar y juegos de guerra..
De frente a esta persona, Jing Xu mostró extrema precaución: –Maestro Ja, ¿caerá ese tal Gu Yun en la trampa?
El “Maestro Ja” levantó su rostro y miro a Jing Xu: –Puede que hayas sido capaz de engañarlo para que viniera, pero es imposible contenerlo. El Marqués del Orden ha estado en el campo de batalla desde que era un niño. Sólo necesita dar un vistazo para saber que esas armaduras de acero tuyas volando en el cielo y corriendo sobre el suelo no tienen ningún verdadero poder de batalla contra el Campamento del Hierro Negro.
Jing Xu: –Entonces…
El Maestro Ja levantó un dedo: –Recuerda lo que te he dicho, el Campamento del Hierro Negro fue construido por tres generaciones. Es una de las fuerzas militares de clase más alta a nivel mundial, un arma maliciosa que se ha adelantado a nuestro tiempo. No albergues ninguna esperanza de poder desafiarlos directamente, no serán nada más que un gigante combatiendo contra un niño. Lo que tenemos que hacer solo es guiar al tigre lejos de la montaña brevemente y retrasarlos por un momento.
Sus dedos dieron unos ligeros toques sobre la mesa de arena: –Gu Yun será conducido aquí por las Águilas y las Armaduras Pesadas que hemos dejado a la luz, a pesar de que no podremos retenerlo por un largo tiempo: pero acabo de recibir un mensaje… Fu Zhi Cheng te ha ayudado parcialmente, ha desplazado a la mayoría de las tropas a Xing Zi Lin. Ahora la defensa interna de las tropas estacionadas en la guarnición de la Frontera Sur se encuentra completamente vacía, y la gente que se quedó atrás ni siquiera sabe que has cambiado de bando.
Los ojos de Jing Xu se iluminaron.
–Solo necesitas hacer lo que has hecho cada vez que contrabandeas ziliujin para Fu Zhi Cheng, oculta gente en la caja de envíos, aquellos en el almacén del suroeste no te detendrán ni se revelarán a sí mismos. Cuando ese momento llegue, ambos lados, desde adentro y afuera, se asistirán el uno al otro. –el Maestro Ja hizo un ademan como cortando hacia abajo. –En el tiempo que toma terminarse una taza de té, ya habrás podido tomar el almacén del suroeste.
Había una gran cantidad de ziliujin en el área de almacén del suroeste. Mientras una persona permaneciera ahí con una antorcha, qué decir del Campamento del Hierro Negro, ni siquiera los dioses se atreverían a dar un paso hacia adelante.
–Hay miles de kilos de ziliujin ahí. Una vez que se quemen, ni siquiera el mismísimo Marqués del Orden podrá cargar con ese crimen. –el Maestro Ja balanceó suavemente la lámpara de vapor pendiendo sobre la mesa de arena, provocando que sus ojos destellaran en la oscuridad, sus labios revelaron una sonrisa insondable: –Tendrás muchísimo espacio para negociar con la corte.
Podría decirse que sus planes no tenían una apertura, pero en ese momento, en la tierra de la Frontera Sur, había otra fuerza que aún no había salido a la luz.
Antes de que el Campamento del Hierro Negro hiciera su movimiento, Chang Geng en Xing Zi Lin recibió un segundo pájaro de madera
El primero que voló ahí fue liberado de inmediato. Shen Yi ni siquiera consiguió tocar una de sus plumas. Viendo al segundo entrar volando, la baba de Shen Yi caía fluyendo casi un metro, se acercó con ansias, frotando sus manos: –Su Alteza, ve… ¿Puedo abrir este por usted?
Chang Geng se lo tendió generosamente. El pájaro de madera en verdad era tan bueno como si uno real. Cuando lo sostenía entre sus manos, aparte de la dureza que lo distinguía de un ave real, no había otra diferencia
Shen Yi sostuvo el ave divina con sus dos palmas, sintiendo que su corazón estaba a punto de derretirse: –¡Sabe cómo asentir e incluso cómo picotear!
–… –Gu Yun: –Vieja criada, no hagas nada embarazoso.
