112. Inminente

“Se me está acabando el tiempo.” Pensó Chang Geng silenciosamente.

La voz de Chang Geng era baja y ambigua. Incluso si estaba cerca de su oído, Gu Yun no lo escuchó con claridad. Se volvió hacia Chang Geng confundido y preguntó, –¿Qué dijiste?

Los ojos de Chang Geng dieron un vistazo a uno de sus ojos que estaba cubierto por el cristal liuli. Su cuerpo se encontraba exhausto, pero su sangre continuaba hirviendo tanto que su boca estaba caliente y seca. Por una fracción de segundo, quiso abrazarlo en público e intimar con él frente a todo el mundo. Pero cuando vio el rostro “indiferente a todas las tentaciones mundanas” del Maestro Liao Ran desde la distancia, de repente se dio cuenta de que había cruzado la línea. Con una sonrisa, reflexionó internamente en silencio y soltó la cintura de Gu Yun. Tomó su mano y se tranquilizó poco a poco con el débil, pero estable pulso: –Nada… vi al mensajero partiendo hacia el norte hace un momento, ¿es un reporte para la capital?

–Sí, –Gu Yun asintió, –esta vez, quiero que la corte imperial se adelante y envíe personas para contactar con los extranjeros. Siempre hemos permanecido pasivos anteriormente. Esta vez, debemos tener confianza.

Chang Geng: –¿Pretendes negociar la paz?

–No, –dijo Gu Yun débilmente. –¿cómo podríamos permitir a los otros dormir pacíficamente al lado de nuestra cama? Además, esta deuda de sangre todavía no se ha pagado. La tierra fértil en Jiangnan está siendo ocupada por esos animales, es enfermizo incluso en sueños.

Chang Geng respondió de inmediato, –¿Vas andarte con rodeos con ellos, carcomiéndolos lentamente?

Por un lado, mandarían señales de querer negociar la paz para permitir que los enemigos, a quienes no les quedaban fuerzas, albergaran esperanzas y dejar espacio para que pelearan entre ellos.

Por el otro lado, en ocasiones ellos presentarían demandas excesivas, a veces crearían disputas regionales dentro de un pequeño rango y lentamente harían retroceder el frente enemigo. De esta forma, podrían entrenar a sus soldados mediante la guerra. Cuando fuera el momento adecuado, con el lado norte completamente preparado y cuando la joven Marina de Jiangbei hubiera madurado, se movilizarían de nuevo al sur para la batalla.

Gu Yun hizo un sonido de “mn”, permitiéndole llevarlo de la mano al interior de la tienda del Mariscal, limpió el rostro de Chang Geng con una sonrisa: –Su Alteza, su cara está sucia.

Chang Geng sintió a la mitad de los huesos suavizarse debido al súbito y gentil cuidado del otro, pero fue alertado instantáneamente, sintiendo que una actitud tan suave por parte de él no significaría nada bueno.

Efectivamente, Gu Yun se sentó a un lado, sosteniendo la mano de Chang Geng, la acarició en su palma por un rato y dijo, – Hay algo más.

Chang Geng levantó su ceja y lo miró inexpresivamente.

Gu Yun sostuvo la palma de Chang Geng en una mano y la cubrió con la otra. Bajó su cabeza y besó la punta de uno de sus dedos con un corte en ella: –Estaba planeando demorarlos para limpiar primero el norte.

Chang Geng: –¿Quieres regresar a la Frontera Norte?

Gu Yun asintió.

Chang Geng: –¿Cuándo?

Gu Yun: –…Muy pronto.

El “pronto” de Gu Yun básicamente significaba irse en cualquier momento acorde a cómo se desenvolviera del enemigo occidental y el daño al ejército de la Marina de Jiangbei. Si sentía que la situación en la guarnición estaba bien el día de hoy, partiría durante la noche. Si había algo que aún requiriera ajustes y despliegues, él daría órdenes durante la noche y se iría a la mañana siguiente.

Chang Geng: –¿Qué harás entonces? ¿Correr de aquí para allá entre ambos extremos?

Gu Yun permaneció en silencio, parecía que lo haberlo admitido.

Repentinamente se sintió culpable para con Chang Geng. En el camino hacia la Región Occidental ese año, Gu Yun le juró una vez a Chen Qing Xu que, incluso si Chang Geng se volvía loco en el futuro, continuaría cuidando de él hasta el final. Pero, recientemente, siempre se preocupaba en secreto de que algún día ya no tendría fuerzas suficientes.

