26. Buscando a Buda

“Si el corazón de uno es pequeño, todos sus sufrimientos, incluso tan grandes como una casa, solo pueden quedarse apretados en esa pequeña esquina. Pero si el corazón de uno es tan extenso como el cielo y la tierra, incluso si los problemas son tan grandes como una montaña, se convertirán en nada más que una gota de agua en el infinito océano.”

Los cumpleaños de las personas mayores eran alegres, para ellos era la celebración de la longevidad. Los cumpleaños de los niños también eran alegres porque no les era fácil para crecer un año más, sus padres podían dar un suspiro de alivio.

Gu Yun no era joven ni viejo, sin afecto de ningún familiar cercano ni lejano. Si estaba en casa, el viejo mayordomo todavía recordaría prepararle algo, pero la mayoría de las veces, siempre estaba ausente. Incluso él mismo olvidaría el día dieciséis del primer mes debido al trabajo.

Para ser honesto, no había nada que celebrar. La gente común ponía atención al proverbio “las niñas nacidas en el primero, destinadas a ser “Su Majestad”; los niños nacidos en la luna llena, destinados a ser un oficial”: era favorable para las niñas nacer en el primer día del mes lunar, y el quince para los niños. Él podría haber nacido en la valiosa y afortunada noche, pero tuvo que retrasarse por unas horas en el vientre de su madre; era evidente que esto era nacer naturalmente con mala suerte.

Cao Niang Zi no solo se vistió a sí mismo, sino que también unió a Chang Geng y a los demás para arrastrar la marioneta de entrenamiento de espada y jugar con ella.

Los niños pintaron dos simples manchas de rubor y nadie supo de dónde fueron capaces de obtener un par de prendas de seda viejas para atar alrededor de los brazos de hierro.

La marioneta de entrenamiento con espada, decorada con luces brillantes y flores, cargaba un tazón de fideos en sus manos, observando tontamente a Gu Yun. Su rostro de hierro negro parecía contener una queja incomprensible e indescriptible.

Gu Yun los reprendió: –Bastardos, ¿es la marioneta de entrenamiento con espada para que todos ustedes jueguen así?

Ge Pang Xiao se adelantó para anunciar su contribución: –¡Marqués, señor, la falsa niña aplicó el rubor, yo ayudé a encender el fuego para cocinar los fideos y mi hermano mayor puso el huevo!

Gu Yun quedó atónito por un momento mientras la mansión estaba inmersa en un aura alegre, de pronto, el lugar que había sido solitario durante tantos años se volvió irreconocible.

Chang Geng: –Yifu, come los fideos primero, antes de cruzar la puerta.

Gu Yun: –Está bien.

Levantó el tazón y observó a Chang Geng. Seleccionó especialmente al huevo para comer primero. Su primer bocado fue sobre un fragmento crujiente de cáscara de huevo, pero no se quejó ni una vez. Continuó masticando y se lo tragó todo junto. Como si nunca hubiera probado una comida en ocho vidas, se terminó todo el tazón en un momento, incluso el caldo desapareció por completo.

Desde tiempos antiguos “un hogar amoroso era el túmulo funerario de todos los héroes”. En la ocasión anterior que Gu Yun partió de la capital, no hubo cargas ni preocupaciones. Solo esta vez, su corazón estaba lleno de pesar.

Quizás porque para él, siempre había sido “regresar” a la frontera. Solo en esta ocasión, él pronto tendría que “irse de casa”.

Desafortunadamente, no únicamente esta gentileza, sino que incluso si su interior fuera cortado en pedazos, nada podría detener los pies del Marqués del Orden.

Al día siguiente, Gu Yun se preparó para partir como si no hubiera nada mal. Al final, no se despidió de Chang Geng, sino que viajó al Campamento Norte solo. Se volvió hacia atrás para mirar en dirección a la capital.

Era una lástima que, desde esa distancia, solo podía ver vagamente la Torre Qi Yuan.

