35. Intranquilo

Pensó que ya no podía permanecer más en la mansión o al lado de Gu Yun.

Gu Yun deliberadamente intentó estabilizar su respiración, pero al final, su cuerpo continuaba temblando involuntariamente después de cada inhalación. Un momento atrás, mientras se erguía alto como un mástil, los demás no fueron capaces de detectarlo. Pero justo en ese momento, mientras Chang Geng lo sujetaba, sintió una especie de severo dolor abriéndose paso dentro de su cuerpo.

Gu Yun jadeó suavemente por un rato, una arruga difícil de detectar se formó entre sus cejas. Sonrió casualmente a Chang Geng mientras mentía: –Ya, ya, solo una persona de Dong Ying, déjame tocar tu cabello y ya no habrá nada que temer[1]…no me sujetes tan fuerte.

Chang Geng: –…

Le dolió y, al mismo tiempo, sintió una urgencia por matarlo.

Gu Yun se apoyó usando la vaina de la cuchilla Dong Ying, poniéndose de pie una vez más. Las venas de sangre azulada eran visibles en el dorso de su pálida mano, luciendo como si pudieran salirse de su piel.

El cuenco de vino que Chen Qing Xu le dio contenía su medicina habitual, Gu Yun pudo saberlo al instante con solo olfateo. Vaciló entre “ciego y sordo” e “intenso dolor de cabeza, pero poder ver con claridad”: por supuesto, la última opción fue elegida.

De hecho, no sería un problema incluso si no tomaba la medicina. Después de todo, Gu Yun no sabía de antemano que el “músico” del Pabellón Lin Yuan era en realidad la nieta del Doctor Chen, pero cuando el tazón con medicina fue traído frente a él, no pudo superar el deseo de retomar el control sobre sus huesos.

Gu Yun podía admitir que Shen Yi tenía razón, sabía que algún día tendría que aprender a vivir en paz con ese cuerpo roto; pero comprenderlo era una cosa, Gu Yun todavía no era capaz de ponerlo en práctica.

Aun cuando sabía que sin apoyarse en la vista o el oído podía continuar viviendo sin ningún obstáculo. Incluso si entendía en su corazón que, en cualquier clase de enfermedad, una vez acostumbrándose a ella, no seguía siendo considerada como tal.

Sin embargo, por esta razón, el Viejo Marqués lo había privado de sus más despreocupados años en su infancia. A pesar de que el tiempo había pasado y las cosas habían cambiado, seguía siendo difícil que este viejo rencor desapareciera.

Tal dificultad, podía resolverse lentamente, y esperar a que el tiempo lo respondiera todo: en realidad, en los últimos años, mientras aprendía a vivir bien junto con Chang Geng, los rencores de Gu Yun contra la generación anterior se habían derretido en gran parte, a pesar de que ciertamente no trataría a Chang Geng tan duramente como lo hizo el Viejo Marqués, pero podía ir entendiendo poco a poco el corazón de padre del Viejo Marqués de ese entonces.

Todo el odio y resentimiento en el mundo, en su mayoría, podía resolverse intentando olvidar, la otra opción era colocarse a uno mismo en la posición del otro y afanarse en llegar a un mutuo entendimiento.

Chang Geng rechinó sus dientes: –No.

No solo no lo soltó, sino que incluso apretó su agarre, adhiriéndose a él con todo lo que tenía, casi parecía que se estaba obligando a sí mismo más cerca de Gu Yun y se movió dentro de la cabina.

Gu Yun dijo: –¿Cómo inventaste una nueva forma de portarte malcriado?

Chang Geng volteó las palabras del otro en forma de burla: –Recibí un susto de muerte por la persona de Dong Ying.

Gu Yun: –…

Chang Geng pensó para sí mismo: “mantén la calma, mantén la calma”.

Usó su fuerza de voluntad desesperadamente para tranquilizarse, ajustándose a una postura relativamente cómoda para Gu Yun.