Gu Yun no les temía a las enfermedades, la vejez y la muerte. La sala de velación del General Zhong estaba un lado. Pensando sobre ello ahora, sin importar que tan amables o maliciosos fueran los mayores alrededor de él, aquellos que alguna vez lo educaron y aquellos que lo hirieron, todos se habían ido. Él sabía que ni siquiera los héroes del mundo podían escapar a tales cosas. Las personas no tenían que ser tan agresivas consigo mismas, sólo tenía miedo de no poder proteger a este pequeño loco todo el tiempo, al contrario, incluso hacerlo sentir más cansado, con más peso encima.

La profunda y sincera disculpa de Gu Yun dejó a Chang Geng sin saber qué hacer un momento. Al principio, fue incapaz de responderle. Durante un largo tiempo, se dio cuenta de que alguien había cavado un hueco en su corazón, la sangre en el interior se estaba vertiendo por todos lados, incapaz de detenerse.

El dolor en su corazón era difícil de reprimir, sólo pudo pretender sonreír alegremente.

–Está bien, –dijo Chang Geng en un tono ligero sin ser excesivo –no te preocupes. ¿Has visto los bosquejos que puse entre tu ropa? Pronto… después de que termines de eliminar a los bárbaros, quizá todos los trenes de vapor en mi lado se habrán terminado de construir, ¿lo crees?

Pronto, él sería capaz de construir una Gran Liang que estuviera completamente en paz. Quizás para ese momento, las tres facciones del Campamento del Hierro Negro sólo necesitarían resguardar la entrada de la antigua Ruta de la Seda para mantener el orden comercial, o simplemente para abrir el páramo en la frontera colectivamente. Ya sea que su General quisiera beber vino de uva en la frontera o regresar a la ciudad capital para pelear con las aves, él podría tomarse todo el tiempo que necesitara, ya no tendría que apresurarse más para estar en camino, o agotarse con tantas cosas.

Gu Yun dijo con impotencia: –¿Cómo es que ya te volviste engreído después de sólo una pequeña batalla? Deberías pensar en alguna manera para regresar al Gran Consejo.

Chang Geng se inclinó: –Si tengo éxito, ¿cómo me recompensarás?

Gu Yun dijo generosamente, –¿Qué quieres?

Chang Geng lo pensó y dijo algo en voz baja cerca del oído de Gu Yun.

Nadie sabía qué tan desvergonzado era Su Alteza Real Yan Wang subrepticiamente que incluso Gu Yun, siendo un hombre medio sordo, no pudo escucharlo más. Él rio y lo regañó: –¡Vete de aquí!

Esta sentencia golpeó al Maestro Yao que venía a reportar directamente la situación después de la batalla. Yao Zhen dijo confundido, –¿A dónde quiere que me vaya el Mariscal?

Chang Geng, con sus manos detrás de su espalda, enderezó su cintura con una expresión inescrutable, de pie como una flor noble y reservada.

No obstante, cuando Gu Yun se concentró hablando con Yao Zhen, retiró la sonrisa complaciente que fingió de forma deliberada, su expresión se tornó más y más pesada.

“Se me está acabando el tiempo.” Pensó Chang Geng silenciosamente.

Al final, Gu Yun se quedó hasta el día siguiente, acompañó a Chang Geng para encender un incienso para el General Zhong Chan, comiendo un tazón de gachas calientes preparado por el mismísimo Yan Wang en la tienda. Como de costumbre, expresó su insatisfacción con los contenidos verdes en el interior y declaró implícitamente su ambición de “no querer ser una oveja”, que también fue ignorada como era normal. Con el fin de no convertirse en una oveja, tuvo que comérselos sin masticar.

Él partió temprano a la mañana siguiente hacia la Frontera Norte.
Cuando Gu Yun arribó a la Frontera Norte, le dio gusto encontrar que Shen Yi aún no estaba acabado, él realmente fue capaz de contener a los enloquecidos bárbaros, protegiendo la zona norte.

Entre más loco estuviera Jia Lai, más cerca estaba el fin de las Dieciocho Tribus. Como Gu Yun esperaba, después de cuatro o cinco días de combatir ferozmente, la ofensiva de los bárbaros se ralentizó significativamente. Un fuerte fue arrasado hasta los cimientos por el sobreexcitado joven General Cai en su persecución. Ellos descubrieron que solo quedaba un poco de ziliujin dentro. Las personas tuvieron que retroceder.