Con esta ave divina en sus manos, ¿quién demonios era el Marqués del Orden?
Shen Yi no le prestó ninguna atención. Tocando la espalda del pájaro de madera apasionadamente, buscó con cuidado el mecanismo en su vientre.
Shen Yi; –Entonces lo abriré ahora.
Chang Geng: –Espere, primero debe sacudir…
Él todavía no terminaba sus palabras, pero Shen Yi ya había removido el vientre del pájaro de madera. Resultaba que este pequeño vientre ocultaba un secreto. Tan pronto como la cubierta se abrió, una pieza de papel salió disparada hacia fuera como una bala de cañón, golpeando directo contra el recto puente de la nariz del General Shen, casi causándole una hemorragia nasal, luego cubriendo su rostro en un parpadeo.
Shen Yi: –…
Un ave tan grande como una palma ocultaba un trozo de papel que cubrió toda la pared.
–Tiene que sacudirlo primero, –Chang Geng tuvo ahora la oportunidad de terminar sus palabras. –porque como el espacio en el interior del ave es limitado, en ocasiones utilizan “papel de textura de mar” …
Cuando Shen Yi escuchó esto, independientemente de las lágrimas que continuaban en sus ojos por recibir el golpe, continuó hablando sin parar: –¡Oh, papel de textura de mar! ¡este lo conozco! Es un tipo de papel elaborado empleando una técnica especial. No importa qué tan grande sea su tamaño, puede ser comprimido en una píldora. La tinta no se desvanecerá, ¡e incluso se auto-reparará cuando se deja fuera durante un largo tiempo!
No había nada en el mundo que pudiera detener las incesantes explicaciones del General Shen, ni siquiera una nariz sangrante.
“¿Por qué no tan solo le rompió la boca?” pensó Gu Yun sin simpatía, sujetando el trozo de papel que parecía un arma.
Era el dibujo de un “Águila”: desde las dos alas hasta la caja dorada, e incluso la máscara protectora, todo fue pintado en una forma realista y detallada, firmado con un gran carácter “Ge”.
–¿Ésta es el Águila en manos de los bandidos? –aunque Gu Yun no era un mecánico, como cada variedad de armaduras de batalla era también la mitad de su cuerpo, podía notar con una sola mirada cuál era diferencia entre el Águila Negra y el “Águila” en el dibujo: –Han ahorrado mucho en los materiales.
Shen Yi se cubrió la nariz, dio un vistazo y dijo: –Creo que comparada al Águila Negra, su peso es más ligero por al menos un traje de Armadura Ligera, quizás querían ahorrar combustible.
–Incluso un cometa de papel es más eficiente con el combustible… –dijo Gu Yun, su oración todavía no estaba terminada cuando se expresión cambio súbitamente. –¡un momento!
A pesar de que esta “Águila” no eran nada más que una almohada decorada, su diseñador sin duda estaba al tanto del mecanismo de trabajo de las Águilas, ellos deberían saber que estas armaduras no tenían poder de combate El otro bando estaba colgando esas Águilas tan alto, indudablemente pretendían guiar al tigre lejos de la montaña.
La pregunta era, ¿dónde estaba esta “montaña”?
Había un dicho que decía que, cuando se combatía con una serpiente, uno debe golpear a dieciocho centímetros de su cabeza[2]El dicho dice que el corazón de una serpiente se encuentra a 18cm (7 pulgadas) de su cabeza.. La pregunta era, ¿dónde estaban el corazón de la guarnición de la Frontera Sur… e incluso el del Gu Yun, situados?
Gu Yun repentinamente se volvió así Fu Zhi Cheng: –¿Normalmente dónde permites que manden los bandidos el ziliujin?
El rostro de Fu Zhi Cheng estaba cubierto de sangre, miró a Gu Yun confundido por un momento, luego finalmente pudo reaccionar a lo que estaba ocurriendo. Su rostro mostró una mirada errante: el admitir contrabandear ziliujin, ¿no era lo mismo que adjudicarse a sí mismo el crimen de rebelión?