Chang Geng frunció el ceño mientras observaba la cara de Gu Yun. Bajó su voz y susurró: –Yifu, ¿dónde te duele?

Gu Yun supo que no podía ocultárselo. Meditó por un momento, luego eligió decisivamente jugarle un truco sucio. Le hizo un ademán con su dedo a Chang Geng para que se acercara más.

Chang Geng se acercó con seriedad.

Gu Yun susurró: –Periodos irregulares, dolor abdominal.

Chang Geng no fue capaz de reaccionar al principio: –¿Qué?

Solo lo entendió después de preguntar. El rostro del chico se ruborizó de inmediato. No había forma de saber si era por vergüenza o por enojo.

Gu Yun en ese momento se encontraba teniendo un terrible dolor que le partía la cabeza y no deseaba nada más que darse de cabeza contra la pared. Viendo que el fácilmente avergonzable Chang Geng era demasiado adorable, rio mientras intentaba contener su dolor. Entretenimiento y resistencia, no le faltó ninguno.

Los ojos de Chang Geng lucían como si fueran a lanzar fuego, mirándolo furioso.

Gu Yun estaba muy bien versado en la rutina de “debes de dar una palmadita en la cabeza después de jugar una broma”. Él tosió una vez y dijo con franqueza: –No tuve tiempo de cenar, después de beber el cuenco de vino frio de la señorita Chen, me duele un poco el estómago, no es nada.

Esto sonaba un poco más razonable. Pero para las personas quienes habían pasado años en el ejército, ¿quién no había experimentado comidas irregulares, un día entero, un día de hambruna?

Y para aquellos con piel especialmente gruesa[2] y robusta como el Gran Mariscal Gu, ¿cómo podía actuar desvergonzadamente como si fuera débil y delicado?

Los esfuerzos de Chang Geng por mantenerse en calma fueron completamente arruinados, su ira estalló rápidamente: –Gu Shiliu, tú…

El “tú” se mantuvo suspendido en el aire por un largo tiempo, fue incapaz de pensar en qué decir a continuación.

Gu Yun sonrió súbitamente, alzó su mano y palmeó la cabeza de Chang Geng: –¿Qué? ¿Todo un adulto y ya sabes cómo querer a tu yifu? Tu amor no será desperdiciado.

Su mano era tan vasta como los cielos, las llamas de la ira en el corazón de Chang Geng se extinguieron en un abrir y cerrar de ojos, dejando atrás solo una insignificante estela de humo, evaporándose tanto en su impotencia como en su debilidad.

Chang Geng pensó: “Solo Dios te amará, ni una sola verdad sale de tu boca, ¿por qué debería angustiarme por nada? Él no podía morir de todos modos.”

Sin embargo, el rictus de dolor de Gu Yun le causaba un sufrimiento como si le perforaran los ojos. Chang Geng podía controlar lo que diría y lo que pensaría, pero no podía controlar su preocupación y ansiedad.

Después de estar malhumorado por un rato, dejó salir un suspiro, se dio la vuelta, rodeando la enorme silla y comenzó a ayudar a Gu Yun masajeando sus sienes, sus movimientos parecían bastante profesionales.

Chang Geng vio que los hombros de Gu Yun comenzaron a relajarse. Generalmente, si no había dolor en las áreas el pecho y del abdomen, los miembros podrían estar tan activos como de costumbre. Pensó que unas pocas heridas superficiales en los brazos y las piernas no serían suficientes para dolerle tanto. Después de considerarlo, la única respuesta que quedaba era un dolor de cabeza: Chang Geng recordó que algo similar ocurrió una vez antes, cuando viajaron desde el pueblo de Yanhui a la capital.

Mientras presionaba, no pudo evitar ridiculizarlo: –Yifu, la última vez me dijiste que tenías migrañas, ¿ya lo olvidaste?