Shen Yi cabalgó su caballo al lado de Gu Yun y preguntó: –Gran Mariscal, ¿está hablándote tu consciencia?

Gu Yun suspiró: –Quizás no quiera seguir reconociéndome la próxima vez que regrese… este título mío de “yifu” siempre es tan tambaleante… vamos.

El Campamento del Hierro Negro se puso en marcha de manera estricta, desplazándose despiadadamente como un torbellino negro. Nadie podía evitar hacerse a un lado para abrirles paso.

Les fue asignado escoltar al príncipe bárbaro al norte, luego marchar directo al oeste para eliminar a los bandidos desenfrenados en el desierto de la Región Occidental, para asegurar que la Ruta de la Seda pudiera operar de manera segura y fluida.

 

El día después de que partieron, Chang Geng se levantó temprano como cualquier otro día. Recordó que Gu Yun no estaba en casa, pero no pudo evitar llevar a la marioneta al patio vacío de Gu Yun, cruzar espadas con ella y luego desayunar por su cuenta.

Cuando estaba a punto de irse, levantó la vista y vio que las flores de ciruelo en el patio habían florecido.

Justo unos días atrás, hubo una gran nevada, los pétalos estaban cubiertos con una delgada capa de escarcha condensada. Entre más las contemplaba, más le gustaban y menos pudo contenerse para alargar sus brazos y tomar dos ramas. Su primera reacción siempre era guardarlas para Gu Yun, a pesar de que sabía que su yifu no regresaría necesariamente en tres o cinco días. Limpió cuidadosamente la nieve y la escarcha de las ramas, luego buscó un florero para colocarlo en la habitación de Gu Yun.

No obstante, después de buscar por todo el interior de la enorme recámara de Gu Yun, Chang Geng no fue capaz de encontrar nada que pudiera servir como un florero, ni siquiera una botella de vino. Abrió la ventana para preguntarle al anciano mayordomo: –Tío Wang, ¿tenemos un jarrón en casa?

El viejo mayordomo respondió y luego se fue caminando a conseguir uno, Chang Geng mantuvo las dos ramas con flores de ciruelo en sus manos, mirando distraídamente de aquí para allá en la habitación de Gu Yun.

De repente, sus ojos cayeron al lado de la cama, se congeló: la capa de piel de zorro sobre la cama, que le daba a toda la habitación una apariencia más valiosa, había desaparecido.

En ese momento, el tío Wang entró con un jarrón azul hecho de porcelana y sonrió a Chang Geng: –Su Alteza, ¿funcionará este? ¿Dónde deberíamos colocarlo?

Los ojos de Chang Geng miraban directo a la cama vacía, preguntó absorto: –Tío Wang, ¿por qué el Marques guardó su capa de piel tan pronto?

Los ojos del tío Wang se movieron con nerviosismo ligeramente, dejó salir una tensa replica: –¿No estaba el Marqués escoltando a Su Majestad? Quizás la haya llevado con él.

El corazón de Chang Geng se hundió lentamente.

En la Víspera de Año Nuevo, el soldado Águila Negra que servía a Gu Yun le había dicho que el Mariscal nunca vestía ropa de invierno en la capital y solo la usaría ocasionalmente de frente a una ventisca.

Él ya había sentido algo un poco extraño ese día: puesto que Gu Yun no vestía ropas de invierno, ¿por qué razón colgó la capa afuera? ¿Para qué iba a ser usada? Pero en ese momento, la situación estaba en caos, él mismo también estaba envuelto en pesadillas, su mente no estaba tan clara por lo que no lo pensó más a detalle.

Chang Geng volvió su cabeza, su voz se secó, como una cuerda que había sido estirada hasta su límite: –Tío Wang, al final, ¿a dónde fue? Por favor, no me mienta sólo porque no me gusta mucho salir, incluso yo sé que Xiangshan está incluso más cerca de la capital a comparación al Campamento del Norte.

El tío Wang sostuvo el jarrón en sus manos, quedándose quieto con incomodidad.