Cao Chun Hua dijo, agitando sus brazos y piernas y salpicando saliva: –Jia Lai puede hacer un movimiento, lo que significa que las fuerzas rebeldes de antes han sido eliminadas o al menos suprimidas por él, pero aún necesita luchar y emplear a personas, es imposible que mate a todas las fuerzas subordinadas a las otras tribus principales. A lo más, se hará cargo de varios líderes y los convertirá en un ejemplo. Las fuerzas rebeldes aún podrían ser capaces de revivir.

Shen Yi: –Nosotros debemos tener una oportunidad.

–Así es. –dijo Cao Chun Hua. –el General Cai me dijo ese día: antes, solía a ver bárbaros que intercambiaban ziliujin en secreto a cambio de materiales. El General Cai ha mantenido esto en su mente, monitoreaba en secreto las transacciones, registrando cada intercambio e incluso elaboró retratos de los visitantes frecuentes. El otro día les eché un vistazo y, en realidad, vi a un conocido.

Mientras hablaba, sacó un sencillo dibujo de su manga, extendiéndolo sobre la pequeña mesa, señalando al hombre en la imagen: –Este hombre es un esclavo de Jia Lai Ying Huo a cargo de los caballos. Lo conozco, era un hombre del capataz en jefe. Normalmente, siempre actúa como un tirano usando el nombre del jefe… Creo que como la gente ha estado sufriendo durante muchos años de guerra, no sólo son aquellos con ambiciones en las Dieciocho Tribus los que están insatisfechos con Jia Lai. Siento que hay algo aquí de lo que nosotros podemos hacer uso.

–¿Qué tan seguro estás? –preguntó Gu Yun.

Cao Chun Hua le brindó una mirada coqueta y dijo con su lengua enrollada: –Depende de cuantos recursos ha preparado el Mariscal para mí.

Gu Yun pensó para sí mismo, “Si este niño hubiera estado a mi alrededor durante un largo tiempo en su infancia, le habría quitado a golpes esos malos hábitos”.

Para dejarlo fuera de su vista y fuera de su mente, agitó su mano y dejó ir a Cao Chun Hua.

Antes de que Shen Yi pudiera preguntar sobre el plan de acción específico, los soldados vinieron a reportar que Chen Qing Xu había arribado.

Gu Yun chasqueó su lengua y observó con asombro como Shen Yi había pasado de estar inclinándose a sentarse muy recto. Su rostro se tensó como si estuviera encarando aún temible enemigo. Él nunca había estado tan serio, ni siquiera cuando tenía una audiencia con el Emperador.

Chen Qing Xu vino para informarles que planeaba ir con Cao Chun Hua a buscar la hechicería secreta de la Diosa a donde se encontraba Jia Lai Ying Huo.

Shen Yi entró en pánico al escuchar esto, haciéndole señas a Gu Yun con los ojos. Gu Yun miró al cielo y a la tierra, pretendiendo que no sabía nada. Después de varios años de conocerse, él había entendido un poco respecto a la personalidad de la familia Chen. La señorita Chen sólo vino a informarles por cortesía, no a pedirles su opinión.

Puesto que no se podía contar con Gu Yun en el momento crucial, Shen Yi fue a combatir con la mitad de su lengua paralizada y dijo: –Una doctora milagrosa como la señorita Chen es muy valiosa, ni siquiera debería venir a la línea del frente, ni que decir de escabullirse en la base del enemigo, es demasiado imprudente: en caso de que algo ocurra… ¿no es así, Mariscal?
Gu Yun tuvo que seguirle la corriente: –Mn, si, Ji Ping tiene razón.

Chen Qing Xu dijo: –Esta vez me dirijo al norte para escabullirme dentro de la tienda de Jia Lai Ying Huo con el fin de encontrar su hechicería perdida. ¿No sería mejor si también yo pudiera ayudar un poco? Entiendo mis propios límites en este asunto. Gracias, Generales, por su preocupación.

Gu Yun suspiró, –En verdad lamento las molestias que le he causado trayéndola de aquí para allá.

En este punto, Chen Qing Xu recordó que la carta interrogante de Chang Geng todavía estaba sobre su escritorio, su rostro palideció: –El Mariscal no necesita sentirse de esa forma, sólo mencione mis dificultades frente a Su Alteza Real Yan Wang ocasionalmente.