Gu Yun: –…

En verdad lo olvidó, había dicho un sinfín mentiras en su vida. Si recordaba claramente cada una de ellas, probablemente no le quedaría espacio para recordar nada más.

Chang Geng: –¿Y bien?

Gu Yun: –El dolor de cabeza también está ahí, ¿no fue porque he dedicado mi existencia a la Gran Liang al punto de caer enfermo?

Incluso esa clase de palabras podían ser pronunciadas sin ruborizarse: Chang Geng admitió su derrota, su enojo se desvaneció por completo.

Después de que Gu Yun terminó de hablar, empleó el viejo truco de “caer dormido tan pronto como la cabeza toca la almohada” y disfrutó del servicio de Chang Geng con sus ojos cerrados. Desafortunadamente, la situación en el exterior todavía no se asentaba. Tuvo que mantener un oído fuera en todo momento y no se atrevió a caer en un sueño profundo.

Al inicio, Chang Geng estaba completamente concentrado en presionar los puntos de acupuntura para él; después de un rato, su mirada no pudo evitar caer sobre el rostro de Gu Yun.

Para aquellos a quienes uno está acostumbrado a ver, belleza o fealdad no hace mucha diferencia. Incluso con la apariencia hechizante del monje, después de andar por ahí con él durante un largo tiempo, sintió que no era diferente del tío Wang en la residencia del Marqués: oh, en realidad el tío Wang ponía más atención a su higiene personal que el monje.

Solo Gu Yun era una excepción.

El atado de cabello de Gu Yun fue arruinado por el hombre Dong Ying, no tuvo tiempo de rehacerlo adecuadamente de nuevo, dejándolo caer sobre sus hombros como el agua que fluye. Chang Geng lo contempló durante largo tiempo, suprimiendo fuertemente las imágenes de sus sueños pasados que rompieron involuntariamente sus cadenas y se alzaron en su mente. Si no ejercitaba su autocontrol, esos recuerdos lo invadirían con más fuerza, creando una prolongada ilusión.

Cada vez que llegaba a este punto, él interrumpiría a la fuerza sus pensamientos de la misma forma que cuando combatía al Hueso de la Impureza, sacaría los versos sin significado de las escrituras budistas que Liao Ran le enseñó y los recitaría en el fondo de su corazón una y otra vez, como si usara una piedra afilada para triturar repetidamente su corazón.

Pero súbitamente este truco, de alguna forma, no funcionó. Podría ser que todo el autocontrol de Chang Geng fue usado para contener su enojo, que sus pensamientos repentinamente corrieron desbocados como un caballo que se libera de sus riendas.

El Hueso de la Impureza dentro de su cuerpo tejió para él una absurda e indescifrable fantasía.

Pareció verse a sí mismo inclinándose y besando la frente de Gu Yun, las cejas, el puente de su nariz… todo el camino hasta los labios. Sus labios no deberían ser muy suaves ni tampoco muy dulces, quizás eran más amargos, como el aroma medicinal que siempre estaba impregnado en su cuerpo, o tal vez sabrían como vino, Chang Geng incluso quiso morderlo.

Con esta idea emergiendo, el dulce y ferroso sabor a sangre pareció surgir inmediatamente, permaneciendo en sus dientes y labios, Chang Geng se sobresaltó y se estremeció de sobremanera.

Volvió a la realidad y se encontró de pie detrás de la silla de Gu Yun, la punta de su lengua había sido mordida por él mismo.

Al siguiente segundo, Chang Geng se percató de que sus dedos todavía continuaban al lado de la cabeza de Gu Yun. Los retiró de inmediato como si estuviera ardiendo.

Se quedó quieto, aturdido por un momento, luego murmuró intranquilo: –¿Yifu?

Gu Yun estaba profundamente dormido, no abrió sus ojos y tampoco vio la ligera chispa rojo sangre en los ojos de Chang Geng.

Chang Geng lo miró profundamente, luego recogió su espada y salió corriendo de la cabina.