En ese momento, Chang Geng dijo suavemente por detrás de Gu Yun: –El General Fu debe pensarlo claramente: el Inspector Kuai ha muerto en sus manos, el Maestro Sun del Ministerio de Guerra estaba ahí como testigo, su crimen de rebelión y asesinato es cierto independientemente de la razón. Una persona que está destinada a morir, ¿cuál es la diferencia entre morir en la capital y simplemente morir aquí?
Fu Zhi Cheng nunca había visto una persona tan elegante y amable como Su Alteza. Cuando vio por primera vez a este joven, podría haber sospechado que ni siquiera era capaz de mover un barril. No obstante, en esta ocasión, no tenía duda de que, si no cooperaba, el “académico” Cuarto Príncipe podía matarlo con una espada.
Gu Yun continuó en forma oportuna: –Si entiende su situación aún tiene la oportunidad de expiar sus pecados y hacer lo correcto.
Los labios de Fu Zhi Cheng temblaron durante un largo rato, su voz era inestable: –El almacén del suroeste, no tengo ningún otro lugar. Siempre he permitido que Jing Xu mande el ziliujin ahí, no necesito mover ni una sola gota a mi residencia.
Gu Yun se incorporó.
–¡Mariscal! –le gritó repentinamente Fu Zhi Cheng; –Este apellidado Fu ha asesinado y encendido el fuego, excavando las tumbas y dando vuelta a las lápidas, no hay maldad que no haya cometido, pero nunca albergué motivos ocultos. Yo mismo siento que nunca he decepcionado a Su Majestad, pero ahora que he caído en este final, ¿qué pensarían otros camaradas y hermanos si se enteraran? Mariscal, ¿qué es lo que piensa en su corazón?
Gu Yun le dirigió una mirada profunda.
Por un momento, Fu Zhi Cheng pensó que se las había arreglado para tocar a Gu Yun.
Sin embargo, Gu Yun no fue provocado por sus emociones ni se enfureció. Su cara parecía estar cubierta con una máscara que no podía ser penetrada ni siquiera por los vientos furiosos y las tormentas, volviéndose para irse: –¿Puede controlar lo que pienso?
“–Ji Ping, toma las Águilas y ve un paso adelante, asegúrate de tomar el almacén del suroeste antes que los bandidos, Xiao An…
El pequeño soldado del Campamento del Hierro Negro que siguió a Chang Geng en Sichuan dio un paso adelante de la línea al ser nombrado.
Gu Yun: –Lidera a una rama de las tropas de la guarnición de la Frontera Sur y pretende atacar las colinas donde los bandidos se reunieron.
Xiao An: –¡Entendido!
–Espera, –dijo Gu Yun. –toma sus armaduras y salpica un poco de tinta negra sobre ellas. No tiene que ser muy realista, sólo se flexible.
Éste truco lo aprendió de Liao Ran. Xiao An estaba sorprendido al inicio, entonces comprendió de inmediato la intención de Gu Yun y corrió con júbilo.
Los tres líderes principales de los bandidos en la Frontera Sur ya habían terminado de examinar a sus subordinados, Jing Xu contempló al grupo insonoro de bandidos frente a él. En un instante, también sintió el orgullo y el regocijo de tener a miles de tropas en sus manos.
Hizo un gesto de rezo hacia el cielo en lo alto y elevó su voz: –Las guarniciones locales han dejado que sus armaduras corran desbocadas. El Campamento del Hierro Negro es como un demonio cuervo descendiendo del cielo, su fama se extiende más allá de los océanos. La milicia en la Gran Liang es así de fuerte. No obstante, en los últimos diez años, Fujian y la Marina de Jiangnan, ambas se han rebelado previamente, ¿cuál es la razón de esto?
“–De no ser por un gobernante incompetente en el poder, permitiendo que sus súbditos aduladores anden desenfrenados, ¿por qué deberíamos nosotros, las personas comunes, ser como una polilla en el fuego y poner nuestras vidas sobre la línea? Hoy, nosotros hermanos, hemos sido forzados a un punto muerto, nuestras vidas y las vidas de nuestras familias han sido colocadas sobre el delgado hielo, sólo queda el camino hacia la muerte bajo nuestros pies
“–Pero si no nos arriesgamos a morir, ¿cómo podríamos encontrar la esperanza para sobrevivir? ¿Están ustedes, caballeros, dispuestos a unírseme por la sangre, a buscar una causa común, compartir las bendiciones y cargar con los desastres juntos?