Shen Yi: –…

Ese Gu acababa de coincidir sobre que él estaba siendo razonable, ¿cómo se había convertido en un “las molestias que le he causado trayéndola de aquí para allá”?

“¡El bastardo nunca pudo mantener su opinión desde el principio hasta el final!”

Shen Yi intentó buscar toda clase de razones: “¿Peligro en la línea enemiga?”

Con la habilidad y la valentía de la señorita Chen para escabullirse dentro de la prisión bajo la guardia del Campamento del Norte, esta razón resultaba un poco indecible.

Entonces… “¿Los soldados heridos la necesitan?”
Su disposición para quedarse ayudar fue un asunto de sentimiento, y si ella no estaba dispuesta a, también era razonable. El campamento de heridos tenía sus propios doctores militares, la mayoría de los cuales hacían simples trabajos de vendado, lo que también era un insulto a las habilidades de la doctora Chen.

Chen Qing Xu tampoco era una persona conversadora. Con las palabras de Shen Yi atoradas de esta manera, sintió que había terminado de hablar, dándose la vuelta y estaba lista para partir.

–¡Señorita Chen! –Shen Yi se incorporó en un ataque de pánico y casi se estrella con el escritorio frente a él.

Gu Yun se cubrió la cara en silencio.

Las miles de palabras en el pecho de Shen Yi ya se encontraban en fila, esperando para salir a expresar sus sentimientos. Inesperadamente, cuando las palabras llegaron a su boca, la última puerta no quiso abrirse sin importar que, todas se quedaron bloqueadas en su garganta. Finalmente, sólo una seca y amarga sentencia salió, –¿Está la señorita Chen haciendo esto por Yan Wang?

Gu Yun: –…

“¿Él piensa que estoy muerto o algo?”

Mientras las palabras de Shen Yi dejaban su boca, él también deseó poder abofetearse a sí mismo, esas palabras no eran humanas.

Afortunadamente, Chen Qing Xu no lo pensó mucho. Escuchando esto, ella sólo dijo con seriedad: –Puesto que Yan Wang porta el emblema Lin Yuan, cargando sobre sus hombros una pesada responsabilidad y una alta posición, también es responsabilidad de la familia Chen remover el Hueso de la Impureza de su interior. Además, la brujería de las Dieciocho Tribus no tiene comunicación con los Planos Centrales, muchos extraños venenos no cuentan con antídoto, muchos métodos para curar y salvar personas también están perdidos entre esos viejos documentos. Dado que tengo esta oportunidad, debo hacer mi mayor esfuerzo. Incluso si sólo pequeños trozos los que pueden ser transmitidos en el futuro, no será en vano.

El pecho de Shen Yi se enfrió mientras escuchaba, entre la persona que sólo quería tener a su esposa e hijos a su lado durante todo el día como él, y la señorita Chen, que pensaba en las generaciones venideras, la distancia en verdad era tan lejana como entre la capital y la Frontera Norte.

Entre su padre, quien sólo sabía cómo jugar y se retiró pronto de su posición como oficial transmitiéndoles su estilo familiar, y la familia Chen, quien resguardó el emblema de madera Lin Yuan durante generaciones y se ocultó del mundo, la distancia era tan lejana como la que existía entre la Gran Liang y Occidente.

¡Ni siquiera un Águila Negra volando por siempre podría alcanzarla!

Shen Yi observó su rostro de un blanco puro y no tuvo nada que decir, por lo que sacó una pequeña y exquisita bengala y se la tendió a Chen Qing Xu: –Este es lo más reciente del Instituto Ling Shu. No necesita encenderse con fuego, sólo láncela al aire. Mientras la arroje lo suficientemente alto, hará ignición por sí misma. Puede ser vista desde cien kilómetros de distancia. En caso de que algo ocurra… Yo… Usted…

Éste discurso incoherente provocó que Gu Yun sintiera sus dientes doler.

La pequeña bengala fue puesta en la mano de Chen Qing Xu, aún conservaba la temperatura corporal. Incluso si ella fuera más fría, en ese momento también sintió algo. Observó a Shen Yi con una mirada indescriptible.

Shen Yi no podía soportarlo más, estaba a punto de cavar un agujero y enterrarse a sí mismo. Rápidamente se inventó una excusa para despedirse de Gu Yun y huyó.

Chen Qing Xu: –…

Gu Yun se puso de pie lentamente y dijo a Chen Qing Xu con seriedad: –Si hay algún cambio anormal con los bárbaros, no tiene que forzarse demasiado, sólo libere la señal. Enviaremos a alguien para asistirla de inmediato. Ponga más atención a su seguridad… Cuando regrese victoriosa, sólo pida a Ji Ping que venga para que le cante una canción.