En el exterior, la brisa marina soplaba ferozmente, las Águilas Negras estaban volando cerca de la nave principal para hacer guardia y la Marina oficial de Jiangnan se encontraba limpiando el campo de batalla bajo el mando de Yao Zhen. La gente Dong Ying se dispersó en todas direcciones, saltando directamente al océano, preparados para tomar pequeños botes o alejarse nadando. Los Jiaos en todas direcciones ya habían tendido una red oscura en el agua. En un breve periodo de tiempo, se las habían arreglado para atrapar esos peces que se enredaron a sí mismos dentro de la red.

Huang Qiao fue llevado personalmente frente a Yao Zhen. Yao Zhen parecía estar en reflexionando profundamente, inclinándose para decir algo al otro.

Esta precipitada cadena de eventos entró en los ojos de Chang Geng, pero no en su mente. El ardiente calor en su rostro se disipó lentamente con la brisa marina.

El frio y desolado aire marino era como una úlcera, devorando el camino hasta su médula, taladrando sus huesos, el frio amargo podía cortar a través de su piel. Chang Geng encaró el mar y se reprendió a sí mismo: “Eres un miserable animal”.

Pensó que ya no podía permanecer más en la mansión o al lado de Gu Yun.

 

Dos días después, en la residencia del Maestro Yao.

Las flores de durazno en el patio habían florecido, el vapor estaba mezclado con una agradable fragancia que acariciaba el rostro. Gu Yun se sentó junto a la ventana, comiendo semillas de melón mientras esperaba a que Yao Zhen escribiera el reporte. Por temor a que pudiera haber cambios en el lado de la capital, el reporte urgente ya había sido enviado primero.

La capital bloqueó las noticias, pero todas las facciones tenían sus propios ojos y oídos. Algunas palabras ya se habían filtrado: dijeron que el Emperador estaba furioso y ordenó a los Guardias Imperiales rodear a Wei Wang. Wei Wang había intentado escapar de la capital esa noche, pero fue capturado mientras iba en camino a la Puerta De Sheng. No había información de cómo se trató con él después.

En cuanto a ese momento, el polvo en Jiangnan se había asentado, era necesario escribir otro reporte explicando la causa y el efecto al Emperador.

Yao Zhen que tenía cara de que le faltaba dormir, bajó su pincel: –Marqués, señor, ¿qué debemos hacer acerca de esto?

Gu Yun respondió casualmente: –Solo di que el Maestro Fiscal estaba al tanto de extraños sucesos en el mar, que mandó gente en secreto para observar cuidadosamente y acabó con el plan de los rebeldes antes de que pudiera ser ejecutado.

Yao Zhen: –No, no, yo soy un Académico, estaba mareado mientras volaba en el Cometa, mareado mientras navegaba en el Jiao, con nauseas durante todo el camino. No poseo las habilidades ni el talento. Es natural que solo el Marqués pueda entrar en la línea enemiga y cambiara el rumbo.

Gu Yun sonrió y dijo: –¿El Marqués? El Marqués del Orden está en el noroeste, ¿fue capaz de teletransportarse? Por otro lado, escuché que el Maestro Yao es de mente muy aguda, ordenando a los soldados usar Armadura Oscura, asustando a los rebeldes y provocando que pelearan entre ellos. Tal forma de llevar a cabo las cosas es en verdad admirable.

Yao Zhen dijo con brusquedad: –No puedo hacerlo, por favor, no me lastime.

El Maestro Yao tenía treinta y seis ese año. Era la edad más prospera para un hombre. Se dejó crecer un animado bigote y nació naturalmente con un rostro de apariencia inteligente y capaz. La carrera de este hombre como un funcionario durante la mitad de su vida siempre se había encontrado con muchos altibajos, desde el inicio se había apegado a esa tierra llena de peces y arroz; y nunca había conseguido ninguna gran contribución. Su especialidad era dormir durante un día entero.