Los bandidos de la montaña sólo habían robado durante toda su vida, el número de palabras que reconocieron no fueron tantas como sus propios dedos. La voz tranquila de Jing Xu había provocado que la sangre se les subiera a la cabeza en un instante, sintiéndose como si hubieran sido colocados en el rango de la realeza.
Jing Xu tomó una copa de vino que le tendió uno de sus hombres, se la bebió de un trago y arrojó la copa del suelo: –¡Éxito o fracaso dependerá de este único movimiento!
Todos los bandidos bebieron para ganar valor, aplastando sus copas y saliendo de la espaciosa cámara secreta uno tras otro.
Jing Xu se dio la vuelta para mirar al Maestro Ja. Este misterioso extranjero una vez actuó como conexión desde el Mar del Sur cuando él contrabandeaba ziliujin para Fu Zhi Cheng. Había vivido en los Planos Centrales durante quién sabe cuántos años, extremadamente inteligente.
Justo ahora, mientras el Maestro Ja escuchaba el discurso de valentía de Jing Xu que se alzó desde el fondo de su corazón, no hubo ni el más ligero rastro de cambio en su rostro. La lámpara de vapor profundizaba y extendía la arruga en su rostro, permaneciendo en un lugar que no estaban ni oscuro ni iluminado, revelando una ligera sonrisa de burla.
La primera vez que Jing Xu cortó una parte del ziliujin para Fu Zhi Cheng, quiso venderlo a través del Maestro Ja, a cambio de oro y plata para dormir cada día. En ese entonces, el Maestro Ja lo persuadió de todo corazón para que conservara todo el ziliujin, lo transfiriera a otro lugar seguro y entonces comenzara a reunir armamento. Incluso le advirtió de no almacenar las armaduras y armas colectadas en el mismo lugar que el dinero.
Resultaba que este extranjero impredecible parecía haber anticipado la situación actual desde hacía mucho tiempo.
Una interrogante emergió repentinamente en el corazón de Jing Xu, el desconfiado líder bandido. Pensó: “¿en verdad es este Maestro Ja sólo una cabeza de serpiente en la venta de ziliujin?”
En este momento, uno de sus hombres llegó de improvisto reportar: –¡Hermano mayor, puedo ver a una persona usando una Armadura Negra subiendo al lugar donde dejamos el “Águila”!
Las dudas que acababa de echar raíces en su corazón fueron sobrecogidas por el éxtasis: –El Maestro Ja tiene razón, en verdad fueron engañados, habiliten el arco Arcoíris Blanco. ¡Retengámoslos durante el mayor tiempo que podamos! ¡Todo el ejército se aceleró como lo planeado! ¡Rápido!
En este momento, un equipo imperceptible de escoltas de ziliujin se acercaba silenciosamente al almacén del suroeste. En la entrada, el hombre al frente levantó ligeramente su máscara protectora, revelando su rostro al líder de escuadra, –Soy yo.
Con el contrabando de ziliujin, entre menos gente estuviera enterada, mejor. Por lo tanto, tanto en el lado de los envíos de Jing Xu como en el lado en la recepción de Fu Zhi Cheng, todos usaban confidentes de entre los suyos. El líder del escuadrón del almacén servía como una conexión a los bandidos desde el interior de la guarnición sur. Fu Zhi Cheng le había pedido no hacer nunca ningún sonido cada vez que recibía el ziliujin, todo debía ser transportado en silencio.
Acorde a la práctica habitual, el capitán no haría ni una sola pregunta enfrente de ellos, agitando su mano con una expresión natural y los dejaría entrar. Además, caminaría familiarmente con ellos hasta la bodega de ziliujin. Pero ese día, después de que el capitán dio dos pasos, nadie supo qué fantasma lo poseyó, él preguntó abruptamente: –Recuerdo que su gente acaba de mandar una tanda hace unos días, ¿cómo es que hay otro envío tan rápido?