Chen Qing Xu asintió escuchando la primera mitad, pero mientras oía la última parte, sintió que había algo extraño: –¿Qué canción?

El Mariscal Gu, que no podía ser propio ni siquiera en la muerte, dijo sonriente: – La canción de Yue. [1]

Esa noche, Chen Qing Xu y Cao Chun Hua cruzaron la línea defensiva bárbara del norte y entraron silenciosamente a la metrópolis de las Dieciocho Tribus.

La “metrópolis” era en realidad sólo un asentamiento tribal relativamente animado a comparación de otras áreas. Excepto por los sanguinarios guerreros bárbaros caminando ocasionalmente de aquí para allá, la mayoría de los ciudadanos a los lados del camino andaban en harapos.

El cadáver de un niño muerto por inanición que nadie había enterrado yacía al lado del camino, codiciado por un grupo de babeantes perros salvajes. Una mujer con la cara apagada permaneció alrededor por un momento, luego finalmente aceptó su destino, se incorporó y se alejó caminando como un cadáver viviente.

Entre las espléndidas tiendas de los nobles se encontraban las Armaduras Pesadas montando guardia estrictamente. Los buitres daban vueltas en el cielo con las Armaduras Águila. La fetidez de la sangre y los cadáveres se encontraba diseminada por todas partes… También había un sutil aroma a ziliujin entremezclado.

En un lugar en el centro, bajo el estandarte del Rey Lobo, un hombre de estatura media caminó dentro de la residencia del Rey Lobo con un cuenco de medicina. Los guardias a ambos lados lo saludaron respetuosamente: –Mayordomo en jefe.

El mayordomo solo hizo un sonido de “mn” sin levantar sus ojos y entró a la tienda del Rey Lobo con la medicina.

Un joven demacrado salió y tomó el tazón de medicina: –Déjeme hacerlo.

El mayordomo lo observó y preguntó, –Su Alteza, ¿cómo ha estado nuestro Rey el día de hoy?

–Igual que de costumbre. –el Príncipe sacudió su cabeza y se unió a él mientras caminaba al interior.

Un grueso fieltro separaba ambos lados, permitiendo la entrada de la luz del sol, había una silla de ruedas equipada con una caja dorada en la cual se sentaba un alto y largo “esqueleto”. Escuchando el movimiento, el “esqueleto” giró la silla de ruedas lentamente de cara a los visitantes, sus ojos abiertos como una rendija.

Sus ojos aún no se habían vuelto turbios, brillando con una fuerza increíble, el espíritu de todo el cuerpo estaba concentrado en esos crueles y feroces ojos.

Ese no era otro más que Jia Lai Ying Huo.

Durante algún tiempo en el año anterior, el Rey Lobo, Jia Lai Ying Huo, estuvo gravemente enfermo. El repentinamente tuvo un ataque y cayó en coma, incapaz de hablar con claridad después de despertar, estuvo postrado en cama por un largo tiempo. Varios líderes tribales de la Alianza de las Dieciocho Tribus asumieron que estaba acabado y unieron esfuerzos para lanzar un golpe de estado. Ellos hicieron prisionero al Príncipe Heredero del Rey Lobo e impulsaron al cobarde Segundo Príncipe a la cima. Después intentaron afanosamente apaciguar a la Gran Liang y mandar gente para las pláticas de paz.

Pero quién iba a saber que, incluso el Rey Lobo, a quien inclusive el capitán de sus guardaespaldas había traicionado, todavía podía darle la vuelta. Primero, permitió al capitán de los guardaespaldas colarse en secreto dentro de la misión de la negociación de la paz para provocar el incidente de la Frontera Norte de la Gran Liang. Nadie sabía que él todavía tenía un grupo de vanguardia de Armaduras Pesadas de los occidentales de ese año en su mano como carta de triunfo. Usó el tiempo mientras varios líderes tribales estaban lidiando con los problemas de la Gran Liang para maquinar en secreto, acabando con la facción rebelde en un movimiento, usando sangre para lavar la bandera de la alianza del Rey Lobo, luego reunió repentinamente cien mil toneladas de ziliujin para dar pelea a la Gran Liang.