Gu Yun dejó a otros hacer su trabajo por él[1] cuando partió. El viejo mayordomo había esperado que algo como esto ocurriera tarde o temprano, pero no esperaba que fuera tan rápido.

Chang Geng respiró hondo y susurró: –¿Ya se encuentra dejando la capital para ir a la frontera? ¿A dónde? ¿Norte u oeste?

El viejo mayordomo se obligó a hacer una sonrisa incomoda: –De los asuntos militares, este viejo sirviente no entiende mucho… Su Alteza, quizás el Marqués hizo esto porque no quería que usted se preocupara…

La mano de Chang Geng se retorció, rompiendo una de las ramas de flores por la mitad. Forzó a salir a cada palabra: –No tiene miedo de que me preocupe, teme que insista en ir con él sin importar qué.

El viejo mayordomo cerró su boca.

Chang Geng era el hijo adoptivo de Gu Yun en nombre, a pesar de que nadie le dio la bienvenida o se preocupó por él, continuaba portando el apellido Li después de todo. En el futuro, heredaría el estatus de un Jun Wang. El viejo mayordomo estaba angustiado, sintiendo que su amo había retrocedido de frente al enemigo, arrojándole esta papa caliente de vuelta. El tío Wang se había preparado a si mismo por completo para ser azotado por la rabia del chico.

Pero después de esperar durante un largo tiempo, Chang Geng no dijo una palabra.

Los fuertes gritos y chillidos de sufrimiento de Chang Geng estaban todos ocultos en su corazón.

No se trataba únicamente de la repentina negativa de Gu Yun a despedirse de él. Le habían mentido más de una vez, ya hace tiempo que debería haberse acostumbrado, debería estar enfrentando esta situación con calma.

Pero en esta ocasión, la preocupación y la ansiedad que se habían estado acumulando en su corazón desde que se mudó a la capital finalmente ya no podían continuar siendo contenidas en su interior, no pudieron evitar estallar hacia el exterior como agua saliendo por una esclusa.

El corazón de Chang Geng era tan claro como un espejo, siempre había estado consciente de que su existencia era innecesaria. No pretendía involucrarse. Se le destinó para ser una insignificante pieza de ajedrez, como en el rio oscuro en el pueblo de Yanhui, siendo arrastrado de manera involuntaria.

La falsa sensación de paz y felicidad de esos días le había vendado los ojos, la avaricia se había alzado en su interior, quería aferrarse a algo, engañándose a sí mismo y negándose a pensar sobre el futuro.

“¿Qué más deseas?” Chang Geng se preguntó a sí mismo y colocó una mano sobre su pecho. “Quieres demasiado”.

Sin embargo, a pesar de las oleadas de turbulencia en su corazón, cuando enfrentó al viejo mayordomo de cabello gris, Chang Geng no dijo nada.

El viejo mayordomo preguntó con preocupación: –¿Su Alteza Real…?

Chang Geng tomó silenciosamente el jarrón de entre sus manos y cortó cuidadosamente la rama floreada que había roto. Después de colocar las flores dentro y ponerlo sobre el escritorio de Gu Yun, susurró: –Le he causado molestias.

En cuanto terminó, de inmediato se dio la vuelta para irse.

Al salir de la habitación de Gu Yun no pudo evitar pasar de caminar a correr, incluso la marioneta de entrenamiento con la espada se quedó atrás.

Ge Pang Xiao sujetaba una pequeña caja de ziliujin sacada de quién sabe dónde, en su camino casi se estrella con Chang Geng, él llamó: –Oh, hermano mayor

Chang Geng actuó como si no lo hubiera escuchado, como una ráfaga de viento que cruzaba por ahí, se precipitó dentro de su propia habitación, luego se dio la vuelta y puso el cerrojo a la puerta.

Esto también era la parte de Chang Geng que a Gu Yun le gustaba más: incluso con una rabia mayor, él nunca la descargaría contra personas que no estaban involucradas. En este aspecto, no podía negarse la contribución de Xiu Niang. Su largo y constante abuso a lo largo de más de diez años había entrenado a Chang Geng para tener una resistencia increíble.