Quizás fuera por esto que la mayoría de la gente había olvidado su origen: en el doceavo año de la regencia de Yuan He, el maestro de Gu Yun, Li Mo Sen, quien aún estaba vivo en ese entonces, era el jefe examinador de la sesión de los Exámenes Imperiales. Cuando se encontró con el ensayo de Yao Zhen, no pudo evitar golpear el escritorio con halagos. Lo había presentado al Emperador Yuan He, y Su Majestad lo había asignado personalmente como un Zhuang Yuan[3].

Gu Yun dijo con un significado más profundo: –Apaciguó la rebelión en el Mar del Este, eliminó una gran batalla que podría haber puesto en peligro áreas de gran importancia, ¿no necesita ni siquiera un mérito tan grande? En el futuro, estará listo para entrar en el mundo con la autoridad en sus manos.

Yao Zhen sonrió amargamente: –¿Qué clase de talentos recibieron ese tipo de salario? Yo no poseo ni el talento ni la virtud, solo espero encontrar un buen lugar para retirarme al final del camino, ¿cómo podría poseer la habilidad de cambiar el rumbo? ¿Podría por favor el Marqués perdonar a este humilde funcionario?

Gu Yun: –Incluso quería reportarle a Su Majestad que lo enviara al noroeste para ser un supervisor del ejército.

Yao Zhen sostuvo su cabeza y dijo: –Aun tengo una anciana madre arriba de los ochenta y niños jóvenes esperando a ser alimentados. Pido al héroe que perdone esta vida de perro. En su lugar, puede tomar las cosas que desee de mi hogar.

Gu Yun: –…

–Marqués, señor, ¿qué tal esto? Puesto que este asunto ocurrió aquí. El Gobernador de Liangjiang[4]: el Maestro Zhou, en definitiva, no podrá evitar verse involucrado. Debería ir a discutir esto con él.

Yao Zhen sonrió apologéticamente, viendo que la expresión en el rostro de Gu Yun no era muy buena, agregó rápidamente una oración: –Es cierto, también está el joven Príncipe. Su Alteza viajó a Jiangnan y accidentalmente se encontró con la fuerza rebelde capturando a los mecánicos. Presenciando tales fechorías, se escabulló dentro de su base a solas, asistiendo a nuestras fuerzas desde el interior y capturó personalmente a su líder. ¿Cómo lo ve? ¿suena esto bien?

Escuchando esas palabras, Gu Yun ya no dijo nada más.

Por el origen de Chang Geng, a pesar de que Su Majestad no expresó abiertamente su opinión, era cierto que cargaba con alguna clase de resentimiento. Actualmente, con ese asunto envolviendo a Wei Wang, Su Majestad debió sentirse enormemente decepcionado. Si entonces veía que su inoportuno hermano menor estaba claramente manteniéndose de su lado, quizás podría estar dispuesto a dejar atrás el resentimiento de la generación más vieja.

Chang Geng estaba cerca de alcanzar la edad para heredar su estatus real. Si podía obtener el favor de Su Majestad, quizás sería mejor para su futuro.

Gu Yun sopesó esta opinión por un momento y luego miró a Yao Zhen con frustración. Esta persona era, de hecho, muy talentosa. De otra forma, hubiera sido difícil para él mantener una relación duradera de amistad con el Marqués del Orden después de tener la oportunidad de encontrarse con él solo una vez, pero también era verdad que no estaba buscando algo más para sí mismo. Todo lo que pedía para su vida era ser capaz de comer y dormir, derramando toda su inteligencia en enaltecer a otros.

Yao Zhen sonrió y preguntó de nuevo: –Marqués, señor, ¿qué opina?