El mayordomo en jefe bajó su cabeza y no se atrevió a mirarlo. Escuchó respetuosamente la conversación entre Jia Lai Ying Huo y el Príncipe. Éste hombre era demasiado terrorífico, cada cabello sobre su cuerpo despedía la esencia de la sangre.

De pronto, Jia Lai arrojó el tazón de medicina en su mano sobre el Príncipe: – ¡Inútil!

El mayordomo se estremeció.

El Príncipe dijo precavidamente: –Padre, no hay suministros suficientes. Este año, la mitad de los ancianos y niños en todas las tribus murieron de inanición. Hay cuerpos por todas partes y no pueden ser limpiados a tiempo…

Jia Lai rugió: –¡Inútil! ¡Si no hay suficiente ziliujin, entonces vayan a excavar más! ¡Si no hay materiales suficientes, entonces vayan a robar a los Planos Centrales! ¡Si aun así no es suficiente, entonces hagan que esos nobles donen!

Su lengua continuaba sin ser muy fluida, sus palabras sonaban rígidas cuando gritaba, los ojos del Príncipe enrojecieron mientras decía: –Padre, no podemos sobrepasar al Campamento del Hierro Negro en la frontera de los Planos Centrales. Los nobles no pueden darse el lujo de donar nada más. Ellos…

Sus palabras fueron interrumpidas una vez más por la furiosa reprimenda de Jia Lai Ying Huo. Llegaron las noticias de que el ejército de la Marina Occidental estaba luchando contra la Gran Liang en el sur. Sin embargo, siempre había métodos para que las noticias fueran obstaculizadas, los informes acerca del ataque sorpresa de la Marina y su derrota todavía estaban en camino. Jia Lai Ying Huo creía firmemente que, después de que tanto el Norte como el sur se cerraran, sólo era cuestión de tiempo para que ellos pudieran avanzar miles de kilómetros al día.

Él era tan fiero como antes, pero parecía que su ferocidad rayaba en la locura.

El mayordomo observó al Rey golpeando y regañando al Príncipe, recibiendo él mismo un golpe con la tapa de la copa en la frente, luego se fue en silencio directo de vuelta a su tienda, donde varios aristócratas y los huéspedes de los Planos Centrales estaban a la espera de sus noticias.

Notas

Yue Ren Ge

La canción de la persona de Yue en el bote.

Letra en español:

Los árboles crecen en las montañas y las ramas en los árboles

Mi corazón vivió por tu corazón, pero tú no lo supiste

A pesar de que todos los poemas que tarareo hablan de que estoy enfermo de amor

Estaba buscando tu sombra en mis sueños.

 

Naciste con una cuchara de plata en tu boca

Y yo luché por sobrevivir como las hormigas

A pesar de que todas las formas de mi amor eran verdad

No pudieron resistir la crueldad de la realidad.

 

Bajo la silla de sedán, soñé ver tu elegante comportamiento

Ah, eso fue como una persona demente hablando de sueños

El agua en el pozo profundo solo puede poseer el reflejo de la luna

A pesar de que lo sé, me niego a despertar.

 

Recordé el nado de los peces en agua en mi infancia

Después un viento, una urraca llamando en una rama

Incluso sostuve tu mano viajando en el agua tormentosa sobre el mismo bote

Espero que podamos estar juntos para siempre en esa vida.

 

Una casa destartalada como hogar de las velas y las luciérnagas

Nunca me arrepentí desde el inicio hasta el final

La vida es como fuegos artificiales, breve como las flores de la reina de la noche

Me alegró de haber pasado los años contigo.

 

Como una intoxicación, el sueño se rompió mientras despertaba

Dejándote ir para perseguir la riqueza y los rangos

La buena vida de disipó por completo

Solo dejo dos palmos de limo y dos líneas de lágrimas.

 

Los exuberantes pastos verdes continúan contando el viejo drama en sueños

Es una separación eterna entre la vida y la muerte.

Tú sabías el final mucho tiempo atrás, sin un suspiro

Solo deja que todo se aleje flotando en este vasto mundo.

Los árboles crecen en las montañas y las ramas en los árboles

Mi corazón vivió por tu corazón, pero tú no lo supiste

Toda nuestra sinceridad habló de que estoy enfermo de amor

Mi vida estaba destinada a terminar aquí.

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4 comentarios

  1. Esta canción ya la conocía por las novelitas de Fei Ge, soy lágrimas ???
    Shen Yi tu puedees, conquiste a esa dama jodeh! (┛✧Д✧))┛彡┻━┻

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