Al mismo tiempo, el Hueso de la Impureza enterrado profundamente dentro del cuerpo del joven era como vegetación que necesitaba ser alimentada con agua venenosa y que gradualmente florecería en una flor sanguinaria.

Chang Geng comenzó a tener dificultad para respirar, su pecho parecía haber sido aplastado por capas de rocas, los músculos de su cuerpo se tensaron hasta convertirse en un montón de hierro oxidado, sus piernas se contrajeron involuntariamente.

Sus oídos estaban zumbando, estaba horrorizado al descubrir una sensación extrañamente dominante y tiránica precipitándose fuera de su pecho. Apretó involuntariamente sus dedos en un puño, las articulaciones crujieron ruidosamente. Por primera vez, experimentó lo que se sentía como tener “parálisis de sueño” mientras estaba completamente despierto.

Chang Geng sintió claramente que había una mano invisible borrando cruelmente todos los sentimientos cálidos y el afecto en su corazón.

Al inicio, Chang Geng todavía tenía la mente clara, pensó con temor: “¿Es este el Hueso de la Impureza? ¿Qué me ocurrió?”

Pronto, incluso el horror se evaporó, su consciencia rápidamente se tornó borrosa. Comenzó a preguntarse en dónde estaba. Incontables pensamientos se alzaban arriba y abajo en su cabeza como el agua del mar y una intención asesina nació de la nada.

Por un lado, pensó que Gu Yun ya se había ido: él ya no era querido o necesitado; por el otro, parecía ver a Gu Yun de pie frente a él, el rostro inexpresivo del otro hombre burlándose de su incompetencia y falta de poder.

Todas las emociones negativas en el corazón de Chang Geng fueron amplificadas cientos y miles de veces por el Hueso de la Impureza.

En ese momento, parecía como si Gu Yun ya no fuera más el pequeño yifu a quien atesoraba en su corazón, sino un enemigo mortal al que odiaba con todo su ser, al que deseaba agarrar en sus manos para humillarlo.

Chang Geng aplastó la cuchilla arruinada que colgaba en frente de su pecho, a pesar de que los bordes de la hoja se habían suavizado, aun así, cortó sus dedos, lo suficientemente profundo para hacerlo sangrar.

La vívida sensación de dolor que penetró a través del aparentemente infinito entumecimiento había despertado a Chang Geng. Encontró instintivamente una salida, los diez dedos se clavaron firmemente en su piel, las heridas dejaron atrás un desastre de sangre y carne en sus brazos.

Cuando el ataque del Hueso de la Impureza disminuyó gradualmente, él sol había comenzado a descender.

La ropa de Chang Geng estaba completamente empapada de sudor frio, sus manos y brazos estaban cubiertos de sangre y estaba recargado contra la puerta agotado. Finalmente conoció el poder del Hueso de la Impureza, solo para darse cuenta que fue muy inocente al pensar que el Hueso de la Impureza solo podía causar pesadillas.

Esta vez, Xiu Niang en verdad no se la dejo fácil.

Ni el viejo mayordomo ni los demás lo vieron salir durante un largo tiempo, no había respuesta incluso cuando llamaban a su puerta. Permanecieron preocupados por largo tiempo, caminando en círculos frente a su recámara e intentaron llamarlo una y otra vez después de cada cierto tiempo.

El sentir a las personas había hecho que Chang Geng se sintiera mejor. Sus parpados se contrajeron ligeramente. Una gota de sudor frio bajó rodando por su frente y cayó sobre sus pestañas, pesada, casi no podía abrir los ojos: –Estoy bien, déjenme solo por un momento.

–No ha comido en todo el día. –dijo el anciano mayordomo. –Si el Marqués estuviera aquí, no sería capaz de soportar el ver a Su Alteza maltratarse a sí mismo de esta forma: incluso solo un tazón de gachas es suficientemente bueno, ¿permitiría a este viejo sirviente traerle uno?