El rostro entero del bandido escoltando el ziliujin estaba oculto bajo la máscara, dijo con una voz resentida: –Este es un asunto entre el Maestro y mi hermano mayor, ¿cómo puedo yo saber?
De alguna forma el capitán estaba en algún estado de trance, hablando mientras buscaba las llaves: –Al decir verdad, nuestro Maestro movilizó a más de la mitad de la gente con él el día de ayer, nadie sabe qué ha ocurrido.
El bandido usando el casco observó sus movimientos para abrir la bodega, lamiéndose los labios subconscientemente, apresurándolo con rudeza: –Todos estamos cumpliendo órdenes aquí, nosotros tampoco sabemos, ¡abre la puerta!
La mano del capitán girando la llave se detuvo de repente, se volvió hacia y frunció el ceño: –Como que siento que hoy estas…
Enmudeció, pudo ver a un bandido apuntando un pequeño arco hacia su garganta a tres pasos de distancia.
El capitán tembló, y los bandidos de montaña supieron de inmediato que habían sido descubiertos, así que simplemente decidieron terminar el trabajo. Su líder volteó su mano, la flecha corta en el arco se precipitó hacia la garganta del capitán de escuadrón. El aliento que inhaló preparándose para gritar finalmente no tuvo oportunidad de salir de nuevo.
El bandido con el casco dio un paso hacia delante, tomó por los hombros el cuerpo del capitán caído y alargó su brazo hacia la llave de la puerta de la bodega…
El corazón estaba a punto de salírsele el pecho: porque tan pronto como esa puerta estuviera abierta: diez mil tropas de la Frontera Sur, tres mil cuervos de Hierro Negro, todos ellos quedarían a su merced.
En este momento, escuchó repentinamente un chillido en su oreja. El bandido todavía no regresaba sus sentidos de la emoción, y cuando miró atrás inconscientemente, vio que todos sus hombres estaban aterrorizados. Fue sólo entonces que sintió que su brazo no estaba bien: la mano que sostenía las llaves había sido atravesada por una flecha de hierro que descendió desde los cielos, sólo unos centímetros de carne continuaban conectados con su brazo.
La mitad de la mano explotada sostenía la llave de la bodega con fuerza, bloqueando el camino, incapaz de girar.
El bandido finalmente soltó un grito que no parecía una voz humana.
Con tan sólo un pequeño retraso, las Águilas persiguiéndolos habían arribado. Sin bajar el arco y la flecha, Shen Yi aterrizó directamente en lo alto de la bodega de ziliujin, sacando el Emblema del Tigre Negro. Una cuerda colgaba por debajo: como si fuera a obtener dos por el precio de uno, donde pendía la primera Orden de Percusión de la Gran Liang.
Permaneció de pie, detrás de la armadura de Águila estaban un par de alas oscuras como una nube, diciéndole a las tropas de la guarnición de la Frontera Sur en el almacén que se encontraban estupefactas: –El Emblema del Tigre Negro y la Orden de Percusión se encuentran aquí. Bajo el mando del Marqués del Orden, tomaré la autoridad sobre el almacén del suroeste. Este lugar ahora está restringido, ¡cualquier criminal será ejecutado en el acto!
Los tres líderes bandidos de la Frontera Sur todavía no estaban al tanto de que la situación había cambiado. En ese momento, se habían dividido en tres rutas, guiando a sus subordinados para salir desde las profundidades de la tierra, apresurándose deseosos hacia el suroeste.
En este momento, Jing Xu escuchó repentinamente el sonido del metal chocando, como si objetos pesados colisionando con piedras estuvieran rodando montaña abajo, miró hacia arriba inconscientemente…
Una cabeza humana envuelta en una Armadura Pesada rodaba por la ladera de la colina.
Él mismo había ocultado esta Armadura Pesada en el carro escoltando ziliujin que pretendía escabullirse en el almacén del suroeste.
Jing Xu se puso rígido…
Sólo pudo ver las tropas de la guarnición de la Frontera Sur en los planos de las montañas, con Armaduras Negras ocultas en el interior. Innumerables flechas afiladas estaban apuntándoles desde lo alto de la montaña: en este momento, la otra mitad de la fuerza de Jing Xu continuaba atorada dentro del pasaje secreto.