Gu Yun era muy perezoso para prestarle más atención, rodó sus ojos y se alejó caminando. Había pretendido dejar silenciosamente Jiangnan. En este asunto, tanto el Pabellón Lin Yuan como el Campamento del Hierro Negro había volcado sus esfuerzos, pero era inconveniente para ambos lados que se conociera su aparición, ¿cómo disfrazarlo de buena forma? Solo podían apoyarse en el pincel de Yao Zhen.

Cuando Gu Yun abrió la puerta, vio que Chang Geng se encontraba haciendo una flauta de bambú en el patio. Ge Pang Xiao, Cao Niang Zi y las dos hijas pequeñas del Maestro Yao se reunieron alrededor de él. Chang Geng era hábil, amable y paciente, haciendo una flauta para cada uno de ellos. Su trabajo manual lucía bastante decente, las dos pequeñas niñas que aún no cumplían diez años de edad estaban animándolo y saltando alrededor de él.

Gu Yun volvió a estar de buen humor al ver a Chang Geng. Aunque nunca lo había dicho en voz alta, siempre esperó que Chang Geng creciera para convertirse en un joven agudo e inteligente, pero que no lo externara; virtuoso y benevolente pero que no le faltara resolución; de mente no tan débil como su padre, pero tampoco tan extremo como su madre.

La persona en la que Chang Geng había crecido es exactamente lo que él hubiera deseado.

Incluso su apariencia había elegido heredar los puntos buenos de sus padres.

Caminó más cerca, tomó la flauta que solo estaba comenzando a tomar forma de las manos de Chang Geng y sonrió: –¿Hay una para mí?

La sonrisa relajada en la cara de Chang Geng desapareció. Tomó la flauta de vuelta y se la dio a la pequeña niña que estaba esperando con ansias a un lado: –Solo es un juguete para los niños pequeños, el trabajo manual es burdo y feo. Yifu, por favor no te burles de mí.

Gu Yun: –…

Miró silenciosamente a la flauta en la mano de la niña pequeña, pensando: “La quiero”.

La niña, que ni siquiera era tan alta como las piernas de Gu Yun, escondió sus manos detrás de la espalda y lo miró atentamente.

Chang Geng bajó las cosas en sus manos, le hizo un gesto a Ge Pang Xiao para que se llevara a las dos niñas pequeñas a jugar a alguna otra parte, se incorporó y siguió por detrás de Gu Yun: –¿Volverá yifu a la Región Occidental?

Gu Yun: –Mn, tú volverás a la capital a encontrarte con Su Majestad, Chong Ze te enseñará todo lo que necesitas decir, no te preocupes.

Chang Geng asintió en silencio.

–Esta vez has obtenido un mérito, el Emperador quizás incluso tenga una recompensa para ti, –dijo Gu Yun. –podría permitirte ir a la corte para escuchar los asuntos políticos. Si lo mencionas, podría incluso dejarte venir a reunirte conmigo en el noroeste.

Después de encontrarse de nuevo con Chang Geng este año, este ya había crecido hasta convertirse en joven maduro que no se perturbaba al encontrase de cara al peligro. Su puerilidad del año pasado se había ido. Gu Yun se había vuelto más indulgente con la idea de llevarlo consigo al noroeste.

La situación actual ahí podría ser considerada pacifica en ese momento. Gu Yun pensó que podría llevar a Chang Geng junto con él para que aprendiera cosas nuevas. Después de todo, incluso sin hacer nada, después de volver a la capital, Chang Geng todavía sería capaz de considerar este crédito como propio.

Cuando Gu Yun se fue de casa, Chang Geng no había deseado nada más que ir al noroeste con él. Gu Yun pensó que ahora que finalmente obtendría lo que quería, al menos podría estar más feliz y emocionado.

Inesperadamente, Chang Geng detuvo sus pasos. Permaneció en silencio durante un momento y luego dijo: –Yifu, ya no quiero ir a la Región Occidental.

Referencias

La región de Liangjiang.

Se mencionará repetidamente más adelante, por lo que les dejo un mapa de referencia, cortesía de Wikipedia:

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