Chang Geng estaba exhausto tanto mental como físicamente, a la mención de Gu Yun, recitó silenciosamente el nombre del otro hombre en su corazón un par de veces, haciendo su mejor esfuerzo por reestablecerse: –Esta bien, tío Wang. Si tengo hambre iré a buscar algo para comer más tarde por la noche.

El viejo mayordomo escuchó su voz: aunque era débil, seguía siendo razonable. No estaba en posición para continuar presionando. Tuvo que darse la vuelta y llamó a los otros sirvientes, junto con Ge Pang Xiao y Cao Niang Zi quienes estaban observando con preocupación. Todos se volvieron a mirar la puerta de Chang Geng un par de veces mientras se retiraban.

Chang Geng se sentó junto a la puerta. Tan pronto como levantó la vista, vio el par de protectores de hombros que Gu Yun colgó en su cama.

Los objetos eran oscuros y fríos, despedían una sensación de inhumanidad, pero fueron dejados ahí por el propietario original con el fin de disipar sus pesadillas.

No supo cuánto tiempo estuvo ahí sentado, el brasero en la habitación calentó paulatinamente su cuerpo helado. Chang Geng recobró un poco de fuerza, se levantó para limpiarse. Se cambió a un nuevo conjunto de ropa y encontró la medicina que su instructor de artes marciales le había dado cuando se hirió en una sesión de entrenamiento con espada el otro día. Lavó las heridas y luego la aplicó cuidadosamente.

Bajó los protectores de hombros de Gu Yun, estrechándolos entre sus brazos y se recostó boca arriba en su cama.

Él no lloró.

Podría ser porque ya no le quedaba fuerza, o porque acababa de derramar sangre.

Comúnmente, cuando se elegía el camino de derramar sangre, ya no se volverían a derramar lágrimas. Después de todo, una persona solo puede tener un poco de agua, solo podía haber un lado en el cual concentrarse.

Chang Geng se enfrentó al enemigo que estaba destinado a involucrarse con él durante toda la vida: absolutamente derrotado, y también llegó a reconocer el poder del oponente.

Pero, era extraño como no sintió miedo, de manera similar a cuando estaba solo en la habitación de Xiu Niang, en el pueblo de Yanhui, de cara al bárbaro de la Armadura Pesada.

Tenía una actitud amable y gentil, pero nada en este mundo podría jamás obligarlo a ceder.

Ah… nada a excepción de Gu Yun.

Chang Geng pensó con agotamiento: “Odio a Gu Yun a muerte”.

Después intentó ponerse los protectores de hombros de Gu Yun sobre sí mismo. Nunca había usado una armadura antes, no sabía si podían encajar, solo sintió que esas cosas presionando sobre sus hombros eran mucho más pesadas de lo que imaginó. Cayó dormido con estos puestos; todavía quedaban incontables capas de pesadillas esperándolo más adelante.

 

Al día siguiente, Chang Geng anunció que le gustaría salir por rato.

Toda la mansión estaba impactada. La escena de Su Alteza siendo cargado fuera de la puerta por el Mariscal Gu durante la Víspera de Año Nuevo aún seguía vívida frente a sus ojos.

Las palabras originales de Gu Yun fueron: –Retrásenlo por unos tres o cinco días. Para ese momento, ya habremos pasado las siete puertas principales de la Frontera Norte. No será capaz de perseguirme y tendrá que comportarse.

Pero todavía no pasaban tres o cinco días. El viejo mayordomo tenía miedo de que Chang Geng estuviera preparando su caballo para seguirlo, dijo rápidamente: –Su Alteza Real, el Campamento del Hierro Negro no es un ejército ordinario, se mueven muy rápido, incluso un corcel más grande no podría alcanzarlos. Además, ellos no permiten que individuos sin rango militar se queden, esta fue la regla que el Marqués anterior transmitió…

Chang Geng respondió tranquilamente: –Tío Wang, no pretendo perseguirlos para causar problemas, no soy un niño que no comprende el sentido común.

El viejo mayordomo: –¿Entonces usted…?

Chang Geng: –Quiero ir al Templo Hu Guo a visitar al Maestro Liao Ran. Ya se lo he prometido el otro día.

El rostro del viejo mayordomo una vez más se volvió insondable.

Cuando el Mariscal volviera a casa en el futuro y se diera cuenta de que, mientras él estaba lejos, Su Alteza había cometido traición, abandonando a su propio bando para correr al Templo Hu Guo…

El viejo mayordomo en verdad no podía imaginar la expresión en el rostro de Gu Yun: no era diferente a cometer una infidelidad[2].

No obstante, la tarea más urgente de momento era animar al hijo del Marqués. El viejo mayordomo no tuvo opción más apretar los dientes y disponer de una serie de guardias para escoltar a Chang Geng al Templo Hu Guo.

Tan poderoso como si fuera a buscar pelea.

Liao Ran había preparado té. Cuando vio a Chang Geng, no estaba sorprendido. Parecía que había predicho que vendría. Invitó a Chang Geng a sentarse y le sirvió una copa de té. También le pidió al pequeño abad que les trajera un brasero, pincel y papeles para sí mismo: como si pretendiera tener una larga discusión con Chang Geng.

Solo había transcurrido medio mes desde que Liao Ran lo vio por última vez, pero notó que la confusión y ansiedad en los ojos del hombre joven frente a él se habían evaporado. Parecía firme y calmo junto con una pizca de aflicción, como una mariposa que había salido de su crisálida.

Chang Geng le dio las gracias, tomó la taza de té para beber un sorbo, luego casi lo escupe de vuelta.

El monje dijo la última vez que le serviría el mejor té, parecía que sus palabras fueron meramente por cortesía. No sabía qué clase de té había preparado el hombre para él, pero era lo suficientemente amargo para entumecerle la lengua, ni una pizca de la fragancia del té podía ser encontrada.

Chang Geng: –¿Qué es esto?

Liao Ran sonrió y escribió: «Ku Ding[3], ayuda a la circulación de la sangre, mejora la vista y da una mejor noche de sueño.»

Chang Geng: –¿No es ese té Gualou? He bebido antes en la mansión, no parecía…

“…no parecía tan desagradable como este”.

Liao Ran: «Ese fue hecho con hojas pequeñas, este con hojas grandes».

“Hojas grandes” sonaba de alguna forma asombroso, Chang Geng estaba a punto de decir unas pocas palabras de elogio cuando el monje escribió con sinceridad: «Las hojas grandes son más baratas».

Chang Geng: –…

Observó cuidadosamente a la taza de té del monje. Era una taza de alta calidad y fue limpiada muy concienzudamente. Desafortunadamente, había sido usada por demasiado tiempo, unos cuantos golpes eran difíciles de evadir, el borde estaba ligeramente astillado.

Liao Ran: «Su Alteza disculpe por favor la ruinosa condición de nuestro templo».

Toda la capital le había dejado una impresión de fastuosidad y grandiosidad, como si todos fueran ricos. La ciudad estaba repleta con lujosas actividades de pasatiempo. Lo que decían los occidentales sobre que las losetas de las calles de la capital de la Gran Liang estaban cubiertas con oro, de hecho, no era muy exagerado.

Nadie sabía porque, pero todas las personas que Chang Geng conocía eran pobres.

Por no mencionar a Shen Yi, que nació por naturaleza con la cara de melón amargo de un pobre granjero de generación en generación. También el Mariscal Gu, a pesar de que poseía una enorme mansión, solo era un cascarón vacío. Temprano por la mañana del primer día del año nuevo, no pudo esperar a llevar a Chang Geng al palacio para encontrarse con el Emperador y cobrar el rescate. Ahora también estaba Liao Ran, que usaba una taza de té dañada.

Chang Geng dijo: –El Templo Hu Guo tiene muchos inciensos y ofrendas, envuelto en humo, pero el Maestro aquí está en paz con un estilo de vida humilde. Una verdadera dedicación a las prácticas de Buda.

Liao Ran sonrió y escribió: «Este monje ha viajado de norte a sur, me he acostumbrado rápidamente a ello, mi más profunda disculpa por haber faltado el respeto a la nobleza».

Chang Geng preguntó: –Escuché a la gente decir que el Maestro también ha estado en los países de occidente viajando en un Jiao de Hierro, ¿fue para promover las enseñanzas de Buda?

Liao Ran: «Soy inexperto y aún tengo mucho por aprender, no me atrevo a seguir los pasos de otros maestros altamente educados de tiempos antiguos. Solo viajé para ver el mundo, para ver a las personas».

Chang Geng dio otro sorbo de Ku Ding, pero entre más bebía, más amargo se volvía, ni una pizca de dulzura podía encontrarse. Lo tragó decepcionado:

–Crecí en un pequeño pueblo, lejos en la frontera, nunca había puesto un pie fuera de ese pequeño trozo de tierra antes. Incluso después de llegar a la capital tampoco dejé la mansión. ¿Podría ser que estoy muy satisfecho con lo que tengo y me falta la voluntad para esforzarme más?

“–Pero siento que todas las alegrías y tristezas, enojo o mísera en este mundo son lo mismo al final, incluso después de ver a otras personas, uno podría continuar sin encontrar su propio destino.

Liao Ran: «Si el corazón de uno es pequeño, todos sus sufrimientos, incluso tan grandes como una casa, solo pueden quedarse apretados en esa pequeña esquina. Pero si el corazón de uno es tan extenso como el cielo y la tierra, incluso si los problemas son tan grandes como una montaña, se convertirán en nada más que una gota de agua en el infinito océano».

Chang Geng quedó pasmado por un largo rato después de leer sus palabras, levantó sus ojos para mirar al Maestro Liao Ran colocando todos los papeles que habían sido llenados con palabras dentro del brasero, quemándolos lentamente.

–Maestro, usted me dijo el otro día: “aquel que no conoce el sufrimiento, no creería en Buda”. Ahora que he llegado a probar el sabor del sufrimiento, he venido a escuchar las enseñanzas de Buda, ¿podría solicitarle que me muestre el camino correcto?

 

 

Nota de la lectura:

Como el personaje de Liao Ran es mudo, por lo general usa otros métodos para comunicarse (escribir, señas, etc.) que a lo largo de la historia que después emplean también otros personajes; esta clase de “diálogos” quedará entre «este tipo de comillas» para hacer la diferenciación contra un diálogo normal.

 

Nota adicional:

«cometer una infidelidad«.

Original: 绿帽子 (Lit. «Ponerse un sombrero verde»)

Aparentemente proviene de una historia popular en la que la esposa le dio a su marido un sombrero verde. Este lo llevaba puesto cada que salía de viaje. Cada que el el amante de la mujer veía pasar al señor con el sombrero verde, sabía cuando el esposo estaría ausente y podía reunirse con su querida.

Referencias

Referencias
1 Original 甩手掌柜 Literalmente. “El jefe (tendero) se sacude las manos”. Usada para referirse a alguien que pide que otros hagan su trabajo mientras que él no hace nada, o una persona que no levanta ni un dedo para hacer las tareas del hogar.
2 Original: 绿帽子 (Lit. "Ponerse un sombrero verde"). Más exactamente se refiere a una mujer que le "pone los cuernos" a su marido.
3 El té Ku Ding, también llamado té gualou, es extremadamente amargo.

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Un comentario

  1. Mi niño, nunca digas que odias a alguien, sobre todo a tu persona más cercana, se te volverá en tu contra jsjs *guiño guiño*

    Btw, de verdad ChangChang necesita hablar de esto, espero que Liao Ran le se ha de mucha ayuda ;;

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